Fotografía diario La Nación, Buenos Aires, 7 de enero de 2016
No se trata de retórica de protesta sino de precisa
observación. El asalto al poder político instrumentado por una banda
empresario-política de carácter transnacional y dirigido por el capitalismo
concentrado, con aparente legitimación ciudadana, es burdo, destructivo de las
identidades de los pueblos argentino y latinoamericanos, su objetivo es un
nuevo latrocinio y tiene mentores y operadores perfectamente identificables.
Esa aparente legitimación dada en Argentina en el transcurso
del pasado año 2015 fue una perversa producción mediática que operó sobre
conflictos de identidad social no resueltos sino exacerbados. Ahora, ya, a
apenas un mes de entronado el virrey –lo indica la multitudinaria consulta
espontánea cara a cara en barrios y lugares de trabajo o estudio de todo el país–,
una importante proporción de aquel 51 % del 22 de noviembre se ha retraído, son
votantes arrepentidos que confiesan su confusa elección. Ahora, La Banda, ya no
gana.
De espaldas, ocultando esta realidad, como continuación de
la referida perversa producción, este 7 de enero, en el viejo casco de un
“establecimiento rural” de la oligarquía rioplatense constituida sobre el
genocidio de los pueblos originarios, la Estancia Anchorena1, en el
Departamento de Colonia, en Uruguay, el titular del Poder Ejecutivo de este
país agasajó con un asado a Mauricio Macri. Luego se conversó de acuerdos en
torno de controles ambientales (?), la provisión de gas uruguayo a Argentina
dentro de dos años (qué gas uruguayo si una empresa lo adquirirá licuado en
puertos transoceánicos para “gasificarlo” descomprimiéndolo), negocios
portuarios (¿otra vez triangulación, qué otra cosa puede tratar un ex procesado
por contrabando entre ambos países liberado de cargos por prescripción?)2
y el Mundial 2030, al que imaginan tanto binacional como “presenciado” por
ambos (uno con setenta y un años de edad y el otro con ochenta y nueve).
El Frente Amplio, que hubiera podido impedir la
materialización de la ofensa, no supo o no quiso hacerlo. Es lamentable. Un
pueblo hermano, al que interpretando al historiador montevideano Guillermo
Vázquez Franco (Traición a la Patria,
Ediciones Mendrugo, Montevideo, 2014) podemos, sin duda alguna, nombrar como
argentino oriental, ha sido una vez más humillado por fracciones políticas que
se atribuyen rasgos que no tienen, que se disfrazan, y así se convierten en
facciones. Sabemos muy bien que en el Frente Amplio uruguayo hay partidos,
corrientes políticas, y mujeres y varones muy dignos, pero también que entre el
relato histórico-oligárquico “fundacional” y los quintacolumnistas de ahora se
tergiversan las auténticas necesidades y voluntades populares.
El Frente Amplio sufrió a partir de 2005 agregados y
renuncias3 que lo debilitaron, que provocaron el reemplazó del
activismo militante por el marketing,
por el mercadeo electoral y el oportunismo de las fracciones con ideología
socialdemócrata. No pocos creemos, a propósito, que quienes renunciaron “por la
derechización” y se reunieron en la Unión Popular harían bien en volver, presentar
batalla ideológica y discutir nuevas alianzas. Ante la ofensiva imperial es el
momento, como un momento similar se despliega en Argentina, Brasil y países
hermanos, para detener el asalto imperial y despejar caminos hacia la que
ciertamente corresponde llamar “segunda y definitiva independencia” de nuestros
pueblos.
