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viernes, 20 de octubre de 2017

EE.UU.: grosera irrespetuosidad que hace escuela



La embajada estadounidense en Buenos Aires, hoy, viernes 20 de octubre, emitió la siguiente advertencia a los viajeros y residentes en Argentina procedentes de su nación:








La advertencia es una grosera irrespetuosidad con por lo menos casi treinta millones de argentinos con dignidad ciudadana, bastantes más que los pobladores de nuestro país más fácilmente engañables por la maquinaria ideológica del gran capital. Esa grosera irrespetuosidad sin duda que hace escuela en el mundo entre sus pupilos gerenciales de los gobiernos dependientes.



De esa irrespetuosidad aprendida ha hecho referencia hoy mismo Sergio Maldonado, hermano de Santiago, víctima mortal del Estado en la Patagonia argentina, en relación con la publicitada comunicación telefónica de la cabeza de gobierno con la desconsolada madre de Santiago Maldonado.



Otro gobierno en ese país con embajada en Buenos Aires, otra embajada de ese país, obviamente, debería haber recomendado a sus pupilos gerenciales en gestiones gubernamentales locales actuar en el marco de la Constitución y de las leyes argentinas, y no generar la violencia propia de un Estado de terror que pudiera poner en peligro a los viajeros y residentes en Argentina procedentes de su nación. En otra Argentina, este comentario no hubiera sido necesario.

Otros gobiernos en Estados Unidos y en las naciones del mundo no generarían la monumental inseguridad que pone en peligro a los pueblos.

Nota:
Se agradece a Alicia Castro, ex embajadora argentina en la República Bolivariana de Venezuela y en el Reino Unido, haber publicado en Twitter el facsímil que hemos replicado de la comunicación de la embajada estadouniudense.




jueves, 19 de octubre de 2017

Antes de la veda: lo que sí, es así…



Hace algo menos de dos años, en diciembre de 2015, dijimos:



Estamos frente a una situación de vacío institucional y brutal atropello de quienes mediante engaños lograron un apoyo electoral confuso para encaramarse en el poder político, Así, éste está en manos de una mafia económica ligada a agentes imperiales que se han rodeado de tan autoritarios como torpes ejecutantes, incluido quien con los actos que asume deslegitima su titularidad del Estado. Denunciemos lo que ocurre ante los pueblos del mundo y los organismos internacionales.1



Ahora, octubre de 2017, el domingo 22, en Argentina tenemos elecciones de medio tiempo en casi todas las provincias, incluida la Ciudad de Buenos Aires, o ex Capital; elecciones en las que se renuevan por mitades las legislaturas nacionales y provinciales y los cuerpos deliberativos municipales. Dos provincias importantes son Santa Fe y Buenos Aires. Esta última tiene la mayor concentración de ciudadanos, de votantes.



La democracia argentina es defectuosa porque, precisamente, en ella se suele de manera cíclica ungir gobernantes “por defecto”: es decir, hay nominaciones “ganadoras” predeterminadas por tan precisos como brutales (y también torpes) procesos de manipulación de la opinión pública. De eso sabe Durán Barba, quien sin sonrojarse sostiene –más o menos así– que los humanos somos simios con pretensiones cartesianas, racionales –en alusión a aquel filósofo, Descartes, quien sostenía lo de “pienso, por lo tanto soy”. El desarrollo de aquel racionalismo idealista en confrontación con la realidad material, al que desde luego no adhiere con sus actos el asesor de imagen virreinal, conceptualiza que de pensar bien pensaríamos según lo que hacemos: según cómo y por qué existimos. Pero, en fin, falta todavía…



El “por defecto”, quienes operan automatismos lo saben, implica que si no se hace otra opción distinta a la predeterminada, ésta es la que se establece. Así estamos.



Viernes y sábado próximos, antes del domingo, invitamos a leer las notas que entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 –se pueden buscar en el índice por años y meses en la columna de la derecha– publicamos caracterizando el momento que se vivía. Estas preocupaciones se las planteamos a los lectores de Ansina es…, a los de la red Twitter, y de manera directa a personalidades como Raúl Eugenio Zaffaroni, Leopoldo Moreau, Jorge Rivas y Carlos Heller.



