Ilustración original de ALAI |
Fuente:ALAI
| Agencia Informativa de América Latina | 31.8.2018
La
izquierda se ha vuelto una fuerza decisiva en la era neoliberal, porque ha
sabido levantar un gran programa de superación de ese modelo. Para ello tuvo
que construir un amplio consenso social de que, en Latinoamérica, el continente
más desigual del mundo, las cuestiones prioritarias son de orden social: tienen que ver con la superación del hambre, de la miseria, de la exclusión social, de
las desigualdades.
Los años
virtuosos de nuestro continente se dieron cuando liderazgos populares lograron
poner en práctica gobiernos antineoliberales, priorizando la cuestión social y
no los ajustes fiscales, los procesos de integración regional y no los tratados
de libre comercio con EE.UU. y recuperando el rol activo del Estado en lugar de
la centralidad del mercado. Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia,
Ecuador, fueron los escenarios más importantes de esas experiencias políticas
determinantes para la izquierda latinoamericana y para el destino de América
Latina. Líderes como Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe
Mujica, Evo Morales o Rafael Correa, se han vuelto los más importantes líderes
de la izquierda mundial.
No fue
fácil superar el consenso neoliberal que se había instalado en todo el mundo.
Era un proyecto de descalificación del Estado, de la política, de los derechos,
de los partidos, de las soluciones colectivas a los problemas de las personas y
de la sociedad. Pretendía llegar para que no haya más retrocesos en épocas de
desarrollismo económico, de peso del Estado en la vida económica, para promover
el mercado como criterio general de todo.
Fue
necesario que se agotara el impulso del modelo neoliberal, al demostrar que el
control de la inflación no resolvía a los principales problemas de la sociedad–estancamiento económico, desigualdad social, entre otros -,para que se
abriera el espacio para la alternativa antineoliberal. Fue necesario que la
izquierda ganara el debate de ideas, lograra imponer el consenso social como el
predominante, para que lograra sus victorias políticas.
Fueron
los años más virtuosos en la historia política de esos países y en la
proyección positiva de Latinoamérica en el mundo. Fue cuando más disminuyeron
las desigualdades en nuestros países, cuando hubo menos miseria, cuando hubo más inclusión social, cuando nuestros países tuvieron más prestigio en
el mundo, cuando sus líderes se proyectaron como referencia política para la
izquierda de todo el mundo.
Los
reveses y los retrocesos que han sucedido han sido igualmente resultados de la
hegemonía que la derecha ha logrado imponer en la sociedad, para lo cual desarticularon y derrotaron los consensos de la izquierda. Tuvieron
que desplazar las cuestiones sociales del centro de las preocupaciones de las
personas para centrarlas en la corrupción, en la crisis económica, en la
incapacidad de los gobiernos para controlar la inflación. Total, han logrado
imponer una imagen de fracaso de esos gobiernos.
Claro que
se han valido en gran medida del monopolio que la derecha detenta en los
medios. Pero ello no justifica, por sí sólo, esos reveses de la izquierda,
porque ese monopolio ya existía durante los años de éxito de los
gobiernos antineoliberales sin lograr imponer su visión de la sociedad. Por lo
tanto, esos reveses no sólo no eran inevitables, no habrían ocurrido no se
hubieran dado errores graves de la izquierda.
Como error
general de los gobiernos que han sufrido derrotas o que están en la defensiva
frente a la derecha, está el hecho de que millones de personas beneficiarias de
las políticas sociales de esos gobiernos han pasado a votar por la derecha,
por falta de capacidad de convencimiento, de persuasión, de parte de los
gobernantes, pero también de los partidos y de los movimientos sociales. Esos
son los sectores hacia los cuales la izquierda debe prioritariamente concentrar
su trabajo de masas.
Las
disputas determinantes en el mundo contemporáneo se dan a nivel de los valores,
de la cultura, de los consensos sociales, de la lucha de ideas. Es ahí donde
reside la hegemonía norteamericana en el mundo, con su “modo de vida
americano” como forma de sociabilidad generalizada en el mundo. Es ahí donde
la izquierda latinoamericana de esos países ha logrado imponerse y, después, en
algunos de ellos, ha sido superada. Es ahí donde la izquierda puede recuperar
su fuerza, reconquistando la hegemonía en el plano de las ideas para poder
luego constituirse en fuerza predominante.
Notas:
Emir
Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del
Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro, Brasil.
Al presente texto se le hicieron cambios de sintaxis y estilo para adecuarlo al del blog Ansina es, sin que ello modifique su contenido. G.E.
https://www.alainet.org/es/articulo/194428
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