Mientras
la confección de esta nota lleva no pocas horas porque se debe revisar y cotejar
información, precisar análisis, conceptos, y también cuidar que la sintaxis sea
la adecuada para la imprescindible claridad al texto, surgen nuevos hechos que
son noticia.
El
fiscal federal Federico Delgado «decidió impulsar la acción penal contra el
presidente Mauricio Macri por presunta “omisión maliciosa” en su Declaración
Jurada a raíz de la revelación de que participó en dos empresas offshore en
Panamá y las islas Bahamas. También planteó que se investigue si se pueden
haber cometido otros delitos. Ayer el diputado del Frente para la Victoria
Darío Martínez denunció al mandatario por presunto lavado de dinero y evasión
fiscal»1. Eduardo Barcesat, el abogado de derechos humanos (Madres
de Plaza de Mayo) y constitucionalista, había anunciado que si antes del
próximo lunes no aparecía un fiscal que lo hiciera, él mismo denunciaría a
Macri. Barcesat, un jurista marxista al que los medios del establischment local califican de manera peyorativa como “kirchnerista”,
ya en enero pasado había denunciado penalmente a aquél y su gabinete por
emplear los decretos de necesidad y urgencia (DNU) para ejercer «una política
de hechos consumados para cuando se inicie el período de sesiones ordinarias
del Congreso de la Nación ».
También
se ha sabido de la renuncia del juez federal Norberto Oyarbide, investigado por
el Consejo de la Magistratura por presunto mal desempeño y al que otro juez, Sebastián
Casanello, ha convocado como testigo en una denuncia presentada por la inefable
diputada y aliada PROísta Elisa Carrió señalando como “operador judicial” de
Macri a su amigo Daniel Angelici, destacado empresario del rubro juegos de azar
en ejercicio de la presidencia del club Boca Juniors.
Y,
como “final de fiesta” de la semana y este largo prólogo, la cámara de
diputados del país (no se emplean injustificados calificativos ni iniciales
mayúsculas), mediando una votación a mano alzada, innominada, anónima, aprobó y
dio carácter de ley a la docena de decretos “necesarios” y “urgidos” con los
que se “gobernó” desde el 10 de diciembre de 2015 hasta el inicio en marzo de
las sesiones ordinarias de la legislatura. Entre esos DNU están los que “derogaron”
las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual y de Argentina Digital y disolvieron
los organismos autárquicos Afsca y Aftic. Por otro lado la misma task
force de 131 “cambistas” rechazó la propuesta de investigar las destapadas
cuentas off shore en Panamá hecha por la diputada Myriam Bergman del Frente de
Izquierda y los Trabajadores (FIT), proposición que sí fue respaldada por el
Bloque del Frente por la Victoria a través de la voz del veterano diputado
Héctor Recalde, sumando 89 “conservadores” de alguna dignidad. Paladines del
secretismo “cambiario” y la cerrazón informativa fueron los representantes de la
alianza PRO, de la hasta ahora llamada Unión Cívica Radical y del engendro
Coalición Cívica, que lidera Carrió.2 G.E.
Ahora, Kagemusha |
Cuando en diciembre pasado se nos
ocurrió ilustrar con la imagen del personaje Nute Gunray de Guerra de las galaxias nuestra
caracterización de la época suramericana como “Restablecimiento de los
virreinatos subamericanos”3, desconocíamos que el flamante virrey
rioplatense era titular de “Kagemusha”, una empresa off shore, y por ello, ahora, blanco de “fuego amigo” desde dentro
y desde afuera –como decir “off shore”–, dadas maniobras tácticas no esperadas
del sector dominante del establischment
mundial.
Gunray, en tanto virrey de ocasión puesto por la Federación
Galáctica de Comercio en medio de un colosal derrape, es personaje del filme Star Wars, su título en inglés, saga
multimedia de “épica espacial” concebida y propiedad del estadounidense George
Lucas desde fines de los años 1970, conocida en español como “Guerra de las
galaxias”. Probablemente, inspiró o se inspiró (en) el proyecto “Iniciativa de Defensa Estratégica”, el
Strategic Defense Initiative (SDI)
que tanto entusiasmó al military-industrial complex y a dos
prominentes estadounidenses: Ronald Reagan y George Bush.