Notas:
1 Estancia “La barra de San Juan”, o “Estancia
Anchorena”, residencia presidencial uruguaya de descanso desde 1965 cuando
fallecido su propietario Aarón de Anchorena, un bon vivant rioplatense del tránsito oligárquico entre los siglos
XIX y XX (Buenos Aires, 1877 - Colonia, 1965, se materializó la donación
testamentaria al Estado uruguayo. Véase Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Aar%C3%B3n_de_Anchorena
3 Véase “Renuncia
de Helios Sarthou al Frente Amplio de Uruguay: ‘En la hora de la Partida’”:
http://www.argenpress.info/2008/10/renuncia-de-helios-sarthou-al-frente.html
Tabaré Vázquez de estancia con el virrey: notas de
archivo, 2011
Cuando vaya finalizando este año
2016 se cumplirá un quinquenio, tiempo de duración de los períodos
gubernamentales en Uruguay, desde cuando expresáramos con suma fuerza nuestra
opinión muy crítica sobre Tabaré Vázquez quien –en funciones entonces el
presidente José Mujica–, frente a estudiantes de un liceo privado y
confesional, dio una entre resonante y ridícula exhibición de obsecuencia política
con los intereses geopolíticos del capitalismo concentrado. Son dos notas distribuidas
antes de la existencia de este blog por la Agencia Informativa Latinoamericana
ALAI AmLatina y en días consecutivos, la primera el 13 de octubre de 2011, y la
segunda el 14 del mismo mes: “Vázquez, del barrio La Teja, hombre tristemente
peligroso”, y “Vázquez. Por qué tristemente peligroso”.
Ahora, mientras ordenamos los
materiales de esta edición especial que acompaña la nota alusiva al encuentro
de este jueves 7 de enero de 2016 en la Estancia Anchorena, en Colonia, de
Vázquez y Macri, “El éxito del virrey Macri, de sus adelantados y encomenderos
es la depredación institucional…”, llega a nosotros la noticia del
fallecimiento en Montevideo de Jorge Alberto Lepra, quien sin filiación con el
Frente Amplio y sólo designado por el propio Tabaré Vázquez fuera ministro de Industria,
Energía y Minería durante su primera presidencia entre 2005 y 2010. Lepra también
fue gerente general de Texaco Uruguay, vicepresidente de la petrolera
estadounidense para Argentina y Uruguay, directivo de la Cámara de Comercio
Uruguay-Estados Unidos y estuvo vinculado a la Universidad Católica del Uruguay
y a DESEM Jóvenes Emprendedores, una fundación subsidiaria de la estadounidense
Junior Achievement WorldWide (así en su sitio de Internet) fundada en EE.UU. en
1919 –apenas un año después de la Revolución Bolchevique en Rusia, que
casualidad–, y que en Uruguay tiene como directivos a representantes de, entre
otras empresas, las multinacionales Coca Cola, Montes del Plata, Tupperware, Citybank, HSBC y el famoso
sponsors de la Real Academia de la
Lengua, el BBVA, que a través de su “Fundéu”
–lo hemos repetido mil veces– tras el fallecimiento del venezolano Hugo Chávez
inmediatamente sostuvo que no correspondía más hablar o escribir de “chavismo”,
sino referir al “exchavismo” (en una única palabra porque la tal Academia
“abolió” al adjetivo “ex” que corresponde escribir separado del significado que
califica, como en: ex diputado).
Somos respetuosos con el dolor de la familia y amigos de Jorge Lepra,
pero no podemos obviar las referencias que de él se hicieron en 2011 por su
vinculación a las presiones para que Uruguay firmara un acuerdo de Libre
Comercio con “el tío”* del norte, y que no se concretó por la cerrada oposición
que hicieron dirigentes y militantes frenteamplistas como, entre muchos otros,
Reynaldo Gargano, Helios Sarthou,
Lucía Topolansky, Juan Castillo o Eduardo Lorier.
Nota:
*
“Cuando un hermano le pega una cachetada al otro hermano en la cara, se
necesita un tío mayor para que ponga fin al asunto”, argumento de Jorge Alberto
Lepra que informaba a su presidente George W. Bush en febrero de 2006 el
encargado de Asuntos Políticos de la Embajada de EE. UU. en Montevideo, James Nealon (según
cables filtrados por Wikileaks, Perfil.com, 6.3.2011,
http://www.perfil.com/politica/Wikileaks-Tabare-Vazquez-consideraba-fascistas-a-los-Kirchner-20110306-0021.html).
