Hemos recibido la siguiente
declaración, y la difundimos. G.E.
Gran parte de la opinión pública argentina recibió con
satisfacción la resolución del juez Daniel Rafecas desestimando la imputación
del fallecido fiscal Alberto Nisman, continuada por el fiscal Gerardo
Pollicita, contra la presidenta de la república, el canciller y otros
funcionarios acusándolos de procurar una cierta connivencia con el gobierno
iraní.
La decisión de Rafecas no fue sorpresiva. Apenas hecha
pública la denuncia, aún en vida del ex fiscal trágicamente fallecido, varios
eminentes juristas del Derecho Penal, Eugenio Zaffaroni, Julio Maier y León
Arslanian, descalificaron totalmente la acusación e incluso ciertos destacados
conductores televisivos de clara orientación opositora al gobierno nacional
manifestaron la endeblez jurídica del trabajo preparado por Nisman.
Sin embargo, no faltaron, y esto tampoco fue sorpresa, quienes
careciendo de fundamentos para la refutación de la medida de Rafecas,
intentaron echar sombras sobre la misma mediante burdos artilugios reveladores
de su desconocimiento o mala intención. Sirva para el caso sólo un par de
ejemplos:
1) A varios de los objetores les llamó la atención la
celeridad con que Rafecas emitió el fallo liberador de culpa a los gobernantes
imputados, adjudicándole al juez la intención de favorecer el entusiasmo de los
sectores del oficialismo que se hallaban organizando la concentración popular
del domingo 1 de marzo. El propio Rafecas lo desmintió públicamente: la ley lo
obliga a dar una respuesta a los 5 días de recibida la propuesta de la
fiscalía.
2) En sus críticas ocultan los documentos que el mismo
Nisman había preparado para ser presentados en la ONU, escritos y fechados en diciembre
de 2014 y enero 2015, donde el fiscal se refiere en forma elogiosa al accionar
del gobierno en la causa AMIA desde el 2004 a la actualidad y se muestra comprensivo
de las circunstancias que lo indujeron a la firma del memorándum cuando todos
los otros caminos estaban cerrados por Irán.
En esta misma línea de acción está inscripta la actitud de
la DAIA en relación a la decisión del juez Rafecas (ver “Sorpresa y duras
críticas de la DAIA al controvertido fallo del juez”, La Nación 27.2.2015) y no alcanza con sus intentos de
mostrarse moderada y neutral (ver “En la DAIA
sorprendió la celeridad de Rafecas pero
evitan polemizar con el juez”, Clarín
27.2.2015).
No puede dejar de observarse un hilo conductor entre esta
actitud y las que caracterizaron a las dirigencias que se vienen sucediendo
desde el atentado a la AMIA, con quienes cruzaron la Plaza de Mayo para pedirle
disculpas a Menem y los que homenajearon y brindaron con el Fino Palacios, con
los que defendieron a ultranza al ex juez Galeano y sus fiscales hasta los que
obstaculizaron el juicio a los encubridores locales.
Por eso nos reafirmamos en la convicción que el rumbo que
hemos emprendido es una necesidad para quienes no aceptamos esas conductas y
sostenemos no sentirnos representados por las dirigencias comunitarias.
Por eso los adherentes al Llamamiento para un Encuentro
Nacional de los Argentinos judíos por origen, adopción o decisión personal
insistimos: DAIA-AMIA: ¡No hablen en nuestro nombre!
Buenos Aires, 1º de marzo de 2015
Colectivo organizador: Patricio
Brodsky, Ana Diamant, Jorge Elbaum, Dardo Esterovich, Marcelo Horestein, Jose
Laks, Isaac Rapaport y Alejandro Rofman.
Quienes aún no adhirieron al Llamamiento pueden hacerlo en: www.llamamiento.org
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