Alai AMlatina, 29.9.2015
En el marco del nuevo ordenamiento regional y global, marcado por la
rápida transición hacia economías basadas en el conocimiento y altas
tecnologías, que se junta a la exigencia de buscar respuestas a las diversas
crisis globales (económica, climática, energética…), es cada vez más evidente
que ningún país puede prescindir de desarrollar conocimientos propios y
capacidades en ciencia, tecnología e innovación (CTI), sin lo cual arriesga
profundizar la dependencia y agudizar la desigualdad.
De hecho, entre los países de la región existe un creciente reconocimiento de que el actual modelo de desarrollo regional, basado en la producción y exportación de materias o bienes primarios y la alta dependencia tecnológica frente a las economías más desarrolladas, se vuelve insostenible.
Esta dependencia de una ciencia y tecnología que impulsan los países con economías avanzadas dificulta que la región pueda responder adecuadamente a sus propias prioridades y a las necesidades particulares de sus pueblos. Muy pocos países del Sur en forma aislada podrán responder adecuadamente a este reto, ya que implica grandes inversiones y economías de escala. Es por ello que, en el marco de los procesos de integración en América Latina y el Caribe (ALC), se están intensificando esfuerzos para abordar la problemática en forma conjunta.
Con estas consideraciones, Ecuador, al asumir en enero pasado la Presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), anunció que su prioridad será impulsar un proceso hacia la definición de ejes regionales comunes en temas relacionados con ciencia, tecnología e investigación, dentro de un enfoque de la soberanía regional.
Una agenda consensuada
Este proceso tomó un nuevo impulso en este mes de septiembre 2015 con la realización en Quito, en la sede de UNASUR, de la III Reunión de Ministros y Altos Funcionarios en Ciencia, Tecnología e Innovación de la CELAC (el día 15), seguida del I Foro de CTI CELAC-China (el 16), oportunidades en las que se discutieron y delinearon estrategias conjuntas para la consolidación de los sistemas nacionales e internacionales de educación y de CTI.
Los ministros de los países miembros de la CELAC alcanzaron acuerdos en aspectos como la creación de una agenda consensuada que responda al desarrollo de la región; la democratización en el acceso al conocimiento, tecnología e innovación; sobre economías de escala para reducir costos y complementar financiamiento y los sistemas de educación de calidad y pertinencia con equidad e igualdad de oportunidades. Los acuerdos apuntan a complementar y reforzar los distintos esfuerzos ya en marcha.
En materia de Gestión del Conocimiento se contempla, entre otros aspectos, promover el desarrollo de un sistema de indexación regional de publicaciones científicas; coordinación y aprovechamiento de redes de investigación regional; y la transferencia de tecnología y capacitación de recursos humanos entre países. Se propone también inventariar las capacidades y demandas científicas y tecnológicas de los países miembros; contar con indicadores en ciencia, tecnología e innovación de la región, y establecer los grandes lineamientos para el desarrollo de programas regionales de investigación científica. Se prevé, además, identificar fondos de financiamiento y trabajar en líneas de “capital semilla” y “capital de riesgo” que fomenten el emprendimiento para el desarrollo de la innovación; así como desarrollar una editorial y una plataforma virtual de la CELAC.
En materia de recursos humanos los acuerdos contemplan un programa de reconocimiento científico para las investigadoras e investigadores de carácter regional y un “Programa de Movilidad Académica y Becas”, entre otros.
Biodiversidad y propiedad intelectual
Los ministros de la CELAC identificaron también dos temas como de alta prioridad para la región: biodiversidad y propiedad intelectual. En el primer caso, declaran a la biodiversidad «como patrimonio de gran valor que contribuye al desarrollo integral de cada país y de la región en su conjunto», por lo cual priorizarán el fortalecimiento de políticas regionales referentes a las CTI en esta materia.
Este tema fue retomado en el I Foro CELAC-China de CTI, más específicamente en la reunión sobre biodiversidad vinculada al desarrollo, la que abordó la problemática desde un enfoque holístico centrado no sólo en la conservación sino también en la relación entre agricultura y biodiversidad, y en cómo este vínculo puede incidir en la calidad de vida del sector rural –sobre todo para la agricultura en pequeña escala– a la vez que contribuir a la conservación, según informó a ALAI el coordinador Jaime Medina.