Vázquez, del barrio
La Teja, hombre tristemente peligroso
Por Gervasio Espinosa
ALAI AmLatina: 13.10.2011: http://www.alainet.org/es/active/50129
A Eduardo Lorier, Secretario
General del Partido Comunista de Uruguay, con el ferviente deseo de que sea
revisada y anulada la invitación que se hizo a este mismo Vázquez para ser
orador, el sábado 15 de octubre de 2011, en el acto de celebración del 91º
aniversario de esa agrupación (finalmente Vázquez realizó su oratoria en
aquella oportunidad, agrego ahora, 7 de enero de 2015, G.E.).
Tabaré es un nombre de pila de origen tupí-guaraní, otrora
difundido en la atlántica Banda Oriental y en la Mesopotamia, entre los ríos
Uruguay y Paraná y en las costas del gran estuario en el que convergen, en la
Amerrique* del Sur, cuyo significado es, en el sentido literal de la expresión,
“hombre que vive lejos del pueblo”, lejos del poblado, “solitario”. Tabaré es
el nombre del agonista del relato de título homónimo considerado poema nacional
uruguayo y que fue concluido y dedicado a su esposa por Juan Zorrilla de San
Martín, en Buenos Aires, donde residió algunos períodos, el 19 de agosto de
1886, de alguna manera coronando el exterminio charrúa materializado en 1831
por el general, presidente y “prócer” colorado Fructuoso Rivera, en
Salsipuedes. El escritor uruguayo contemporáneo Roberto Echavarren afirma que
“El nacimiento del Estado uruguayo coincide con un genocidio. En esa matanza
consiste nuestra tradición, aunque no necesariamente nuestro destino como
individuos.”1 El rostro barbado de aquel relator épico ilustra los
actuales y verdes billetes de veinte pesos uruguayos, curiosamente, por ahora,
equivalentes a la unidad del célebre y en declive billete estadounidense,
también verde.
El autor, investigador y crítico literario Enrique Anderson
Imbert (1910-2000), escribió en Historia
de la literatura hispanoamericana (FCE, México, 1957):
El tema novelesco de Tabaré es el
siguiente: Tabaré, hijo de un cacique charrúa y de una cautiva española, ha
recibido de niño la gracia del bautismo; ya mozo, ve a Blanca, hermana del
conquistador don Gonzalo, y se siente intensamente atraído por reminiscencias
de su madre muerta; luchan en él su alma bautizada y sus hábitos guerreros;
salva a Blanca de los brazos de un indio, pero don Gonzalo cree que él ha sido
el raptor y lo mata. Al considerar [Zorrilla] a Tabaré como poema épico nos
advirtió que daba a la palabra epopeya una connotación personal: mostrar las
leyes de Dios en los sucesos humanos. Tabaré es un poema católico, y por eso
resulta grosero interpretarlo, como se ha hecho, a la luz de una verosimilitud
naturalista. Al describir a los indios, Zorrilla no tiene una actitud etnográfica,
sino metafísica. Su tema –el destino de la raza charrúa– ha sido concebido
teológicamente […] El poema intuye, poéticamente, a la raza charrúa en momentos
en que está por desaparecer: es tiniebla, sin sentido. Gracias a Tabaré, el
mestizo de los ojos azules, Zorrilla se asoma al abismo y ve los destellos de
la raza desaparecida. Tabaré, pues, aparece en el fin de dos creaciones: la
raza charrúa, que es naturaleza, y la raza española, que es espiritual. La
muerte de Tabaré condena a la raza charrúa al silencio eterno: desaparece no
sólo físicamente, sino como posibilidad de ser comprendida.
El significado del nombre Tabaré referido en el párrafo
inicial probablemente inspiró el énfasis puesto ayer por el ex canciller
argentino, escritor y poeta Rafael Bielsa para calificar las para este
comentarista previsibles declaraciones de Vázquez, del barrio La Teja, ante una
veintena de ex alumnos (quizá algunos todavía alumnos: sin luces) del Monte VI,
de Montevideo, que “no es un colegio del Opus Dei” pero cuyos “principios
pedagógicos fundamentales están inspirados en el pensamiento de San Josemaría
Escrivá, fundador del Opus Dei, que fue una figura de enorme relieve en el
campo educativo”2 y, es pertinente recordarlo
ahora, también figura de relieve en el fascismo del generalísimo caudillo
español Francisco Franco Bahamonde.3
Bielsa ha dicho a los diarios que el referido Vázquez es “un
hombre parroquial, doméstico, suburbano, sin conocimientos en derecho
internacional ni en política internacional”. Bielsa no se equivoca en sus
calificaciones generales, pero yo creo que el hombre del barrio La Teja es,
además, suma y tristemente peligroso.
