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lunes, 31 de marzo de 2014

El porqué de mis alteraciones de la presión arterial





—Qué tal, cómo le va, cómo se siente —pregunta el médico.

—Bien, normal… —le respondo—, he venido para presentarme, seré tu paciente, tengo setenta y dos años y acabo de jubilarme. Pero me siento bien, hago vida normal, trabajo…



A Daniel H., joven y cordial médico que me asignó el instituto del Estado argentino para la seguridad social de jubilados y pensionados, no le digo de mis pesares y esperanzas del orden político. Si él, en alguna ocasión, me preguntara el porqué creo yo suceden mis variaciones de presión arterial, probablemente le explicaría. No los problemas arteriales y venosos, claro que no, que Daniel conoce muchísimo mejor.



Probablemente le explicaría, si no demorara la atención de otros pacientes con ello, que de chiquilín, con menos de quince años, manejaba una máquina herramienta como la de la fotografía. Una limadora. Una máquina herramienta que operada por el obrero va con sus repetidos movimientos rectilíneos, como una poderosa gubia, extrayendo material metálico para dar forma a una pieza antes diseñada y dibujada milimétricamente. El operador, yo mismo en mis recuerdos, va alzando o bajando la herramienta girando en un sentido o en otro una manivela en la torreta del torpedo que va y viene, mientras la mesa automáticamente se desplaza en transversal dirección con su morsa y el sujeto trozo de acero que se forma.



Tenía quince años, como mis compañeros de la escuela técnica (en aquellos años escuela industrial de la nación), y aprendíamos a interpretar un plano, a dibujar con tiza y gramil un perfil, y a preparar y manipular la máquina limadora para producir la pieza que luego iría a otros procesos de maquinado: torneado y fresado.



En una etapa final antes de incorporar la parte fabricada a un mecanismo más complejo (otra máquina nueva que se enviaría a otras escuelas industriales para ser empleadas en prácticas como las nuestras), se le aumentaba la tenacidad general y la dureza superficial. Para ese proceso, difícil y peligroso, nosotros asistíamos al maestro de taller quien manipulaba la pieza sobre la fragua y luego la sumergía en las sales de cianuro fundidas.



En un extremo del gran taller, debajo de la sala de dibujo técnico, estaba el pañol del taller de ajuste y montaje. Por turnos los estudiantes, que también barríamos los pisos y aceitábamos morsas y máquinas al final de cada jornada de prácticas, nos encargábamos de mantener ordenado el pañol: el lugar donde se guardaban las herramientas de mano, manuales o eléctricas, los lubricantes en pasta y líquidos, piezas mecánicas pequeñas, barras y otros perfiles de acero y también las sales de cianuro.



Las sales de cianuro estaban en un gran frasco de vidrio grueso con tapa de baquelita roscada, con una etiqueta que mostraba una calavera con dos huesos cruzados y una leyenda con grandes caracteres: veneno.



¡Quince años! Aprendíamos, y jugábamos… A veces nos reprendían porque jugábamos demasiado. Nos reíamos. Descubríamos sensaciones nuevas con nuestras amigas de la escuela de maestras y bachilleres que estaba a sólo doscientos metros de nuestra técnica entonces todavía solamente para varones, y defendimos con cortes de calles, manifestaciones y pegatinas de carteles la escuela pública, la enseñanza para todas y todos, gratuita, laica, cuando Arturo Frondizi (buscar en la Internet) abrió en Argentina las primeras puertas al “nuevo” capitalismo.



Pero nunca jugamos con las sales de cianuro, ni con las máquinas que fabricábamos para que fueran a otras escuelas industriales. Teníamos conciencia de nuestro papel en la historia. Fue cuando algunos compañeros del flamante centro de estudiantes me encargaron la redacción e “impresión” de una revista. Fue mi primera ocupación literaria y periodística. La revista era escrita y dibujada totalmente a mano y con tinta china sobre papel “vegetal”, “calco”, transparente, y luego, con la anuencia del profesor de dibujo técnico, hacía copias heliográficas impresionando con luz a través del “calco” un papel sensible que enrollado se revelaba en un cajón con gases de amoníaco. Cada diez o quince minutos de la media hora que duraba la operación tenía que salir al patio a respirar, ahogado por el amoníaco.



Ahora tengo setenta y dos años cumplidos, cada trescientos sesenta y cinco días debo renovar mi licencia para conducir automóviles, y en el transcurso del tiempo vivido manejé máquinas limadoras, soldadoras eléctricas y oxiacetilénicas, dibujé con tinta china sobre tableros en papel transparente, escribí en revistas, manejé vehículos, fabriqué tallarines, reparé máquinas de escribir, teletipos, aparatos de laboratorios bioquímicos, defendí los modos democráticos en la vida social, enfrenté injusticias y a las dictaduras, compuse y redacté disposiciones municipales y ahora también corrijo el estilo editorial de textos académicos de las ciencias sociales.



No hace mucho una joven autora, luego docente e investigadora universitaria, con su tesis de licenciatura premiada con la edición que a mí me encargaron cuidar, conforme con mi colaboración, me preguntó que acreditaciones tenía para desenvolver ese trabajo. “Soy mecánico”, le respondí con una sonrisa.



Pienso, y es mi profundo pesar, que si fuéramos ahora en el mundo multitudes de mecánicos enseñados como nos enseñaban aquellos otros mecánicos y maestros de mecánicos, si fuéramos multitudes de mecánicos imbuidos de las filosofías de la mecánica y de la política, y conscientes del rol histórico a desempeñar, multitudes de mecánicos nuevos, sí, jóvenes, actuales, ya nacidos en la era digital o naturalizados en ella, vigorosos, hermosas y hermosos mecánicas y mecánicos, enamorados de la vida y gozosos, no habría linchamientos entre pares (unos pares con aparente suerte y otros simplemente desgraciados), no habría todavía tantos nazis y fascistas, no habría hambre ni injusticias como ahora, habría menos ricos y menos pobres, menos vigilancia y menos castigos, y hasta quizá tampoco habría aviones perdidos.



Así le explicaría a Daniel H. el porqué de mis alteraciones de la presión arterial.

domingo, 23 de marzo de 2014

Argentina, Uruguay, Venezuela, Crimea y los secuestrados de Obama



El 24 de marzo es una fecha cara y sufrida para la verdadera historia suramericana. En 1976 significó la concreción final del Plan Cóndor. Desde entonces el capital concentrado y sus aparatos de poder fáctico e ideológico, una suerte de santísima trinidad, reconstituyó su dominio en la geografía global. En Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina se consolidó la etapa neoliberal primero impuesta a sangre y fuego para luego desvergonzada y exitosamente ser coronada en virtuales plebiscitos. Se trata quizá de la etapa más cruel de los últimos años y que llega a finales del siglo XX.

