En la mañana de este viernes 21 de agosto, en Montevideo, el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó la
publicación de una investigación hecha por académicos uruguayos de la
Universidad de la República: Grandes inversiones en
Uruguay: oportunidades y riesgos, el séptimo de los
Cuadernos sobre Desarrollo Humano de la serie “El futuro en foco” que en
Uruguay edita el PNUD.
Al abrir el acto hablaron la coordinadora residente de la ONU y representante del PNUD en Montevideo, Denise Cook, el coordinador de las publicaciones, el uruguayo Andrés Rius, y Carlos Bianchi, en representación de los autores del trabajo, él mismo uno de ellos. Rius, Bianchi y otros coautores de la publicación, además, son miembros del Instituto de Economía (IEcon) de la Facultad de Ciencias Económicas de la estatal Universidad de la República.
Estuvieron invitados a la presentación Ramón Méndez, presidente del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, Marcel Vaillant, investigador del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la misma Universidad, y Álvaro Soutullo, dirigente de la Sociedad Civil uruguaya “Vida Silvestre”.
Para publicar en los Cuadernos sobre Desarrollo Humano el PNUD solicita trabajos a investigadores académicos o independientes que de acuerdo a las normas de la organización internacional gozan de completa independencia intelectual mientras apliquen en sus análisis criterios científicos de objetividad. La serie de Cuadernos “El futuro en foco” tiene como objetivo –ha difundido el organismo internacional– promover debates para una agenda renovada que sea capaz de dar respuesta a los desafíos del futuro. Se procura –afirma–, constituir una agenda de nueva generación que avance sobre la base de los logros alcanzados por Uruguay en la última década.
Lo dicen uruguayos: «un país que sale corriendo detrás de los inversores y les da todo lo que piden no parece estar preparado para hacer las mejores negociaciones»
En el único diario montevideano que hoy adelantó comentarios y opiniones de los autores, La Diaria, la periodista Virginia Recagno destacó:
«El problema es mucho más que económico»,
estableció desde un principio el investigador Andrés Rius, coordinador de una
publicación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre
las oportunidades y riesgos que traen las grandes inversiones al país. Desde la
perspectiva de un desarrollo humano sustentable, se concluye que los proyectos
que se han llevado a cabo en la última década «carecen de un marco estratégico
e institucionalidad» necesarios para una gestión ambiental que «asegure el
principio de equidad entre las generaciones actuales y las futuras». «Poco a
poco, el Estado debería ir dejando atrás la dependencia y aumentar los niveles
de cautela», concluyó Carlos Bianchi, otro participante del análisis.
Para la publicación, en la que
participaron varios investigadores del Instituto de Economía (IEcon) de la
Universidad de la República, se consideraron grandes inversiones los proyectos
que implicaron más de 80 millones de dólares y que fueron realizados en el país
después de 2005. Teniendo en cuenta la idiosincrasia de Uruguay, los efectos de
éstas estarán altamente condicionados por la calidad de las políticas que las
encuadran, la capacidad del Estado para efectivizarlas y el respaldo del
espectro político que pueda dar señales de estabilidad.
Según Bianchi, «excesos de expresividad y
efusividad» del sistema político con respecto a un determinado proyecto «generan
a la empresa que se está instalando en el país un poder político» que durante
la negociación inclina la balanza a su favor. «Como pasó con Aratirí, que la
empresa le ponía plazos al gobierno», ejemplificó, junto a otros casos como el
del puerto de aguas profundas y las plantas de celulosa. Algo parecido sucede
cuando las grandes inversiones han estado precedidas por un acuerdo entre el
país de origen y Uruguay, como el caso de Philip Morris. «No han generado
problemas monumentales, pero tienen riesgos», opinó Rius.
Pero no todo implica riesgos; las grandes
inversiones pueden ser positivas pero «requieren cautela» y en esto «las
políticas públicas son claves», sostuvo Rius. Algunas necesidades que se
perciben son la generación de «restricciones realmente limitantes a acuerdos
internacionales» y la «inserción institucional» de una política ambiental, al
igual que un «debate político» que la fortalezca. También en este punto, los
investigadores consideran «preocupante» que se mantengan las cláusulas de
confidencialidad una vez firmados los contratos entre inversores y gobierno: «Parecería
que contemplan demasiado las preocupaciones de los privados y descuidan relativamente
las de la ciudadanía», la cual, estiman, debería ser «participante de la
discusión», pero para eso «necesita información».
Tomando el presupuesto de las agencias
regulatorias [sic] –en Uruguay, la
Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama)– como expresión de su prioridad
para los gobernantes, Bianchi concluye que la preocupación desde el gobierno
viene en aumento. «A partir de 2005, el gasto correspondiente a la Dinama crece
más que el PIB [Producto Interno Bruto], pero hasta 2011 no recupera el terreno
perdido respecto de 1999». Como porcentaje del gasto público total pasó de casi
0,09% del PIB en 2005 a
más de 0,14% en 2014.
Desde la perspectiva contemplada, las
grandes inversiones «no son necesariamente una bendición ni una maldición». Al
día de hoy, los autores consideran que el país va «dejando atrás el período de
“hambruna” de inversiones» y, por ende, debería modificarse la posición del
gobierno ante las oportunidades de negociación. «Uruguay no rechazó nunca una
gran inversión, pero es hora de reducir los niveles de dependencia y aumentar
los de cautela», consideró Bianchi. Por su parte, Rius acotó que «un país que
sale corriendo detrás de los inversores y les da todo lo que piden no parece
estar preparado para hacer las mejores negociaciones».1
Notas:
1 En http://ladiaria.com.uy/articulo/2015/8/sin-secretos/
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