David
Harvey: “Las intervenciones militares
no son más que la punta del iceberg
imperialista”
En Venezuela estamos en presencia de
un salto cualitativo de los dispositivos de ataque a la Revolución Bolivariana,
en el marco de un nuevo período marcado por la ausencia física del presidente
Chávez y donde se hacen muy visibles los límites del capitalismo rentístico nacional.
Este salto de carácter restaurador y reaccionario no sólo es expresión de una
coyuntura doméstica, sino que está profundamente conectado y determinado por
las ondas de la crisis sistémica capitalista, y es expresión de la
reconfiguración de la guerra como mecanismo totalizante de ordenamiento
mundial, en el contexto de la globalización neoliberal.
En el mismo sentido en el que el
capitalismo mundial se universaliza a partir de la crisis de la década de 1970,
como nunca antes en su historia, e integra e interconecta todo el planeta en
torno a la (sobre)explotación capitalista, también universaliza la guerra, la
convierte en el factor clave de ordenamiento de las sociedades globales, la
despliega a todos los espacios, planos y subjetividades, tornándose un continuum temporal, un régimen “biopolítico”
de control social, el cual se recrudece a partir de los atentados en Nueva York al WTC el 11 de septiembre de
2001. Hablar de la guerra en la globalización neoliberal es hablar de «guerra
mundial», una con un carácter más mundial que todas sus antecesoras.
La concepción de la guerra como “régimen
biopolítico global”, y como una “guerra permanente”, tal y como la concibiera la llamada Doctrina Bush,
supone atender a la manera como esta se cuela en todos los espacios de la vida.
Aquí vale la pena mencionar dos
ideas de Michel Foucault y de Luis Britto García: Foucault invierte el sentido
de la famosa frase de Carl von Clausewitz de principios del siglo XIX al
afirmar que “la política es la continuación de la guerra por otros medios”1;
Britto, reflexionando sobre la guerra económica en Venezuela expresaba: “La guerra
es la continuación de la economía, por otros medios”2. Las formas
contemporáneas de la beligerancia sistémica hacen que los diferentes ámbitos de
la vida se tornen continuaciones de la guerra, y transforman a la guerra en
prolongaciones de estos.
Desde 2001 Venezuela parece haberse
convertido en uno de los principales laboratorios de la guerra multifactorial
en el mundo. La llegada de la Revolución Bolivariana obstaculizó la avanzada de
acumulación por desposesión que se venía dando desde los años ochenta del siglo
pasado en Venezuela –ésta es básicamente acumulación capitalista de guerra–,
constituyéndose el proceso de transformaciones en el país en una barrera no
sólo al acceso a sus “recursos naturales” sino un peligroso ejemplo ante un
sistema-mundo que presiona cada vez más hacia las desregulaciones, la apertura
y la integración de mercados (capitalistas).
La guerra económica, la guerra
mediática nacional e internacional, la estrategia de conflictos localizados en
Venezuela, por mencionar sus facetas principales, conforman un abanico
estratégico y contrainsurgente de guerra permanente para facilitar, articular y
expandir procesos de acumulación por desposesión en el país. La progresiva
intensificación y agudización de estos dispositivos apuntan a peligrosos
escenarios de shock social, que permitirían, a partir de situaciones de
conmoción, abrir el paso a reestructuraciones de corte neoliberal, una de las formas
de lo que Naomi Klein ha denominado «capitalismo del desastre»3.
De la presión neoliberal a la globalización del fascismo
El fascismo consigue campo fértil en
las crisis. Al igual que en la época de la Gran Depresión de
los años 1930, que facilitó el ascenso del nazismo alemán y del fascismo
italiano, junto con muchas otras expresiones mundiales de este tipo, la crisis
actual (desde 2007 hasta nuestros días) ha servido de caldo de cultivo para la
(re)aparición, surgimiento o auge de grupos de extrema derecha de corte
fascista en numerosas partes del planeta.
