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miércoles, 24 de julio de 2013

La República (de Montevideo) no sólo está pésimamente escrito…



El diario La República, de Montevideo, haciendo la crónica de la llegada a La Habana del presidente Mujica, al menos en su versión digital, tituló “El régimen tiene muchos amigos en el sur”.1

El “redactor” y los “jefes" de sección y redacción del diario deben ser de una especie ajena a la generalidad de los que son dignos y capaces profesionales del periodismo (son muy pocos, es cierto), tomaron como fuente al Diario de Cuba, el que no titulo así sino de esta manera: “Mujica en La Habana: El régimen tiene 'muchos amigos en el sur'”, y más abajo en un subtítulo dice: “El mandatario uruguayo se reunió con Raúl Castro y 'celebrará' en Santiago el aniversario 60 del baño de sangre del cuartel Moncada”.2

Diario de Cuba es una publicación que se edita y pone en Internet desde Europa, y está hecha por un equipo de residentes en Europa. El subtítulo aludido “… ‘celebrará’ […] el baño de sangre del cuartel Moncada” es suficientemente explícito en cuanto a su intención política. Diario de Cuba, dirigido por Pablo Díaz Espí (cuatro letras que felizmente no alcanzan para emparentarlo conmigo), no puede sino nombrar como “el régimen” al Gobierno cubano, pero, prudente, no afirma que Mujica lo calificó así.

Eso lo hace La República… el diario que se dice “progresista” y “plural”.

He procurado muchas veces desde que sus propietarios y editores son negociantes oriundos de la Provincia de Santiago del Estero, Argentina –coterráneos del célebre y ya difunto gobernador Carlos Juárez3 y esposo de la vicegobernadora Mercedes Aragonés de Juárez–, avisar de los desaguisados que hacen con la puntuación y otros signos ortográficos. Es imposible… solamente se puede enviar comentarios a través de la benemérita y cultivada “facebook” (yo, ni loco…).

Ahora La República también repta, gusanea, sin ambages, sin disimulos…

Si alguno de ustedes puede, y quiere, le avisa a sus escribas.


Notas:
3 Buscar en Internet, hay muchísimas referencias...

martes, 16 de julio de 2013

“El difícil camino hacia un MERCOSUR Suramericano”, por Kintto Lucas



Agencia ALAI AMLATINA, 16.07.2013

El autor es un escritor y periodista uruguayo que durante casi dos décadas estuvo radicado en Ecuador. Recibió los premios Latinoamericano de Periodismo José Martí 1990, instituido por la agencia de noticias cubana Prensa Latina, y Pluma de la Dignidad 2004, de la Unión Nacional de Periodistas de Ecuador. Ha sido corresponsal en Ecuador de la agencia de noticias Inter Press Service, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar y autor de varios libros, entre ellos de La rebelión de los indios, Rebeliones indígenas y negras en América Latina, Mujeres del siglo XX, Apuntes sobre fútbol, Plan Colombia, La paz armada, El movimiento indígena y las acrobacias del coronel y La guerra en casa: de Reyes a la base de Manta. Se desempeñó como vicecanciller en el Gobierno ecuatoriano de Rafael Correa, y actualmente, de regreso en su país natal, Kintto Lucas es Embajador Itinerante de Uruguay para Unasur, Celac y Alba.


En los últimos años, América del Sur ha dado pasos decisivos en su camino hacia la integración regional. Conscientes de los desafíos que ha generado la globalización y que se han evidenciado en las crisis económicas y políticas internacionales, así como en la proliferación de actividades ilícitas transnacionales que traspasan las capacidades individuales de los Estados, algunos países han comenzado a entender que las ventajas de una mayor cooperación e intercambio comercial no son el objetivo final, sino que es necesario coordinar respuestas en políticas económicas y fiscales, pero también sociales, en manejo de recursos naturales, temas ambientales, de defensa y en otros ámbitos, para enfrentar las amenazas. Pero sobre todo, que en el mundo que se va configurando es imposible caminar solos, y es fundamental caminar en colectivo

Para reforzar la integración es necesario incrementar los niveles de interdependencia económica y comercial en la región. Es un camino complejo pero no imposible. Falta todavía profundizar en una mirada colectiva y dejar de mirarse cada uno al ombligo. Es necesario que las economías más grandes sean más solidarias con las economías pequeñas, pero también es fundamental que éstas busquen un desarrollo propio, dejen de ser parasitarias y no se escondan detrás la farsa de revender productos traídos de otros países sin incorporar agregado nacional o solo colocando una etiqueta de industria nacional.

De a poco América del Sur se va alejando de la teoría de integración regional que promueve el divorcio entre Economía y Política, y que terminó por arrastrar a muchos países a la falacia del “mercado auto regulador” como promotor del desarrollo. Sin embargo, es preocupante observar que después de las nefastas experiencias con la aplicación de la terapias de shock de mercado –en palabras de Naomi Klein-, este tipo de medidas políticas se siguen vendiendo desde algunos países de la OCDE, organizaciones financieras multilaterales, sectores políticos de derecha y ciertos empresarios, como la panacea para la proyección económica de nuestros países.

Desde el Norte se promueven los tratados de libre comercio y la liberalización y desregulación financiera, así como la privatización y la flexibilización del mercado de trabajo como los mecanismos fundamentales para la integración a la economía internacional. En América del Sur hay quienes escuchan esos cantos de sirena y defienden la necesidad urgente de crear un área de libre comercio estilo ALCA. Pretenden así reponer los fracasos del modelo neoliberal.