Sostenemos que la acción electoral debe necesariamente tener estrategia política popular, y ser profundamente ética. No somos peronistas, tampoco kirchneristas, tenemos pensamiento y práctica política, social y popular  marxistas. Nosotros vamos a votar a Cristina Fernández de Kirchner  y Jorge Taiana en tanto candidatos a senadores nacionales por la Provincia de Buenos Aires, y a las listas de candidatos asociadas a esas dos nominaciones porque entendemos que son la vía de salida posible e inteligente del cuadro de crisis institucional y humanitaria no solamente argentina y suramericana, sino incluso mundial. Una crisis gravísima en la que está ya en juego la supervivencia de la humanidad dada la hegemonía de un capitalismo senil, acabado, final y conducido por rufianes.



No alcanza con los actos electorales, a estos las derechas y sus clientes los han casi convertidos en ficciones carnavalescas. Habrá que sumar firme cultura y voluntad políticas para negarnos a participar en sus juegos perversos.



Nosotros, con mi compañera de cincuenta años de vida tenemos historias detrás y sueños por delante, nos hemos puesto viejos pariendo y criando hijos, viendo crecer nietos, atravesando épocas de dictaduras, de penurias, de luchas e incluso de efímeros triunfos. Desde los setenta años estamos exceptuados de la obligación del voto pero hemos seguido haciéndolo, como tantos contemporáneos compatriotas de Nuestramérica, pueblos originarios de la Abya Yala, criollos, generaciones jóvenes esperanzadas y a la vez tristes de las que los torpes subalternos del poder económico han sustraído ahora a Santiago Maldonado…







Sigamos, alertas y en lucha…









Notas:

Antes de la veda: lo que parece pero no es...

Hoy, en MSN (The MicroSoft Network), replicando una nota "de color" del diario La Nación, de Buenos Aires, se cuenta que el tuitero @nachobbb ha presentado un ejercicio escolar de su hijo de siete años manifestando que la persona que para el caso actuó como educadora no entendió la resolución que el niño hizo de aquél. La cuestión, dice La Nación, ha generado un debate en la red Twitter. Vean de qué se trata:
 

Dice en su tuit @nachobbb –así se presenta, «Aquí iría una frase ingeniosa que expresa lo interesante que soy, pero es que sólo soy un Ingeniero de Minas, así que lo dejo a tu imaginación»– que la educadora @RaquelMartos «no lo ha entendido bien» a su niño, y ella, a su vez, dice que con motivo del intríngulis ya se ha liado a discutir con su cuñado. Raquel, por su parte, se presenta así: «Escribo y hago radio. Persona física en @juliaenlaonda, muy fan en @infoLibre, autora de dos novelas y coleccionista de sonidos. Chimpún». 

Lo que ha pasado es que si bien no es absolutamente incorrecto el planteo del ejercicio (aunque hay una discordancia de número, no se trata de "cifra" sino de "cifras"), lo principal es que en su expresión no se han tenido en cuenta los automatismos de interpretación que en los receptores de enunciados genera el uso cotidiano de ciertos instrumentos tecnológicos de comunicación, como especialmente los telefonitos llamados "smart". 

Véase con detenimiento la ilustración que muestra el ejercicio escolar de marras. 

Los dejo pensando, y a pocas horas de la veda electoral argentina sugiero que en este sureño sector continental nuestroamericano reflexionemos sobre cuántos de nosotros y cuántas veces no interprentamos acabadamente tanto los hechos sociales como los discursos políticos, y consecuentemente nos equivocamos... 

La cultura popular ha sido bastardeada por los negociantes, especialmente cuando mandados por ellos meros técnicos que no son tecnólogos y mucho menos filósofos se aprovechan de los vicios generados por automatismos. 

