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jueves, 7 de abril de 2016

Virrey rioplatense “kagemusha”, señuelo, un doble. Desnudo. ¿Víctima de “fuego amigo”?



Mientras la confección de esta nota lleva no pocas horas porque se debe revisar y cotejar información, precisar análisis, conceptos, y también cuidar que la sintaxis sea la adecuada para la imprescindible claridad al texto, surgen nuevos hechos que son noticia.



El fiscal federal Federico Delgado «decidió impulsar la acción penal contra el presidente Mauricio Macri por presunta “omisión maliciosa” en su Declaración Jurada a raíz de la revelación de que participó en dos empresas offshore en Panamá y las islas Bahamas. También planteó que se investigue si se pueden haber cometido otros delitos. Ayer el diputado del Frente para la Victoria Darío Martínez denunció al mandatario por presunto lavado de dinero y evasión fiscal»1. Eduardo Barcesat, el abogado de derechos humanos (Madres de Plaza de Mayo) y constitucionalista, había anunciado que si antes del próximo lunes no aparecía un fiscal que lo hiciera, él mismo denunciaría a Macri. Barcesat, un jurista marxista al que los medios del establischment local califican de manera peyorativa como “kirchnerista”, ya en enero pasado había denunciado penalmente a aquél y su gabinete por emplear los decretos de necesidad y urgencia (DNU) para ejercer «una política de hechos consumados para cuando se inicie el período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación ».



También se ha sabido de la renuncia del juez federal Norberto Oyarbide, investigado por el Consejo de la Magistratura por presunto mal desempeño y al que otro juez, Sebastián Casanello, ha convocado como testigo en una denuncia presentada por la inefable diputada y aliada PROísta Elisa Carrió señalando como “operador judicial” de Macri a su amigo Daniel Angelici, destacado empresario del rubro juegos de azar en ejercicio de la presidencia del club Boca Juniors.



Y, como “final de fiesta” de la semana y este largo prólogo, la cámara de diputados del país (no se emplean injustificados calificativos ni iniciales mayúsculas), mediando una votación a mano alzada, innominada, anónima, aprobó y dio carácter de ley a la docena de decretos “necesarios” y “urgidos” con los que se “gobernó” desde el 10 de diciembre de 2015 hasta el inicio en marzo de las sesiones ordinarias de la legislatura. Entre esos DNU están los que “derogaron” las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual y de Argentina Digital y disolvieron los organismos autárquicos Afsca y Aftic. Por otro lado la  misma task force de 131 “cambistas” rechazó la propuesta de investigar las destapadas cuentas off shore en Panamá hecha por la diputada Myriam Bergman del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), proposición que sí fue respaldada por el Bloque del Frente por la Victoria a través de la voz del veterano diputado Héctor Recalde, sumando 89 “conservadores” de alguna dignidad. Paladines del secretismo “cambiario” y la cerrazón informativa fueron los representantes de la alianza PRO, de la hasta ahora llamada Unión Cívica Radical y del engendro Coalición Cívica, que lidera Carrió.2 G.E.



Ahora, Kagemusha






Cuando en diciembre pasado se nos ocurrió ilustrar con la imagen del personaje Nute Gunray de Guerra de las galaxias nuestra caracterización de la época suramericana como “Restablecimiento de los virreinatos subamericanos”3, desconocíamos que el flamante virrey rioplatense era titular de “Kagemusha”, una empresa off shore, y por ello, ahora, blanco de “fuego amigo” desde dentro y desde afuera –como decir “off shore”–, dadas maniobras tácticas no esperadas del sector dominante del establischment mundial.   



Gunray, en tanto virrey de ocasión puesto por la Federación Galáctica de Comercio en medio de un colosal derrape, es personaje del filme Star Wars, su título en inglés, saga multimedia de “épica espacial” concebida y propiedad del estadounidense George Lucas desde fines de los años 1970, conocida en español como “Guerra de las galaxias”. Probablemente, inspiró o se inspiró (en) el proyecto “Iniciativa de Defensa Estratégica”, el Strategic Defense Initiative (SDI) que tanto entusiasmó al military-industrial complex y a dos prominentes estadounidenses: Ronald Reagan y George Bush.