La integración regional de Suramérica debe recuperar el rol del Estado sobre el mercado, y de la sociedad sobre el Estado y el mercado. Los Estados Suramericanos integrados deben controlar el mercado suramericano integrado. Y la sociedad suramericana debe jugar un papel fundamental con su participación para controlar los Estados y los mercados integrados. Esa integración debe generar vías para un modelo de desarrollo que permita la proyección de cada país y la proyección conjunta.
La eficacia y el aprovechamiento de las sinergias regionales dependen de la capacidad de entender que es un proyecto colectivo, no individual, y del tejido institucional que se consolide en el proceso de integración.

Fortalecer y profundizar la integración en América del Sur, pasa por fortalecer y profundizar Unasur, y en ese camino es fundamental fortalecer y profundizar el MERCOSUR caminando hacia un “Mercosur Suramericano”. Pero eso depende de la capacidad que muestren nuestros Estados para reconfigurar sus estructuras productivas. Esto será posible si los gobiernos van de a poco trascendiendo el ámbito de la mera racionalidad económica y se comprometen en la construcción de una Política Económica Común e Inclusiva, que aproveche las ventajas de la región en recursos alimenticios, hídricos, materias primas industriales y energéticas, generando una integración productiva y la complementariedad entre los países.

En el nuevo orden mundial, la importancia de América del Sur en la economía internacional es innegable. Es uno de los polos económicos más dinámicos. Actualmente, el PIB de los países de la Suramérica representa el 73 por ciento del de América Latina y el Caribe, que a su vez representa el 8 por ciento del comercio mundial. A pesar del peso económico, la matriz productiva y exportadora de nuestros países continúa centrada en el sector primario y en las manufacturas intensivas en materias primas y recursos naturales. Este fenómeno responde a los altos precios de los commodities en el mercado internacional, pero también a la concentración de la inversión, tanto nacional como extranjera, en la explotación de materias primas. Como consecuencia, los países suramericanos enfrentan la amenaza de la desindustrialización y reprimarización de sus economías. Estos procesos conllevan el aparecimiento de enclaves productivos cuya generación de riqueza no se transmite al total de la economía, dadas las escasas concatenaciones productivas que generan y la fuga de capitales en forma de repatriación de ganancias y beneficios y de incremento desmedido de las importaciones. Esos enclaves, muchas veces son parte de la parasitaria inversión extranjera que no paga impuestos y aporta muy poco a nuestros países.

La forma independiente que los países suramericanos han concebido su desarrollo económico, ha dado origen al establecimiento de estructuras productivas orientadas a satisfacer solamente necesidades extra regionales, llevando a que la dinámica económica de los países de la región contribuya en poco o nada a la dinámica económica colectiva de la región. Debido a este modo individualista de concebir el crecimiento económico y de aplicar políticas comerciales fundamentadas en aperturismos indiscriminados, la mayor parte de las economías suramericanas han experimentado procesos de desmantelamiento productivo o pérdida de dinamismo económico en los sectores industriales. Paralelamente grandes segmentos de nuestras poblaciones ven disminuir el desempleo pero crecer el empleo precario. Y observan que, si bien se nota una clara disminución de la pobreza, la desigualdad se mantiene y a veces es más evidente.

Es necesario que la integración económica suramericana gire en torno a la articulación de las economías nacionales, que las estructuras productivas busquen satisfacer las necesidades de los habitantes de la región, de modo que podamos desarrollar nuestros sectores manufactureros y de servicios. En ese sentido se debe asegurar las condiciones jurídicas y técnicas para promover inversiones productivas regionales. Y finalmente hay que configurar ordenamientos productivos que contribuyan a que todas y cada una de las economías de la región alcancen niveles altos de competitividad para poder, en otra fase, competir en los mercados de servicios y manufacturas de mediano y alto valor agregado internacionales.

En el difícil camino hacia un Mercosur Suramericano, el actual organismo debe transformarse en la cabeza de puente para formar un bloque comercial suramericano, que se rija por los principios de solidaridad, complementariedad y consideración de las asimetrías en los niveles de desarrollo económico y social de los diferentes miembros, que priorice el papel del Estado, que tenga como finalidad el bienestar de la población en lugar de las ganancias del gran capital, y que sirva como ejemplo de un modelo de regionalismo diferente, frente a los esquemas tradicionales que se basan en el fundamentalismo de mercado.

domingo, 14 de julio de 2013

Juana Azurduy en lugar de Cristóbal Colón en la capital argentina





Un debate variopinto y hasta un amparo judicial que tiene vigencia por lo menos hasta agosto ha suscitado la intención de reemplazar el monumento a Cristóbal Colón, hasta hace unos días todavía emplazado en los jardines del lado este de la Casa Rosada, por otro que homenajea a Juana Azurduy. Del debate participan distintas figuras de la política y la cultura rioplatenses, entre ellos el escritor Mempo Giardinelli1.



En marzo de 2010, en el marco de las celebraciones continentales por el Bicentenario de la Independencia del colonialismo español de nuestros países, y ante el mausoleo con los restos de Juana Azurduy en la Casa de la Libertad de Sucre, la Presidenta de Argentina hizo entrega al Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia del sable y las insignias de generala del Ejército Argentino, con los que mediante un decreto su Gobierno distinguió a la histórica combatiente por la liberación latinoamericana. A la vez, el Gobierno de Bolivia dispuso donar a Argentina un monumento a la heroína, al que la presidenta Cristina Fernández quiere que se emplace en el lugar donde hasta ahora y desde hace más de noventa años se rinde culto a Colón.



