Por primera vez estoy plenamente de acuerdo con el titulo de
un artículo de opinión aparecido en el diario El País, de España: “Venezuela grita libertad”. Ésta es la demanda
firmada por Mariano Rajoy (Presidente del Gobierno de España), David Cameron
(Primer Ministro del Reino Unido), Thorbjørn Jagland (Secretario General del
Consejo de Europa), Felipe González (ex presidente español) y Ricardo Lagos (ex
presidente chileno). Los cinco, autoproclamados garantes de la democracia,
reivindican el valor de la libertad en Venezuela de cara a las elecciones
legislativas del próximo 6 de diciembre. Se agradece la preocupación de la mal
llamada comunidad internacional para que Venezuela vote en plena libertad.
Sin embargo, la opinión de estas VIP (Very Important Person)
presenta demasiados errores, descuidos u omisiones como para ser tenida en cuenta.
He aquí algunos ejemplos:
1. El artículo hace mención especial del pensamiento
político demócrata de Montesquieu en relación con la división de poderes. Por
un lado, sorprende que personalidades como Rajoy o González den ejemplo de
división de poderes cuando jamás han permitido un Tribunal Constitucional que
no haya sido elegido por los partidos que ambos representan. Además, también
llama la atención que no hayan considerado –ni de pasada– que en Venezuela,
bajo la nueva Constitución, hay un poder electoral propio, independiente de
ningún ministerio, no cómo sucede en España. Tampoco se dice nada acerca de que
el rector del órgano electoral venezolano, Luis Emilio Rondón, es abiertamente
opositor tal como lo ha demostrado en infinitas ocasiones.
2. El grupo VIP sigue empecinado en recordar el artículo 9º
de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Nadie podrá
ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”. Cierto es, y así debe ser
cumplido. Pero ocultan que en Venezuela el señor Leopoldo López es detenido y
está preso no de manera arbitraria, sino por ser responsable de instigar un
derrocamiento contra un gobierno constitucional que acabó con más de cuarenta
muertes.
3. El artículo de las VIP continúa afirmando que “las
manifestaciones que se iniciaron en febrero de 2014 fueron pacíficas”. Más que
ceguera, a estas alturas, podríamos hablar de mentira. ¿Cómo pueden pronunciar
el término “pacífico” luego de haber habido tantas muertes?
4. Siguen erre que erre con su visión colonizadora. No
logran entender que el cambio de época en América latina ha traído consigo un
sentimiento de soberanía que es incompatible con la presencia de los
observadores internacionales “independientes” propuestos por la Organización de
Estados Americanos y la
Unión Europea. ¿Es que los Estados Unidos (OEA) y la Unión Europea (UE)
permiten a los países latinoamericanos ser notarios de elecciones en sus
propios territorios? No. Como debe ser. La recuperación de la soberanía implica
precisamente eso: tratarse de igual a igual, de tú a tú, sin supremacía de un
bloque geopolítico sobre otro. Es por ello que Venezuela acepta que sea la Unasur, y no la OEA ni la UE, quien tenga la misión de
acompañamiento electoral. Esto, obviamente, no se menciona en ningún lugar de
esta reclama de las VIP.
En definitiva, desde afuera de la región latinoamericana, se
sigue comprendiendo poco o muy poco lo que pasa adentro. El caso venezolano,
por su gran transformación, es seguramente el país más desconocido desde los
centros hegemónicos de poder. Todavía creen que los venezolanos votan leyendo
la prensa extranjera. Venezuela, desde hace años, grita libertad para votar
según sus propias valoraciones, sus símbolos, su nueva identidad política. El
club VIP del orden dominante internacional no logra entender que el tiempo de
“vuelven las carabelas” ya es tiempo pasado. A partir de ahí, veremos qué
sucede el próximo domingo donde está en juego el futuro de Venezuela en esta
América latina en disputa.
Notas:
“Venezuela grita libertad. Cinco
mandatarios internacionales condenan los excesos del Gobierno con la oposición”,
en http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/30/actualidad/1448890473_971718.html
Alfredo Serrano Mancilla es
doctor en Economía, de nacionalidad española, y Director del Centro Estratégico
Latinoamericano de Geopolítica, con sede en Quito, Ecuador. El texto, tomado de
CELAG, fue editado para la presente publicación. G.E.
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