Unos amenazan con tomar el poder del
Estado, otros se posicionan en las redes del poder político constituido, y
otros más toman espacios de calle y fungen como fuerzas de choque e intimidación
contrainsurgentes. Su despliegue mundial supone que el fascismo se adapta a las
nuevas condiciones históricas del capitalismo globalizado y a toda la
diversidad cultural mundial, por lo que no hablamos de un concepto anacrónico,
ni mucho menos rígido.4
Algunas de las expresiones más
claras y recientes de este auge fascista global las encontramos en el accionar
político de grupos como “Amanecer Dorado”, en Grecia
(http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/10/131003_grecia_amanecer_dorado_partido_neonazi_testimonios_jp.shtml);
“Svoboda”, en Ucrania, uno de los cinco principales partidos políticos (http://desinformemonos.org/2013/12/ucrania-el-peligro-del-retorno-del-fascismo/)
que comanda el bloque opositor en el intenso y violento conflicto en este país;
el posicionamiento del “Tea Party” en Estados Unidos de Norteamérica y el mapa
político de Sarah Palin con la iconografía de blancos de rifle sobre objetivos
demócratas
recordemos el tiroteo en Arizona de
2011 (http://www.elmundo.es/america/2011/01/08/estados_unidos/1294513279.html)
que arrojó seis muertos y donde la representante demócrata Gabrielle Giffords,
partidaria de la reforma migratoria (http://www.atilioboron.com.ar/2011/01/la-tragedia-de-tucson-y-la-teoria-del.html)
recibiera un tiro en la cabeza; la capacidad de choque de los grupos
fundamentalistas de extrema derecha
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=174772)
en la llamada “primavera árabe” y su incidencia política en dichos procesos; la
acción psicótica de Anders Behring Breivik al asesinar 77 personas en un
campamento juvenil del Partido Laborista
en Noruega; la participación activa
de movimientos conservadores, skinheads
y de extrema derecha en las protestas de Brasil de junio de 2013, quienes
atacaron física y verbalmente a personas con camisas o banderas de partidos
políticos (http://desinformemonos.org/2013/06/no-todo-es-lo-mismo-en-la-revuelta-de-brasil/);
el repunte en los sondeos electorales
en Francia de la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, para las
elecciones al Parlamento Europeo (http://www.publico.es/internacional/473652/marine-le-pen-coloca-a-la-extrema-derecha-francesa-en-cabeza-en-los-sondeos-para-las-elecciones-europeas)
que tendrán lugar en mayo de 2014; y, para mencionar a Venezuela, el
surgimiento durante el período de la Revolución Bolivariana
de grupos fascistas y neonazis como Orden (http://www.aporrea.org/medios/n216146.html)
que reivindican la dictadura anticomunista de Marcos Pérez Jiménez.5
El proyecto neoliberal ataca de
manera frontal y sistemática a trabajadoras y trabajadores, pueblos,
territorios y naturaleza, y se inscribe en una compleja disputa geopolítica,
por lo que uno de los mecanismos para mantener estas formas de acumulación es
la instalación de una completa y sofisticada estrategia policial mundial, en la
cual la globalización del fascismo aparece como uno de sus nortes. El
progresivo agravamiento de la crisis sistémica capitalista haría más precarios
los consensos sociales de los llamados “sistemas democráticos”, potenciando las
condiciones del auge del fascismo.
Los factores que han causado la
crisis económica-financiera global por la que atravesamos desde 2007 y 2008 no
solo se mantienen, sino que en otros sentidos se han agravado. A fines de
enero, la directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, advertía sobre nuevos
riesgos económicos como la deflación en las economías avanzadas.6
Las consecuencias de los recortes de los estímulos económicos (QE) de la Reserva Federal de
EE.UU –han reducido de este programa unos veinte mil millones de dólares
estadounidenses desde diciembre pasado–7, y de una crisis de los
mercados emergentes, o la específica posibilidad de una profundización de la
baja en el crecimiento chino, pudiera abrir las puertas a una nueva y más fuerte
crisis financiera global con rasgos de recesión, lo cual tiene un enorme
significado para la
Revolución Bolivariana, inmersa en una nueva oleada de
ataques fascistas y en una nueva fase de la guerra permanente.
La extrema derecha ha tomado la
vanguardia en la
oposición. El chavismo contra hegemónico es la clave en esta
partida de ajedrez, el elemento vivo del golpe de timón.
La larga crisis del capitalismo rentístico y el chavismo contra hegemónico
La intensificación de la disputa transnacional
que se da en la actualidad en Venezuela, sea por el control de la captación de
la renta petrolera o bien por los intereses imperialistas de acceso a los
“recursos naturales”, se está desarrollando sobre las estructuras carcomidas
del capitalismo rentístico nacional, el cual se encuentra en una larga crisis
originada desde hace unos treinta o cuarenta años. Estamos en presencia de un
proceso de agotamiento de nuestro modelo histórico más contemporáneo.
Los notables desequilibrios
económicos y sociales que vive el país están en profunda relación con la
escalada fascista en Venezuela: los severos desajustes del capitalismo
rentístico son también un reflejo de la guerra económica, en el sentido en el
que la guerra permanente, la guerra multifactorial se centra en atacar nuestras
vulnerabilidades para debilitar nuestras fortalezas. El agravamiento de los
males del modelo rentista nacional ha hecho algunos flancos más vulnerables
como el alimentario, el financiero, el de la economía real, el de ocupación
territorial, los cuales difícilmente pueden atenderse con las armas melladas
del capitalismo rentístico.
En cualquier escenario de la guerra
permanente contra la
Revolución Bolivariana ha sido el chavismo contra hegemónico
el bloque de resistencia, la fuerza creadora de posibilidades, la potencia de
cada victoria política en este intenso trajinar de quince años; de ahí el
ataque actual constante a la generalidad del término “colectivos”. La alianza
popular, el “mandar obedeciendo”, es la única vía posible ante el híper despliegue
bélico, no sólo porque el bloque popular contra hegemónico es la fuerza
constitutiva de las transformaciones anticapitalistas, sino porque además es
consciente de ser el principal objetivo de la guerra permanente.
