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lunes, 28 de julio de 2014

La carta de un banco a sus clientes desestabilizando al Gobierno de Brasil y la opinión de “otros” expertos en torno a la situación en el este de Ucrania



Brevemente. Una entidad financiera, un banco de capitales multinacionales pero especialmente europeos, con sede central en España, y de nombre Santander, ha distribuido un informe entre sus clientes brasileños de alto poder adquisitivo, sugiriendo la inconveniencia de que la presidenta Dilma Rousseff sea reelegida en el cargo.

Cuando hoy se denunció la desvergonzada, insolente y provocadora injerencia en la política del país ejecutada por la empresa financiera ligada a los intereses capitalistas concentrados, sus autoridades prestamente delegaron la responsabilidad en los expertos analistas económicos autores del informe. Dijeron que la política del banco era que “cualquier análisis económico enviado a los clientes se restrinja a la discusión de variables que puedan afectar la vida financiera de los ahorristas, sin ningún tenor político o partidario”.

Si el equipo gubernamental de Estados Unidos de Norteamérica hubiera estado en la dirección del banco quizá la argumentación para explicar las opiniones vertidas en esas comunicaciones estaría justificada en que es lo que se recogió de comentarios vistos en las “redes sociales”…

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), que luego de medio siglo de ocupación prepotente de Cisjordania y Gaza por parte de los Gobiernos de Israel, que ayer ha ordenado una suspensión ipso facto y sin condiciones de las acciones de guerra en esa región, también ahora ha definido como “crímenes de guerra” los que están ocurriendo en el este de Ucrania (incluyendo la precipitación del avión de Malasia).

Otros expertos, que en este caso forman parte de los centenares y miles que en su historia ha cultivado la organización internacional con excelentes remuneraciones en divisas de circulación global, extendieron la calificación, dijeron sus superiores, a las milicias populares que iniciaron sus reuniones al pie de la estatua de Lenin en la ciudad de Donetsk. Según estos otros expertos en esa ciudad y en otras las milicias practican el terror y el asesinato para dominar a la población, la que entre otras cosas carece de atención médica y sanitaria.

Al parecer estaría muy empobrecida la objetividad e inversa e igualmente potenciada la subjetividad, o el interesado alineamiento de sus capacidades discursivas, en expertos que se desempeñan en las grandes “organizaciones” internacionales, incluidas también, claro está, las empresas monopólicas y oligopólicas, como los bancos.

Thomas Griessa es un anciano, pero tan peligrosos como el juez (que no por anciano es sabio) son los jóvenes expertos en economía y politólogos que observan e informan formando opinión o, es mejor decir: cargando las armas en la ya declarada guerra de información.

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