El columnista de El
País de Montevideo, Ricardo Reilly Salaverry, abogado, político del Partido
Nacional (Blanco), ministro de Trabajo en el gobierno del ex presidente
uruguayo Luis Alberto Lacalle y, también, catedrático de la Universidad Católica
del Uruguay, en plena sintonía con sectores políticos y de prensa argentinos
como el PRO de Mauricio Macri y las “renovaciones” de Sergio Massa, Elisa
Carrió, José Manuel De la Sota, Hermes Binner, Ernesto Sanz, Hugo Moyano, Luis
Barrionuevo, entre otras y otros convocantes a la “Marcha de los Fiscales”
del 18 de febrero en Buenos Aires (y muy probablemente con réplica en Punta del
Este), y medios de prensa como Clarín,
La Nación, Perfil, etc., publicó una columna en aquel diario con el título
“Caso Nisman”.
Como no vamos nosotros a reproducirla pueden los lectores
encontrarla en http://www.elpais.com.uy/opinion/caso-nisman.html
Sí, a través de un recurso que brinda el propio diario
montevideano, hemos enviado a su autor el comentario que transcribimos:
Señor Ricardo Reilly Salaverry:
Finalizando su columna de hoy sobre
el “caso Nisman”, usted afirma: «La actuación del fiscal [...] protagonista de
un inesperado “suicidio” expresa el tributo que la justicia independiente rinde
cuando hay ciudadanos que sin atender temores, llevan su sentido de
responsabilidad hasta sus últimas consecuencias».
Tal sentencia es un certero colofón
de la columna que usted firma: como toda ella expone falsedades, quizá con
intención de parecer “medias verdades”.
La dilucidación y determinación
judicial fehaciente de responsabilidades en los dos principales atentados
ocurridos en Buenos Aires en la década de 1990 con numerosas víctimas tanto de
confesión judía como sin esa identidad, viene siendo trabada y desviada de manera sostenida por agentes de la
justicia y otros organismos del Estado, entre ellos el mismísimo Alberto Nisman:
los familiares de las víctimas así lo vienen sosteniendo.
Nisman no ha sido un exponente
heroico de la “independencia” judicial sino una simple muestra sumamente
dramática de operaciones y presiones de sectores y aparatos estatales nativos y
extranjeros (de EE. UU. y de Israel).
Reflexione respecto de sus afirmaciones
que, dada su edad (somos coetáneos), no pueden ser consideradas inocentes.
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