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miércoles, 23 de marzo de 2016

Dictaduras, latrocinio, asesinatos, deuda externa y merco-clientelismo de derecha



Ahora está en el tapete periodístico el apoyo que los representantes de las provincias en el senado prestarán a la proposición virreinal de contraer nueva deuda pública, engrosando las cuentas de los negociadores, con el objetivo de “volver al circuito del crédito internacional”. A los gobernadores de sur a norte y de este a oeste de un país con paisajes tan diversos y distantes entre sí les preocupa eso: “volver al circuito del crédito”. Dicen necesitar financiamiento para el desarrollo de sus economías.



Piénsese solamente medio minuto, no más, en cuánto costó en deuda pública externa argentina desarrollar el exterminio de los pueblos originarios de la pampa húmeda con el que en el siglo XIX se fundó el capitalismo agropecuario y constituir el “patriciado oligárquico”, el que se demostró tan cultivado en esos menesteres genocidas como sus ancestros de la colonizadora “madre patria”. Sin duda se trata de una tradición de clase. Un eslogan en boga ahora, desde enero pasado y en boca de no pocos intendentes y gobernadores se puede parafrasear así: “si a los financistas les va bien, a los intermediarios también”.



Un artículo de archivo de Página/12, publicado el 26 de agosto de 2012 y que firman docentes e investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Alejandro López Accotto, Carlos Martínez y Martín Mangas, hace evidente la “racionalidad” de gobernadores y legisladores de provincias en las cámaras de diputados y senadores.



En “El poder económico local tiene coronita: los sistemas tributarios de las provincias explican en gran parte las dificultades fiscales de varios distritos del interior”1, sus autores analizan exhaustivamente cuentas fiscales y encuentran que «entre 1993 y 2010, la recaudación nominal de impuestos nacionales se multiplicó prácticamente por once y la de tributos provinciales por un factor de algo menos que ocho. Con ello, puede apreciarse que el gobierno nacional tuvo mayor capacidad que sus pares provinciales para captar adecuadamente, por medio de los impuestos, una parte del notable incremento del Producto que se ha dado en el período 2003-2010».



Hallaron que «la presión fiscal del conjunto de provincias (neta de aportes y contribuciones a la seguridad social) se incrementó en un 38 por ciento, al pasar entre 2001 y 2011 de un 3,6 a un 5,0 por ciento del PBI. En igual sentido, el peso de los impuestos directos y progresivos (Inmobiliario y Patentes) en la recaudación tributaria provincial total se redujo un 50 por ciento en el mismo período (de 24,8 a 12,6 por ciento)». En tres párrafos siguientes López Accotto, Martínez y Mangas explican:



Los tributos provinciales que recaudan casi la totalidad de los recursos son Ingresos Brutos, Inmobiliario (Rural y Urbano), Patentes (de automotores y embarcaciones) y Sellos. Si los agrupamos según su incidencia distributiva, Inmobiliario y Patentes serían progresivos e Ingresos Brutos y Sellos presentarían características regresivas a partir de la posibilidad de ser trasladados a los consumidores.

El peso de los impuestos progresivos a lo largo del período 1984-2010, para el conjunto de provincias, ha sido claramente decreciente, con una fuerte caída en 1986-1987, una recuperación similar en 1988-1989 y un notorio declive desde 2001.

En 1984-1991, uno de cada tres pesos recaudados por los gobiernos de nivel provincial correspondía a impuestos progresivos, en 1992-2002 uno de cada cuatro, en 2003-2006 uno de cada cinco y en 2007-2010 uno de cada siete. Es decir que su participación se redujo en un 60 por ciento.


Es decir, los Estados provinciales se desfinancian porque sus clases pudientes “tienen coronita”: terratenientes, hacendados, industriales y capas altas no aportan en la medida de sus ingresos porque la política impositiva de sus amigos gobernantes es condescendiente con ellos. Así, en las antípodas del “populismo”, el merco-clientelismo de esas capas sociales facilita la generación de consensos “de derecha” y apoyos políticos necesarios para fraguar y consolidar negociados cuyos costos pagarán, principalmente y una vez más, las masas, el pueblo, “las clases subalternas”.



