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viernes, 1 de abril de 2016

¿Actos de Dios en India y Argentina?



En Calcuta una obra vial en construcción se desmoronó sobre una autopista ciudadana y ocasionó la muerte de más de veinte personas y heridas a ochenta, de las cuales más de diez continúan hospitalizadas. El dolor y los daños materiales son ingentes, como se aprecia en la fotografía.



La empresa constructora se llama IVRCL y uno de sus responsables es K. Panduranga Rao, quien manifestó a periodistas que lo consultaban sobre la catástrofe que «no fue otra cosa que un acto de Dios», según consignó la agencia de noticias EFE.1



El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Pontificia Universidad Católica de Argentina, una alta casa de estudios en la que especialmente se entiende de cuestiones de la filosofía y la religión, ha venido en lo terrenal analizando el desarrollo de los niveles de pobreza e indigencia en nuestro país, y advirtió durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, en 2014, que «a pesar de la bonanza económica de diez años […] se han cristalizado situaciones de marginalidad laboral, pobreza estructural y desigualdad social en el país»2.



Esos análisis de situación social fueron profusamente divulgados por los medios de prensa como La Nación y Clarín entre muchos otros, y tomados como ejes del discurso de la coalición que se propuso como mejor opción de gobierno para “el cambio” y la “revolución de la alegría” con “pobreza cero”, según la inventiva del consultor de imagen y asesor político Jaime Rolando Durán Barba.   



Ahora, ya en abril de 2016, el sociólogo Agustín Salvia, director del referido Observatorio, manifestó: «Teníamos pensado dedicarnos a la presentación de un informe sobre pobreza y desigualdad de 2010 a 2015, [pero] nos vimos obligados a abordar la situación actual». Salvia precisó que desde la asunción del nuevo Gobierno en diciembre de 2015 hasta ahora hay en Argentina casi un millón y medio más de pobres, y un tercio de millón más de personas en situación de indigencia.3



El titular del Observatorio dependiente de la Universidad Católica también expresó que los guarismos «no toman en cuenta las pérdidas de empleo ocurridas en el marco de una economía inflacionaria y afectada por ajustes macroeconómicos, ni los recientes anuncios de incrementos en materia de transporte y servicios domiciliarios».



La información dada por el organismo de la Universidad indica que en el primer trimestre del actual año 2016 la tasa de pobreza aumentó cinco por ciento llegando a 34,5 % de la población total del país, trece millones de personas, y que quienes sufren situaciones de indigencia llegan en la actualidad a 2,3 millones como consecuencia, refiere el diario Página/12 que expresó el sociólogo Salvia, «de la inflación y otros factores de las políticas sociales del gobierno»4.



Entre los «recientes anuncios de incrementos» a los que se refiriera Agustín Salvia está el de los combustibles líquidos con lo que se mueve el transporte, los que han llegado a valores, en el caso de las naftas o gasolinas, equivalentes a un dólar estadounidense: quince pesos argentinos. Si en el país que emite los dólares el precio de un litro de ese combustible se sitúa en sesenta centavos de tal unidad monetaria (nueve pesos argentinos), es evidente que la pobreza rioplatense subvenciona el despilfarro armamentista y guerrero de la patria de Obama.



Los de India y Argentina, no hace falta consultar a la Universidad Católica sobre el tópico para rotundamente afirmarlo, no son “actos de Dios”. Son actos de personas concretas, reales, inmorales sin duda, que especulan, mienten, son incompetentes, codiciosas, embusteras y sumamente dañinas.  






Notas:






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