En el debate se planteó generar nuevas líneas de investigación con tres ejes principales –ecología, productividad y vida–, con una orientación de compromiso con la tierra, de no contribuir al cambio climático y de mejorar la calidad de productos. Se reconoció que son temas que se discuten mucho pero sobre los que poco se ha investigado, por lo cual se puso a consideración un nuevo enfoque de investigación que abarque a todo el sistema: incluyendo las personas, el ambiente y la producción. En este marco, se destacó la relevancia de incluir los conocimientos ancestrales y la necesidad de vincularlos al desarrollo de las nuevas tecnologías en relación con biodiversidad, desarrollo y productividad.
Hacia delante se cuenta seguir intercambiando sobre alternativas de producción y experiencias entre los países de la CELAC y China
En cuanto a la propiedad intelectual, los ministros reunidos en la CELAC plantearon promover un nuevo marco de regularización para la gestión del conocimiento, acorde con las condiciones y necesidades de la región, para incentivar la generación de conocimiento y la innovación. En el debate sobre políticas públicas del Foro CELAC-China se reconoció que la propiedad intelectual debe ser una herramienta para potenciar los derechos respecto de los inventos, destacándose que de la manera como está configurado actualmente el sistema internacional de derechos éste los limita. En tal sentido se estableció la necesidad de desarrollar formas innovadoras de políticas públicas en cada país para fomentar la innovación y el registro o patentado de inventos.
Por su parte, Ecuador planteó que la CELAC impulse un tratado mundial respecto de las CTI –similar al de Kioto en materia climática–, que sea en beneficio de los pueblos, es decir, diferente del a diferencia del Acuerdo de la Organización Mundial de Comercio sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), el que tiende a reforzar la dependencia tecnológica.
El ejemplo de China
Los intercambios con China continuarán, y se espera establecer una hoja de ruta para concretar investigaciones conjuntas, laboratorios y otras formas de colaboración en CTI en función de las prioridades de interés mutuo que se vayan identificando. Recordemos que China ha ofrecido a la CELAC asignar 65 mil millones de dólares a la región en créditos, divididos en 35 mil millones para infraestructura y 30 mil millones para el desarrollo industrial. En la reunión ministerial realizada a fines de agosto para definir las prioridades de la Agenda 2020 de la CELAC, la que deberá ser aprobada en la próxima cumbre presidencial de enero de 2016, se abordó también la forma en que estos créditos serán utilizados en beneficio de los pueblos de la región. La Agenda 2020 contempla entre sus prioridades el desarrollo en educación, ciencia, tecnología e innovación.
Un acuerdo de investigación común está en discusión asimismo con la Unión Europea (UE); se espera gestionar fondos para iniciativas regionales en CTI a través de las líneas existentes de financiamiento de la UE, la cual se reunirá con la CELAC en torno a estos temas en noviembre próximo.
El secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador, René Ramírez, anfitrión de los eventos, considera que esta relación con China es clave pues permitirá aprovechar la gran experiencia y liderazgo que ese país ha acumulado en términos de estrategias para romper la dependencia tecnológica y cognitiva.
Ramírez considera que la región está viviendo un “segundo neo-dependentismo”, que implica pasar del “dependentismo manufacturado” al “menta-facturado”, esto es en el plano tecnológico y cognitivo que, por ser inmaterial, sería la más sutil e incluso la más perversa de las dependencias. Por ello, lograr esta “segunda independencia” sólo será posible con una agenda de desarrollo tecnológico y de generación de conocimiento en función de las necesidades y potencialidades propias.
Como ejemplos, el especialista ecuatoriano cita el caso de las publicaciones académicas indexadas y coordinadas desde el Norte, que imponen agendas de investigación que no corresponden a los intereses y necesidades de los países del Sur. Mientras que la biodiversidad podría representar una ventaja comparativa de la región más importante que el petróleo y las minas, siempre y cuando se la investigue.
En suma, si bien la inquietud de romper la dependencia científico-tecnológica ya estaba presente en la agenda regional, es ahora que está tomando mayor impulso mediante la iniciativa de procesos de integración como los de la CELAC y la UNASUR, y ciertas alianzas internacionales.
Las implicaciones de esta agenda rebasan ampliamente el ámbito oficial e incluso el académico, pues tienen una alta relevancia para la educación en todos sus niveles: los de la salud, la vida comunitaria agrícola, la economía social y solidaria, la empresa privada y muchas otras áreas de nuestras sociedades. De allí la importancia de impulsar un amplio debate sobre el tema.
De hecho, entre los países de la región existe un creciente reconocimiento de que el actual modelo de desarrollo regional, basado en la producción y exportación de materias o bienes primarios y la alta dependencia tecnológica frente a las economías más desarrolladas, se vuelve insostenible.
