Es sumamente lamentable. Para ingresar a un medio
periodístico una condición inevitable a esta altura del “progreso” es haber
terminado o estar cursando de manera avanzada estudios superiores en la especialidad. A
nosotros nos ha tocado en oportunidades más o menos recientes cuidar el estilo
editorial y la revisión erudita de textos académicos de la especialidad. Sabemos
sobre qué opinamos.
Vamos a solamente dos ejemplos, casos originales que se
multiplicaron dado que Télam es la agencia oficial de noticias de Argentina.
Funcionarios destacaron la importancia de los 400 años de
la Universidad
Nacional de Córdoba. Funcionarios nacionales destacaron hoy
el valor que para el sistema educativo argentino tiene que la Universidad Nacional
de Córdoba (UNC) cumpla 400 años.
Cristina: “Ser legislador no es integrar un rejunte para
ganar una elección”. Así se manifestó la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner al participar del acto central por el
bicentenario de la fundación de la capital de Entre Ríos, y agregó que los
comicios “son un día, pero hay que gestionar los 365 días del año”.
Si algún lector pretende argüir que mis observaciones
demuestran el servilismo en los ámbitos del Estado argentino, se queda corto:
el servilismo, la adulación y la ignorancia se dan más, mucho más, en los
ámbitos de las derechas económico-financieras e ideológicas opuestas a los gobiernos
que aplican, o al menos perfilan, políticas populares. Pero hay un problema
más: estas derechas colonizan el conocimiento general, y sus discursos
(¿pseudo?) académicos imprimen los errores de esos gobiernos. Por caso,
Presidenta: “gestionar” no es equivalente a “gobernar”.
Si cada vez más la cartelería urbana, suburbana y rural
emplea y difunde barbaridades como solicitar que se “preanuncien” las maniobras
de los automovilistas en las autopistas y carreteras (siendo más breve y
conciso pedir que esas maniobras se “anuncien”, ya que “prenunciar” –sin la “a”
intermedia, como correctamente se escribe– suena más a la inexistente en el
diccionario voz “prenupcial” cuyo uso en ciertos estudios médicos se vincula
con la sí registrada “prepucial”), y los
spots publicitarios en TV, mensajes
de texto y otros medios mezclan primeras, segundas y terceras personas cosa de
ponernos en la situación de que sí y de que no nos conocemos, dormimos juntos o
eres mi abuela o mi nieto… mal estamos.
Para mí la argucia fue desarrollada (lo que no quiere decir
“establecida” o “fundada”) por los escribas del poder capitalista en
bancarrota. Días pasados en FIAT Argentina (Balcarce 548, Ciudad de Buenos
Aires) me hicieron firmar un “formulario” –como condición sine qua non para “autorizar” me devuelvan un documento que
deberían haber puesto a nuestra disposición hace casi un año y de esa manera
liberarnos de nuestra cautividad en tanto “clientes” (ya han pasado ocho meses
desde que concluyéramos en absolutamente correctos tiempo y forma el pago de
nuestra deuda)–, repito, me hicieron firmar un “formulario”, una nota impresa
por la propia empresa FIAT, redactada no en modo condicional sino en otro que
no sería difícil calificar. Dice en el encabezamiento:
Nº
de Grupo y Orden: […]
Señores1
Fiat
Plan de Ahorro para fines determinados
Departamento
de Servicios al Cliente
De
mi consideración:
Por
medio de la presente autorizo a FIAT PLAN DE AHORRO […] a
hacerme entrega de la prenda inscripta correspondiente al Grupo y Orden de
referencia […].”
(Véase que “autorizo” a que me la entreguen, no exijo ni por
lo menos requiero que cumplan una obligación legal…)
Más adelante dice y debí firmar:
Así
mismo tenga a bien saber que el plazo para la liberación de dicha prenda es
de aproximadamente de 40 a
45 días. De todas formas se puede solicitar el levantamiento de dicha
prenda en el Registro del automotor donde se encuentra inscripta la unidad por Art.
25.
Parece risueño, pero no lo es. Se repite innecesariamente el
adjetivo “dicha” quizá porque, repetido, para redactores y sus jefes suena como
el sustantivo que tiene de sinónimo a “felicidad”. En fin… Véanse las bastardillas negritas con
que he destacado algunas palabras y frases. El redactor “Dígame Doctor” –por
darle un nombre– me hizo firmar como propio un turbio error de concordancia (se
le dice que “tenga a bien”, en singular, a una persona plural: Señores Fiat
Plan de Ahorro…), y a la vez que los “autorizo” a cumplir con sus obligaciones
para conmigo mismo pongo en el “saber” de ellos que pueden tomarse un
considerable tiempo más para seguir explotándome en tanto potencial cliente cautivo…
Luego el “Dígame Doctor” incurre en más barbaridades: dice que el vehículo se
encuentra registrado “por Art. 25”,
y ese artículo corresponde no a norma alguna de registro de automotores sino de
registro de prendas.