Afirmó el periodista y educador uruguayo Raúl Zibechi a
Radio AM 750, de Buenos Aires, que Vázquez hizo primeramente carrera como
médico oncólogo de una clínica privada y en un club de fútbol entonces alineado
en la primera división, que aspiró a presidir la asociación de clubes de Uruguay
–cosa que le impidió el entonces presidente de la república Sanguinetti–, y que
su ingreso a la política es tardío y posterior a la restauración democrática de
1985, cuando ya cuenta cuarenta y cinco años de edad. Lo muy preocupante del
perfil desarrollado por Zibechi es que Vázquez es apreciado porque, también,
refleja clásicos prejuicios y deformaciones de la interpretación histórica
regional.
Quizá un remanente oportunista de esos prejuicios y
deformaciones lleve todavía al “progresismo” oriental a pretender que con
semejante copia fiel de Mr. Gardiner4 se
pueda remediar la crisis de la política en la base social, la carencia de una
militancia actualizada que es una torpeza más pretender sustituirla por las
mentadas redes sociales.
Notas:
* Amerrique, nombre que en
alguna bibliografía se afirma proviene del de una población y nación originaria
del actual territorio de Nicaragua.
3 En http://www.publico.es/culturas/367195/un-santo-rojo-llamado-josemaria-escriva-de-balaguer
hay un comentario elocuente sobre la película de coproducción estadounidense
española Encontrarás dragones, del director británico Roland Joffé (La misión,
1986), que relata la vida de José María Escrivá Balaguer.
4 El
protagonista que interpreta Peter Sellers en Desde el jardín (Bienvenido Mr.
Chance), filme dirigido por Hal Ashby en 1979.
Vázquez. Por qué
tristemente peligroso
Por Gervasio Espinosa
ALAI AmLatina: 14.10.2011 http://www.alainet.org/es/active/50186
A todos los trabajadores uruguayos, hermanos, asalariados y
sindicalizados o no.
Ayer ALAI, América Latina en Movimiento, publicó nuestra
rápida reacción ante las declaraciones del martes pasado, 11 de octubre, del ex
presidente de la República Oriental del Uruguay, Tabaré Vázquez. En ella nos
detuvimos en el origen, el significado y empleo en una ficción poética del
nombre autóctono Tabaré, y también en la peculiaridad confesional y política
del ámbito en el que dicho ex presidente se manifestó.
Hoy, viernes, el periodista Martín Granovsky, en el diario Página/12, trae a colación un dato muy
importante en su nota “Vázquez tiene Lepra”1,
refiriendo los antecedentes y vinculaciones empresariales de Jorge Lepra, quien
sin pertenecer al Frente Amplio fuera ministro de Industria del gobierno de
Vázquez, y las gestiones que el susodicho hiciera sabiéndolo otros jerarcas de
aquel gabinete, es imposible que así no fuera (aunque Danilo Astori diga no
saberlo), ante el Gobierno de EE. UU., “un tío” necesario según las propias
palabras de Lepra: “Cuando un hermano le pega una cachetada al otro hermano en
la cara, se necesita un tío mayor para que ponga fin al asunto”. Con otras
palabras es lo mismo que el martes dijo Vázquez, mientras hacía evidente la
incapacidad intelectual de análisis no solamente de él mismo sino de no pocos
uruguayos y argentinos ante aquella coyuntura, y hasta ponía en ridículo a los
militares en actividad de su país echando más agua sobre lo llovido hace poco
en Haití.
¿El hombre tristemente peligroso está solo?, ¿por qué actúa
así “inoportunamente”? ¿Es absolutamente cierto, como dicen los despachos
periodísticos, que los partidos y agrupaciones del Frente Amplio homogénea y
unánimemente argumentan que “lejos de menoscabar su figura como actor político
y como persona, lo enaltece por la honestidad intelectual que supone asumir
públicamente la situación”?