Esta dependencia de una ciencia y tecnología que impulsan los países con economías avanzadas dificulta que la región pueda responder adecuadamente a sus propias prioridades y a las necesidades particulares de sus pueblos. Muy pocos países del Sur en forma aislada podrán responder adecuadamente a este reto, ya que implica grandes inversiones y economías de escala. Es por ello que, en el marco de los procesos de integración en América Latina y el Caribe (ALC), se están intensificando esfuerzos para abordar la problemática en forma conjunta.
Con estas consideraciones, Ecuador, al asumir en enero pasado la Presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), anunció que su prioridad será impulsar un proceso hacia la definición de ejes regionales comunes en temas relacionados con ciencia, tecnología e investigación, dentro de un enfoque de la soberanía regional.
Una agenda consensuada
Este proceso tomó un nuevo impulso en este mes de septiembre 2015 con la realización en Quito, en la sede de UNASUR, de la III Reunión de Ministros y Altos Funcionarios en Ciencia, Tecnología e Innovación de la CELAC (el día 15), seguida del I Foro de CTI CELAC-China (el 16), oportunidades en las que se discutieron y delinearon estrategias conjuntas para la consolidación de los sistemas nacionales e internacionales de educación y de CTI.
Los ministros de los países miembros de la CELAC alcanzaron acuerdos en aspectos como la creación de una agenda consensuada que responda al desarrollo de la región; la democratización en el acceso al conocimiento, tecnología e innovación; sobre economías de escala para reducir costos y complementar financiamiento y los sistemas de educación de calidad y pertinencia con equidad e igualdad de oportunidades. Los acuerdos apuntan a complementar y reforzar los distintos esfuerzos ya en marcha.
En materia de Gestión del Conocimiento se contempla, entre otros aspectos, promover el desarrollo de un sistema de indexación regional de publicaciones científicas; coordinación y aprovechamiento de redes de investigación regional; y la transferencia de tecnología y capacitación de recursos humanos entre países. Se propone también inventariar las capacidades y demandas científicas y tecnológicas de los países miembros; contar con indicadores en ciencia, tecnología e innovación de la región, y establecer los grandes lineamientos para el desarrollo de programas regionales de investigación científica. Se prevé, además, identificar fondos de financiamiento y trabajar en líneas de “capital semilla” y “capital de riesgo” que fomenten el emprendimiento para el desarrollo de la innovación; así como desarrollar una editorial y una plataforma virtual de la CELAC.
En materia de recursos humanos los acuerdos contemplan un programa de reconocimiento científico para las investigadoras e investigadores de carácter regional y un “Programa de Movilidad Académica y Becas”, entre otros.
Biodiversidad y propiedad intelectual
Los ministros de la CELAC identificaron también dos temas como de alta prioridad para la región: biodiversidad y propiedad intelectual. En el primer caso, declaran a la biodiversidad «como patrimonio de gran valor que contribuye al desarrollo integral de cada país y de la región en su conjunto», por lo cual priorizarán el fortalecimiento de políticas regionales referentes a las CTI en esta materia.
Este tema fue retomado en el I Foro CELAC-China de CTI, más específicamente en la reunión sobre biodiversidad vinculada al desarrollo, la que abordó la problemática desde un enfoque holístico centrado no sólo en la conservación sino también en la relación entre agricultura y biodiversidad, y en cómo este vínculo puede incidir en la calidad de vida del sector rural –sobre todo para la agricultura en pequeña escala– a la vez que contribuir a la conservación, según informó a ALAI el coordinador Jaime Medina.
En el debate se planteó generar nuevas líneas de investigación con tres ejes principales –ecología, productividad y vida–, con una orientación de compromiso con la tierra, de no contribuir al cambio climático y de mejorar la calidad de productos. Se reconoció que son temas que se discuten mucho pero sobre los que poco se ha investigado, por lo cual se puso a consideración un nuevo enfoque de investigación que abarque a todo el sistema: incluyendo las personas, el ambiente y la producción. En este marco, se destacó la relevancia de incluir los conocimientos ancestrales y la necesidad de vincularlos al desarrollo de las nuevas tecnologías en relación con biodiversidad, desarrollo y productividad.
