En el sitio de internet del denominado “Honorable Senado de
la República Argentina” (http://www.senado.gov.ar/senadores/listados/listaSenadoRes)
encontrarán los lectores los rostros, correos electrónicos y teléfonos de
quienes figuran en la nómina clasificada más abajo: muy pocos parlamentarios
dignos, solamente once contra cincuenta y seis que no tuvieron respeto por sí
mismos y menos por la dignidad popular al haber aprobado una ley que hará como
que blanquea sólo parte de las millonarias acreencias de quienes las ocultaron esperando
al virrey mesías, y pone en potencial riesgo el sistema de seguridad social
argentino. Los miembros de la lista más numerosa creen que todos somos de su
misma condición, pero no es así: en oportunidad próxima veremos la diferencia
entre res-pública y cosa privada.
Lo que ha pasado es grave. Lo posibilitó una mayoría
poblacional inexistente como categoría sociológica o política pero que se cree “educada”
y expresa así su ilusión de “movilidad social y progreso”; en la cruda realidad
un grupo ética y moralmente degradado al que en el vocabulario del establishment ideológico al servicio de
la clase dominante se denomina “clase
media”.
Incluso perteneciendo a distintas clasificaciones y calificaciones
profesionales, los trabajadores conscientes de nuestro papel en la sociedad
sabemos que no son las diferentes capacidades de compra ni los saberes
adquiridos las peculiaridades que convierten a las personas de una familia o
grupo social en “clase” distinta. La clase antagónica de nosotros los
trabajadores es la que concentra y “gestiona” la propiedad de los medios de
producción, del mercadeo y de la formación de opinión pública, la que mediando
los bajos salarios y la constitución de oligopolios se apropia de una parte
sustancial del valor que el trabajo agrega a las mercancías. Los meros “dueños”
de un taller o fábrica pequeños, los chacareros o los trabajadores
cuentapropistas, los profesionales, docentes, académicos e investigadores
científicos también pertenecen a la clase trabajadora aunque muchísimas veces
no sean conscientes de que es así.
Este momento de aprobación de la llamada “ley ómnibus” es un
punto de inflexión en la declinación de los derechos populares históricamente conculcados
por la oligarquía agraria, industrial y financiera y sus tecnólogos, a la que
en la nueva etapa mundial y latinoamericana se han superpuesto los súper
gerentes reconvertidos en sabios orgánicos del gran capital que cooptan el
aparato cultural de masas y a políticos profesionales mercenarios.
Como espejo de esa declinación más temprano que tarde se
impondrá otra curva, pero ascendente, de desarrollo de la lucha popular. Es lo
que en el final de su artículo “El lumpencapitalismo” plantea Jorge Beinstein.1
No puede obviarse pensar en un escenario distinto al
ocurrido en el Senado argentino en la noche del pasado miércoles. Si
veinticinco parlamentarios votados en las listas del Frente por la Victoria no
hubieran traicionado el voto que los ungió y adherido a la propuesta del oficialismo
macrista, sumándose como correspondía a los once senadores “éticos” que más
abajo se identifican, y además se hubiera hecho presente el “ausente” gran cineasta
de Sur (1988)2, habrían
sumado treinta y siete votos en contra frente a treinta y uno a favor del
proyecto oficial. Ello habría significado una declinación opuesta y favorable
al campo popular, de la grave falla tienen que hacerse cargo no pocos dirigentes
de dedos en ve.
Al final se reproduce como apéndice, para evitar dirigir
a los lectores al sitio del diario Página/12
donde hoy 30 de junio se publicó originalmente, el preciso artículo “El destino oculto del ómnibus fantasma”, del
periodista Raúl Dellatorre.3
Once senadoras y
senadores honorables, conscientes y respetuosos de los derechos populares
votaron en contra… Nueve mujeres y dos varones:
Almirón, Ana Claudia (Corrientes, FpV); Crexell, Carmen
Lucía (Neuquén, MPN); Fernández Sagasti, Anabel (Mendoza, FpV); Fuentes,
Marcelo Jorge (Neuquén, FpV); García, Virginia María (Santa Cruz, FpV); Giménez,
Sandra Daniela (Misiones, FRC); Godoy, Ruperto Eduardo (San Juan, FpV); González,
Nancy Susana (Chubut, FpV); Labado, María Esther (Santa Cruz, FpV); Pilatti
Vergara, María Inés (Chaco, FpV); y Sacnun, María de los Ángeles (Santa Fe, FpV).