Ahora, permítanme, veré las últimas noticias sobre el muy doloroso y aberrante caso que lleva el nombre de Santiago Maldonado, y luego volveremos, antes de la veda...

lunes, 16 de octubre de 2017

“Contra la dominación”, por Boaventura de Sousa Santos



El presente artículo del sociólogo portugués De Sousa Santos fue publicado inicialmente por el diario digital de Madrid Público en su sección blogs “Espejos extraños”, el pasado 13 de agosto de este año y hoy, 16 de octubre, también por el diario Página|12, de Buenos Aires, como columna de opinión. La traducción desde la lengua portuguesa fue realizada por Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez.



Boaventura de Sousa Santos es sociólogo, y director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Coímbra, Portugal). Sus últimos libros en español son Si Dios fuese un activista de los derechos humanos (Madrid, Trotta 2014) y, de próxima aparición, en coautoría con Maria Paula Meneses, Epistemologías del Sur (Madrid, Akal).



Hemos considerado oportuno incluir el presente artículo en ¡Ansina es!... dada la importancia de sus definiciones para los análisis y las acciones populares en los países de Nuestramérica. G.E.










La dominación social, política y cultural siempre es el resultado de una distribución desigual del poder en cuyos términos quien no tiene poder o tiene menos poder ve sus expectativas de vida limitadas o destruidas por quien tiene más poder. Esta limitación o destrucción se manifiesta de diferentes maneras: desde la discriminación hasta la exclusión, desde la marginación hasta la liquidación física, psíquica o cultural, desde la demonización hasta la invisibilización. Todas estas formas pueden reducirse a una sola: la opresión. Cuanto más desigual es la distribución del poder, mayor es la opresión. Las sociedades con formas duraderas de poder desigual son sociedades divididas entre opresores y oprimidos. La contradicción entre estas dos categorías no es lógica, sino más bien dialéctica, ya que ambas forman parte de la misma unidad contradictoria.



Los factores que están en la base de la dominación varían de época a época. En la época moderna, digamos, desde el siglo XVI, los tres factores principales han sido: el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. El primero es originario de la modernidad occidental, mientras que los otros dos existían antes pero fueron reconfigurados por el capitalismo. La dominación capitalista se basa en la explotación del trabajo asalariado por medio de relaciones entre seres humanos formalmente iguales. La dominación colonial se basa en la relación jerárquica entre grupos humanos por una razón supuestamente natural, ya sea la raza, la casta, la religión o la etnia. La dominación patriarcal implica otro tipo de relación de poder pero igualmente basada en la inferioridad natural de un sexo o de una orientación sexual.



Las relaciones entre los tres modos de dominación han variado a lo largo del tiempo y del espacio, pero el hecho de que la dominación moderna se asiente en los tres es una constante. Al contrario de lo que vulgarmente se piensa, la independencia política de las antiguas colonias europeas no significó el fin del colonialismo, significó la sustitución de un tipo de colonialismo (el colonialismo de ocupación territorial efectiva por una potencia extranjera) por otros tipos (colonialismo interno, neocolonialismo, imperialismo, racismo, xenofobia, etc.).



Vivimos en sociedades capitalistas, colonialistas y patriarcales. Para tener éxito, la resistencia contra la dominación moderna tiene que basarse en luchas simultáneamente anticapitalistas, anticoloniales y antipatriarcales. Todas las luchas tienen que tener como objetivo los tres factores de dominación, y no solo uno, aunque las coyunturas puedan aconsejar que incidan más en un factor que en otro.



El siglo XX fue de los siglos más violentos de la historia, pero también se caracterizó por muchas conquistas positivas: desde los derechos sociales y económicos de los trabajadores hasta la liberación e independencia de las colonias, desde los movimientos de los derechos colectivos de las poblaciones afrodescendientes en las Américas y de los pueblos indígenas hasta las luchas de las mujeres contra la discriminación sexual. Sin embargo, a pesar de los éxitos, los resultados no son brillantes. En las primeras décadas del siglo XXI atravesamos incluso un período de reflujo generalizado de muchas de las conquistas de esas luchas. El capitalismo concentra la riqueza más que nunca y agrava la desigualdad entre países y dentro de ellos; el racismo, el neocolonialismo y las guerras imperiales asumen formas particularmente excluyentes y violentas; el sexismo, a pesar de todos los éxitos de los movimientos feministas, sigue ejerciendo violencia contra las mujeres con una persistencia inquebrantable.