En la década de 1990 muchos argentinos y uruguayos, caída del escenario mundial la Unión Soviética, izquierdistas románticos y faltos de ideología y voluntad se precipitaron en el conformismo que emanaba de los dictados posmodernos. Hoy merodean subsistiendo en tanto “nuevos profesionales” de la política. Son oportunistas y profundamente dañinos porque desvirtúan las voluntades populares.

El periodista Alfredo Rabilotta en su artículo “Cuando el imperio quiere, pero ya no puede”, distribuido por la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) y que en nuestro blog publicamos antecediendo al presente, define con claridad nuevas instancias en las que asoma el agotamiento y desmoronamiento del auge del capitalismo que “reemplumado” cual Ave Fénix venía aleteando desde fines de 1970 cuando lo remontaron primero la dupla Tatcher-Reagan y luego el Consenso de Washington.

En 1988 y en Moscú, la economista comunista Elena Karpugina nos explicaba a dos decenas de latinoamericanos que la URSS había perdido la hegemonía en el proceso de la historia del siglo por sus moras en la productividad masiva de saberes de ciencia y técnica y de bienes de alta complejidad. Ponía como ejemplo que el Estado soviético se veía obligado a vender en el mercado capitalista invenciones tecnológicas aún no aplicadas. La llamada entonces “perestroika” finalmente abriría la puerta a la unificación automática de las dos Alemanias producto de la segunda posguerra mundial y a la desaparición del “socialismo real” en Eurasia.

En la misma época y en la misma ciudad también Kiva Maidanik1, un intelectual marxista lucidísimo de entonces sesenta años de edad (fallecido en 2006), en dos encuentros de un par de horas cada uno nos ilustró sobre la complejidad de un proceso histórico que en aquella sociedad fue producto de necesidades impostergables de las masas, contradicciones de la época y la oportuna acción de las vanguardias políticas en el plano nacional e internacional, y que promediando el siglo decayó entre otros factores dado los errores del aparato intelectual burocrático. Pero Maidanik, tan buen ruso como Karpugina, y para más guevarista, rescató la potencial voluntad para recomponerse del pueblo ruso y su profunda identidad nacional. Lo traemos a colación ahora porque en la contingencia actual en Ucrania y Crimea los degradados jerarcas del mundo norte-europeo-americano subestimaron esa capacidad. Kiva, en 1988, se despidió de nosotros con abrazos, besos y esta consigna: “Nos reencontraremos”.

En Venezuela, ahora –se repetirá en otros países–, se debate con urgencia “qué hacer” con un montaje ideológico y de “acción” con el que se quiere volver a los años mozos del neoliberalismo capitalista que fundara, como puntualizamos en el primer párrafo, la etapa más cruel de las últimas décadas del siglo XX, y que en Argentina está signada por los años 1975, 1976, 1982-1983 y 1990: un supremo oportunismo político, la dictadura genocida, el optimismo ingenuo y la entronización de la política lumpen y farandulera. Pueblos hermanos y muy cercanos, incluso más circunspectos, no escaparon del modelo.

En unos días más los cancilleres de la UNASUR (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay, la propia Venezuela y Argentina) se reunirán en Caracas para procurar un modo de resolución de los conflictos que en Venezuela se han presentado crudamente, de manera que no se menoscaben la democracia ni la autodeterminación política de las mayorías populares que eligieron a Chávez y a su sucesor Maduro para conducir a la nación. Según ha trascendido al papa Francisco le preocupan mucho América Latina y el Caribe. El periodista de política internacional y sociólogo Pedro Brieger ha dicho hoy mismo que podría haber, aunque es por ahora imposible confirmarlo, una mediación del titular del Vaticano. La presidenta Cristina Fernández, quien recientemente se entrevistara con Bergoglio, dijo que él le había expresado su profundo interés en que los gobiernos de América del Sur  se mantuvieran unidos.

Pero no todas son rosas en el difícil camino que los pueblos necesariamente tienen que transitar para salir de los atascaderos de la época, con sus dirigentes a la cabeza o metafóricamente con la cabeza de sus dirigentes.

En Uruguay y Argentina hay una disputa de ideas en torno a si corresponde la construcción y sostenimiento de un capitalismo “racional” (atención, se ha dicho racional y no nacional, aunque ambas ideas van de la mano) que resuelva la satisfacción de las necesidades populares. En otros pueblos hermanos esa cuestión no parecería estar en tan fuerte debate. En Argentina el concepto de capitalismo racional está acunado en los nuevos centros académicos. La propuesta se articula con repetidas manifestaciones conceptuales ahora y también antes de Cristina Fernández y Néstor Kirchner.

Malogrados oportunismos y coros aplaudidores

En Argentina no se ha logrado todavía destrabar un conflicto gremial por reclamo de salarios justos de los educadores de enseñanza preescolar, primaria, secundaria y terciaria. La Provincia de Buenos Aires está a la cabeza de la intransigencia de su conducción política que no actuó de igual manera cuando los reclamos fueron hechos por miembros de la policía. Hace apenas cuatro meses, en diciembre de 2013, el gobernador Scioli acordó pagar a los agentes de esa fuerza un salario inicial de 8.570 pesos. Los educadores pretenden ahora un mínimo inicial de 4.860 de la misma moneda, que para equipararse al inicial policial implica trabajar en dos cargos, es decir, en el aula, por ejemplo, de 7:30 a 17:30, y en casa por lo menos tres horas diarias más para corregir y preparar clases, sin contar el tiempo de los traslados y los gastos en movilidad y alimentación fuera del hogar para desempeñar una tarea difícil y desgastante durante por lo menos diez horas cada día.

La presidenta Cristina Fernández se ha quejado con justa razón en su reciente gira por Italia y Francia del “doble estándar” de los países dominantes en Europa y América del Norte que niegan la legalidad del referendo en Crimea de retorno de esa península y su población a su antigua y geográfica pertenencia a Rusia, pero la afirman cuando protagonizan una parodia de autodeterminación los habitantes ingleses implantados en las islas Malvinas a muchos miles de kilómetros del asiento de la graciosa majestad que los gobierna. En Argentina también hay dobles estándares: tiene mejor salario un policía encargado de reprimir delitos en la mayoría de los casos consecuencia de las injusticias sociales que un educador que debe empeñarse en desarrollar conocimientos y actitudes de buena sociabilidad en sus discípulos.

Que muchas maestras, maestros y otros docentes no están a la altura de las circunstancias también es cierto, pero no podrán estarlo mientras sufran las penurias a las que están sujetos aunque en cuotas hayan comprado su primer “cero kilómetro” o un telefonito “más o menos” inteligente (el negocio ha sido de quienes se los venden y financian, no de los compradores). Un educador que no pida licencia porque se enferma y que no proteste con huelgas sino que se perfeccione en su tarea y rinda socialmente –es necesario que esto lo comprendan cabalmente los progenitores y familiares de sus estudiantes– debe percibir un salario suficiente no menor al de un policía, por caso, a cambio de solamente seis horas reloj de desempeño: cuatro con alumnos y dos para estudio propio y otras tareas escolares en el mismo edificio de desempeño.

