El receso que
anuncié duró sólo un día, ya el 9 de enero me desperté muy temprano, a la misma
hora en que setenta y cinco años atrás me parió mi madre: las cuatro y media de
la madrugada. Inquieto, sintiendo que todavía hay por delante mucho que hacer y
pelear, y que no me alcanzará el tiempo. Cierta desazón me rodea, sólo tibia…
Antes del receso
había pendiente un título a desarrollar: “Pobres chicos pobres los de hoy en
Argentina a quienes castigan los ya ricos chicos de apenas ayer, hijos, estos,
del latrocinio (organizado y legalizado)”. Y estaban reservados como epígrafes
estos “tuits” de @carlosfjdiaz y @DmngzGraciela: «Los pibes sólo responden a su entorno, si es hostil y el modelo es
chorear es [eso] lo que harán como forma de sobrevivir», y «No hay menores de 16 [años] con cuentas off
shore (los mayores chorros). No hay menores de 16 implicados en Iron Mountain
[empresarios especializados en quemar documentos comprometedores sin importar
los muertos que provoquen]».
Esa nota esperará…
Se ha escrito mucho y bien sobre la barbaridad de bajar la edad de
imputabilidad. Es preciso que sinteticemos, que no repitamos y que concentremos
esfuerzos.
Ayer leí dos
artículos que se destacan en el contexto y que especialmente recomiendo: uno en
la publicación electrónica L@ Tecla Ñ,
“Neoliberalismo y Macrismo. El nombre falso del capitalismo”, del periodista y
docente Conrado Yasenza, y el otro en la contratapa de Página|12 (11.1. 2017), “Donde chocan la ciencia y el sinsentido”,
de Alberto Kornblihtt, director del Instituto de Fisiología, Biología
Molecular y Neurociencias de la Universidad de Buenos Aires. El artículo de Kornblihtt fue publicado
originalmente en idioma inglés en la revista científica Nature, de reconocido prestigio mundial.
Lecturas para
deshacer la fantasía electoral de que los ricos no roban y acabar con la
fantasía de que los ricos en el poder gubernamental ‘podrían’ disponer una
política impositiva progresiva para que aporten más los que más tienen: no, es
imposible, son profundamente egoístas, y explotadores.
Acabemos con las
moratorias de honestidad y voluntad política de ciertas capas medias que
profesan la subsistencia medrosa. O comprometerse activamente y asumirse
trabajadores o irse lejos, para no molestar.
Antes de ustedes
sentir y reflexionar con los autores y sus artículos recomendados veamos con
claridad que la corte virreinal instalada en Nuestro País no es otra cosa que
un brutal conjunto variopinto de mediocres y torpes lugartenientes de la
ceocracia internacional, sus mandantes. Por cierto que mediocres y torpes
peligrosísimos pero a la vez sumamente cobardes tal lo exhiben sus desnudeces.
Habrá que cerrarles las puertas, la calle… se trata de un compromiso de simple
humanismo.
La nota de Yasenza
en https://www.lateclaene.com/conradoyasenza-c22r9 , y la de Kornblhitt
en https://www.pagina12.com.ar/13559-donde-chocan-la-ciencia-y-el-sinsentido
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