Pocos años después, mientras en el cono sur latinoamericano
la mitad políticamente más lúcida de la población procuraba –procurábamos, en
rigor de verdad– deshacernos de las dictaduras del Plan Cóndor (éste inspirado,
instruido y prohijado por los de la SDI), se estrenó la célebre película del
japonés Akira Kurusawa que en español se conoció como “La sombra del guerrero”–en
la que un simple ladrón es el kagemusha–
y por eso el título del filme, en japonés y en castellano: la sombra que oculta
una derrota.
Ahora viene a descubrirse mediante la aparición de una formidable
cantidad de archivos referidos a ocultamientos y lavados de fortunas y negocios
oscuros, entre los que solamente se alude a trescientos estadounidenses no VIP,
pero que involucran a suramericanos como Mauricio Macri y algunos de sus amigos
políticos y de negocios que aparecen integrando empresas puestas fuera de los
alcances jurisdiccionales fiscales y judiciales que tienen competencia (es un
decir…) sobre ellos. Respecto del descubrimiento el portal Nodal publica un artículo del periodista y analista político
suramericano Aram Aharonian.4
El “destape” que ahora termina de desnudar al virrey
instalado entre nosotros, los argentinos, tiene hasta ahora autoría u origen
desconocido. Hay especulaciones, principalmente tres: a) se trata del surgimiento
de novísimos émulos de Edward Snowden o de Julian Assange, b) fue un rapto
emocional de alguien con heridas por una frustración amorosa…, y c) es una
precisa operación de inteligencia para desarticular redes de paraísos fiscales
y hacer retornar a Estados Unidos los capitales fugados desde la periferia con
el objeto, ahora, de paliar en la metrópolis la profunda crisis del
capitalismo; es decir, producir una fenomenal captación de liquidez. Lo dijo
Barack Obama: quienes ocultan sus finanzas en los paraísos fiscales «están
aprovechándose del sistema»5.
La especulación de que la filtración de millones de
documentos digitales fue una reacción emocional por frustración amorosa en el
propio seno de la empresa panameña gestora de las tramoyas con capitales más
parece una tapadera para ocultar la otra versión: una operación de
inteligencia. Siendo así pondría más todavía en evidencia el grado de
descomposición de los aparatos de conducción del capitalismo global, el que empuja
aún más al descrédito de sus propios operadores periféricos.
Coincide con esta interpretación Marco
A. Gandásegui, profesor de
Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de
Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena” (CELA): 6 «Las revelaciones (filtraciones o leaks) de Snowden y Wikileaks fueron
transparentes en sus intenciones: descubrir las maniobras inaceptables del
gobierno de EE.UU. El Consorcio de Washington y sus “papeles de Panamá” no son
transparentes y aún no conocemos cuáles son, en última instancia, sus
verdaderas intenciones»7.
La duda que plantea Gandásegui surge de que –manifiesta– «La entidad que se hace responsable del “hackeo”,
el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ [por sus
siglas en inglés, y en la que participan también el diario de Buenos Aires La Nación y Canal 13, propiedad del multimedios Clarín]), con sede en Washington, DC, EE.UU., es financiada por los
Think Tanks más reconocidos del
establishment conservador de EE.UU. y
Europa. El periódico alemán, Süddeutshe Zeitung, asumió el liderazgo en
el reportaje sobre la firma panameña que maneja Ramón Fonseca Mora ».
“Los prostíbulos del
capitalismo”
Así, el politólogo brasileño Emir Sader define a los
territorios en el mundo rodeados de agua, praderas, llanuras desérticas,
serranías o montañas en los que «se
practica todo tipo de actividades económicas que serían ilegales en otros
países, captando y limpiando sumas millonarias de recursos, como los
provenientes del comercio de armas, del narcotráfico y de otras
actividades ilegales [y] para hacer circular capitales sin pagar los impuestos
que deberían pagar en sus países de origen».8
El
término “paraíso fiscal” –refiere un informe del portal RT– evoca habitualmente la imagen de algún lugar remoto como Belice
o las Islas Caimán. Sin embargo, EE.UU. fue en 2015 tercer país del mundo
después de Suiza y Hong Kong en el “ranking” de los paraísos fiscales más
atractivos para quienes buscan ocultar su dinero. Panamá se situó en el
decimotercer lugar en una clasificación publicada por el grupo activista Tax
Justice Network.9
Por su parte el portal Resumen
Latinoamericano, citando a RT, publica
que Ernst Wolff, periodista alemán experto en temas financieros, afirmó en una
entrevista con el portal ruso de noticias Sputnik que «Lo que sucede ahora es que EE.UU.