En sorna, hace pocos días, escribimos que ante el cuadro pintado una alternativa para estos trabajadores sería reclamar, con el pretexto de la tan publicitada inseguridad, el suministro de armas de fuego para portar y posteriormente amotinarse en las escuelas exigiendo mejores salarios.

Los oportunismos del lado occidental del río De los Pájaros y del gran estuario tienen sus equivalentes del lado oriental. Ahora resulta que es un acierto político decir que sí a Obama cuando a través de su embajadora pide que Uruguay de “hospitalidad” (y de paso les eche miraditas) a cinco todavía secuestrados en Guantánamo que pronto irían a liberar. Pero los históricos “alquistas” y “océanopacifiquistas” Miltons, Wilsons y Washingtons blancos y colorados han puesto ahora el grito en el cielo. Cuanto más “amigable” con ellos aparece el Gobierno más le meten trancas y chicanas (¿siguen el mismo plan de acción con el que se acomete contra otras “corruptas dictaduras populistas” movilizando a franjas sociales confundidas?).

¿Debería haberle sugerido Mujica al Presidente de EE.UU. por intermedio de su propio canciller, o si se quiere con menos rango a través de la embajadora de aquél, que lo que debía hacer era liberar inmediatamente a esas personas secuestradas en la base de Guantánamo, transportarlas a sus países de origen y devolverlas a sus comunidades y familias suficientemente indemnizados todos según las leyes internacionales más beneficiosas, y pedir perdón ante el mundo entero por cada uno de los miles de secuestrados, perseguidos, torturados y asesinados por su aparato policíaco-militar. Y sugerirle también que si no lo dejaban hacerlo renunciara sin más?

Habría sido así, sin duda, si otros resultados hubiera dado una consulta de opinión con el título “¿Qué le pediría usted a Barack Obama?” hecha a sus lectores por la edición digital del diario El País en la semana recientemente concluida, y en relación con los anuncios que motivan estos párrafos. El diario ofreció alternativas para elegir, 85,03 % de quienes respondieron se repartieron de esta manera:

29,45 %: Que se quite el requisito de visa para viajar a EE.UU.
24,47 %: Que adquiera productos que Argentina traba.
18,76 %: Ampliar cuotas de ingreso [por importación] de carnes y cítricos [uruguayos].
12,35 %: Que financie obras.



Nota:
1 Kiva Lvóvich Maidanik (Moscú 1929-2006) fue un historiador y politólogo soviético, e investigador del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Exteriores de la Academia de Ciencias. En contacto permanente con líderes latinoamericanos tras los numerosos viajes realizados a nuestros países y estudioso de las ideas de Ernesto Che Guevara, entre 1980 y 1987 estuvo expulsado del Partido Comunista de la Unión Soviética por haber mantenido “contactos no autorizados con extranjeros”. En 1988, retirado esos cargos y restituido su rol académico, no se quiso reincorporar al partido que lo había expulsado. 

viernes, 21 de marzo de 2014

“Cuando el imperio quiere, pero ya no puede”, por Alberto Rabilotta



La nota de Rabilotta, periodista argentino-canadiense residente en Montreal, que ahora publicamos, fue distribuida por la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI AMLATINA) ayer, 20 de marzo, y su URL es http://alainet.org/active/72273. G. E.

Hay momentos en la historia en que las debilidades de los imperios son visibles a simple vista, y eso en el instante en que esos imperios están en su apogeo, que aparecen como poderosos en lo económico e imbatibles en lo militar, en que alumbran focos de guerras y conflictos para extender aún más su dominio, cuando en realidad han sobrepasado su capacidad real para seguir dominando.

Esta es la fase en que el imperio ya no es útil al sistema mundial sobre el cual se sustenta y, para decirlo simplemente, trata de vivir exprimiendo hasta la última gota de sangre de los pueblos dominados. Esa fase de parásito chupasangre es la “hegemonía explotadora” del ocaso imperial, como la definiera hace casi cuatro décadas el economista ítalo-estadounidense David Calleo.

Fue con el colapso de la Unión Soviética y la consecuente terapia de choque aplicada a Rusia para destruir gran parte de la capacidad industrial, civil y militar, e impedir que surgiera una alternativa socioeconómica contraria al neoliberalismo, que Estados Unidos (EE.UU.) y sus aliados de la Unión Europea (UE) pudieron expandir a escala global el sistema neoliberal e instalar el mundo unipolar que ahora está en entredicho.

El neoliberalismo de esta era imperial no tolera ninguna alternativa socioeconómica, sea capitalista o socialista. Su naturaleza totalitaria está demostrada en los continuos ataques a los países suramericanos que han escogido otra vía, sin renegar del capitalismo pero poniendo el Estado como gestor del desarrollo económico y social. Lo mismo con China y Rusia, dos países que tienen armas nucleares y no pueden ser manejados ni ignorados.

En un artículo anterior1 hacíamos referencia a que en los países donde se concentra el capital –EE.UU., Canadá, algunos de la UE y Japón–, el capitalismo había alcanzado sus dos principales objetivos estructurales: 1) liberarse al máximo posible de la fuerza de trabajo asalariada (y  de las luchas de clases que podían oponer resistencia), mediante los avances tecnológicos (automatización, informática y telecomunicaciones aplicadas a la producción y los servicios), y la mudanza de empleos mediante la transnacionalización de las cadenas de producción, por ejemplo, a países de la periferia, en Asia, Europa del Este y América latina; 2) lograr que el sistema sea universal e inapelable, eliminando las soberanías nacionales y sometiendo las sociedades a la economía de mercado mediante los tratados comerciales, de inversiones y de protección a la propiedad intelectual.

Y para seguir creciendo, una exigencia vital del sistema, debe conquistar por cualquier medio, incluyendo la fuerza militar o la subversión terrorista, los “territorios vírgenes” a que se refería Rosa Luxemburgo, y para ello el sistema neoliberal tenía necesariamente que ser unipolar, dominado por el imperialismo estadounidense, y lo fue durante más de dos décadas, desde el desmembramiento por la fuerza de la ex Yugoslavia hasta la agresión en Siria.

Del G20 y la agresión a Siria, a Ucrania

Fue en la Cumbre del G20, en septiembre del 2013 en San Petersburgo, Rusia, que el Presidente ruso Vladimir Putin puso en tela de juicio el sistema unipolar al presionar por una salida negociada, política y pacífica, a la agresión extranjera en Siria, logrando aislar a EE.UU. y a sus aliados de la OTAN que querían forzar una intervención militar directa. Fue así, por la actitud firme de Rusia con el apoyo de China y los países emergentes, y la feliz intervención del Papa Francisco mediante su carta a Putin, que renació la perspectiva de restablecer un mundo multipolar y basado en el derecho internacional de la ONU.

