Revista Anfibia es un nexo activo, que acciona, entre academia y
periodismo. Es editada por la Universidad Nacional de San Martín, con sede en ese municipio del conurbano
bonaerense. Como las Universidades nacionales de General Sarmiento, Quilmes y
otras integra una red de altas casas de estudio que en el último decenio
incorporaron a la formación científica y técnica a una importantísima cantidad
de jóvenes. Andrés Fidanza es el autor de “Macri no inventó la pólvora, pero la
sabe usar”, artículo que escribió en la mañana de hoy, miércoles 16 de marzo,
luego de terminada la votación en general de la ley pedida por el juez
municipal Griesa de Nueva York (hemos agregado entre corchetes esa
particularidad del “default argentino” en el texto de Fidanza). Blandiendo la “ley”
en la próxima semana recibirá el virrey al sub-monarca en funciones, Barack
Obama.
Replicamos aquí sólo tres
párrafos del artículo aludido. Compartimos la generalidad del mismo.
Reconocemos que Andrés Fidanza en el texto a velocidad asombrosa y en innegable
estado de emoción. Saludamos al autor con entusiasmo y afecto e invitamos a
leer la versión completa. G.E.
Hace un rato, el gobierno de Cambiemos concretó su mayor triunfo
político. Logró que se aprobara en Diputados la derogación de las leyes cerrojo
y de pago soberano, y autorizar la emisión de deuda para pagar a los holdouts y
salir del default [que “decretó” un juez municipal de Nueva York]1.
Detrás de las chicanas y la discusión en el recinto, se vio, por un lado, el
éxito de las negociaciones previas. Y que el proceso de pago de deuda y
búsqueda canales de financiamiento acompaña al conjunto de la clase política
argentina y sus alianzas intermitentes.
Diego Bossio
elude la mirada acusatoria de sus ex compañeros kirchneristas. Los tiene a la
derecha, a cinco bancas de distancia, pero su vista evita cruces incómodos.
Tampoco gira la cabeza hacia su izquierda, donde por primera vez se ubica el
pelotón oficialista de Cambiemos, los 91 diputados mezclados entre macristas,
radicales y lilistas para dar una señal de unidad. En los últimos años, ese fue
el lugar del Frente para la Victoria. Mientras habla apasionado, Bossio se
agarra del apoyabrazos de madera oscura. Toma envión, se levanta unos
centímetros de la silla y se limita a mirar hacia al frente.
–Tenemos que tener puntos de coincidencia. No podemos vivir en lucha
permanente–, afirma uno de los ex funcionarios más mimados por Cristina
Kirchner.
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