está tratando de “secar” ciertos paraísos fiscales para presentarse a sí mismo
como el nuevo y mayor paraíso fiscal del mundo», explicando que con ello
procuran redirigir grandes flujos financieros.10
Virrey kagemusha, y desnudo
Por qué “señuelo”, kagemusha
en la milenaria lengua japonesa, por qué “un doble”... Qué imaginario
perturbado y perturbador en los años del más cruento vaciamiento económico del
país mediante negociados financieros facilitados por la extorsión social que
implicó la sustracción de niños y el asesinato y la desaparición de millares de
personas en su mayoría jóvenes, de 1976 a 1983, movió al otrora “pibe” del
aristocrático barrio Los Nogales, de Villa de Mayo, detrás del entonces Club Universitario
Buenos Aires, a con perversa ironía expresada en el nombre elegido –“Kagemusha”–,
a pergeñar una empresa “fantasma” que tras treinta y cinco años se mantiene
vigente y fantasmal. ¿Significó ello una transfiguración en “capital” propio de
las vidas de otras y otros, torturadas y asesinadas, un hipócrita trofeo personal
por la aceptación del nuevo genocidio como lo significa todavía la estatuaria y
nomenclatura geográfica alegórica de la fundación del capitalismo agropecuario
argentino sobre la matanza de los pueblos aborígenes?
Desnudos unos y
arropados nosotros
No solamente este realmente existente virrey de ultratumba y
su tan numerosa como diseminada y miserable corte están desnudos, lo está
también una considerable parte de la sociedad suramericana imposibilitada de
ser cuantificada dada su imprecisa movilidad entre el suicidio y la fuga de sí
misma como vía de sobrevivencia.
Nosotros, poco más que una mitad del todo y que de manera
vigilante fijamente miramos a aquellos atentos a que sus caídas no lastimen más
de lo que ha lastimado su artificiosa altivez en desmoronamiento, nosotros, no estamos
desnudos. Vigilamos arropados por la certera certeza de que el botín de la
pelea es el producto de nuestro trabajo, el valor y el plus-valor a extraer de
lo trabajado. Tenemos conocimiento, no se crea que no, de que mezclados entre
nosotros van pícaros y ladrones, pero que comparados con aquellos desnudos son
nuestros parásitos inocentes y emplumados angelitos (igualmente nos los
quitaremos de encima), y sabemos que los dirigentes, aun siendo necesarios
serán siempre en cada momento provisorios.
¿La patria es el otro?
Una consigna que no por ser recientemente muy divulgada ha
dejado de ser compleja y filosófica dice que la patria es el otro, el prójimo,
el que nos ve y en el que nos vemos. Cristina Fernández de Kirchner la lanzó al
ruedo hará unos tres años.
Dice José Pablo Feinmann:
El
tema del Otro refiere –en uno de los tantos abordajes de la cuestión– al
pensamiento de Emmanuel Levinas. Se trata de una ética de la alteridad. En
Hegel la alteridad es negación. “Toda determinación es negación” es uno de los
conceptos centrales de una filosofía que interpreta lo Otro (usamos la
mayúscula en la tradición de Levinas) como negación dialéctica, de esa negación
surgirá el tercer momento de una historia sustancial, con decurso necesario,
teleológico, que apunta a una superación final de las contradicciones. Levinas
plantea una ética de la alteridad porque el Otro me es necesario para ser yo.
No puedo ser yo sin el Otro.11
Feinmann el filósofo, él, que no es sonso, concluye así su
análisis en “Alcance y límites del concepto ‘la patria es el otro’”:
Habrá,
pese a todo, que insistir con la frase: “La patria es el otro”. Porque es
nueva. Porque nunca se propuso en este país. Pero no será aconsejable olvidar
que ellos, el poder, el establishment,
los monopolios, jamás pensarán que la patria son los otros. Sino que pensarán
lo que siempre pensaron: que son ellos, solamente y nadie más que ellos.12
Notas:
2 Véase la crónica en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-296399-2016-04-07.html
7 Véase en http://www.alainet.org/es/articulo/176576
8 Emir Sader, “Los prostíbulos del capitalismo”, en
este mismo blog.
11 José Pablo Feinmann, “Alcances y límites del concepto ‘la patria es el otro’”, en http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-223384-2013-06-30.html
12
Ibídem.
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