Cincuenta y seis mercenarias
y mercenarios votaron a favor… De ellos veinticinco traidores del voto y los
derechos populares:
Abad Medina, Juan Manuel (Prov. Buenos Aires, FpV); Aguilar,
Eduardo Alberto (Chaco, FpV); Aguirre, Hilda Clelia (La Rioja, FPR); Alperovich,
José Jorge (Tucumán, FpV); Barrionuevo, Walter Basilio (Jujuy, FpV); Basualdo,
Roberto Gustavo (San Juan, CP); Blas, Inés Imelda (Catamarca, FpV); Boyadjian,
Miriam Ruth (Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, MPF);
Braillard Proccard, Néstor Pedro (Corrientes, EC); Cabral, Salvador (Misiones,
FRC); Caserio, Carlos Alberto (Córdoba, AUC); Castillo, Oscar Aníbal (Catamarca,
FCS); Catalán Magni, Julio César (Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico
Sur, FpV); Cobos, Julio César Cleto (Mendoza, AC); De Angeli, Alfredo Luis
(Entre Ríos, AUER); De la Rosa, María Graciela (Formosa, FpV); Durango, Norma
Haydee (La Pampa, FpV-PP); Elías de Pérez, Silvia Beatriz (Tucumán, AC);
Espínola, Carlos Mauricio (Corrientes, FpV); Fellner, Liliana Beatriz (Jujuy,
FpV); Fiore Viñuales, María Cristina del Valle (Salta, FpV); Giacoppo, Silvia
del Rosario (Jujuy, UCR); Guastavino, Pedro Guillermo Ángel (Entre Ríos, FpV);
Irrazábal, Juan Manuel (Misiones, FpV); Itúrrez de Cappellini, Ada Rosa del
Valle (Santiago el Estero, FCS); Kunath, Sigrid Elisabeth (Entre Ríos, FpV);
Linares, Jaime (Prov. Buenos Aires, FAP); Lovera, Daniel Aníbal (La Pampa,
FpV-PP); Luenzo, Alfredo Héctor (Chubut, ChST); Luna, Mirtha María Teresita (La
Rioja, FpVR); Marino, Juan Carlos (La Pampa, AC); Martínez, Alfredo Anselmo (Santa
Cruz, UCR); Martínez, Ernesto Félix
(Córdoba, AC); Mayans, José Miguel Ángel (Formosa, FpV); Mera, Dalmacio Enrique
(Catamarca, FpV); Mirkin, Beatriz Graciela (Tucumán, FpV); Montenegro, Gerardo
Antenor (Santiago del Estero, FP); Negre de Alonso, Liliana Teresita (San Luis,
ACF); Odarda, María Magdalena (Río Negro, AFP); Ojeda, José Anatolio (Tierra
del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, FpV); Pais, Juan Mario (Chubut,
FpV); Pereyra, Guillermo Juan (Neuquén, MPN); Perotti, Omar Ángel (Santa Fe,
FpV); Pérsico, Daniel Raúl (San Luis, FpV); Petkoff Naidenoff, Luis Carlos
(Formosa, UCR); Picheto, Miguel Ángel (Río Negro, FpV); Pinedo, Federico
(Ciudad Buenos Aires, AC); Reutemann, Carlos Alberto (Santa Fe, AC); Riofrío,
Marina Raquel (San Juan, FpV); Rodríguez Machado, Laura Elena (Córdona, AC);
Rodríguez Saa, Adolfo (San Luis, CF); Rozas, Ángel (Chaco, UCh); Urtubey,
Rodolfo Julio (Salta, FpV); Varela, María (Ciudad Buenos Aires, AC); Verasay,
Pamela Fernanda (Mendoza, AC); Zamora, Gerardo (Santiago del Estero, FCS).