Como señala Samir Saul, profesor de Historia en la Universidad de Montreal,2 el “cambio de régimen, de moda desde el fin de la Unión Soviética, fue seguido de las ‘revoluciones de color’ que pusieron a Rusia en la defensiva. Sus antiguos aliados bascularon hacia la OTAN, y algunos tuvieron prisiones secretas de la CIA. Yugoslavia fue desmembrada y en Kosovo, arrancada de Serbia, hay una base militar estadounidense. La OTAN se extiende casi hasta las fronteras rusas. Rusia espera frenar la amenazante aplanadora. En su historia Rusia conoció los ‘empujes hacia el Este’ de parte de sus ‘socios’ occidentales”.

Para el profesor Saul hay una línea directa entre Siria y lo sucedido en Ucrania: “la situación en Ucrania es un desafío (o una provocación) mayor a la seguridad de Rusia, todavía más que la guerra en Siria. Vladimir Putin sólo puede ser inflexible”.

“El método Putin es frenar en seco la bien rodada técnica de expansión occidental. Esa que apareció en Siria y se consolida en Ucrania. El estilo es el mismo: firmeza sin agresividad; despliegue de medios militares para atestiguar de su determinación; primacía de la acción sobre el discurso, este último medido y sucinto. En septiembre de 2013, la marina rusa está en posición, en caso de guerra, pero Putin encuentra una puerta de salida para Obama. En 2014, la situación en Ucrania es un desafío (o una provocación) mayor a la seguridad de Rusia, mucho más que la guerra en Siria. Putin sólo puede ser inflexible. La respuesta en Crimea es limitada, pero la fría determinación no deja lugar a dudas. La política de expansión hacia el Este se enfrenta ahora a un país capaz de defenderse, dispuesto a hacerlo y disponiendo de un método”, señala Samir Saul.

La desaparición del sistema bipolar no ha hecho el mundo más estable, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, al citar el discurso de Putin del 18 de marzo, y añadió que “en estos momentos está teniendo lugar un movimiento tectónico en el balance de fuerzas. [Los países de] Occidente están tratando de impedir ese proceso” y mantener su predominancia, no adhiriendo a la ley internacional, y los eventos en Ucrania –agregó Lavrov– “son la confirmación” (20.3.2014: http://en.itar-tass.com/russia/724493).

Más sólo que nunca

Salvo en los países de la OTAN, donde los gobiernos y los controlados medios siguen tratando de imponer la visión de que lo sucedido y lo que sigue sucediendo en Ucrania es culpa de Rusia, en el resto del mundo la visión de los acontecimientos es totalmente diferente.

Para un viejo observador de la escena internacional no es desechable la impresión de que lo que el imperialismo y sus aliados europeos han hecho tan descaradamente en Ucrania puede revivir la historia que con tanto ahínco han tratado de enterrar. El antiimperialismo no solamente está de nuevo sobre la mesa, sino que debe ser parte esencial del discurso y la lucha política de la izquierda europea, si quiere tener alguna relevancia.

En su discurso del pasado 18 de marzo, el Presidente Putin subrayó que con una “Rusia resurgente” y que ha ganado un lugar prominente en el mundo, “ha llegado el momento de corregir las malas cosas, porque se ha puesto detrás la dolorosa experiencia política del colapso de la Unión Soviética. Rusia tiene ahora la capacidad de proteger sus intereses nacionales y ya no se inclinará ni aceptará ordenes que vienen desde Washington o Bruselas () Nosotros mismos tenemos que decidir si estamos listos para de manera consistente defender nuestros intereses nacionales o si los seguimos entregando”.

Putin destacó que los países occidentales interfirieron crudamente en los asuntos domésticos de los vecinos de Rusia, que la paciencia de Moscú se agotó y que “si uno compresa un resorte al máximo, un día se liberará con fuerza. Uno siempre debe recordar eso”. También dijo que son inaceptables los “dobles estándares” y el “crudo cinismo” que usan los países occidentales, recordando que “por la misma razón que a los albanos se les permite hacer en Kosovo (y los tratamos con respeto), se les prohíbe a los rusos, ucranianos, tártaros crimeos hacer lo mismo en Crimea”.

El Presidente ruso advirtió que su país no permitirá que la OTAN se instale cerca de sus fronteras, pero como en septiembre del 2013, le abrió una puerta, buscar una solución negociada A la situación en Ucrania que respete los legítimos intereses de ese país y de Rusia, para que Obama salga del peligroso callejón en que se metió.

Pero pocas horas después el Vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en Lituania, durante una conferencia de prensa con los gobernantes de Lituania y Letonia, que Washington estudia «un cierto número de medidas suplementarias para aumentar el ritmo y el alcance de nuestra cooperación militar, entre ellas una rotación de fuerzas estadounidenses en la región del Báltico para ejercicios terrestres y navales y para misiones de entrenamiento” (AFP, 19.3.2014)

Washington parece incapaz de retener sus crudos impulsos imperiales, imponiendo sanciones y amenazas de más sanciones contra Rusia, mientras que los hombres de negocio y financieros de Occidente advierten que serán más negativas para ellos mismos y para las economías de la UE que para Rusia.

El imperio está más sólo que nunca antes. No convence a nadie fuera del circulo de los revanchistas occidentales que quieren una nueva Guerra Fría para continuar la expansión neoliberal en Rusia, China, Venezuela y demás países que no se ajustan al patrón neoliberal, como hizo el imperio británico cuando exigía que el resto del mundo se ajustara a su liberalismo comercial y al patrón oro.

Las guerras que hace las pierde o no las gana, pero siempre siembra la destrucción, en la economía, en la sociedad, en la herencia cultural del pasado, en todo. Desde Bill Clinton, pasando por George W. Bush y ahora con Barack Obama, esas guerras han producido incalculables daños materiales y prácticamente destruido las sociedades en varios países, entre ellos Afganistán, Irak, Libia, y ahora en Siria. Y lo que no destruye con las guerras y la subversión lo destruye con las políticas del FMI, algo que si no se despierta rápidamente de la pesadilla actual el pueblo ucraniano pronto descubrirá.

El totalitarismo de mercado

Ya nadie puede ignorar que la crisis en Ucrania fue organizada y fomentada por EE.UU. y la UE para lograr esa expansión imperial en el Este de Europa y liquidar las alternativas políticas que impliquen el mantenimiento de la soberanía nacional y la intervención de los Estados en las economías para proteger a las sociedades.

