Se lo debe afirmar con claridad: a nosotros, a mi compañera
y a mí, como también a un montón de montones de argentinos amigos, nos cae muy
bien y fraternal el pueblo uruguayo. Es decir, sentimos y pensamos que efectivamente
somos dos pueblos hermanos. En pocas palabras: tenemos muchísimo afecto por los
vecinos orientales.
Y por eso hay situaciones que nos preocupan (y nos molestan).
Una es la desinformación política rioplatense y suramericana que difunden
grandes, medianos y hasta pequeños medios de comunicación de Montevideo y otras
ciudades: en este último caso, por ejemplo, la radio RBC de Piriápolis,
que se esfuerza por repetir la vocinglería mediocre de sus “mayores” y la de la
“feligresía-accionista” de esas catedrales mediática de papel, radio y TV.
Y todo eso enreda las ideas, el sentir y el pensamiento de
las gentes del pueblo, hasta de los más humildes (vemos todavía en las
carreteras, entre ciudades distantes cien o doscientos kilómetros, pedalear sus
bicicletas a los trabajadores golondrina o de ocasión llamados “estacionales”
por los tilingos que en esos mismos pavimentos exhiben sus lujos y “afanes”).
Aprovechen, compañeros, las “ceibalitas” de sus gurisas y gurises y pispeen
otras noticias. Adquieran conciencia de sí mismos, conciencia de clase para sí.
Días pasados pudimos ver en vivo y en directo a un reverendo
perverso hacer comentarios “políticos” en la televisión privada con sede en
Maldonado: Enrique Llamas de Madariaga, “inmigrante” occidental que cruzó el
gran estuario dice que “perseguido”, y reparte imbecilidades envenenando a sus
“nuevos vecinos”. ¿Saben ustedes, queridos hermanos, quién es este “diz” de sí
que periodista pero en la realidad profesional insultador en pequeñas
manifestaciones chetas de Punta del Este? Busquen en Google: un vulgar vocero
de las dictaduras y sus mandamases.
Algunos enjopados, permítaseme llamarlos así, me entenderán
ustedes, y que deberían no andar siempre goleando en contra del equipo al que
dicen pertenecer (¿quinta columnas?), miran con cariño una presunta alianza
“del pacífico” que de pacífica no tendría nada: uno de sus “aliados” quiere
también “aliarse” a la OTAN: al brazo armado del capitalismo concentrado. Estos
enjopados prefieren esa “alianza” y menoscaban las auténticas opciones
populares. Ojo Pepe, son muchachos peligrosos dentro de la barra.
¿Y el popolo? ¿Dónde está cuando lo que hay que hacer es invitar a estos fulanos a definitivamente retirarse de escena, lo
que en teatro se dice “hacer mutis”?
¡A ver! Chicas de cascos amarillos, fuertes, lindas y
laburadoras levantando sus casas de dignas obreras en solares frente a la avenida Misiones
camino a la terminal de ómnibus (¡un ejemplo, estas muchachas, de dignidad y
hermosura!): digan a sus cumpas del SUNCA y el PIT-CNT que hagan eso,
lo que hay que hacer.
¡Abrazos!
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