Se
dedica este texto entre testimonial y de ficción (de profundo deseo, quizá) a
todas y todos los que en este confuso presente y con profunda sencillez luchan
riendo y llorando en busca de un mundo mejor. Pero igualmente nos parece
también necesario hacer la excepción de nombrar algunas personalidades con las
que hemos conversado sobre estas cuestiones y en las que ahora se piensa porque
son especialmente significativas: Eugenio Raúl Zaffaroni, jurista, quien
caracterizó con precisión el momento mundial y suramericano (nuevamente hoy):
dictadura global de los súper-gerentes y suerte de virreinatos en nuestros
países;1 José Luis Coraggio, economista social y académico que propone
como vía de salida formas alternativas de asociación y producción;2
y Jorge Beinstein,3 un consecuente y preciso intelectual marxista
que insiste en avisarnos que estamos en la fría noche del largo final del
capitalismo. Hice la excepción con tres argentinos que como yo suma cada uno en
su haber setenta y tantos años y no quieren, no queremos, más muertes gratuitas
del pueblo en las calles y plazas argentinas como hubo en diciembre de 2001. Sabiendo
del profundo dolor que infringen en hermanos mayores las sentidas derrotas
vividas nombramos también, en representación de todos los viejos luchadores, a
Osvaldo Bayer. G.E.
Hoy, sábado 30 de julio de 2016, vemos que pese a
corresponder según los acuerdos preestablecidos la transferencia de presidencia
pro témpore de la organización suramericana intergubernamental llamada
Mercosur, o en portugués Mercosul, presidencia temporaria que se va sucediendo
por orden alfabético y ahora correspondió pasar de Uruguay a Venezuela, y
habiendo el Gobierno de la República Oriental del Uruguay declarado que había
concluido su período la expresada oposición a esa transferencia de los Gobiernos
de Brasil y de Paraguay, con la aquiescencia del que funge como tal en
Argentina, pone en riesgo la propia supervivencia de la organización que en el
último decenio largo viró de la inicial componenda de operaciones comerciales
de los oligopolios transnacionales a un marco amplio de rasgos políticos y sociales.
Se arguye para oponerse a la transferencia de esa presidencia pro tempore un supuesto
incumplimiento por parte de Venezuela de la llamada cláusula democrática, como
si quienes hoy ejercen funciones de dirección estatal en estos tres países,
Brasil, Paraguay y Argentina fueran adalides del saber y el hacer democráticos,
socialmente transparentes y humanamente dignos. Venezuela, finalmente, asumió
la presidencia pro témpore, en soledad… solo acompañada por los pueblos.
En dos países importantes por sus pesos políticos en el
continente –Brasil y Argentina–, los que juntos suman una población total
numerosa y en grave riesgo de salud e integridad social y política, más de
doscientos cuarenta millones de personas, se están jugando escenas principales
aunque todavía no bélicas de la guerra a la que recientemente se ha referido
Jorge Bergoglio (dejando claro que «no es una guerra de religiones»), máxima
figura del catolicismo mundial, en oportunidad de visitar Polonia y el museo
Auschwitz. Estas escenas latinoamericanas están camufladas por tan brutales
como torpes parodias de judicialización de la política que producen daños
gravísimos en la salud de la conciencia individual y social de las personas y
pueblos. Los grupos mafiosos en operaciones se autoerigen como decisores de la
verdad y de la corrección moral y política, aceptados sin asomo de duda por
capas sociales de esencia subordinada y que se asumen a sí mismas con una
identificación que no tiene rango sociológico y sólo es un mero mito al que se
ha dado en llamar “clase media”.