Un diagnóstico correcto es condición necesaria para salir de esta aparente estasis histórica. Sugiero varios componentes principales del diagnóstico. El primero reside en que, mientras que la dominación moderna articula siempre capitalismo con colonialismo y patriarcado, las organizaciones y movimientos que vienen luchando contra ella siempre han estado divididas, cada una privilegiando uno de los modos de dominación y descuidando, o incluso ignorando, el resto, y cada una defendiendo que su lucha y su forma de lucha es más importante. No sorprende, así, que muchos partidos socialistas y comunistas, que lucharon (cuando lucharon) contra la dominación capitalista, hayan sido durante mucho tiempo colonialistas, racistas y sexistas. Del mismo modo, no sorprende que movimientos nacionalistas, anticoloniales y antirracistas hayan sido capitalistas, procapitalistas y sexistas, y que movimientos feministas hayan sido conniventes con el racismo, el colonialismo y el capitalismo. De este hecho histórico resulta claro que los avances serán escasos si la dominación continúa unida y la oposición desunida.



El segundo componente tiene que ver con el modo en que se organizaron las resistencias anticapitalistas, anticolonialistas y antipatriarcales. Trabajadores, campesinos, mujeres, personas esclavizadas, pueblos colonizados, pueblos indígenas, pueblos afrodescendientes, poblaciones discriminadas por la discapacidad o por la condición u orientación sexual recurrieron a muchas formas de lucha, unas violentas, otras pacíficas, unas institucionales, otras extrainstitucionales. A lo largo del siglo pasado, esas múltiples formas se fueron condensando en partidos políticos, movimientos de liberación y movimientos sociales, y, salvo algunas excepciones, fueron dando preferencia a la lucha institucional y no violenta. El régimen político que se impuso como la mejor respuesta a estas opciones fue la democracia de origen liberal, la democracia actualmente existente. Ocurre que la potencialidad de este tipo de democracia para responder a las aspiraciones de las poblaciones oprimidas siempre fue muy limitada y las limitaciones se fueron agravando en tiempos más recientes. El modelo que más desarrolló esa potencialidad fue la socialdemocracia europea, y su mejor momento (conseguido, en buena medida, a costa del colonialismo y el neocolonialismo, o sea, de las relaciones económicas desiguales con las colonias y las excolonias), está hoy bajo ataque, no solo en Europa, sino también en todos los países que buscaron imitar su espíritu moderadamente redistributivo para reducir las enormes desigualdades sociales (Argentina, Brasil, Venezuela).



En todas partes, la democracia de baja intensidad está siendo cercada por fuerzas antidemocráticas y, en algunos países, va transitando hacia dictaduras atípicas, muchas veces basadas en la destrucción de la separación de poderes (desde Brasil a Polonia y Turquía) o en la manipulación de los sistemas mayoritarios (fraude electoral sistemático, como en México, sistemas electorales que no garantizan la victoria del candidato más votado, como Hillary Clinton en Estados Unidos). Sabíamos que la democracia se defiende mal de los antidemócratas pues, de otro modo, Hitler no habría ascendido al poder por vía de las elecciones. Y nótese que, si bien de modo fraudulento, su partido ostentaba la palabra “socialismo” en su nombre. Hoy, la democracia está siendo secuestrada por fuerzas económicas poderosas (bancos centrales, Fondo Monetario Internacional, agencias de calificación de crédito) no sujetas a ninguna deliberación democrática. Y las imposiciones pueden ser legales (¿y legítimas?): intereses de deuda pública, imposición de tratados de libre comercio, políticas de austeridad, rules of engagement de las multinacionales, control corporativo de los grandes medios de comunicación; e ilegales: corrupción, tráfico de influencias, abuso de poder, infiltración en las organizaciones democráticas, incitación a la violencia.



