(¡Un poquitín de chascarrillo!)
Según trascendidos que todavía no tuvieron eco en diarios de
Buenos Aires ni obviamente en medios del exterior que suelen citarlos, cuando
finalizó el primer tiempo frente a Holanda en la tarde de este 9 de julio la presidenta Cristina
Fernández habría dado, por intermedio del ministro de
Economía Axel Kicillof, instrucciones precisas al director técnico de la Selección Argentina
de Futbol en el campeonato Brasil 2014, Alejandro Sabella. Quienes nos lo informaron
no indicaron de qué manera Kicillof transmitiría la instrucción al técnico de
fútbol.
La Presidenta, que no asistió al festejo patrio en la Ciudad
de Tucumán en conmemoración de la Independencia argentina por indicación médica
dado un cuadro de patología benigna pero que requiere cuidados, más teniendo en
cuenta que en los próximos días debe recibir al presidente ruso Vladimir Putin
y asistir a importantes encuentros internacionales con otros mandatarios y
representantes de Gobiernos de América Latina y el mundo (entre ellos los que
asistirán a la reunión del grupo BRICS, también en Brasil), hizo transmitir a
Sabella la irrenunciable disposición de batir al conjunto deportivo del cual es
hincha la señora
Angela Merkel, más aún siendo que los jugadores y la señora
se identifican con los colores negro rojo y amarillo de su contrincante
político en ya franca decadencia, el bonaerense Sergio Massa (la publicidad
electoral lo hizo más conocido como “+a”).
Kicillof, en tanto miembro destacado del Gobierno y
encomendado por su titular, habría ya transmitido las instrucciones al Director
Técnico, manifestándole que en el juego con Alemania es determinante un triunfo
que ensombrezca al equipo europeo y reivindique nuestra pertenencia al Sur. Trascendió,
además, que se han despachado centenares de miles de mensajes de texto a
teléfonos celulares de connacionales que muy probablemente asisten a los juegos
en Brasil o que si no tienen parientes o amigos que sí lo hacen, con la
consigna “For Griesa who is watching it on TV”.
Mientras confirmábamos la información en los alrededores de la Residencia Presidencial
disimulados con atuendos futboleros característicos, rostro maquillado de
celeste y blanco con un refulgente sol, gorro de cuatro puntas, revoleando una
camiseta con la imagen de Lionel Messi y brincando tan locamente como nos lo
permitían nuestros setenta y dos años, escuchamos a un diputado del Movimiento
Evita muy acalorado asegurando que el médico militar Sergio Berni, Secretario
de Seguridad del Gobierno, a más tardar la semana próxima terminaría su carrera
tras la represión contra trabajadores de la que ya dimos noticia.
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