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jueves, 26 de junio de 2014

Investigación: la mala leche genera adicción en ciertas clases y capas de la sociedad



La publicación reciente en el diario uruguayo El País1 de una nota firmada por Carlos Tapia que se titula y refiere que “Estudio confirma que marihuana es puerta de entrada a pasta base”, pone en primer lugar y sugiere como causa al consumo de marihuana para la consolidación de dependencias de drogas más peligrosas, como la pasta base de cocaína, también llamada “paco”.

La nota de Tapia se inicia así:

— Bueno, Javier, ¿te acordás cuáles fueron las primeras drogas que empezaste a probar?
— Sí, me acuerdo, tenía… ocho años, mirá lo que te cuento, ocho años y… me daban mis hermanos mayores marihuana y yo iba a la escuela, entonces pasaba durmiendo en la escuela o vomitaba o me dormía… me pasaban cosas…
— Por fumar marihuana.
— ¡Claro!, yo tenía ocho años, iba a primer año de clase, entonces un día llamaron a mi padre, que era muy conocido mi padre, el Moneda, aparece mi padre y yo de ahí me enfermo en la escuela y me lleva al hospital y resulta que por ese consumo estuve internado dos años…
El testimonio de Javier, de 37 años, es uno de los que se desprenden del informe «Consumo problemático de pasta base de cocaína / Una aproximación a sus efectos y prácticas», realizado por el Departamento de Antropología Social de la Facultad de Humanidades, que será presentado hoy por la Junta Nacional de Drogas (JND) en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas de Naciones Unidas.

La difusión del aludido “estudio” no es una primicia del diario El País, la publicación académica Anuario de Antropología Social y Cultural en Uruguay (Vol. 11, 2013, p. 167 y ss.), editada en Montevideo conjuntamente por la Universidad de la República y la Editorial Nordan,2 da cuenta del trabajo llevado adelante ya en 2012 por el Equipo de Investigación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de esa universidad integrado por Giancarlo Albano, Luisina Castelli y Emmanuel Martínez, y coordinado por el antropólogo y docente Marcelo Rossal.

El informe publicado por ese Anuario dice en su resumen:

El avance de investigación que presentamos es producto de la realización de un estudio en convenio con [la el] OUD (Observatorio Uruguayo de Drogas). En dicho estudio realizamos un acercamiento etnográfico a un universo de 320 consumidores habituales de pasta base de cocaína como asimismo se realizaron 40 entrevistas formales. De dicho estudio se desprenden datos que vendrían a problematizar afirmaciones instaladas en los discursos dominantes. Se intenta mostrar a continuación, someramente, estas problematizaciones3.

Los investigadores de la Universidad de la República han tenido la precaución de ser muy explícitos en el resumen que citamos, dicen que del “estudio se desprenden datos que vendrían a problematizar afirmaciones instaladas en los discursos dominantes”.

Inmediatamente luego se afirma en la “Introducción”:

La aproximación etnográfica de la que presentamos su avance fue enfocada en las trayectorias de consumo de usuarios de pasta base de cocaína (PBC, sea fumada en pipa o en Basoco [cigarrillo]) e implicó la realización de 40 entrevistas así como tres meses –septiembre, octubre y noviembre– de observaciones en el Club de Pesca Belvedere. En el contexto de estas observaciones se sostuvieron diálogos de “sala de espera” con personas o grupos de personas que aguardaban ser encuestadas [ver Nota]; en base a estos diálogos se seleccionaron los 40 entrevistados, cuidando que esta selección contemplara la heterogeneidad etárea4, socioeconómica y de capital cultural de la totalidad de los encuestados.

El proceso de investigación etnográfico resultó en un espacio de aprendizaje para los investigadores acerca de la cotidianeidad, las moralidades, el vínculo con las facetas represivas y protectoras del Estado, el mundo del trabajo precario y la vida obrera, el trabajo formal e informal, incluso el delictivo de estos usuarios de PBC; en ese marco se hizo posible comprender no sólo modos, frecuencias y dinámicas sobre sus prácticas de consumo sino también aspectos relacionados a las distintas circunstancias sociales en que se desarrollan las trayectorias como usuarios de PBC, los significados que les atribuyen a estas prácticas, las estrategias de obtención de las distintas drogas, la sexualidad y las relaciones de género, las relaciones familiares y los vínculos institucionales que han tenido a lo largo de dichas trayectorias.

En una primera instancia nuestro equipo ha podido constatar tres aspectos que debemos considerar sobre la realidad de estos sujetos:

• Se trata de una población heterogénea
• Sus prácticas de consumo son también heterogéneas
• En un sentido, no se trata de una población “oculta” sino sujetos que han tenido trayectorias atravesadas por vínculos con distintas instituciones del Estado.

De todos modos, las líneas que se presentan en este avance deben considerarse provisionalmente ya que no se ha podido analizar la totalidad de las entrevistas y ponerlas en relación con el conjunto de observaciones.