La deuda que Griesa en Nueva York declaró en default fue producto de negociados con negociados hechos a partir de negociados: en 1982, en retirada por orden imperial la Dictadura iniciada en 1976 (finiquitaba ya sus principales cometidos a un precio muchísimo más bajo que una guerra de ocupación, y que pagábamos nosotros mismos, los “subalternos”), “estatizó” la deuda externa privada. Esa masa de bonos cuyos vencimientos se renegociaron una y otra vez generando más intereses y comisiones constituyeron el objeto del llamado “Megacanje” (1999-2002)2 en cuya ingeniería actuaron los mismos de ahora: los mismos jerarcas gubernamentales, los mismos operadores y los mismos bancos.



A partir de 1976 la Dictadura Cívico Empresarial Eclesiástica y Militar produjo brutales transferencias de ingresos en perjuicio de la clase trabajadora. Refieren los economistas argentinos Pablo Wahren y Daniel Dveksler que:


En relación con la distribución del ingreso, se observa que los salarios reales se retrajeron 52 % entre 1976 y 1983, es decir, perdieron la mitad de su poder de compra. De esta manera, se redujo la participación de los trabajadores en el ingreso de 47,5 % en 1976 a tan sólo 33,2 % en 1983. Esta brutal transferencia de ingresos no hubiera sido posible sin la desarticulación y censura total del movimiento obrero, que presentaba altos niveles de organización y sindicalización.3





 En 1982, concluyendo su cometido, la Dictadura estatizó veintitrés mil millones de dólares de deuda privada que así estaba compuesta:



1) Cogasco S.A. 1.348.000.000 dólares; 2) Autopistas Urbanas S.A. 951.000.000 dólares; 3) Celulosa Argentina S.A. 836.000.000 dólares; 4) Acindar S.A. 649.000.000 dólares; 5) Banco Río 520.000.000 dólares; 6) Alto Paraná S.A. 425.000.000 dólares; 7) Banco de Italia 388.000.000 dólares; 8) Banco de Galicia 293.000.000 dólares; 9) Bridas S.A. 238.000.000 dólares; 10) Alpargatas S.A. 228.000.000 dólares; 11) CitiBank 213.000.000 dólares; 12) Cía. Naviera Pérez Companc 211.000.000 dólares; 13) Dalmine Siderca 186.000.000 dólares; 14) Banco Francés 184.000.000 dólares; 15) Papel de Tucumán 176.000.000 dólares; 16) Juan Minetti S.A. 173.000.000 dólares; 17) Banco Mercantil 167.000.000 dólares; 18) Aluar S.A. 163.000.000 dólares; 19) Banco Ganadero 157.000.000 dólares; 20) Celulosa Puerto Piray 156.000.000 dólares; 21) Banco de Crédito Argentino 153.000.000 dólares; 22) Banco Comercial del Norte 137.000.000 dólares; 23) Banco de Londres 135.000.000 dólares; 24) Banco Tornquist 134.000.000 dólares; 25) Banco Español 134.000.000 dólares; 26) SADE 125.000.000 dólares; 27) Sevel Macri 124.000.000 dólares; 28) Banco de Quilmes 123.000.000 dólares; 29) Parque Interama 119.000.000 dólares; 30) Cía. de Perforaciones Río Colorado 119.000.000 dólares; 31) Swift Armour 115.000.000 dólares; 32) IBM 109.000.000 dólares; 33) Banco Sudameris 107.000.000 dólares; 34) First National Bank of Boston 103.000.000 dólares; 35) Astra - Evangelista S.A. 103.000.000 dólares; 36) Mercedes Benz 92.000.000 dólares; 37) Banco de Crédito Rural 92.000.000 dólares; 38) Deutsche Bank 90.000.000 dólares; 39) Industrias Metalúrgicas Pescarmona 89.000.000 dólares; 40) Banco Roberts 89.000.000 dólares; 41) Banco General de Negocios 87.000.000 dólares; 42) Alianza Naviera Argentina 82.000.000 dólares; 43) Propulsora Siderúrgica 81.000.000 dólares; 44) Ford 80.000.000 dólares; 45) Astilleros Alianza S.A. 80.000.000 dólares; 46) Papelera Masuh S.A. 80.000.000 dólares; 47) Continental Illinois National Bank 76.000.000 dólares; 48) Banco Shaw 73.000.000 dólares; 49) Pirelli 70.000.000 dólares; 50) Deere and Company 69.000.000 dólares; 51) Cemento Noa 67.000.000 dólares; 52) Banco Supervielle 65.000.000 dólares; 53) Alimentaria San Luis 65.000.000 dólares; 54) Cementera Loma Negra 62 .000.000 dólares; 55) Selva Oil Incorporated 61.000.000 dólares; 56) Macrosa 61.000.000 dólares; 57) Sideco Argentina 61.000.000 dólares; 58) Chase Manhattan Bank 61.000.000 dólares; 59) Bank Of America 59.000.000 dólares; 60) Astra Compañía Argentina de Petróleo 59.000.000 dólares; 61) Deminex Argentina 57.000.000 dólares; 62) Industrias Pirelli 56.000.000 dólares; 63) La Penice S.A. 53.000.000 dólares; 64) Manufactures Hanover Trust 53.000.000 dólares; 65) Petroquímica Comodoro Rivadavia 52.000.000 dólares; 66) Compañía General Fabril Financiera 52.000.000 dólares; 67) Panedile Argentina 51.000.000 dólares; 68) Fiat 51.000.000 dólares; 69) Banco Provincia de Buenos Aires 50.000.000 dólares; y 70) Otros deudores sumando 11.116.000.000 dólares más.4