En el diario Página/12 de este domingo 14 de julio se publica la crónica que el periodista Eduardo Videla hizo de una exposición que al respecto hicieron en la sede de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires la y los historiadores Araceli Bellota (directora del Museo Histórico Nacional), Hugo Chumbita (miembro del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico “Manuel Dorrego”) y Javier Garín (del Centro de Estudios Históricos “Felipe Varela”).2



La crónica de Videla en Página/12, muy digna de ser visitada, cita las opiniones de Bellota, Chumbita y Garín sobre la relevancia de la figura de Juana Azurduy, aquella a quien la voz de Mercedes Sosa cantando a Félix Luna y Ariel Ramírez figurara así:



Me enamora la patria en agraz
Desvelada recorro su faz
El español no pasará
Con mujeres tendrá que pelear





 “Cuando la insurgencia simbólica hurga el avispero”3




Por Yuri F. Tórrez

En Opinión, Cochabamba, Bolivia, 14 de julio de 2013



El autor es boliviano, licenciado en Comunicación Social y Sociología, máster en Ciencias Políticas y doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos por la Universidad Andina Simón Bolívar, Quito, Ecuador. Es también periodista y docente-investigador en el Centro Cuarto Intermedio, de Cochabamba, y en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), de Buenos Aires.



Este texto, publicado por el diario cooperativo Opinión, de Cochabamba, forma parte de las primeras reflexiones de la investigación titulada “Construcción simbólica del Estado Plurinacional. Imaginarios políticos, discursos, rituales, símbolos, calendarios y celebraciones cívicas/festivas (2010-2013)”, que auspicia el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), y que es realizada por Claudia Arce y Yuri Tórrez. yuritorrez@yahoo.es

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El funesto fénix del absolutismo colonial renace de sus cenizas aventadas a los cuatro vientos, concitando las sombras y los manes de aquellos espectros que reaparecen, como señales inequívocas de que aún perviven intactos en el imaginario social. Empero, hay algunos gestos que resisten a este designio y batallan por desbaratar esa mentalidad colonial, abriéndose así un escenario de disputa, expresándose, sobre todo en el campo cultural, por la vía de la apropiación y reapropiación de aquellos bienes simbólicos en pugna. Veamos.
Como si fuera parte de la película Good Bye, Lenin, a finales del mes de junio y en pleno centro de Buenos Aires, exactamente en la plazoleta contigua a la Casa Rosada, era desmontado el monumento a Cristóbal Colón para ser sustituido por el de la heroína boliviana Juana Azurduy, estatua financiada por el Gobierno de Bolivia. Esta decisión es resistida por el Jefe de Gobierno de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri.

 

Más allá de la disputa política interna argentina, lo que convoca la atención son los entretelones culturales, y por lo tanto ideológicos, que bordean esta lucha simbólica. En rigor, esta cuestión pasaría inadvertida para nosotros, los bolivianos, si no fuera porque se tratara de una heroína del Alto Perú, hoy Bolivia. Juana Azurduy de Padilla junto a su esposo, Manuel Ascencio Padilla, participaron en las luchas por la emancipación en el Virreinato del Río de la Plata, contra el orden colonial. El actual Gobierno argentino, en marzo del 2010 a través de su Presidenta, entregó personalmente el sable y las insignias de generala del Ejército Argentino ante los restos de Azurduy, resguardados en la Casa de la Libertad de Sucre. El monumento a Juana Azurduy es parte de la estrategia de cimentación simbólica asumida por parte del Estado Plurinacional de Bolivia que destinó, en este caso específico, un millón de dólares para la construcción de la obra.
 

En una porfiada insistencia, Macri, con sus ojos azules, sentencia al unísono de las arengas de manifestantes vinculados a la colectividad italiana que gritan al cielo: “Colón no se va de la Ciudad de Buenos Aires”. Esa centenaria estatua fue donada por los emigrantes italianos hace un siglo atrás. Según Macri, “Argentina se construyó con el aporte de las colectividades (emigrantes)”. En estas palabras del Jefe de Gobierno Buenos Aires subyace esa idea europeizada a la que le cuesta leer a Martín Fierro y prefiere reforzar aquella idea que los argentinos descienden de los barcos. De allí que Colón, con toda esa fuerza alegórica adquirida, se erige casi como un referente simbólico a defender por aquellos sectores que ven a la Argentina con ojos eurocéntricos sin percibir o, mejor dicho, invisibilizando a aquella diáspora de emigrantes que vienen desde la zona andina de América del sur, especialmente desde Bolivia. O aún peor, detrás de estos argumentos históricos tal vez quieren reproducir simbólicamente aquel hostigamiento cotidiano -casi perverso- que sufren los miles de bolivianos emigrantes en la Argentina. De algún modo, como dice el historiador Gustavo Rodríguez: “Juana (Azurduy) plantará el orgullo cívico nacional boliviano en las calles porteñas, país donde tiene alto reconocimiento oficial y militar, aunque muchas veces sea asumida como argentina”. Como dice la propia presidenta Cristina Fernández, “Me gustaría que más argentinos levantaran la voz para defender a nuestros próceres. Miren cómo nos tratan afuera”, afirmó la mandataria argentina, al aludir el incidente que padeció hace poco el presidente de Bolivia, Evo Morales. Explicó que “queremos trasladar el monumento de Cristóbal Colón y queremos poner ahí a la Juana Azurduy, a esa heroína de la independencia, y no es una decisión caprichosa, sino que creemos que en el lugar de la Casa Rosada, que es la casa de todos los argentinos, tiene que estar representada por los que lucharon y dieron su vida por la independencia”.
 