La UE ya mostró su naturaleza totalitaria en el 2011, al imponer a dos tecnócratas al frente de los gobiernos de Grecia (Lukás Papademos) e Italia (Mario Monti), para aplicar los programas de austeridad que benefician a los acreedores financieros, y repitió el acto en el momento en que el gobierno constitucional ucraniano de Víctor Yanukóvich dijo que no firmaría un acuerdo de integración a la UE.

Es difícil no caracterizar lo sucedido en Ucrania como un acto más de esa hegemonía explotadora que ha liberado los más bajos instintos del poder imperial, que interviene en África cuando quiere y que con sus drones mata donde sea, en general a inocentes, que espía durante las 24 horas del día a todo el planeta, incluyendo a sus propios ciudadanos y a sus aliados, que financia y organiza la subversión y golpes de Estado en Venezuela y en todos los países que no le obedecen ni son sus aliados.

Jamás en la historia hubo tantas pruebas concretas accesibles al momento de los hechos –como la grabada conversación telefónica de la Subsecretaria de Estado Victoria Nuland con el Embajador de EE.UU. en Ucrania– de que Washington y sus aliados de la OTAN estaban dirigiendo un golpe de Estado con ayuda de los grupos fascistas, los mismos que ya se apoderaron de los aparatos de seguridad del Estado. Y a pesar de eso siguen tratando de tapar el sol con un dedo, mintiendo descaradamente, prohibiendo la transmisión de canales de televisión que muestran la realidad, insultando a quienes dicen la verdad.

Situación extremadamente grave, por otra parte, si consideramos la manera de actuar de quienes en Washington y varias capitales europeas detentan el poder de vida y muerte sobre la humanidad. En nuestra era los errores de cálculo geopolítico pueden tener consecuencias desastrosas para decenas o cientos de millones de seres humanos.

Asusta la ligereza de los gobernantes de EE.UU. y demás países de la OTAN ante hechos sumamente graves, como el que los fascistas y neonazis tengan ya una buena cuota de poder en Kiev y estén sembrando su experiencia en el imaginario político de la extrema derecha en muchos otros países europeos donde nunca desaparecieron el nacionalismo extremo, el racismo y las ambiciones imperialistas, lo que lleva a pensar que la “solución fascista” forma ya parte de los planes de este imperio en decadencia.

Acto desesperado el de Ucrania, y también un mal cálculo geopolítico para un imperio endeudado, que vive de la máquina para imprimir dólares y títulos de deuda, que hace tiempo dejó de ser ejemplo de crecimiento económico, de progreso y ascensión social en su propio país, y que tanto en lo doméstico como en lo internacional no tiene absolutamente nada de bueno, de promisorio o simplemente convincente que ofrecer.

El sistema capitalista de este imperio, que es nada más ni nada menos que el totalitarismo del mercado, es un árbol podrido desde las raíces hasta los frutos, como dijera hace unos años Fidel Castro.



Notas:
1 “El ocaso del imperio y del capitalismo”, Alberto Rabilotta, en http://alainet.org/active/63837
2 Samir Saul, “Syrie-Ukraine, la méthode Poutine”, en Le Devoir, 20.3.2014



Charrúas


La foto publicada por el matutino uruguayo La Diaria hoy viernes 21 de marzo ilustrando su nota “Crudo. Nomenclátor de Montevideo considera salvajes a los charrúas y justifica su exterminio”, tiene este epígrafe: Participantes del debate “Entre la Academia y el Consejo de la Nación Charrúa” en Facultad de Humanidades (Foto: Nicolás Celaya, archivo, octubre de 2013).

En el nomenclador de las calles montevideanas, y en una placa que estuvo fijada frente a la parada del transporte público de la calle Jackson entre Canelones y Charrúa, se ofende a esta nacionalidad autóctona y originaria de América del Sur. Las definiciones empleadas en ese nomenclátor oficial, informa La Diaria, tuvieron revisiones de los profesores de Historia Alfredo Castellanos (Montevideo, 1908-1992) y Antonio Mena Segarra (s. d., Montevideo 2009).

Un tatarabuelo, que llevó mi mismo nombre y apellido, de familia militar que él acabó (menos mal), federal pero porteño (aunque casado en primeras nupcias con una oriental canaria), lamentablemente no solamente batalló contra el imperio español sino también contra patriotas como Artigas y los pueblos originarios. Luego un nieto de aquel, abuelo mío, emparejó parcialmente esa triste historia casándose con una criolla de apellido Moreno a la que recuerdo, ya muy vieja y sentada en su mecedora, de tez bien trigueña. Yo no puedo pedir disculpas por los errores políticos pequeñoburgueses de estos antepasados, pero sí debo exigirme rectificarlos adscripto como estoy a una clase antagónica a aquella. 

Las nuevas generaciones de nuestras sociedades, para ser realmente nuevas deben exigirse lo mismo.

Recomiendo muy especialmente leer la nota de La Diaria. http://ladiaria.com.uy/articulo/2014/3/crudo/

miércoles, 19 de marzo de 2014

ARACA con las bastardillas, ¡leerlas con cuidado!



Del diario El País de Montevideo, edición digital del miércoles 19 de marzo de 2014, hoy, reproducimos textualmente dos notas. Solamente vamos a destacar con bastardillas partes de esos textos que deben leerse con especial atención.



En un párrafo el diario afirma que «La norma, llamada “ley Sunca” en los corrillos del Parlamento, apunta a castigar con prisión a los empresarios que no ofrezcan condiciones de seguridad a los trabajadores [sic] (ver página A6)».



Lo que se expresa es una absoluta y vil mentira, una canallada. Véase, si no, el texto de la ley en nuestra anterior nota “Danilo Astori reunido con Danilo Astori”.



Que pasen bien jueves y viernes. ¡Hasta el sábado!





ELECCIONES 2014

Oposición remarca escaso peso de Astori dentro del Frente Amplio




El sector político del vicepresidente había pedido aplazar la votación de la ley de responsabilidad penal empresarial para introducirle cambios, pero no tuvo eco y el FA votó en bloque a favor.
Tras la aprobación de la ley de responsabilidad penal empresarial la oposición lanzó sus baterías remarcando el escaso peso que tiene el astorismo dentro del Frente Amplio con miras a las elecciones presidenciales.
“Lo que queda claro después de ayer es que el grupo de Astori no es garantía de estabilidad ni moderación; para pensar rumbo a octubre”, señaló el líder colorado Pedro Bordaberry.

“Qué vergüenza el FA votando ley inconstitucional por disciplina partidaria por enésima vez. Astorismo se dejó pasar por arriba como siempre”, dijo el líder del Partido Independiente Pablo Mieres a través de su cuenta en twitter.
 
En tanto el líder nacionalista Jorge Larrañaga se expresó en la misma línea: “Democracia representativa sustituída [sic] por las corporaciones. La opinión de Vazquez [sic], Mujica y Astori no valió nada. Votaron cualquier cosa”.
 
