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viernes, 2 de mayo de 2014

Intelectuales proclives a las ententes del capitalismo tardío no abandonan sus conductas antipopulares



La Minga Informativa de Movimientos Sociales (http://movimientos.org/) difunde este documento emitido por la Articulación Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América)*:
 

 La Unión Europea y el MERCOSUR negocian 
en secreto un acuerdo de libre comercio



Los movimientos populares demandamos que se detengan las negociaciones hasta tanto se garantice la información y decisión de nuestros pueblos


Por una integración desde los pueblos. No al libre comercio
 


En noviembre de 2005 la resistencia y movilización de los movimientos populares de Nuestra América logró enterrar el ALCA. Los mandatarios y pueblos latinoamericanos rechazamos las órdenes del imperio de someternos a un área de “libre comercio” en las Américas. Hoy, 8 años después, vemos con preocupación los intentos de recrear un nuevo ALCA con las negociaciones de un acuerdo comercial entre los países del Mercosur y la Unión Europea. Frente a ello, señalamos:
 
Que estas negociaciones se llevan adelante de forma secreta y confidencial, sin información oficial sobre las cuestiones y propuestas en debate. Demandamos que se hagan públicas, los pueblos de nuestros países tienen derecho a conocer lo que se está negociando y discutir las consecuencias y conveniencias de este acuerdo comercial. Por ello, instamos a los gobiernos de los países del Mercosur y a las autoridades de este bloque regional a no avanzar con las negociaciones hasta tanto se garanticen los procesos democráticos de información y consulta con las organizaciones populares y el conjunto de la población.
 
Alertamos también que este tratado amenaza con profundizar la dependencia de la región a partir de una integración basada en la exportación de bienes primarios y la importación de productos europeos industriales de alta tecnología. Y que posiblemente tenga como consecuencia el desmantelamiento de los sistemas de protección social y
laboral y la reducción de las capacidades de intervención estatal y pública en favor de los pueblos y de un proyecto de país y de región alternativo.
 
No permitiremos que se promocionen inversiones europeas que buscan transferir a nuestros países emprendimientos extractivistas y contaminantes, devastadores de los pueblos y la Madre Tierra, con el efecto de eludir las regulaciones ambientales existentes en su continente.
 
Un acuerdo así amenaza también con acentuar la subordinación de la región a los dictámenes del CIADI y los organismos financieros internacionales. Proponemos que los gobiernos del Mercosur sigan el ejemplo de la República Bolivariana de Venezuela que en 2012 se retiró de dicho organismo internacional y cuestionó su legitimidad como árbitro “imparcial” global en temas comerciales.
 
Consideramos que la integración que necesitan nuestros pueblos debe basarse en la solidaridad, la justicia y la reciprocidad y no en el “libre comercio”. Nos convocamos a ampliar este debate y organización para demandar:
 
• Detención de las negociaciones para garantizar la inmediata y amplia información sobre los contenidos del acuerdo. Convocatoria a un debate público y democrático sobre las consecuencias económicas, sociales, ambientales y culturales de dichas negociaciones.
 
• No al libre comercio y a la subordinación a los organismos financieros internacionales y el capital trasnacional.
 
• Sí a la integración de los pueblos basada en los principios de igualdad, solidaridad, reciprocidad, complementariedad y defensa de la Madre Tierra. Por la defensa de nuestros bienes comunes sociales, naturales y de nuestros territorios. En defensa de las soberanías populares y de la soberanía alimentaria de los pueblos nuestroamericanos.
 
 
Fuente:
http://www.albamovimientos.org/2014/05/la-union-europea-y-el-mercosur-negocian-en-secreto-un-acuerdo-de-libre-comercio/#more-4921

 
Nota:
* La Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA (http://www.albamovimientos.org/%C2%BFque-es/) es una propuesta de integración continental antiimperialista, antineoliberal y antipatriarcal, impulsada por movimientos de base social organizada y con capacidad de movilización popular, que luchan por la igualdad, la libertad y una auténtica emancipación de la región.


Esta iniciativa tiene como referente el emerger de las resistencias sociales en los noventa contra los ensayos neoliberales y las políticas propagadas por el Consenso de Washington, así como la campaña contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Ese proceso motivó la alianza entre diversos actores en nuestros países y abrió el camino a la superación de las luchas sectoriales y temáticas para el impulso de la integración desde abajo, basada en proyectos solidarios entre nuestros pueblos, que representen una alternativa al capitalismo.

Hoy, el escenario latinoamericano ha entrado en un nuevo período de disputa. Por un lado, intenta reposicionarse el modelo imperial, a través de una ofensiva económico-militar, impulsada por administraciones y sectores plegados a Estados Unidos que, al mismo tiempo que operan contra gobiernos progresistas y nuestros movimientos, proyectan una integración en función de la hegemonía del mercado. Esta pretende sostenerse a través de tratados de libre comercio, de la presencia de transnacionales extranjeras, de intereses que chocan con la pluri-culturalidad de los pueblos y los procesos de soberanía alimentaria, reforma agraria, economía solidaria y defensa de los bienes comunes, que tienen lugar en nuestros territorios.

Han surgido, por otro lado, iniciativas que reivindican la soberanía y la autodeterminación de la región como la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), nacida en 2008, y más recientemente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). Los movimientos y organizaciones sociales ponderamos estas propuestas que frenan a organismos como la OEA y al intervencionismo imperial, y continuamos posicionándonos por que asuman los sentidos y dimensiones de las experiencias emancipadoras que tienen raíces en los pueblos y se den nuevos pasos hacia un modelo contrapuesto al proyecto depredador del capital.

En ese camino, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que emerge en el fragor de la lucha contra el ALCA, en 2004, cuando los gobiernos de Venezuela y Cuba encaminan acuerdos en los ámbitos social, económico y político, resulta un mecanismo de integración que trae consigo una nueva etapa de colaboración solidaria entre nuestras naciones y aúna, progresivamente, a Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Dominica y, en la XI Cumbre de Jefes de Estado, realizada en Caracas en este año, se adiciona Haití. También Honduras perteneció a esta propuesta integracionista antes del golpe de Estado del 28 de junio del 2009.

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