Tanto Carlos Marx y Max Weber acertadamente advirtieron que la cultura de la clase dominante es la cultura dominante. Es decir, la existencia de grupos sociales que en condiciones asimétricas de poder y ejercen la dominación de unos sobre los otros. En este sentido, siguiendo a Néstor García Canclini: “El patrimonio cultural sirve, así, como recurso para reproducir las diferencias entre los grupos sociales y la hegemonía de quienes logran un acceso preferente a la producción y distribución de los bienes. Los sectores dominantes no sólo definen cuáles bienes son superiores y merecen ser conservados; también disponen de medios económicos e intelectuales, tiempo de trabajo y de ocio, para imprimir a esos bienes mayor calidad y refinamiento”.
 

El reemplazo de la estatua de Colón por la de Juana Azurduy es una acción que apunta a hurgar el avispero. Devela la tensión no solamente social, sino racial que existe hoy en una Argentina que paulatinamente va perdiendo su esencia europea para fundirse en una Argentina más diversa. No debemos olvidar, como dice Mauro Beltrami, que “el monumento histórico adquiere un valor fundamental, al pasar a ser parte del patrimonio cultural de un pueblo, grupo o clase social; patrimonio que tendrá como factor determinante la capacidad de representación simbólica de las identidades”. Esto pasa mucho más en una ciudad como Buenos Aires que, al ser una ciudad cosmopolita, también es un archipiélago en la que se van tejiendo varias identidades, y posiblemente aquella identidad andina proveniente de Bolivia es una de las más importantes. O sea, detrás de esa defensa a ultranza de la no remoción de la estatua de Colón por parte de Macri persiste una visión anclada en una visión colonial de aquellos sectores conservadores de la sociedad bonaerense que se resiste a admitir, entre otras cosas o simbólicamente, el abigarramiento socio/cultural de la ciudad capital de la Argentina, posiblemente representada hoy en esa imagen del monumento de Colón caído que está a punto de ser trasladado a Mar del Plata.
 

Desde la perspectiva de la construcción del orden simbólico del Estado Plurinacional, la estatua de Azurduy en pleno centro bonaerense es llamativa. No debemos olvidar que la guerrillera independista se ha constituido en un ícono de la historia de las luchas anticoloniales rescatadas últimamente por el Estado boliviano, por ejemplo, en el curso de la celebración del Bicentenario de la Independencia de Chuquisaca. En este contexto, debemos desentrañar la significación de esta insurgencia simbólica por la presencia del monumento de Juana Azurduy en Buenos Aires. Esto es parte de una línea trazada, por lo menos en el campo discursivo, de la estrategia estatal en el devenir del horizonte descolonizador. De allí que si vence la posición de la mandataria argentina sobre el del jefe del gobierno de Buenos Aires adquirirá un efecto simbólico que trastocaría aquel imaginario colonial, mucho más si esa estatua representa a esos miles de bolivianos que viven en aquella ciudad. Muchos porteños siguen soñando con esa vieja Europa, cuna de sus abuelos, pero hoy su mentalidad está más añeja que nunca.


Notas:


3 http://www.opinion.com.bo/opinion/ramona/20130713/suplementos.php?id=1199
* El retrato de Juana Azurduy que ilustra esta nota está expuesto en la Casa de Gobierno de la capital argentina.

miércoles, 10 de julio de 2013

La seguridad de la inseguridad (frío en la espalda)



De algo se puede estar seguro, el mundo “vigilado” y “castigado” se ha tornado sumamente inseguro. La información ventilada por Edward Snowden suma nada más que unos pocos puntos más al ranking asesino de los “drones” estadounidenses, las perversas estrategias del mismo origen que facilitaron famosos derrumbes en Nueva York como justificativos de las invasiones guerreras en medio oriente poco después, y a la actitud brillantemente canallesca de los gobernantes de España, Francia, Italia y Portugal en favor de quien los ha amancebado. Dijo en una nota de opinión Atilio Borón: «actúan como la puta de Babilonia, que según narra la Biblia en el Apocalipsis (2.17) “con ella fornicaron los reyes de la tierra –léase los “capos” de Washington– y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución”»1.

El caso de la reciente provocación a Evo Morales y a los pueblos de América Latina, y que no estuvo lejos de una premeditación homicida por parte de gobernantes y tecnócratas bajo sus férulas, fue una maniobra más de las operaciones terroristas dirigidas a derrumbar la construcción en ciernes de una novísima ideología poscapitalista, como también lo fue el secuestro en un puerto de Ghana, en África, de la fragata argentina Libertad, buque escuela en el que efectuaban una práctica de navegación más de dos centenas de jóvenes marinos latinoamericanos.