Pocos años después, mientras en el cono sur latinoamericano la mitad políticamente más lúcida de la población procuraba –procurábamos, en rigor de verdad– deshacernos de las dictaduras del Plan Cóndor (éste inspirado, instruido y prohijado por los de la SDI), se estrenó la célebre película del japonés Akira Kurusawa que en español se conoció como “La sombra del guerrero”–en la que un simple ladrón es el kagemusha– y por eso el título del filme, en japonés y en castellano: la sombra que oculta una derrota.



Ahora viene a descubrirse mediante la aparición de una formidable cantidad de archivos referidos a ocultamientos y lavados de fortunas y negocios oscuros, entre los que solamente se alude a trescientos estadounidenses no VIP, pero que involucran a suramericanos como Mauricio Macri y algunos de sus amigos políticos y de negocios que aparecen integrando empresas puestas fuera de los alcances jurisdiccionales fiscales y judiciales que tienen competencia (es un decir…) sobre ellos. Respecto del descubrimiento el portal Nodal publica un artículo del periodista y analista político suramericano Aram Aharonian.4



El “destape” que ahora termina de desnudar al virrey instalado entre nosotros, los argentinos, tiene hasta ahora autoría u origen desconocido. Hay especulaciones, principalmente tres: a) se trata del surgimiento de novísimos émulos de Edward Snowden o de Julian Assange, b) fue un rapto emocional de alguien con heridas por una frustración amorosa…, y c) es una precisa operación de inteligencia para desarticular redes de paraísos fiscales y hacer retornar a Estados Unidos los capitales fugados desde la periferia con el objeto, ahora, de paliar en la metrópolis la profunda crisis del capitalismo; es decir, producir una fenomenal captación de liquidez. Lo dijo Barack Obama: quienes ocultan sus finanzas en los paraísos fiscales «están aprovechándose del sistema»5.



La especulación de que la filtración de millones de documentos digitales fue una reacción emocional por frustración amorosa en el propio seno de la empresa panameña gestora de las tramoyas con capitales más parece una tapadera para ocultar la otra versión: una operación de inteligencia. Siendo así pondría más todavía en evidencia el grado de descomposición de los aparatos de conducción del capitalismo global, el que empuja aún más al descrédito de sus propios operadores periféricos.



Coincide con esta interpretación Marco A. Gandásegui, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena” (CELA): 6 «Las revelaciones (filtraciones o leaks) de Snowden y Wikileaks fueron transparentes en sus intenciones: descubrir las maniobras inaceptables del gobierno de EE.UU. El Consorcio de Washington y sus “papeles de Panamá” no son transparentes y aún no conocemos cuáles son, en última instancia, sus verdaderas intenciones»7.



La duda que plantea Gandásegui surge de que –manifiesta– «La entidad que se hace responsable del “hackeo”, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ [por sus siglas en inglés, y en la que participan también el diario de Buenos Aires La Nación y Canal 13, propiedad del multimedios Clarín]), con sede en Washington, DC, EE.UU., es financiada por los Think Tanks más reconocidos del establishment conservador de EE.UU. y Europa. El periódico alemán, Süddeutshe Zeitung, asumió el liderazgo en el reportaje sobre la firma panameña que maneja Ramón Fonseca Mora ».



“Los prostíbulos del capitalismo”



Así, el politólogo brasileño Emir Sader define a los territorios en el mundo rodeados de agua, praderas, llanuras desérticas, serranías o montañas en los que «se practica todo tipo de actividades económicas que serían ilegales en otros países, captando y limpiando sumas millonarias de recursos, como los provenientes  del comercio de armas, del narcotráfico y de otras actividades ilegales [y] para hacer circular capitales sin pagar los impuestos que deberían pagar en sus países de origen».8



El término “paraíso fiscal” –refiere un informe del portal RT– evoca habitualmente la imagen de algún lugar remoto como Belice o las Islas Caimán. Sin embargo, EE.UU. fue en 2015 tercer país del mundo después de Suiza y Hong Kong en el “ranking” de los paraísos fiscales más atractivos para quienes buscan ocultar su dinero. Panamá se situó en el decimotercer lugar en una clasificación publicada por el grupo activista Tax Justice Network.9