Cinco no supieron ni
contestaron (ausentes en la votación, quizá enfermos…):
García Larraburu, Silvina Marcela (Río Negro, FpV); Leguizamón,
María Laura (Prov. Buenos Aires; FpV); Menem, Carlos Saúl (La Rioja, FPR); Romero,
Juan Carlos (Salta, FPS); y Solanas, Fernando Ezequiel (Ciudad de Buenos Aires,
AU), no sabemos si es que se ausentó o que se abstuvo a la hora de votar. Fue en
su momento un muy buen cineasta, una pena…
"El destino oculto del ómnibus fantasma",
por Raúl Dellatorre:
El gobierno de Cambiemos logró imponer un
paquete de reformas impositivas y previsionales a través de un sólo
instrumento, una ley ómnibus que logró el apoyo de dos bloques opositores con
un mínimo sacrificio sobre el objetivo de máxima, el proyecto original. Los
beneficios serán mucho más restringidos de lo que se promete, y los costos
ocultos demasiado importantes. Sobran argumentos para sostener que la llamada
“ley de reparación histórica previsional” puede herir de muerte al sistema de
seguridad social.
A través de un solo proyecto, el poder
ejecutivo logró hacer pasar por el Congreso un blanqueo de capitales, un
régimen de regularización de deudas tributarias, la eliminación gravámenes a
los activos de las personas de mayor patrimonio (Bienes Personales) y de las
empresas que los poseen pero no los aplican a la actividad productiva (Ganancia
Mínima Presunta), la privatización encubierta de participaciones accionarias en
poder de Anses y la legitimación de los acuerdos firmados con los gobernadores
para la restitución paulatina del 15 por ciento de la coparticipación que se le
asignaba a Anses. Todo ello, bajo el paraguas de una reforma previsional que,
con el argumento de pagar “una deuda histórica”, reformulará el cálculo de
haberes y cancelación de juicios en beneficio de una minoría y poniendo en
riesgo la sustentabilidad del sistema.
La mayoría de esas reformas no habrían
logrado aprobación en el Congreso si llegaban por separado. La eliminación de
impuestos sobre los activos es retrógrada. El blanqueo de capitales favorecerá
a quienes fugaron u ocultaron sus activos líquidos, sin ni siquiera obligar a
repatriarlos. A la luz de los nombres involucrados en los Panama Papers, hay quien la califica como “autoamnnistía”.
Lo más preocupante, sin embargo, es lo que
hay oculto detrás de la reforma previsional. El sistema de cancelación de
juicios promete el pago del 50 por ciento de la deuda a los beneficiarios con
sentencia firme o en trámite (a éstos, con quita) al contado, que representará
un desembolso de unos cien mil millones de pesos este año, según especialistas
en economía fiscal. Los ajustes de haberes a quienes le asiste el derecho pero
no hicieron demanda insumiría otros 85 mil millones anuales, según estimación
del gobierno.
El dinero saldría de los rendimientos
anuales del Fondo de Garantía de Sustentabilidad y del blanqueo, lo que a todas
luces no alcanza. Eso deja abierto dos caminos: el endeudamiento o la
liquidación de activos del FGS. El Gobierno echará mano a ambos, debilitando el
sistema. Y aún queda otro paso: la ley votada preserva la existencia de “un
régimen público y de reparto”, pero no le da carácter único y exclusivo. El
régimen mixto, con la opción por un sistema de capitalización, es el objeto del
deseo que tentará a los aportantes más ricos, la “crema” del sistema
previsional. Otra forma de vaciarlo a mediano plazo.
Notas:
1
http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2016/06/el-lumpencapitalismo-por-jorge-beinstein.html
3 http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/303020-78262-2016-06-30.html
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