Nota: Las 40 entrevistas se seleccionaron de una muestra de 320 encuestas realizadas por Equipos Mori en base a la metodología RDS (Respondent - driven sampling), muestra dirigida por los entrevistados. El local elegido está en la zona del Paso Molino. En todo momento se trabajó en coordinación con el grupo de Equipos Mori. Las entrevistas, las observaciones y la redacción de este avance fue una realización colectiva de los cuatro  investigadores (Giancarlo Albano, Luisina Castelli, Emmanuel Martínez y Marcelo Rossal), en tanto que la coordinación del estudio corresponde a Marcelo Rossal en colaboración con Héctor Suárez y Jessica Ramírez del OUD. Se agradece muy especialmente a todos los involucrados en la investigación.


El artículo en el diario El País que nos ha llamado a este análisis, firmado, como se dijo, por Carlos Tapia, luego de poner en un primer plano al consumo de marihuana como “puerta de entrada” al de la pasta base de cocaína, afirmando que ello se desprende del “estudio” académico del que hemos encontrado y difundido una fuente seria de consulta, recién secundariamente alude a los condicionamientos socioeconómicos y culturales en el desarrollo de éstas y otras adicciones.

En el Anuario, y como “Conclusiones preliminares”5, es decir, que sirven de preámbulo o proemio para tratar más sólidamente la materia, se afirma que:

En el avance se presentan algunas conclusiones muy preliminares que deberán seguirse evaluando a [la] medida que avanza el proceso de análisis del material recogido en el terreno.

De todas formas pueden delinearse algunos avances bastante firmes: 1) El inicio al consumo de sustancias más o menos temprano (entre antes de 12 años y más de 16) es un fuerte marcador de vulnerabilidad de la familia de origen, las prácticas de cuidado y las moralidades en relación a la niñez, la adolescencia y la educación formal; 2) el inicio del consumo de la PBC, consistentemente con lo visto en otros estudios (Garibotto et al., 2006) se inicia en el 2002, sin embargo, dicho inicio fue precedido por el uso de “merca cocinada”, promocionada por algunas bocas de venta desde finales de los años 90; 3) El consumo de PBC vino a sustituir otros consumos muy problemáticos, como es el caso de la cocaína inyectable que hoy subsiste como una práctica muy peculiar y marginal; 4) los consumidores son heterogéneos, como lo son las clases populares uruguayas: unos tienen su origen en barrios obreros, otros provienen de las clases medias bajas, otros pasaron su niñez en un asentamiento o en estrategias de calle; 5) los procesos de rehabilitación siempre tienen contramarchas propias a la precariedad signada en las trayectorias de estos sujetos, como contraparte positiva, entre las expectativas de futuro se enuncia generalmente la voluntad de dejar de consumir y cambiar de vida.


La mala leche genera adicción en ciertas clases y capas de la sociedad

El 2 de julio de 2011, ahora tres años atrás, el mismo diario en un artículo sobre la llamada “inseguridad” urbana en el barrio montevideano de Carrasco «publicó la foto de tres al parecer cuida-coches, conversando, y de un gurí, efectivamente, un muchacho menor de edad, casi un niño, mirando de frente a la cámara»6. La asociación inmediata entre delito y minoridad estaba exacerbada en beneficio de las campañas para bajar la edad de imputabilidad penal. Ahora, en el caso concreto que hemos abordado, es evidente que la distorsión de una investigación académica ha sido hecha adrede en oposición a una ley del Estado uruguayo que procura resolver graves problemas con nuevas estrategias políticas.

Los responsables del medio en cuestión, corresponde inferir, tienen una marcada adicción por la “mala leche”, como el léxico popular caracteriza a las acciones de mala fe, oscuras y tendenciosas. Esta afición conforma una peculiaridad en ciertas clases y capas sociales en posiciones, por ahora, dominantes.


Notas:
3 En rigor, los redactores del informe deberían haber escrito “cuestiones” en lugar de “problematizaciones” (neologismo innecesario e inexistente). El verbo “problematizar” alude a “presentar algo como una cuestión”: “Pregunta que se hace con intención dialéctica para averiguar la verdad de algo” (DRAE).
4 Corresponde que se hubiera escrito “etaria”: “Perteneciente o relativo a la edad de una persona. Período etario. Franja etaria” (DRAE).
5 Fiel a las obligaciones de mi oficio de corrector editorial de textos de las ciencias sociales me he permitido, además de las modestas observaciones precedentes sobre los usos escritos de nuestra tan rica y expresiva lengua, reemplazar por números arábigos –en la transcripción de la “Conclusiones”– una equivocada y difundida escritura de los números romanos con letras minúsculas. Si se quisiera que esos caracteres no destacaran tanto en el texto pueden emplearse letras versalitas. También hice algunos muy pocos agregados y tachaduras que destaqué colocándolos entre corchetes. Estas acciones “de buena leche” son tendientes a sumar impedimentos que eviten que en los intersticios del honesto quehacer científico se cuelen mercaderes y oportunistas.
6Un diario que hace mucho daño: El País, de Montevideo”, ALAI América Latina, 20.6.2012: ver en http://alainet.org/active/55815&lang=es y también en este mismo blog.

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