Por su parte el portal Resumen Latinoamericano, citando a RT, publica que Ernst Wolff, periodista alemán experto en temas financieros, afirmó en una entrevista con el portal ruso de noticias  Sputnik que «Lo que sucede ahora es que EE.UU. está tratando de “secar” ciertos paraísos fiscales para presentarse a sí mismo como el nuevo y mayor paraíso fiscal del mundo», explicando que con ello procuran redirigir grandes flujos financieros.10



Virrey kagemusha, y desnudo



Por qué “señuelo”, kagemusha en la milenaria lengua japonesa, por qué “un doble”... Qué imaginario perturbado y perturbador en los años del más cruento vaciamiento económico del país mediante negociados financieros facilitados por la extorsión social que implicó la sustracción de niños y el asesinato y la desaparición de millares de personas en su mayoría jóvenes, de 1976 a 1983, movió al otrora “pibe” del aristocrático barrio Los Nogales, de Villa de Mayo, detrás del entonces Club Universitario Buenos Aires, a con perversa ironía expresada en el nombre elegido –“Kagemusha”–, a pergeñar una empresa “fantasma” que tras treinta y cinco años se mantiene vigente y fantasmal. ¿Significó ello una transfiguración en “capital” propio de las vidas de otras y otros, torturadas y asesinadas, un hipócrita trofeo personal por la aceptación del nuevo genocidio como lo significa todavía la estatuaria y nomenclatura geográfica alegórica de la fundación del capitalismo agropecuario argentino sobre la matanza de los pueblos aborígenes?



Desnudos unos y arropados nosotros



No solamente este realmente existente virrey de ultratumba y su tan numerosa como diseminada y miserable corte están desnudos, lo está también una considerable parte de la sociedad suramericana imposibilitada de ser cuantificada dada su imprecisa movilidad entre el suicidio y la fuga de sí misma como vía de sobrevivencia.



Nosotros, poco más que una mitad del todo y que de manera vigilante fijamente miramos a aquellos atentos a que sus caídas no lastimen más de lo que ha lastimado su artificiosa altivez en desmoronamiento, nosotros, no estamos desnudos. Vigilamos arropados por la certera certeza de que el botín de la pelea es el producto de nuestro trabajo, el valor y el plus-valor a extraer de lo trabajado. Tenemos conocimiento, no se crea que no, de que mezclados entre nosotros van pícaros y ladrones, pero que comparados con aquellos desnudos son nuestros parásitos inocentes y emplumados angelitos (igualmente nos los quitaremos de encima), y sabemos que los dirigentes, aun siendo necesarios serán siempre en cada momento provisorios.



¿La patria es el otro?



Una consigna que no por ser recientemente muy divulgada ha dejado de ser compleja y filosófica dice que la patria es el otro, el prójimo, el que nos ve y en el que nos vemos. Cristina Fernández de Kirchner la lanzó al ruedo hará unos tres años.



Dice José Pablo Feinmann:



El tema del Otro refiere –en uno de los tantos abordajes de la cuestión– al pensamiento de Emmanuel Levinas. Se trata de una ética de la alteridad. En Hegel la alteridad es negación. “Toda determinación es negación” es uno de los conceptos centrales de una filosofía que interpreta lo Otro (usamos la mayúscula en la tradición de Levinas) como negación dialéctica, de esa negación surgirá el tercer momento de una historia sustancial, con decurso necesario, teleológico, que apunta a una superación final de las contradicciones. Levinas plantea una ética de la alteridad porque el Otro me es necesario para ser yo. No puedo ser yo sin el Otro.11   



Feinmann el filósofo, él, que no es sonso, concluye así su análisis en “Alcance y límites del concepto ‘la patria es el otro’”:



Habrá, pese a todo, que insistir con la frase: “La patria es el otro”. Porque es nueva. Porque nunca se propuso en este país. Pero no será aconsejable olvidar que ellos, el poder, el establishment, los monopolios, jamás pensarán que la patria son los otros. Sino que pensarán lo que siempre pensaron: que son ellos, solamente y nadie más que ellos.12







Notas:








8 Emir Sader, “Los prostíbulos del capitalismo”, en este mismo blog.



11 José Pablo Feinmann, “Alcances y límites del concepto ‘la patria es el otro’”, en http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-223384-2013-06-30.html

12 Ibídem.

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