Mejor un corazón ardiente y la inteligencia al día que una espalda tiritando de frío

Los casos aludidos son acciones y expresiones contemporáneas que repiten viejos hechos de los imperios o de sus lacayos: el obligado viaje y la muerte en ultramar de Mariano Moreno en 1811 (cuando apenas contaba treinta y pico de años); el privilegio de los intereses comerciales porteños frente a la unión de los pueblos del ex virreinato platense; el asalto y la ocupación de la islas Malvinas en 1833; el genocidio de los pueblos originarios entre ese año y 1884, medio siglo desde Rosas hasta Roca pasando por Alberdi y Sarmiento; y en el ínterin la muerte de un entristecido José Artigas y la feroz guerra contra Paraguay, el país que lo había cobijado en el exilio. Ya en el siglo XX suceden los fusilamientos de obreros rurales en la Patagonia, la Semana Trágica en Buenos Aires, y la expoliación y muerte de los hacheros santafecinos por La Forestal y de los mensuales esclavizados en los montes chaqueños y misioneros. A cien años del asalto a Malvinas y del inicio del mayor genocidio de pueblos originarios de la América del Sur, en Nicaragua, entre los Somoza y el Gobierno estadounidense asesinaban a Augusto César Sandino, y veinte años después siendo entonces Dwigth Eisenhower y John Foster Dulles las cabezas mandantes en aquel Gobierno la Central Intelligence Agency (CIA) ordena deponer a Jacobo Árbenz en Guatemala, como luego a Salvador Allende en Chile.

Variaciones de la misma trama acabaron con los gobiernos, entre otros, de Juan Perón, de João Goulart o de Arturo Íllia, y con la dirección criminal de Richard Nixon, Gerald Ford y Henry Kissinger se puso en funcionamiento en las décadas de 1970 y 1980 el Plan Cóndor de coordinación de dictaduras en América del Sur (se investiga ahora en su país la sospecha de que el brasileño Goulart fue en Buenos Aires asesinado en ese marco). Claro que Francia, con su “experiencia” en Argelia, no fue esquiva en facilitar “tecnologías” de tortura.


Cuando hace unos días a Evo Morales lo mantuvieron cautivo en Austria no todos los líderes populares de nuestra América reaccionaron pronta y adecuadamente. Entre los que lo hicieron y los que no, ahora habrá también distintas reacciones ante el “castigo” presidencial boliviano a EE. UU.: invitar a Snowden a instalarse en este país del altiplano suramericano (si el habitante en tránsito de Sheremétievo, en Moscú, no recala antes en Managua o Caracas). Quienes se interesan por la política mundial contemporánea ya saben quienes son los que procuran evitar las “crisis” diplomáticas con los gobiernos imperiales y para imperiales.

Sin ninguna duda que las estrategias y medidas de seguridad estadounidenses y europeas tan bien expuestas últimamente acrecientan exponencialmente nuestras inseguridades.

Dónde enfocar las camaritas de video

En 1975 apareció en Europa, en Francia, el libro Vigilar y castigar, una investigación del historiador, psicólogo y filósofo Michel Foucault –quien entonces contaba cuarenta y nueve años de edad–, en la que expone una fuerte crítica al modelo de sociedad “utilitarista” que pregonó en el siglo XIX el inglés Jeremy Bentham. El británico, por encargo de su majestad Jorge III, diseñó una cárcel cuya arquitectura y recursos tecnológicos posibilitaba que un único observador que no era visto vigilara a todos los reclusos (el Panopticon). “Bastaría una mirada que vigile, y cada uno, sintiéndola pesar sobre sí, terminaría por interiorizarla hasta el punto de vigilarse a sí mismo”, dice Wikipedia cuando se refiere a Bentham. Tal diseño en su momento no se materializó porque suscitó discusiones, pero posteriormente y hasta ahora el concepto se fue aplicando también en establecimientos educativos, fábricas, aeropuertos, ciudades y no debe faltar mucho para que unidades microscópicas transmisoras de imágenes se ofrezcan instalar desde el nacimiento en las zonas genitales de los hijos de nuestros nietos (“será mejor prevenir que sufrir la imposibilidad moral de un aborto”, podrían afirmar algunos de quienes sumaron poco menos de nueve por ciento de participación en la reciente consulta uruguaya para habilitar un referendo que anulara la vigente despenalización).

Vigilar y castigar, de Foucault, fue leído y comentado millones de veces en las universidades de nuestros países latinoamericanos. Entre la aparición en 1976 de la primera edición en castellano (México, Siglo XXI) y la penúltima década, lapso de treinta y cuatro años, se formaron los intelectuales y políticos que ejercen en los Gobiernos progresistas de la región.

Por caso, Florencio Randazzo, actual ministro de Interior y Transporte, quien nació en 1964, durante ese periodo referido obtuvo un grado y dos posgrados universitarios. Sus auxiliares, algunos aún más jóvenes que él mismo, como Alejandro Ramos –titular de la Secretaría de Transporte–, nació precisamente en el mismo año en que Foucault daba a conocer el libro de marras y, también, claro está, cursó estudios universitarios. Ellos dos y muchos más habrán leído o comentado este trabajo del autor francés. Ahora pareciera que en pos de un reciclaje de la felicidad “utilitarista” de (Jeremy) Bentham & (John) Mill ellos mismos propenden a la multiplicación de la vigilancia. Es muy probable que tanto Randazzo como Ramos, ambos descendientes de padres y hasta abuelos genuinamente peronistas, lo hagan persuadidos por una sentencia de Juan Perón: “Los hombres son buenos, pero si se los vigila son mejores”.

Perón hizo aquella afirmación a mediados del siglo XX, en plena vigencia de su identidad militar, claro está que después de Bentham y de Mill y bastante antes del análisis que sobre las teorías derivadas de aquellos británicos hiciera el francés Foucault. El ministro y el secretario de Transporte, ahora, deberían estar más actualizados sobre esos postulados y las críticas que han suscitado.