Hacia delante se cuenta seguir intercambiando sobre alternativas de producción y experiencias entre los países de la CELAC y China
En cuanto a la propiedad intelectual, los ministros reunidos en la CELAC plantearon promover un nuevo marco de regularización para la gestión del conocimiento, acorde con las condiciones y necesidades de la región, para incentivar la generación de conocimiento y la innovación. En el debate sobre políticas públicas del Foro CELAC-China se reconoció que la propiedad intelectual debe ser una herramienta para potenciar los derechos respecto de los inventos, destacándose que de la manera como está configurado actualmente el sistema internacional de derechos éste los limita. En tal sentido se estableció la necesidad de desarrollar formas innovadoras de políticas públicas en cada país para fomentar la innovación y el registro o patentado de inventos.
Por su parte, Ecuador planteó que la CELAC impulse un tratado mundial respecto de las CTI –similar al de Kioto en materia climática–, que sea en beneficio de los pueblos, es decir, diferente del a diferencia del Acuerdo de la Organización Mundial de Comercio sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), el que tiende a reforzar la dependencia tecnológica.
El ejemplo de China
Los intercambios con China continuarán, y se espera establecer una hoja de ruta para concretar investigaciones conjuntas, laboratorios y otras formas de colaboración en CTI en función de las prioridades de interés mutuo que se vayan identificando. Recordemos que China ha ofrecido a la CELAC asignar 65 mil millones de dólares a la región en créditos, divididos en 35 mil millones para infraestructura y 30 mil millones para el desarrollo industrial. En la reunión ministerial realizada a fines de agosto para definir las prioridades de la Agenda 2020 de la CELAC, la que deberá ser aprobada en la próxima cumbre presidencial de enero de 2016, se abordó también la forma en que estos créditos serán utilizados en beneficio de los pueblos de la región. La Agenda 2020 contempla entre sus prioridades el desarrollo en educación, ciencia, tecnología e innovación.
Un acuerdo de investigación común está en discusión asimismo con la Unión Europea (UE); se espera gestionar fondos para iniciativas regionales en CTI a través de las líneas existentes de financiamiento de la UE, la cual se reunirá con la CELAC en torno a estos temas en noviembre próximo.
El secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador, René Ramírez, anfitrión de los eventos, considera que esta relación con China es clave pues permitirá aprovechar la gran experiencia y liderazgo que ese país ha acumulado en términos de estrategias para romper la dependencia tecnológica y cognitiva.
Ramírez considera que la región está viviendo un “segundo neo-dependentismo”, que implica pasar del “dependentismo manufacturado” al “menta-facturado”, esto es en el plano tecnológico y cognitivo que, por ser inmaterial, sería la más sutil e incluso la más perversa de las dependencias. Por ello, lograr esta “segunda independencia” sólo será posible con una agenda de desarrollo tecnológico y de generación de conocimiento en función de las necesidades y potencialidades propias.
Como ejemplos, el especialista ecuatoriano cita el caso de las publicaciones académicas indexadas y coordinadas desde el Norte, que imponen agendas de investigación que no corresponden a los intereses y necesidades de los países del Sur. Mientras que la biodiversidad podría representar una ventaja comparativa de la región más importante que el petróleo y las minas, siempre y cuando se la investigue.
En suma, si bien la inquietud de romper la dependencia científico-tecnológica ya estaba presente en la agenda regional, es ahora que está tomando mayor impulso mediante la iniciativa de procesos de integración como los de la CELAC y la UNASUR, y ciertas alianzas internacionales.
Las implicaciones de esta agenda rebasan ampliamente el ámbito oficial e incluso el académico, pues tienen una alta relevancia para la educación en todos sus niveles: los de la salud, la vida comunitaria agrícola, la economía social y solidaria, la empresa privada y muchas otras áreas de nuestras sociedades. De allí la importancia de impulsar un amplio debate sobre el tema.
Notas del Editor:
* Sally Burch es periodista de ALAI. El presente
artículo fue publicado en la edición número 507 (septiembre de 2015) de la
revista América Latina en Movimiento.
El texto que ahora se publica fue cuidado expresamente. G. E.
URL del artículo original: http://www.alainet.org/es/articulo/172707
URL del artículo original: http://www.alainet.org/es/articulo/172707
Mas información:
http://alainet.org
RSS: http://alainet.org/rss.phtml
Twitter: http://twitter.com/ALAIinfo
Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI.
Contribuciones: http://alainet.org/donaciones.php
______________________________________
Agencia Latinoamericana de Información
email: info@alainet.org
RSS: http://alainet.org/rss.phtml
Twitter: http://twitter.com/ALAIinfo
Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI.
Contribuciones: http://alainet.org/donaciones.php
______________________________________
Agencia Latinoamericana de Información
email: info@alainet.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario