En el top ten de
sus noticias más leídas según publica el propio diario uruguayo El País aparecen aquellas en este orden:
“Cacerolazo y movilización de vecinos de Montevideo por mayor seguridad”, “Policía
difundió fotos de requeridos por el intento de robo al Banco de la República”, “Miles
de personas marcharon para protestar por la violencia”, “Operativos abusivos
para ‘cazar’ a choferes de Uber”, “La policía busca a ‘golpeadores’ de
delincuentes”, “[El Partido de los] Colorados [Bordaberry] interpelarán al
ministro [de Interior] Eduardo Bonomi por la inseguridad”, “EE.UU. ‘pierde la
paciencia’ con Rusia y suspende diálogo por Siria”, “Así esperan los
jamaiquinos al peligroso huracán Matthew”, “Diputado del Frente [Amplio] pide
bajar a [solamente] una las compras web permitidas” y, por último, en el décimo
lugar, “Piden investigar negocios del gobierno de Mujica”.1
Vale sin ninguna duda sospechar que a las ocho de la mañana de este
martes 4 de octubre, cuando El País
difundió la estadística, se tuviera ya una idea de la “tendencia” para las
veinticuatro de todo el día. Más parece una “guía orientativa” para señalar a los
lectores donde enfocar sus “preocupaciones”. Además, y esto es sustancial, no
son los orientales efectivamente radicados en su país o en territorios cercanos
personas con tal disposición de tiempo hasta esa hora para ya haber leído dos o
más portales de noticias y, menos todavía, diarios sobre papel.
No sería errado, entonces, deducir que la mentada orientación está dirigida
principalmente al “consumo exterior” de noticias de Uruguay, por ejemplo en
Europa, donde, además, reside parte importante de la diáspora oriental. El
objetivo, de ser así, sería repetir un exitoso modelo de cooptación de
conductas sociales de derecha ya probado con las poblaciones de los países
vecinos. En el territorio propio la acción “de difusión de tendencias” la
cumplen más acabadamente los medios audiovisuales como TV y radio.
Lo manifestado no quita de las imprescindibles consideraciones políticas
serias y medulosas la notoria inutilidad de los modelos de “capitalismo
serio” sostenidos por los progresismos de la última década y media suramericana,
aun sin negar, para nada, el mejoramiento de las condiciones de vida populares
dado en ese período disuelto a partir del inicio de 2016 en Brasil y Argentina.
La propuesta de los partidos y corrientes políticas y sindicales populares debe
ser alertar sobre la necesidad de construir con potencia análisis, pronósticos
y propuestas de realmente nueva concepción y consistencia. Los pueblos se
reproducen y renuevan mientras las oligarquías y el capitalismo van rumbo a una
peligrosa y contaminante autodisolución, de eso se trata.
Notas:
1 Los
enlaces de El País para cada una de las notas referidas:
· 10 Piden investigar negocios del gobierno de Mujica
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