La misma canción en algunos gubernamentales y en antigubernamentales

En su edición del pasado día 7 de julio, el diario Perfil, de Buenos Aires, que no es “oficialista”, aborda la cuestión de una huelga dispuesta por el histórico gremio de los conductores de convoyes ferroviarios, La Fraternidad: uno de los dos motivos argumentados por ese sindicato fue la instalación de cámaras de vídeo en las cabinas de conducción que registrarán y transmitirán ipso facto imágenes de estos trabajadores mientras desempeñan su cometido. Aclaremos que por la suspensión del servicio de trenes suburbanos o “de cercanía”, como se los llama en algunos países, hubo protestas de los frustrados viajeros y algunas manifestaciones de vandalismo. En Perfil se escribió:

La protesta que impulsó La Fraternidad, gremio que conduce Omar Maturano, tiene dos lecturas. La del “relato”, que excusó los disturbios en un atraso del pago del medio aguinaldo; y la real, vinculada a la pérdida de poder del gremio.
Con esta última se vincula la instalación de las cámaras de seguridad dentro de las cabinas, algo que irrita a la cúpula de La Fraternidad. El Gobierno las instaló en tiempo récord en once de 17 formaciones. Grabarán cada movimiento del maquinista y en los próximos días se terminarán las demás. Por ahora no transmiten, pero el objetivo final es que estén conectadas a un sistema de monitoreo en vivo: un “gran hermano” de maquinistas. Lógico para la tremenda responsabilidad de conducir –literalmente– la vida de casi mil personas que viajan en un tren del Sarmiento en hora pico.2

El redactor, probablemente con “licencia” de comunicador social, no solamente es tendencioso sino también superficial, es decir poco formado éticamente y en técnicas de observación, análisis y expresión. Destaca un “relato” que “excusó los disturbios” y que oculta la que para él es la lectura “real”: “la pérdida de poder del gremio”. Cómo más adelante lo señala en el artículo, supone como pérdida de poder cierta voluntad que habría en el Gobierno de relevar la tradición ciertamente hereditaria del oficio (más que centenaria esa tradición) por el concurso de universitarios capacitados ex profeso.

Pero el hecho concreto que mal redacta el empleado de Perfil (si se escriben cantidades, una e inmediatamente otra, las dos van en cifras, o, si se quiere, las dos en palabras, pero nunca una sí y la otra no) es que la voluntad del Ministerio de Interior y Transporte es instalar cámaras de vídeo en todas las formaciones ferroviarias existentes. ¿Y si ponemos cámaras que permitan la visualización permanente del ministro Randazzo a través de un canal de televisión abierta, para observarlo y escucharlo en su despacho, en las dependencias auxiliares de éste e incluso en todas las habitaciones de su domicilio particular incluyendo las sanitarias y mientras se desplaza en vehículos, de lunes a lunes, desde cada 1º de enero hasta cada 31 de diciembre?

Más que plantar camaritas espías, gps cibernéticos, botones (hombre vivo, un disparate…) de acción repetitiva y probable fatiga en la vigilia, lo que hay que hacer es actualizar eficazmente la formación profesional de todos los trabajadores ferroviarios, pagar sueldos dignos y suficientes para que mantengan sus hogares con sólo una jornada laboral sencilla, lograr el óptimo funcionamiento de los convoyes, vías y señales, y jerarquizar el valor de los propios trabajadores para hacer recomendaciones y asesoramientos técnicos.

En Uruguay, por estos días, la cuestión de poner al ferrocarril nuevamente en movimiento luego de los estropicios gubernamentales décadas pasadas de Sanguinetti, Lacalle y Batlle también genera roces entre la tradición obrera y sindical y los técnicos económicos gubernamentales e incluso con tecnócratas académicos o transnacionales. El Gobierno del Frente Amplio se dispone a fundar una sociedad anónima de propiedad estatal para la operación del transporte ferroviario, y a remodelar toda la plantilla laboral. Sería bueno que pare, mire y escuche y en permanente relación con los “viejos” ferroviarios no se despoje de los análisis científicos y políticos apropiados.

De un lado y del otro del gran estuario es ahora. Después será más costoso

En Argentina ya se ha desatado el festival electoral. La parafernalia publicitaria de la “oposición” es entre torpe y ladina, su discurso no es discurso sino slogan y las alianzas de ocasión lindan con la ridiculez. Lamentablemente en las franjas populares todavía hay más dependencia del clientelismo (no solamente del Gobierno) que reflexión y lucha por derechos. El individualismo campea. Habrá que “empoderar” nuevamente a quienes ahora ejercen el poder político central con la condición ineludible de facilitar la generación de “poder popular” (y escuchar, sin filtros ni toscanos en la oreja). Los tiempos en el mundo que se viene serán difíciles y para conducirnos en ellos habrá que sofrenar los escalofríos de espalda.




Notas:

viernes, 5 de julio de 2013

EQUIVALENCIAS…



Cuando se es veinteañero ni se piensa en que casi seguro se puedan vivir cincuenta y siete años más. Un mes, cuando se es veinteañero, es solamente 0,14 % del tiempo que se tiene por delante.

Alrededor de los cuarenta años de edad, con treinta y siete años por delante de probabilidad de sobrevivencia, un mes equivale a 0,23 % de esa esperanza de vida.