Es este marco de cosas, real, concreto, el que induce imaginar
un llamamiento así:
Llamamiento
Nosotros, asalariados integrantes
de un amplísimo proletariado mundial compuesto por trabajadores de las más
diversas especialidades y oficios, desde obreros básicos a intelectuales de
excelencia pasando por los que nos desempeñamos en las distintas ramas de la
producción de mercancías, de la investigación y los conocimientos aplicados, de
la cultura y el arte en general, de la organización y práctica de la educación,
la salud, la recreación y la reproducción social de la vida, quienes estamos
señalados por el proceso del devenir social universal para ser artífices de
nuestra propia liberación de la explotación del hombre por el hombre, y con
ello también liberar a vosotros en tanto explotadores dada esa condición por
ser propietarios de los bienes de producción que creamos y operamos nosotros
mismos;
Nos dirigimos a ustedes, señoras y
señores propietarios de capitales de carácter productivo dedicados en los
países de nuestra Latinoamérica o en otros en distantes continentes del mundo a
actividades agropecuarias, de extracción mineral, industriales, de servicios o el
comercio para proponerles, con absoluta predisposición para evitarnos más daños,
que procedamos de común acuerdo y manera consecuente con los procesos
históricos de los pasados dos últimos siglos y los recientes decenios del
presente, apoyados en las experiencias y el conocimiento logrados por las
ciencias sociales, especialmente las económicas, jurídicas y políticas, a
resolver las contradicciones entre vuestros intereses de clase y los nuestros,
también de clase.
Lo hacemos ahora, en el contexto
político contemporáneo de gravísima crisis del capitalismo transfigurado
finalmente en pura especulación financiera, no gobernado sino meramente
“gestionado” por una camándula internacional de tecnócratas de cuarta, quinta o
sexta generación híbrida que solamente persiguen sus propios bienestares,
planteándoles nosotros a Uds. la necesidad de una determinación urgente: no
sucumbir ni inmolarnos unos y otros sino reconstituir en nosotros y ustedes,
sus hijos, los nuestros y demás descendencia la voluntad de vivir.
Hay otro mundo posible, eso es
cierto. Para encaminarnos hacia su construcción es imprescindible primero
quitarnos de encima, de entre medio y de los costados a todos los que se han
creído dirigentes, gerentes y administradores de las cosas importantes para
nuestra subsistencia como especie y sociedad. El mundo está siendo manejado por
tecnócratas encaramados en las
gigantescas empresas multinacionales que imponen mercancías, valor dinerario,
guerras y sufrimientos como instrumentos de dominación. De ellos hay que
desprenderse, y son ustedes, señoras y señores capitalistas, quienes tienen la
principal responsabilidad en esa acción. No los escuchen ni les obedezcan más,
échenlos…
Son millones y millones los
gerentes ladrones, lo sabemos. Pero caídos sus capitostes los demás huirán
hacia su desaparición…, ha sucedido, hay experiencia, hay investigaciones.
Despacio, luego, con cierto desorden primero pero con alegría, podremos, con
buena voluntad, reconstruirnos y construir nuevos modelos de sociedades que
estarán vigentes por dos, tres o muchos más siglos por delante. No queremos
tener que hacerlo solos, nosotros, los marcados por la historia. Queremos
llevar adelante esta epopeya con ustedes, de manera compartida y no en tanto
enemigos. El mundo nuevo, eso sí, felizmente, ya no será capitalista…
Notas:
1
Ver en este blog (enero de 2016): http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2016/01/raul-zaffaroni-es-una-nueva-forma-de.html;
http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2016/01/zaffaroni-van-matar-alguien-no-sean.html;
y en su publicación original la entrevista a Eugenio Raúl Zaffaroni: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-289956-2016-01-10.html
2
También en este blog un artículo de José Luis Coraggio (febrero de 2016): http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2016/02/a-la-busqueda-de-posibles-criterios_56.html
3 Artículos
de Jorge Beinstein en: http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2016/06/el-lumpencapitalismo-por-jorge-beinstein.html;
http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2016/07/capitalismo-la-deriva-senales-de.html;
y en su blog: http://beinstein.lahaine.org/
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