En noviembre de 2005, hace sólo poco más de una década, el entonces diputado nacional Mario Cafiero en un informe presentado en el Parlamento Nacional y denominado “El Fondo Monetario Internacional y la debacle argentina”5, hizo referencia a un párrafo de la sentencia del juez federal Jorge Ballesteros en la causa caratulada Alejandro Olmos, en la que se «determinó la existencia de al menos 467 ilícitos vinculados al endeudamiento externo en la época militar»:

[La deuda externa] ha resultado groseramente incrementada a partir del año 1976 mediante la instrumentación de una política económica vulgar y agraviante que puso de rodillas al país a través de los diversos métodos utilizados, que ya fueran explicados a lo largo de esta resolución, y que tendían, entre otras cosas, a beneficiar y sostener empresas y negocios privados –nacionales y extranjeros– en desmedro de sociedades y empresas del Estado que, a través de una política dirigida, se fueron empobreciendo día a día, todo lo cual, inclusive, se vio reflejado en los valores obtenidos al momento de iniciarse las privatizaciones de las mismas.


Ansina es…



Más comentarios huelgan. En los setenta y cuatro que hasta ahora hemos vivido sufrimos y observamos sucesos que parecen repetidos, no remotos ni antiguos sino apenas recientes y que analizados críticamente, comparados y relacionados nos permiten comprender los proceso de la historia y la política.



Hace sesenta y uno contaba yo apenas trece de edad y vi el bombardeo de Plaza de Mayo, la muerte, el llanto y los destrozos. Solo tres años después un dirigente gremial comunista de los trabajadores químicos me dijo “compañero” y me descubrí a mí mismo. Otros ocho años sumados, ya con veinticuatro, vi a los bomberos de la Policía Federal desalojar a Arturo Íllia de la Casa Rosada. El presidente derrocado hizo un gesto despectivo y se fue solo, caminando (había pretendido poner límites a los negocios de los laboratorios farmacéuticos multinacionales).



Una década después, en 1976, ya en pareja, con hijos y treinta y cuatro de edad, escuchábamos de noche y muy bajito debajo de las frazadas Radio Magallanes desde Moscú y Radio La Habana desde Cuba, buscamos amigos que nos robaron y no encontramos, escondimos libros y quemamos revistas. Pudimos haber sido muertos o desaparecidos, nuestros niños pudieron perdernos, supimos de vecinos que no volvieron. Abrazados nos cuidamos celosamente, trabajando y cantando claro, liso, como José Ramón, como José Ramón Cantaliso (Nicolás Guillén).



El virreinato de ahora y el mundo lo saben, en la continuidad de esta lucha de repetidos reflujos y flujos el paso de los pueblos será inexorablemente cada vez más firme. No nos hacen falta a nosotros para saberlo desclasificaciones de documentos ni sonrisas de circunstancia de los hipócratas.





Notas:





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