Cuando se tienen setenta y dos quizá queden cinco años de sobrevida y, consecuentemente, un mes de una persona de esta edad equivale a 1, 66 %  de su potencial sobrevida: es decir, cada mes de esta persona equivale a siete meses de la vida de una persona de alrededor de cuarenta años de edad. En relación con los veinteañeros la diferencia es mayor: un mes de quienes suman setenta equivale a un año de los que veinte.   

Así, dos meses de los septuagenarios equivalen a más de un año de los cuarentones, y tres meses a casi dos años… Un montón de tiempo que nos saca de las casillas cuando nos los roban impunemente. A los viejos nos entristece y enoja que algunos jóvenes no siempre lo entiendan.

jueves, 4 de julio de 2013

Gracias a los lectores...

Agradezco mucho a cada una y cada uno y en conjunto a todas las lectoras y lectores que vienen siguiendo estos apuntes desde diversos países de América y del mundo: entre otros desde EE. UU., la Federación Rusa, Uruguay, Alemania, España, Perú, México, el Reino Unido, Colombia, Venezuela, Nigeria, China, Australia y, claro está, también desde Argentina.

¡Gracias!

Como dijo hace apenas un momento Evo Morales, en Cochabamba, Bolivia, estamos los pueblos latinoamericanos y caribeños junto con los hermanos de todos los continentes que ansían y luchan por su liberación, especialmente hoy junto a los pueblos de España, Francia, Italia y Portugal, avergonzados por el papel que desempeñan sus Gobiernos.

Combatir el hambre y la pobreza en el mundo rural – Vía Campesina



Este documento está siendo distribuido por La Minga Informativa de Movimientos Sociales, una iniciativa de comunicación impulsada por diversas redes y coordinaciones sociales de América Latina y el Caribe que se han planteado unir fuerzas y buscar respuestas conjuntas en este plano, entendiendo que la comunicación es estratégica para la acción social. Minga, o minka, en lengua quechua, significa reunión para el trabajo colectivo en beneficio común.
Plataforma de Vía Campesina para combatir el hambre
y la pobreza en el mundo rural
 
Resoluciones y Mociones de Yakarta, junio de 2013

 
Hoy hay más personas en el mundo padeciendo hambre que en cualquier otro momento de la historia humana. A su vez, el Banco Mundial recomienda cada vez más programas asistencialistas, compensatorios, "focalizados", productivistas, privatizadores y de liberalización de mercados, para supuestamente acabar con el hambre.
 
Y cada vez más los Gobiernos, muchas veces hermanados con el sector privado nacional y transnacional, se esfuerzan por implementar estos programas. El resultado ha sido más hambre y más pobreza en el campo y en la ciudad, irónicamente con mayores oportunidades para la inversión y las ganancias privadas.
 
El hambre y la pobreza son las más nuevas "commodities" (mercancías) para especular con ellas en los mercados al costo de los hambrientos y los pobres. Esta es la triste realidad. Si los gobiernos y las instituciones multilaterales de verdad quisieran reducir el hambre, la pobreza y la miseria, deberían empezar por asumir las verdaderas causas
estructurales de las mismas y diseñar políticas públicas de Estados y apoyar las iniciativas de los movimientos dirigidas a atacar dichos problemas en su raíz.
 
La causas
 
El hambre y la pobreza tienen sus causas estructurales en el sistema capitalista. Aunado a esto, las políticas neoliberales de recorte de presupuestos y servicios, y de transnacionalización de nuestras economías, empeoran tanto las estructuras de inequidad como las condiciones actuales para nuestros pueblos. Los programas
asistencialistas y compensatorios no hacen nada para rectificar esta situación; más bien enmascaran las causas verdaderas y permiten que se sigan transformando nuestras economías en contra de nuestros propios intereses.
 
El sistema económico capitalista global ha generado diversas crisis, cuyas manifestaciones locales y regionales nos golpean más, incluyendo, entre otros, los efectos de la crisis global de los precios de los alimentos y de la crisis climática. Los alimentos subvencionados y baratos importados por las empresas transnacionales, posibilitados por los tratados de libre comercio, rebajan los precios que recibimos por
nuestros productos agrícolas, obligando a las familias campesinas a abandonar el campo y a migrar a las ciudades, mientras se socava la producción alimentaria local y nacional. Justo cuando se haya suprimido la producción nacional de alimentos, sus precios se dispararán en los mercados internacionales, generando hambrunas que pudieran haber sido evitadas por políticas de Estado que apoyaran la producción campesina
nacional de alimentos en cada país, a través de sus sistemas de producción.
 
Los inversionistas extranjeros, invitados por algunos de nuestros Gobiernos, acaparan las mejores tierras de labranza, desplazando aún más a los campesinos y campesinas locales, productores y productoras de alimentos, y reorientando las tierras hacia la minería, siendo social, cultural, política, económica y ambientalmente devastadora, hacia las plantaciones de agro-combustibles que alimentan a los automóviles en vez
de a las personas y hacia otras plantaciones dedicadas a la exportación, que atentan contra la Soberanía Alimentaria de nuestros pueblos y sólo enriquecen a unos pocos. Hay cada vez menos tierra para producir alimentos para las personas, y cada vez más para minas y desiertos verdes. La privatización por la venta y la contaminación del agua
significa que los únicos que pueden regar son los dueños multinacionales de las plantaciones para agro-combustibles y la exportación.
 