La diputada nacionalista Ana Lía Piñeyrúa dijo por su parte que “otra vez, a sabiendas, la mayoría regimentada del FA viola la Constitución mandatada por un sindicato al que el pueblo no eligió [sic]”.





Alianza funcionó como una aplanadora y obligó a los astoristas a votar la ley Sunca, MPP y PCU cantaron victoria






Las reiteradas advertencias de juristas y senadores astoristas y de la oposición sobre su inconstitucionalidad y vago alcance no impidieron que, al impulso del PCU, MPP y el Sunca, se aprobara ayer la ley de responsabilidad penal empresarial.
 
Por 16 votos del Frente Amplio contra 13 de la oposición, el oficialismo se expuso una vez más a sancionar una ley que –según los propios senadores frentistas– corre el serio riesgo de ser declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia, tal como ocurrió pocos meses atrás con la creación del Impuesto a la Concentración de los Inmuebles Rurales, la ley de quiebra de Pluna y la interpretativa de la Caducidad.
 
Lo curioso de la sesión parlamentaria de ayer fue que pese a que la ley reunió 16 votos frentistas, en realidad siete de ellos creen que no debía ser aprobada –y aún así la votaron–, los que sumados a la oposición totalizan veinte voluntades con opinión crítica contra nueve legisladores que la apoyaron desde un primer momento.

 

Aplanadora.

 
El Sindicato de la Construcción y los senadores del Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Partido Comunista (PCU) se convirtieron en una aplanadora que obligó a los legisladores del Frente Líber Seregni y la Vertiente Artiguista a votar la ley contra su voluntad. También lograron que no fuera atendida la ambigua advertencia del expresidente Tabaré Vázquez, que solicitó tiempo para “pensar bien” antes de votar el texto. Los senadores socialistas y de la CAP-L optaron por acompañar a la mayoría.
 
La norma, llamada “ley Sunca” en los corrillos del Parlamento, apunta a castigar con prisión a los empresarios que no ofrezcan condiciones de seguridad a los trabajadores [sic] (ver página A6).
 
Los cuestionamientos al texto llegaron desde diferentes puntos del hemiciclo del Senado. El senador Rafael Michelini (Frente Líber Seregni) fue directo y coincidió con la oposición al advertir sobre las debilidades de la ley. “No estamos arropando al niño (la ley) para que crezca fuerte y no es responsabilidad de la oposición, sino nuestra”, dijo. Indicó que la ley tiene “vulnerabilidades” y “nace con fragilidades”. “Cuando citamos a (José) Korzeniak, un destacadísimo experto, nos olvidamos del resto de los especialistas en las leyes. Por eso digo que debimos arropar esta ley con más opiniones. Yo siempre pongo la cara, pero no quiero en unos meses dar la cara ante los trabajadores para explicar los motivos de la caída de la ley. Me van a decir que nosotros somos los que sabemos hacer las leyes”, admitió Michelini.
De esa forma, el senador del Nuevo Espacio apuntó a la línea de flotación de la argumentación que momentos antes había hecho su colega comunista Eduardo Lorier, quien ancló la defensa de la ley en un informe jurídico de Korzeniak, exsenador socialista y constitucionalista. “Con esta ley no se caerá en la inconstitucionalidad”, aseguró Lorier.
 
Destacó que este proyecto “pasa de la clandestinidad a la luz una problemática de los trabajadores”, y que en materia de salud y seguridad en el trabajo “todavía nos queda un largo trecho por avanzar”. Abonó su argumentación con cifras. Afirmó que hay un trabajador muerto por semana en Uruguay y se producen más de 50.000 accidentes de trabajo al año.
 
Varios senadores oficialistas dejaron ver su malestar por la forma en que se les impuso votar la ley. “El senador Enrique Rubio (Vertiente Artiguista) explicó que votó “por lealtad a los compañeros y la sociedad”. Michelini dijo que “el tema de la unidad pesa en nosotros. Cuando no hay unidad no hay cambios. Y no vamos a quebrar la mayoría parlamentaria”, reconoció. También el senador de Alianza Progresista (FLS) Rodolfo Nin Novoa argumentó en un sentido y votó en otro. Confirmó su voto a favor porque “consideramos que en la bancada de cualquier gobierno tiene que haber unidad de acción”. Y agregó que “nos hubiera gustado una redacción diferente para salvar alguna cuestión de constitucionalidad. Ojalá esta ley dé los resultados que se esperan”. El senador Alberto Couriel reconoció que hubiera preferido “alguna modificación” al contenido del proyecto. Y su colega, el senador Carlos Baraibar (Asamblea Uruguay-FLS), indicó que “esta ley tiene altos riesgos de inconstitucionalidad”.
 
Desde la oposición, el senador nacionalista Luis Alberto Heber trató a Michelini de “preso” y de ser “obediente en lo colectivo”. “Nosotros somos un partido de hombres libres”, exclamó, aludiendo a que los nacionalistas nunca votan por disciplina partidaria. “Nosotros defendemos a los trabajadores más que el gobierno, Michelini vota porque le torcieron el brazo”, exclamó.
 
La oposición adelantó que esta será otra ley declarada inconstitucional por la Corte. Si bien tanto blancos como colorados afirmaron que están de acuerdo con establecer la defensa de la seguridad de los trabajadores, objetaron el procedimiento. El senador blanco Pablo Abdala dijo que se trata de una “ley en blanco” mientras que el colorado Ope Pasquet cuestionó que “solo se culpe al empresario”.

 

Bancada.

 
La alianza MPP, PCU y Sunca no sólo aplanó la voluntad del ala astorista sino que también desestimó el pedido realizado por el expresidente Tabaré Vázquez para disponer de un mayor tiempo para analizar la ley.
 
Incluso, el ofrecimiento que Vázquez hizo al Frente Amplio de impulsar una ley de responsabilidad penal en su gobierno no fue claro y generó controversias a la interna de la coalición. Los senadores Michelini y Lorier protagonizaron un fuerte cruce sobre el tema en la reunión de bancada del pasado lunes. El precandidato oficialista dijo en un encuentro con el equipo de presidencia del Frente, que se necesita una “ley perdurable en el tiempo” y de esa forma dejó entrever su preocupación ante una posible declaración de inconstitucionalidad por parte de la Suprema Corte. En ese sentido, opinó que sería una “mala señal” que eso sucediera a los pocos meses de aprobada la iniciativa.
 
El operador político del Frente Líber Seregni, Esteban Valenti, confirmó ayer en una columna de opinión que Vázquez había pedido tiempo al Frente Amplio.
Vázquez se comprometió a impulsar un proyecto en el primer año de un eventual tercer gobierno del FA si no se lograba un consenso en la bancada, si se declaraba la inconstitucionalidad del proyecto o si se aprobaba una iniciativa con cambios que debía ser corregida en su aplicación.
 
