“El diálogo y el poder”
Anoche
mismo, calurosa noche de sábado rioplatense, una lectora de este cuaderno se
comunicó mediante correo electrónico para sugerir que quizá era excesivamente
arriesgado suponer que la derecha uruguaya expresada en los partidos
tradicionales, el Nacional y el Colorado, podía promover tanto los veraniegos “excesos
juveniles” en Punta del Diablo y Punta del Este como la denuncia de que estos
eran consecuencia del “desgobierno” encabezado por Pepe Mujica. Probablemente
una ecuación sencilla para resolver una primera instancia definitoria sea
averiguar si los vehículos y recursos dinerarios empleados para esas
diversiones fueron facilitados por sus acomodadas familias o por el propio
Pepe, o a sus espaldas quizá por Lucía (si no por Cristina Fernández de
Kirchner). Tractor chacarero en tales jodas no se ha denunciado que haya sido
visto, así que las dos opciones uruguayas pueden sin más ser descartadas.
Vamos
a leer una paráfrasis que al respecto tiene pleno sentido:
La estrategia política de la
derecha uruguaya tiene tres líneas principales: la desestabilización económica,
la erosión de los apoyos gubernamentales en el territorio nacional del
frenteamplismo y el desorden en la calle. Las tres líneas se suceden entre sí,
convergen y se alimentan mutuamente. Con diferente intensidad y dramatismo,
todas convergen en un punto imaginario, el de la creación de un clima de
absoluta ingobernabilidad.
El
texto original que hemos parafraseado pertenece al sociólogo argentino Edgardo
Mocca y forma parte de su artículo “El diálogo y el poder” que hoy, domingo 19
de enero, publica el diario Página/12.
José Mujica, el
presidente uruguayo, suele decir que ambos pueblos rioplatenses somos hermanos
porque, palabras más o palabras menos, fuimos alimentados por la misma placenta.
Quizá, mejor podríamos decir, más sujetos a la verdad histórica aunque ésta sea
hiriente y dolorosa, que ambos pueblos somos producto y víctimas de las mismas
y sucesivas violaciones colonialistas y patronales.
Para
concluir queremos agradecer la constancia lectora de estas notas que la estadística
ubica en Brasil, Chile, Venezuela, Uruguay, Argentina, India, Malasia, Estados
Unidos, España, Rusia, China, Bolivia, Perú, Alemania, Francia, México, Ucrania,
Suiza, Suecia y Costa Rica. A todas y todos decimos que nuestros brazos los
abrazan.
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