Vistas de página en total

sábado, 23 de julio de 2016

Glifosato. Cuencas rioplatenses en emergencia


La cuenca paranaense y sus afluentes primarios y secundarios, otros ríos como el binacional que se comparte con la República Oriental del Uruguay y algunos de su propio territorio como el Negro, afluente del Uruguay, el Santa Lucía o el Solís y el gran estuario platense están en muy serio peligro. Debajo está el acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del mundo. Es decir, están en serio peligro las poblaciones ribereñas, las grandes concentraciones ciudadanas, una porción de toda la humanidad y hasta la paz entre los pueblos del sur.

La mediocridad intelectual y política de la infelizmente denominada “clase dirigente” de nuestros países suramericanos están llevando a un límite insostenible la contaminación ambiental producto del desenfreno en la explotación y el negocio agropecuario. Este es el pronóstico cabal que nosotros podemos hacer: si no paran por propia voluntad más pronto que tarde habrá que terminantemente mandarlos parar.

La información sobre la situación comprometida de los cursos de agua, lechos y riberas fluviales circuló una vez más esta mañana por medios periodísticos radiofónicos y en papel o digitales a partir, ahora, de manifestaciones de Damián Marino, biólogo del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) dependiente del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).  Recogió sus afirmaciones para Página|12 la estudiante de Comunicación Social y pasante en ese diario, Paz Azcárate.

Marino, con un equipo de colegas becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, durante el curso de los años 2011 y 2012, recorrieron, observaron, recogieron información, tomaron fotografías y muestras materiales –entre estas, del agua de ríos y otros afluentes–, en el curso argentino del río Paraná y en el delta del mismo que comparten las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires.

El tan extenso trabajo de observación y toma de muestras contó con la colaboración de la Prefectura Naval Argentina, fuerza de seguridad estatal nacional que durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner –como también la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército–, compartieron sus recursos técnicos y humanos para la investigación científica aplicada. Para el caso la Prefectura, destacó el biólogo de la UNLP, facilitó tecnología, transporte y apoyo logístico (alimentos, hospedaje en sus buques, comunicaciones, etc.).

Atardecer frente al río Paraná
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Parana_atardecer.JPG

El estudio realizado detectó altos niveles de presencia del herbicida glifosato de la multinacional Monsanto –también propietaria de patentes de semillas híbridas y resistentes al tóxico– en los tres mil quinientos quilómetros de extensión de la cuenca del río Paraná desde la desembocadura del río Pilcomayo en el noreste argentino hasta en la del Luján, en el delta bonaerense. Esa presencia se va incrementando en la medida que el río fluye hacia el sur atravesando zonas de intensa explotación agropecuaria, destacó Marino.

Un detalle importante que se probó con la investigación es que al precipitar los componentes del herbicida se concentran en los lodos del fondo fluvial y de los arroyos afluentes, más todavía aguas abajo, es decir en las zonas más densamente pobladas, y que la biodegradación de sus componentes químicos es sumamente lenta

La nota publicada por Página|12 1detalla que:

Según explicó el investigador, no existen parámetros para determinar el nivel de gravedad de los valores encontrados. «Si uno intenta comparar eso con niveles de referencia, para sedimentos no existe, y para agua, todas estarían bien, es decir que encuadra con lo reportado por la literatura nacional e internacional», dijo. Sin embargo –advirtió–, «si tenemos en cuenta que se trata de un compuesto sintético, ningún valor debería considerarse normal».

[…]

Por el momento, se desconoce el lapso que el glifosato podría permanecer en el ambiente, aunque la referencia aportada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos es que el glifosato está considerado un contaminante “pseudopersistente”. «Esto significa que el ambiente está recibiendo una cantidad superior de la que puede degradar», detalló Marino.

En la república vecina y hermana –“nacidas de la misma placenta” en el decir popular de Pepe Mujica, hombre que con otras cuestiones a veces se hace el zonzo– la situación por insuficientemente cuantificada no es menos grave. Los ríos Negro, Santa Lucía y Solís y sus lagunas asociadas son el principal recurso de agua dulce para la población uruguaya, y tienen altos grados de contaminación y nitrificación por desechos urbanos e industriales sin tratamiento previo a su volcado, y por la intensiva explotación agropecuaria de la soja que se sustenta en el pulverizado de glifosato.

Un fiscal y un ambientalista uruguayos, Enrique Viana y Eduardo Gudynas, más unas treinta organizaciones populares vienen planteando con distintos recursos la preocupación por el deterioro del medio ambiente y el agua para consumo humano. Ingresar quince años atrás a la República Oriental desde Argentina cruzando los puentes sobre el río De los Pájaros, especialmente en los atardeceres primaverales, era incorporarse a un paisaje de siembras variadas y de crianza de ganado vacuno y ovino, con ñandúes en las praderas y variados olores naturales como hasta el de los orines de los zorrinos. Eso, ahora, no existe más. El “país natural” de otrora huele ahora con demasiada frecuencia a huevo podrido en Fray Bentos. La inmensa pastera allí instalada, ex Botnia y ahora UPM, siempre multinacional del norte con sede en Finlandia, ya está en planes de abrir una planta aún más grande en las riberas interiores del río Negro…

La investigación sobre la cuenca del Paraná, río que junto con un complejo sistema de ríos menores y riachos derrama en el gran estuario Del Plata, realizada por el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente dependiente del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata, fue publicada por la revista especializada Enviromental Monitoring ad Assessment, y es la primera de importancia similar realizada en esa cuenca. Vale resaltar, destaca el trabajo realizado por Paz Azcárate, que «El año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que el herbicida [glifosato] produce daño genético en humanos y lo categorizó como “probablemente cancerígeno”, segundo en una escala de uno a cinco».

El biólogo Damián Marino resumió diciendo: «Desde el punto de vista biológico, este trabajo nos muestra que la actividad productiva agropecuaria está impactando en el ambiente, y los herbicidas que para ella se utilizan dejaron de estar sólo en el campo para movilizarse hacia distintas zonas a medida que entran en contacto con las cuencas hídricas». En la cuenca del Plata, de la que el río Paraná forma parte, una importantísima parte de su población ribereña, incluyendo a las ciudades de Montevideo y Buenos Aires y sus áreas de influencia metropolitana, se alimenta directa o indirectamente con el producto de la pesca artesanal… ¿Es o no es necesario mandar parar?


Nota:
1 “Las aguas bajan con glifosato”, Página|12, 22.7.2016, en http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-304892-2016-07-22.html



No hay comentarios:

Publicar un comentario