Fuentes del astorismo dijeron a El País que Vázquez no fue claro y “jugó tarde”, ya que esperó hasta un día antes de la votación para dar su posición. El mensaje fue interpretado de diferente manera por el Frente Líber Seregni (Asamblea Uruguay, Alianza Progresista, Nuevo Espacio) y el Partido Comunista, principal impulsor del proyecto.
 
Esto motivó una discusión acalorada en la bancada del pasado lunes luego de que la presidenta del Frente Mónica Xavier informara de la reunión con Vázquez. Michelini tomó la palabra y señaló que el expresidente no era partidario del texto votado en Diputados porque podía ser declarado inconstitucional. Ante esta afirmación, Lorier reaccionó molesto y dijo que esa era una interpretación de él, pero no era lo que había manifestado Vázquez.
 
Michelini reafirmó su postura y señaló que es libre de hacer interpretaciones de lo que escucha, dijeron a El País fuentes que participaron del encuentro. Antes de ingresar a la reunión, el astorismo tenía la esperanza que el Movimiento de Participación Popular (MPP) diera vuelta su voto y acompañara la propuesta de hacer cambios al proyecto. Para eso se basaba en un mensaje que dio el presidente José Mujica al MPP, donde pidió arreglar las diferencias por el desgaste que venía sufriendo la interna.
 
Sin embargo, pesó más el acuerdo electoral que negocian el MPP y el PCU para las próximas elecciones nacionales. Ambos grupos trabajan para reeditar la alianza realizada en 2009 y no descartan presentarse con una lista única al Senado y a Diputados, en algunos departamentos del interior del país.
 
Con la aprobación de la ley, el Partido Comunista se convirtió en el gran ganador en la interna de la coalición, ya que fue el principal impulsor del proyecto que al principio contaba solo con el apoyo de Lorier y la senadora Constanza Moreira en la Cámara Alta. El astorismo fue el gran perdedor porque no logró cambiar la iniciativa y terminó dando su voto a lo que había calificado de inconstitucional. El MPP cambió dos veces su voto, al igual que el Partido Socialista y la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad, en tanto la Vertiente no cedió en la bancada pero luego votó el texto en la Cámara.

sábado, 15 de marzo de 2014

Cables pelados y estadísticas. Para ver bien no alcanzan los ojos del amor…*


En la versión digital del diario El País, de Montevideo, hoy sábado 15 de marzo, se publica la nota “Mujica advierte sobre que ‘se exagere’ en la ley del Sunca1”, y se cita al Presidente uruguayo que según el diario manifestó textualmente: “Si se exageran las cosas puede dar la idea de que si un hombre que trabaja con un albañil [y éste] tiene un accidente, [el hombre] va a pagar los platos, ¿verdad?”. Los dichos fueron registrados durante una visita presidencial al Municipio de Gregorio Aznárez, en el Departamento de Maldonado.2



Y, sí, debe pagar los daños si efectivamente y se prueba, cosa que nos difícil, que no ha tenido la precaución de proveer medios de trabajo y condiciones seguras para ello. ¿No las proveyó por menoscabo de la seguridad y vida ajena a él? ¿No las proveyó por supina torpeza? Será la Justicia la que deba fallar con el concurso de pruebas y testimonios.


Luego, siempre en Gregorio Aznárez, el presidente José Pepe Mujica explicó que habían sido firmados decretos para bajar las tarifas de electricidad y combustibles por la vía de exonerarlos de tasas impositivas al consumo (IVA), estrategia dirigida a atenuar la creciente inflación. Al respecto el mandatario, según El País, dijo: “Es difícil el tema, porque hay mucho poder adquisitivo en la gente y la gente compra y compra; y si no tiene para comprar, consigue crédito y sigue comprando. Es bravo”.


Guarda Pepe que estás informándote y expresándote inacabadamente. Recuerda, aprovechando la efeméride, lo que se dice que Carlos Marx le dijo a su hija Eleonora cuando, el 14 de marzo 1883, yacía en su lecho de muerte física: “Desconfía, desconfía de todo”. (Especialmente desconfía de algunos “doctos” que te rodean, te diría ahora a ti.)



Ejemplo de estadística “de conveniencia”



El despachante de la carnicería de la esquina se pone a revisar cuentas y calcula con certeza que, promediando y cada diez familias, durante cada día de 2012 dos le compraron una dos kilos de carne y la otra la misma cantidad y calidad (pulpas y asados de primera), que otras tres familias le compraron en total 4,5 kilos (de pulpas picadas o sin picar), y que cuatro lo hicieron cada una con medio kilo (pulpas y huesos). Además, a una familia de cada diez su comercio le provee gratuitamente, también por día, más o menos tres cuartos de kilo de hueso pelado para cocinar caldo.



El responsable de información política de la radio del barrio, amigo del Alcalde y que vive a media cuadra de la carnicería, hace cálculos estadísticos y a través de la emisora  difunde sus resultados. Está orgulloso porque sus datos coinciden con la información que diera un importante diario norteamericano. Dice:



Según una precisa encuesta realizada en nuestro medio, cada familia vecina compuesta por sus progenitores y sus hijos pequeños consume diariamente 1,125 kilos de carne vacuna, a razón de 0,268 kilos por persona. Las cifras coinciden plenamente con datos que ha dado a conocer para todo nuestro país el diario New York Times, y que superan al consumo de carne vacuna en los países limítrofes.



Lo que el informe3 subsume es la notoria diferencia entre el “poder adquisitivo” de una capa social que por día y por persona consume 500 gramos de carne, otra que consume 375 gramos, una más abajo que lo hace con 125 gramos, y otra que apenas sorbe caldo de hueso pelado. Es decir, hay dos familias de cada diez que tienen mucho poder adquisitivo, otras tres que no la pasan mal y sumamos así a una mitad de la gente del barrio: los acomodados y los más o menos acomodados. Por debajo están los que “bancan” a los de arriba, y más abajo los desahuciados…   



Notas:

* El presente texto es válido para los análisis de las interpretaciones y decisiones gubernamentales que se toman en otros países suramericanos, como Argentina, Brasil, Chile, etc.

1 Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), de Uruguay, principal promotor en la central obrera PIT-CNT de la campaña para que se apruebe la Ley de Responsabilidad Penal Empresaria. Ver en este mismo espacio “Danilo Astori reunido con Danilo Astori”.




viernes, 14 de marzo de 2014

Nueve milímetros



Nueve milímetros es un calibre (diámetro) de proyectiles y (del diámetro de los caños) de pistolas automáticas que los disparan expresado en el sistema métrico decimal. Antes, hace mucho, quizá más de veinte años, todavía en algunas fuerzas de seguridad se veían los revólveres “38”, y más tiempo atrás todavía las pesadas pistolas “45”. Las dos últimas medidas expresadas en fracciones de la antigua medida “pulgada” (de la familia de los “pies”, “yardas”, “millas”, etc.).