Si esa unanimidad es cierta ya entonces es inevitable el
hundimiento del barco frenteamplista que zarpó en 1971, y que dejará un tendal
de viudas, viudos y huérfanos. Es una gran pena, pero así son los procesos de
la historia, con saltos hacia adelante, hacia atrás o hacia los abismos… No se
trata de una circunstancia fortuita sino consecuencia de no haber podido la
nave liberarse del paradigma socialdemócrata del siglo XX, advertencia
necesaria para que no se crea que los otros muy ancianos partidos de Uruguay
llamados tradicionales obtendrán ventajas de lo que ahora está sucediendo, como
sus patriarcas y voceros quieren hacer creer. Todos se están yendo a pique, más
rápido o más lentamente…
Por qué peligroso
Probablemente se trate de un hombre “normalmente” bueno, así
como normalmente atildado y de peinado prolijo, que ha adquirido en su
profesión médica lo que en cierta moda universitaria ya hace tiempo mal se
denomina “experticia”, como si ésta fuera la presencia de saberes y práctica.
No se ponen en duda esos rasgos de bonhomía comúnmente propios de quienes
provenientes de familias obreras resultan movilizados hacia condiciones
sociales de clase media manteniendo, es una condición para ello, concepciones
morales básicas de la religiosidad popular.
Estos rasgos, que pueden ser característicos en muchísimos
individuos de una sociedad en la que estos tienen una edad cronológica promedio
avanzada, como la uruguaya, pueden efectivamente favorecer relaciones
vecinales, de solidaridad elemental, constructivas en lo cercano, pero no
alcanzan para el análisis crítico de la realidad y la conducción política. No
percibirlo podría ser el error que lleva al Frente Amplio hacia la deriva
incierta. Sus timoneles, de vista ya débil, no aciertan el rumbo confundidos
por las luces de fogatas que tal falsos faros traviesos “socorristas de navíos”
encienden en tierra, como se cuenta sucedió a fines del siglo XIX y principios
del XX en las costas de Maldonado.
Es decir, una pregunta es: ¿quién o quiénes ganan con el
naufragio? Y otra, ¿quizás el tío mayor y sus hermanos “socios en sociedad”,
como decía Nicolás Guillén?
Esta visión de muy corta distancia que percibimos en Tabaré
Vázquez y que pareciera hubiera también en el Frente Amplio, y que claro no
única o exclusivamente ocurren en el país uruguayo, es sumamente peligrosa en
la coyuntura actual de crisis mundial del paradigma y la acción capitalistas.
Qué piensan de tales estrepitosos despropósitos, por ahora aún prudentemente
sin decirlo, Fidel, Chávez, Evo, Lula o inclusive Cristina, por citar solamente
algunos muy pocos políticos.
El futuro de los pueblos, de los pueblos nuestros, de los
pueblos del mundo, ya es suficientemente tormentoso como para ignorar que hace
muchos años que Vázquez viene mostrando su peligrosidad, que pretende disimular
con cínica ironía el hijo del dictador Bordaberry quien afirmó que quizá “la
biología” esté abandonando al hombre otrora del barrio La Teja, cuestión que el
médico de apariencia saludable pone siempre como condición para su eterna
“presidenciabilidad”. El veto de la ley de despenalización del aborto, la
propuesta a su pesar archivada de no perder “el tren del libre comercio” con
EE. UU., las mentiras de campaña ocultando su compromiso favorable con las
industrias celulósicas o el ninguneo de los derechos humanos reales y la
amañada protección de los genocidas del Plan Cóndor, son manifestaciones de esa
peligrosidad.
Qué hacer
Lo que hay que ver ahora es si el Frente Amplio, o al menos
parte de éste, principalmente sus bases, en debates y acciones reales (y no en
juegos virtuales en las “redes sociales”, gran negocio con bites y aparato de
generación de opinión de los oligopolios de la comunicación), está o están en
condiciones de producir análisis profundos y voluntad rejuvenecida para fundar
una nueva época.
Nota:
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