Este lunes 3 de febrero de 2014 publica en castellano el
diario montevideano el extracto de un artículo en inglés del diario
estadounidense de negocios:
“A medida que caen las reservas internacionales de
Argentina, una megadevaluación parece inevitable, nuevamente. Algunos países
aprenden las lecciones de su historia monetaria, pero Argentina es un caso
aparte”, publicó en una de sus editoriales el periódico estadounidense The Wall
Street Journal, al hacer un análisis de la economía argentina.
“Las políticas que ha seguido el gobierno de la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner como la expropiación, la anulación de contratos,
la fijación de impuestos a las exportaciones y la imposición de topes a las
tarifas de servicios públicos han destruido el capital. Mientras tanto, el
gasto fiscal como porcentaje del Producto Interno Bruto se duplicó en los
últimos 10 años. Ni los extranjeros ni los argentinos quieren tener pesos
porque el Banco Central erosiona su valor al imprimirlos en exceso. Cuando eso
ocurre, casi no hay forma de detener una corrida contra las reservas
internacionales del Banco Central, una espiral inflacionaria y el
empobrecimiento del país”, afirma el artículo titulado “Argentina y la vieja
costumbre de devaluar”, firmado por la analista Mary Anastasia O'Grady.
Para O'Grady, Argentina tiene una historia de “200 años de devaluaciones
recurrentes es una condición más seria que una adicción. Es patológico”.
El artículo hace a Jorge Capitanich, jefe de Gabinete del Gobierno a uno de los responsables de la mala gestión. “Capitanich dice que los especuladores, en su afán por ganar dinero rápidamente al castigar el valor de los activos para luego comprarlos, son la causa del colapso del peso. Esta clase de ignorancia económica de los gobernantes de una nación de 41 millones de personas es aterradora. Pero en Argentina no es de extrañar”.
El artículo hace a Jorge Capitanich, jefe de Gabinete del Gobierno a uno de los responsables de la mala gestión. “Capitanich dice que los especuladores, en su afán por ganar dinero rápidamente al castigar el valor de los activos para luego comprarlos, son la causa del colapso del peso. Esta clase de ignorancia económica de los gobernantes de una nación de 41 millones de personas es aterradora. Pero en Argentina no es de extrañar”.
Nota de G. E.:
El que avisa al traductor de El País no es rencoroso…
simplemente escribe (y piensa) mejor: las cantidades de tiempo, como por
ejemplo los años, y las cantidades imprecisas, se escriben mejor con letras. Es
decir: “últimos diez años” o “doscientos años”, y “cuarenta y un millones”. Otra
cosa, el nombre del diario de negocios, como el de cualquier otra publicación
debe escribirse con bastardillas: The
Wall Street Journal. No aparece así en el título de esta entrada porque el
editor del blog no lo permite…
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