Al mismo tiempo, las emisiones descontroladas de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire proveniente de los Países Desarrollados y del sistema agroalimentario global de las corporaciones –basado en el transporte a largas distancias y en la agricultura industrial– están cambiando el clima en nuestro detrimento. Nuestras
tierras se vuelven más áridas, con cada vez mayor escasez de agua, afrontamos incrementos de las temperaturas y condiciones progresivamente más extremas, tales como fuertes tormentas, huracanes, inundaciones y sequías. Las fechas de las épocas lluviosas se han vuelto completamente impredecibles, de manera que ya nadie sabe más cuándo sembrar. Todo esto daña a las familias campesinas y pueblos originarios y afecta a la producción alimentaria. También, nos enfrentamos a la imposición de las semillas transgénicas en nuestros países, que amenazan la integridad de nuestras variedades locales de semillas –esenciales para hacer frente al cambio climático– y la salud de nuestros consumidores y consumidoras.
 
Frente a esta dura realidad, La Vía Campesina Internacional, reunida en la VI Conferencia Internacional, en Yakarta, Indonesia, desde el 9 al 13 de junio de 2013, ha analizado posibles soluciones reales al hambre y la pobreza en nuestro mundo, al atacar las causas estructurales de dichos problemas y sobre todo en las zonas rurales de todos los países.
 
En base a eso, hemos elaborado los siguientes lineamientos para los Gobiernos y para las instituciones multilaterales que verdaderamente quieran erradicar el hambre, la pobreza y la miseria. Estos son:

 
1. El eje rector de todas las políticas públicas de los Gobiernos y de los organismos internacionales debe ser garantizar la alimentación de todos los seres humanos, donde los alimentos no sean apenas una mercancía, como está establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
 
2. Garantizar el acceso campesino e indígena a la tierra, el agua y las semillas nativas.
 
    a. Asegurando que cada familia y comunidad campesina e indígena disponga
de tierras fértiles para trabajarlas, a través de una reforma agraria integral.
 
    b. Viabilizando el acceso al agua, tanto potable como para riego (bajo esquemas artesanales que no dañen a la Madre Tierra), para todas las familias que vivan en las zonas rurales. El agua es un derecho universal de todos los seres humanos, y no debe ser propiedad privada de nadie.
 
    c. Apoyando los bancos campesinos de semillas: estimulando el rescate, multiplicación e intercambio de semillas locales, mejoradas por los propios procesos de fitomejoramiento campesino.
 
    d. Impidiendo el control privado y extranjero de los recursos naturales.
 
3. Garantizar la producción campesina e indígena de alimentos:
 
    a. Proveyendo los recursos económicos y técnicos que aseguren la producción de las campesinas y campesinos y de los pueblos indígenas.
 
    b. Creando y estableciendo que los programas de adquisición pública de        alimentos, en todos los niveles de gobierno, compren de manera anticipada y con precios justos, la producción campesina e indígena de alimentos de las familias, comunidades y cooperativas. La alimentación no puede ser condicionada por la fuerzas del mercado.
 
    c. Haciendo disponibles recursos para instalar pequeñas agroindustrias            campesinas y comunitarias, en forma de cooperativas, para que el valor agregado quede en manos campesinas.
 
    d. Implementando programas de reforestación con árboles nativos y frutales en todas las zonas campesinas.
 
    e. Implementando programas que promuevan la soberanía energética en todas las comunidades rurales, en base a recursos locales existentes, a través de sistemas de alimentación, medio ambiente, y energía.
 
    f. Teniendo en cuenta la formación en agro-ecología en el sistema educativo en  todas las zonas rurales.
 
4. Garantizar el acceso de las comunidades rurales a una educación pública, universal, gratuita y de calidad: una educación, que estimule a la juventud a quedarse en el campo y que no aliente al abandono de las áreas rurales.
 
5. Asegurar porcentajes de los presupuestos públicos a la educación 10 %, a la salud 10 % y a la producción campesina de alimentos 20%, en lugar de dedicar recursos públicos al pago de intereses de deuda.
 
6. Garantizar un ingreso digno a todas las trabajadoras y trabajadores para que puedan adquirir una dieta adecuada y basada en los principios de la Soberanía Alimentaria.
 
7. Los Estados deben establecer sistemas previsionales tripartitos justos y solidarios que garanticen una pensión o jubilación digna a cada trabajadora y trabajador.
 
8. Se debe prohibir todo tipo de discriminación (en base a sexo, género, color de la piel, etnia, religión, identidad, etc.), actuando efectivamente para evitar la misma.
 
9. Exigimos a los Gobiernos de los países productores de petróleo que aprueben en la OPEP un porcentaje sobre todas las transacciones de petróleo en el mundo, y que los fondos recaudados vayan a un fondo para acabar con el hambre.
 
http://viacampesina.org/es/index.php/nuestras-conferencias-mainmenu-28/6-yakarta-2013/declaracion-y-mociones/1795-plataforma-de-la-via-campesina-para-combatir-el-hambre-y-la-pobreza-en-el-mundo-rural
 
Minga Informativa de Movimientos Sociales
http://movimientos.org/
 
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martes, 2 de julio de 2013

ATROPELLO CONTRA LA REPÚBLICA PLURINACIONAL DE BOLIVIA

Mucha prueba que demuestra la calaña de algunos "gobernantes" del mundo. Gigantes torpes y brutos. Refinados "rascatripés". Burócratas imbéciles.
SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE LA REPÚBLICA DE BOLIVIA Y CON SU PRESIDENTE EVO MORALES.