Fundaciones
inexistentes e infundios
La
Universidad Nacional de Córdoba nunca fue fundada sino
instituida, y ello ocurrió recién en 1856. Como origen de esta Universidad está
el Colegio Máximo que en Córdoba efectivamente estableció la orden religiosa
católica Compañía de Jesús, hace, sí, cuatrocientos años. Investíguese si se
quiere lo dicho y lo que se dice en el párrafo que sigue.
La Ciudad de Paraná, donde nacieron mi compañera de la vida
y una hija nuestra, tiene una cuadrícula central que bien observada en los
mapas muestra como ésta interrumpió la traza original de un camino real que,
partiendo de Bajada Grande, se internaba hacia las cuchillas del oeste. Ese
camino real fue relevado por las hoy avenidas José Manuel Estrada, Alameda de
la Federación, Pedro Echagüe y Almafuerte. Siendo aún muy jóvenes nosotros, sin
hijos, concurríamos a bañarnos en el río en playas de Bajada. Con algunos
amigos solíamos hacer chanzas con que a la ciudad cercana le habían dado su
nombre los colonos andaluces que traían desde Santa Fe sus vacas a pastar:
“para ná”.
Lo que es bien cierto es que Paraná nunca fue fundada.
Surgió por necesidad, se afincaron gentes en el lugar más alto de la hermosa
barranca, y hace doscientos años se le asignó la jerarquía de “villa”. En la
reciente fiesta conmemorativa de aquel galardón sin duda justificado (pero no
una “fundación”, sumado tanto despropósito alrededor la presidenta Fernández
de Kirchner cometió otro error de interpretación histórica que el conservador
diario de Montevideo El País y otra
prensa no dejó de percibir con intención aviesa, destacando sólo un presunto
“exabrupto” (salida de tono, como dicho o ademán inconveniente e inesperado,
manifestado con viveza) que no existió en boca de la Presidenta.
“Carajo” alude al puesto de vigía en los viejos barcos de
vela, como las actuales fragatas-escuela, ubicado en lo alto de alguno de los
palos que sostienen el velamen. Imagínese con mar agitada de qué manera
violenta se manifestarían y hasta todavía se manifiestan los vaivenes en los
veleros de ahora, en ese alto lugar. Enviar a alguien al carajo, o expresar la
palabra en tanto interjección, no es un exabrupto. Lamentablemente la Real Academia
Española y la tan moralistamente bancaria Fundéu, la
Fundación del Español Urgente, se han olvidado de esta expresión
tradicionalmente popular.
El diario La Capital, de Rosario, publicó la noticia2
así:
La presidenta de la
Nación, Cristina Kirchner protagonizó un exabrupto en Entre Ríos al enfatizar
que el prócer uruguayo José Gervasio Artigas “quería ser argentino” y los
gobernantes de esa época no lo permitieron. Inmediatamente se disculpó y
continuó para cerrar el concepto.
“Uno recuerda la
historia de esta Argentina, esta franja roja que cruza la bandera de la
provincia de Entre Ríos, ese símbolo vivo en la tierra entrerriana. Ese Artigas
que quería ser argentino y no lo dejamos. ¡Carajo!, ¿cómo habrá sido posible?”,
señaló Cristina, fervorosa, en el marco del 200º aniversario de Paraná.
“Ay, se me fue”, repuso,
raudamente. Y explicó: “Disculpen, pero me da bronca porque cuando uno lee la
historia y ve que desde Buenos Aires rechazaron los delegados a la Banda Oriental. Por
eso hoy no somos una sola Nación, como tantas otras cosas que nos pasaron”.
Un lector del diario rosarino, quien se identificó como
Gaucho Ware (¿inmaterial, quizá?), se puede consultar en el sitio en Internet
de la publicación, hace algunas aclaraciones pertinentes sobre el momento histórico
al que quiso aludir Cristina Fernández de Kirchner. Confirmando lo que manifiesta
el lector, en otras fuentes se alude a que en su testamento ológrafo fechado en
Asunción, Paraguay, donde murió exiliado y negándose a cruzar de retorno el río
de los pájaros, el propio José G. Artigas se manifestó “argentino oriental”.
Argentino, antes de la emancipación suramericana de España y
hasta bastante tiempo después, fue el gentilicio común de los rioplatenses,
obviamente por alusión al argento metal que se traficaba hacia Europa surcando
el ancho estuario Del Plata.
La Presidenta se equivocó, es cierto. Artigas no quería ser
argentino, lo era de pleno derecho: argentino oriental. El avieso centralismo
porteño de entonces radicado en Buenos Aires (y también en Montevideo), en
parte fundamento de las respectivas y también bicentenarias oligarquías
actuales, puso enconos, intrigas y hasta la sangrienta marcha de la muerte para
impedir el desarrollo de las ideas libertarias, democráticas y justicieras de
Artigas.
Así es…
Notas:
1 El presidente de FIAT Argentina es Cristiano Ratazzi.
Su sonrisa ilustra la presente entrada en el blog. (Reproducimos la fotografía
puesta en Internet por el diario Clarín
sin ningún otro fin que el informativo.)
2 http://www.lacapital.com.ar/politica/Cristina-Artigas-queria-ser-argentino-y-no-lo-dejamos-carajo-20130625-0072.html
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