No son sencillos los dilemas políticos
en el país, sobre todo ante esta difícil coyuntura de ataque a la Revolución Bolivariana.
No obstante es fundamental atender lo siguiente:
- Diversos
movimientos sociales y organizaciones populares han planteado alternativas y
soluciones concretas ante prácticamente cualquier coyuntura, problema, o
incluso sobre factores estructurales de nuestro modelo capitalista-rentista. Es
literalmente vital articular estas alternativas al rumbo de la Revolución Bolivariana,
haciendo de la misma una fuerza viva y popular, que recobre su impulso contra hegemónico.
- Una guerra
“biopolítica” ataca en todos los ámbitos de la vida. En la medida en la
que nos conectamos más a la globalización capitalista nos conectamos más a los
dispositivos de acción de esta guerra sistémica. Es un deber imperioso atender
nuestras principales vulnerabilidades estructurales. La mirada hacia formas de
desconexión selectiva, con mecanismos regionales similares a los que han sido
planteados en la ALBA-TCP, con un plan de gobierno que incentive la
organización social y la producción desde abajo (las comunas), y en consonancia
con el objetivo IV del Plan de la Patria 2013-2019, debe ser una prioridad,
buscando todas las posibilidades para motorizar estas formas de resistencia
nacional y popular.
- Allanar el
camino para una articulación popular autónoma, amplia y orgánica, en la que
organizaciones y movimientos sociales creen agendas y alternativas propias, y
planteen formas de relacionamiento fructíferas entre pueblo y gobierno.
- Es
esencial “desactivar el fascismo” –como lo ha expresado Roland Denis (http://www.aporrea.org/actualidad/a182411.html)–,
y diluir juntos el odio, como lo manifiestan los integrantes del colectivo “El
Cayapo”
(http://misionverdad.com/?p=4010): “Héroe
no será en esta guerra quien más disparos realice, sino quien más desactive
situaciones de guerra”.
*El autor, Emiliano
Teran Mantovani, es Sociólogo de la Universidad Central
de Venezuela e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo
Gallegos (CELARG), y es miembro del equipo promotor del Foro Social Mundial
Temático Venezuela. El presente artículo de Teran Mantovani fue distribuido
este 21 de febrero de 2014 por la Agencia Latinoamericana
de Información (ALAI): http://alainet.org/active/71527
(Cuidado del texto: G.E.).
Fuentes consultadas:
Britto García, Luis. “¿Guerra económica no mata gobierno?”, Aporrea, domingo 22 de
septiembre de 2013. Disponible en:
http://www.aporrea.org/actualidad/a173940.html
(consultado: 23/09/2013).
CNN EXPANSION. “Lagarde
advierte riesgo de deflación”, sábado 25 de enero de 2014. Disponible en:
http://www.cnnexpansion.com/economia/2014/01/25/lagarde-advierte-riesgo-de-deflacion
(consultado: 27/01/2014).
DEUTSCHE WELLE. “La Reserva Federal vuelve
a recortar estímulos a economía de EE.UU.”, 29 de enero de 2014. Disponible en:
http://www.dw.de/la-reserva-federal-vuelve-a-recortar-est%C3%ADmulos-a-econom%C3%ADa-de-eeuu/a-17395038
(consultado: 12/02/2014).
FOUCAULT, Michel. Defender la sociedad. Fondo de
Cultura Económica.
Segunda
reimpresión. Buenos Aires, 2001. En:
http://primeraparadoja.files.wordpress.com/2011/03/1976-defender-la-sociedad.pdf (consultado:
11/05/2008).
HARVEY, David. El nuevo imperialismo. Ediciones Akal, Madrid,
2007.
KLEIN, Naomi. La doctrina del shock. El auge del
capitalismo del desastre. Paidós, Buenos Aires, 2008.
Notas:
1 FOUCAULT, Michel. Defender la sociedad. p. 29. La conocida
idea de Clausewitz rezaba: «la guerra es la continuación de la política por
otros medios».
2 BRITTO García,
Luis. “¿Guerra económica no mata gobierno?”
3 Cfr. KLEIN, Naomi.
La doctrina del shock. El auge del
capitalismo del desastre.
4 A pesar de la enorme diversidad
cultural y antropológica mundial, y de que algunos de estos grupos de extrema
derecha se pelean por definir rígidamente sus características, rechazando
otras, el fascismo global puede definirse en la unión de todos o algunos de
estos rasgos: ultranacionalistas, chovinistas, xenófobos y racistas;
anticomunistas, fundamentalistas y ultraconservadores; y con dispositivos de
choque militarizados u organizados de extrema violencia.
5 Queda para otro
análisis, las caracterizaciones de grupos paramilitares y compañías militares
privadas de contrainsurgencia.
6 Cfr. CNN EXPANSIÓN.
“Lagarde advierte riesgo de deflación.”
7 Cfr. DEUTSCHE WELLE.
“La Reserva Federal
vuelve a recortar estímulos a economía de EE.UU.”
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