La democracia es hoy servidora de los intereses imperiales, cuando no directamente uno de sus instrumentos. Para imponerla se destruyen países enteros, sean ellos Irak, Libia, Siria o Yemen. Está bien documentada la intervención imperialista para desestabilizar procesos democráticos dotados de algún ánimo redistributivo y animados por algún posicionamiento nacionalista para protegerse del mercado internacional depredador de recursos estratégicos, sean ellos petróleo, minerales o, de modo creciente, tierra o agua. Esta desestabilización se nutre siempre de los errores, a veces graves, de los gobiernos nacionales (algunos considerados progresistas) y cuenta con la activa complicidad de las oligarquías que dominaron estos países. La descaracterización de la democracia es tal que ya se habla hoy de posdemocracia, un nuevo régimen político basado en la conversión de los conflictos políticos en conflictos mediáticos minuciosamente gestionados por técnicos de publicidad y comunicación, y últimamente apoyados por la posverdad mediática de las fake news.



El tercer componente del diagnóstico tiene que ver precisamente con los errores de los gobiernos nacionales. ¿Por qué se equivocan con tanta frecuencia, sobre todo cuando son considerados gobiernos progresistas? Son muchos los factores: no hay alternativas anticapitalistas creíbles y las conquistas contra el colonialismo, el racismo o el sexismo parecen depender de que no interfieran con la dominación capitalista; una vez obtenido el poder de gobierno, las fuerzas progresistas se comportan como si tuviesen, además de aquel, el poder económico, social y cultural que se reproduce en la sociedad en general, y con eso deja de reconocerse la gravedad o incluso la existencia de antagonismo de clases, razas y sexos; las luchas contra el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado son siempre concebidas como si se buscara eliminar los “excesos” de estos modos de dominación, y no su fuente. De tal “autocontención”, voluntaria o impuesta, devienen dos consecuencias fatales.



La primera es tolerar o incluso promover un sistema de educación que fomenta los valores y las subjetividades que sustentan el capitalismo y las relaciones coloniales, racistas y sexistas. La segunda es negarse a imaginar (o ignorar cuando ocurren) formas alternativas de organizar la economía, concebir la democracia, organizar el Estado, practicar la dignidad humana, dignificar la naturaleza, promover formas de sentir y de ser solidarias, sustituir cantidades y gustos infinitos por la proporcionalidad, dejar de lado euforias desarrollistas en beneficio de límites justos y fruiciones comedidas, promover la diferencia y la diversidad con la misma intensidad con la que se promueve la horizontalidad. Al presentarse como fatales, estas dos consecuencias son inhumanas. Por la simple razón de que ser humano es no ser plenamente humano. Es no tener que ser para siempre lo que se es en un determinado contexto, tiempo o lugar.

sábado, 14 de octubre de 2017

Milagro Sala, descalza, sin abrigo y a los golpes, fue reingresada a la cárcel de Alto Comedero









Milagro Sala, en el centro de la fotografía, dirigente política popular, jujeña e indígena, diputada brutalmente impedida de ejercer su nominación en el Parlamento del Mersosur, acusada de delitos no cometidos por el gobernador de su provincia que es miembro del partido Unión Civica Radical asociado a la alianza Cambiemos (PRO) en el poder gubernamental del Estado argentino, ha enviado a los pueblos de Nuestramérica y del mundo la carta cuyo facsimil se reproduce y fue distribuido por la Oficina de Prensa de la organización Tupac Amaru:





Milagro está en la cárcel de mujeres de Alto Comedero, a diez kilómetros de la capital de la Provincia de Jujuy, este blog es operado en la amplia región que rodea al Gran Estuario del Plata... 
Ella y centenares de miles de nosotros no dejamos de preguntar:
¿Dónde está Santiago Maldonado?