Hace
poco más de dos meses, el 28 de junio, publicamos aquí “El país de mister John
Ponsonby”, una breve ficción literaria que forma parte de un proyecto mayor
iniciado hace tiempo y al que volveré a dedicarme más intensamente este
próximo verano austral. Invito a leer ese texto, y para el caso de quienes ya
lo hicieron a repetir la lectura luego de la del presente comentario
bibliográfico de Gonzalo Curbelo publicado hoy mismo en La Diaria, excelente diario de Montevideo (http://ladiaria.com.uy/). http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2015/06/el-pais-de-mister-john-ponsonby-ficcion.html
Traición a la patria,
de Guillermo Vázquez Franco. Ediciones Mendrugo, Montevideo, 2014, 472 páginas.
Si bien salió hace varios meses, sería difícil encontrar
mejor fecha para publicar una reseña de este libro que en las proximidades de
la celebración de la declaración de independencia de la Banda Oriental, una
fecha tan nefasta para el punto de vista del autor como el aniversario de
Waterloo para los franceses. El motivo es muy simple: Traición a la patria
parte de una idea que ha defendido en forma sistemática el historiador
Guillermo Vázquez Franco, al igual que no pocos economistas y muchos más
argentinos, entre ellos Jorge Luis Borges: la de que la creación de Uruguay fue
una amputación del territorio argentino, realizada no en respuesta a un reclamo
popular sino como simple solución diplomática articulada por Inglaterra (por
medio de lord Ponsonby) de acuerdo a sus propios intereses de división
y subsiguiente debilitamiento de las naciones emergentes.
El libro ya comienza con una declaración de principios y
presupuestos desde su título que implica todo un juego de ironías, ya que la
traición a la que se refiere no es a la patria tal y como la entendemos hoy los
habitantes de la República Oriental del Uruguay, sino a una concepción de
patria anterior y más amplia. Dicha traición habría sido justamente la creación
de Uruguay como una república independiente de Argentina, a la que este
territorio pertenecía originalmente y a la que debería haberse reintegrado si
tan sólo, según Vázquez Franco, se hubieran seguido las ideas reales de muchos
de quienes hoy son considerados padres de la independencia.
Desde el prólogo, Vázquez Franco presenta el libro más como
un aparato de concientización histórico-ideológica que como una investigación
histórica, atribuyéndole el carácter de ensayo proselitista o, en sus palabras,
de “charla desinhibida” con el lector. Sin embargo, hay cierta picardía en esa
advertencia, ya que si bien algunas de las ideas centrales -como la referida a
la manufactura londinense del contenido de la Convención Preliminar de Paz de
1828 (la auténtica fecha negra para Vázquez Franco)- están apoyadas básicamente
en especulaciones, muchas de ellas se apoyan a su vez en una bibliografía
textual y documental similar a la de cualquier tratado de historia académico.
El autor tiene muy claro que sus ideas alborotan el
nacionalismo maníaco-depresivo (que pasa de la euforia arrogante y superlativa
a la irritación autolesiva) de los habitantes del “paisito”, y las respuestas a
varias de las preguntas que plantea están estructuradas en dictámenes decisivos
y desafiantes. Vázquez Franco condensa así varias de sus ideas más
provocadoras, que no sólo cuestionan la existencia de Uruguay como nación
independiente sino también a la figura generalmente intocable de Artigas -a
quien no ataca particularmente pero cuyos méritos de liderazgo relativiza,
presentándolo como un personaje más bien terco, inepto y con escasa visión de
futuro-; a la frecuentemente mentada “lucha de puertos” entre Montevideo y
Buenos Aires, rivalidad que suele tomarse como punto de partida de la escisión
de la Provincia Oriental de sus pares occidentales; y, sobre todo, a la
historiografía que validó a posteriori la creación de esta nación (encarnada
sobre todo en la figura de Juan Pivel Devoto), apelando a la existencia de un
espíritu colectivo diferente del argentino. El libro niega casi por completo la
existencia de tal espíritu, o apenas lo reconoce como una construcción muy
posterior a la decisión de crear un Estado independiente. Con eso se encarniza
particularmente, confrontando interpretaciones del siglo XX con documentación
de los tiempos independentistas para desmentir la retórica a menudo
voluntarista de muchos de sus colegas célebres.
De alguna forma, y teniendo en cuenta la escasa relevancia
que puede tener un libro en relación con el deseo de reunificación de las
naciones del Plata, es ese combate contra la leyenda de la temprana identidad
nacional el que se vuelve central en Tración a la patria, y es en él
donde el historiador brilla más en su indignación iconoclasta.
La obra termina con una frase en mayúsculas que explicita,
por si a alguien muy necio o poco atento le quedó confuso el tema, el punto de
vista argumentado a lo largo de sus 470 páginas: “DELENDA LA CONVENCIÓN”,
referencia clara a la frase con la que Catón el Viejo culminaba sus alocuciones
en el Senado romano alrededor del año 150 a.C., Delenda Carthago est
(“Cartago debe ser destruida”), de la que se vale Vázquez Franco para construir
una expresión de deseos en latiñol, cerrando así un volumen de fácil y
amena lectura, cuyo contenido es venenoso para quienes creen que las naciones
son cuestión de convenciones cartográficas y no de evidentes hermandades
culturales.
Notas:
Gonzalo Curbelo nació en 1969 en Montevideo, aunque le gusta más
definirse como fernandino, habitante del Departamento de Maldonado. A los
dieciséis años fue integrante de la banda de punk rock Guerrilla Urbana, ganadora del primer concurso de Montevideo Rock.
Luego de una culposa etapa en el mundo de la publicidad estudió Letras y
también Comunicación, sin recibirse en ninguno de los casos. Trabajó como
corresponsal de espectáculos y crítico de cine en la revista Posdata y como colaborador eventual de Brecha, El Observador, El Amante Cine
y La Mano. Actualmente es coeditor de
la sección Cultura en el diario montevideano La Diaria, y en tanto músico integra la banda de rock La Hermana Menor, bajo el semipseudónimo
de Tüssi Dematteis. Nunca participó en ningún espectáculo de humor ni tiene la
menor intención de hacerlo (texto basado en http://www.criatura.com.uy/escritores/gonzalo-curbelo-tuessi.html).
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