Anécdota



En 1963, con recientes veintiún años, cumplí con el llamado servicio militar obligatorio que mucho después se abolió en Argentina. Para mí fue una experiencia interesante porque durante más de un año conviví con conscriptos de las distintas latitudes argentinas y con oficiales y suboficiales de la Fuerza Aérea. Fui oficinista y chófer de jeeps, hice guardias armadas, asusté a las dos de la madrugada a un alto oficial amenazándolo con el sable bayoneta cuando ante mí y de guardia pretendía no exhibir su carnet de identificación, entre cuatro de mi condición y a los gritos mandamos parar a un suboficial que se extralimitaba con un soldado enfermo y también, luego de recuperar panes “Felipe” y chorizos colorados para doscientos compañeros de la alacena del cuartel, establecimos un plan de desacato ante oficiales que pretendían llevar adelante un golpe de Estado, y que habían tomado nuestro destacamento.



En la instrucción con armas de fuego, la pistola automática Colt .45” y el fusil automático FAL, tuve dos bautismos de fuego. El primero fue cuando siendo furrier de la compañía y llevando correspondencia de un lado para otro atravesé sin darme cuenta una línea de fuego teórica, de práctica de tiro al blanco sin municiones, y un cabo me grito: “¡Espinosa al suelo, estás muerto!”.



El segundo bautismo fue cuerpo a tierra tirando al blanco con la Colt .45” y munición auténtica. Yo tiraba, bang, bang… y el instructor me dijo: “la pistola más cerca de la cara, soldado”. Bang, bang, seguí tirando, y en un retroceso se me clavó el martillo en el entrecejo… ¡Mierda!, putee, y el cabo, con una sonrisa, rectificó: “no tan cerca…”.



Los militares conocen la técnica del manejo de las armas, y me la enseñaron bien. Algo después en el tiempo un veterano compañero de la militancia política me dio nueva formación afirmando que “el arma no se dispara con el dedo en el gatillo, sino con el cerebro: por qué, para qué, hacia dónde y cuándo”.



La inseguridad urbana y suburbana



Hoy llueve copiosamente en el extenso conurbano de Buenos Aires y a cuarenta kilómetros de su centro veo caminar entre charcos y cunetas desbordadas a empapadas y empapados trabajadoras y trabajadores que se han quedado sin transporte automotor dado que el sindicato que reúne a los conductores dispuso una huelga. La única movilidad en funcionamiento son los convoyes de trenes suburbanos y vehículos de uso particular: bicicletas, motos, camionetas y unos pocos automóviles.



Con la huelga desde este medio día hasta media noche una vez más reclaman los trabajadores del transporte más seguridad en la vía pública. Anoche durante un asalto y robo en un barrio de los márgenes de la lejana gran ciudad mataron a un joven conductor que recién se iniciaba en la actividad. Tenía veintidós años de edad.



La medida sindical que parece excesiva objetivamente lo es, porque vulnera otras “seguridades” sociales. Lo afirmó el ministro de Interior Florencio Randazo, quien también diría que yo me excedería si topándome con él le preguntara intempestivamente “por qué carajo” nunca nadie respondió a mis reclamos vía correos electrónicos y carta documento a su Ministerio relacionados con medidas de prevención de catástrofes en el tránsito.



Lo que sucede es un encadenamiento vicioso de sinrazones y no escuchas. Es mentira que la tecnología iba a remediar la sordera individualista de esta última etapa del modernismo occidental: cuando el choque hace más o menos un mes de un camión que marchaba de contramano por una autovía de la Provincia de Mendoza contra un ómnibus que provenía de la Ciudad de Córdoba, y que causó 17 muertos, muchos automovilistas avisaron al famoso 911 que ese camión provocaría un desastre. En la policía mendocina ese día estaban de fiesta y cuando, tarde, se movilizó a un único patrullero, su tripulación no supo ni pudo hacer nada.



Precisamente para cuando andaba yo atravesando imaginarias líneas de fuego, todavía para girar con un vehículo por calles y carreteras se hacían previas señas con brazos y manos. Los primeros vehículos con dispositivos de aviso fueron europeos, que de la columna entre las dos puertas laterales hacían salir mediando un comando eléctrico una suerte de pequeño brazo iluminado, aunque todavía no de manera intermitente. De aquel “bracito” metálico derivaron luego los ahora potentes “señaleros” y “guiños” delanteros y traseros.



¿Y qué piensan los que ahora al mando de carísimos automóviles de “alta gama” no usan señales para advertir que van a girar? No piensan en eso, no avisan porque ellos no van detrás de sí mismos, van delante, y siempre saben cuando van a girar: el de atrás que lo averigüe como pueda. Es como los que para hacer doblar sus vehículos a la izquierda en una encrucijada de caminos no esperan que haya paso libre detenidos en la banquina o arcén: estacionan en la mitad de la carretera…



Los aparatitos inalámbricos para entretenerse que se pueden también emplear para hablar con portadores de otros similares y en casos especiales buscar en Internet, registrar citas y otros datos o inclusive visualizar geografías y hacerse en ellas visible mediante la llamada “geolocalización” satelital tampoco han mejorado la comunicación entre las personas. Dan como resultado principal un inmenso aumento cuantitativo de contactos que rinden grandiosos beneficios económicos a las empresas que los fabrican y administran, pero cualitativamente han disminuido las capacidades de comunicación humana: —“desime k kompro”; —“chraviones”; —“kuant”; —“par!”. —Tas loco vos, ¿qué me trajiste, dos cajas de ravioles? —¿Y qué me pediste? —¡Championes, un par de championes! (calzado tipo deportivo, en Uruguay).



De actualidad: para resolver los problemas que resultan de los paros y huelgas docentes

  

Está probado. Lo vienen experimentando desde hace años en distintas provincias argentinas y otras partes del mundo los cuerpos policiales. Argumentando el incesante incremento de los problemas derivados de la inseguridad urbana y suburbana, los atracos, el tráfico y consumo de estupefacientes e inclusive el ingreso de navajas y otros elementos filosos a los establecimientos educativos, como lo reflejan los medios de prensa, los maestros de primaria y docentes de secundaria, institutos terciarios y universitarios podrían reclamar que se disponga para ellos el portar pistolas automáticas nueve milímetros y que éstas les sean provistas por el Estado junto con cananas y tres cargadores con proyectiles por cada arma.



Los reclamos salariales serán entonces de corta duración y perentorios. En no más de algunas horas el poder político resolverá los aumentos para que se retrotraigan los “autoaescuelamientos”*.





Nota:

* Propuesta de incorporación en el Diccionario de la Real Academia Española: “Autoaescuelamiento: Disponer por sí mismos maestros y profesores su permanencia continuada en los establecimientos educativos portando sus armas reglamentarias hasta tanto les fueran satisfechos los reclamos que hicieren”.