El presente es un artículo tomado hoy, 19 de mayo,
de La pupila insomne, blog de Iroel
Sánchez (https://lapupilainsomne.wordpress.com/2016/05/19/preparativos-de-intervencion-militar-en-venezuela-por-angel-guerra-cabrera/#more-54509).
Mientras preparábamos esta publicación vimos en un informativo de la televisión
uruguaya imágenes de apaleamientos policiales a manifestantes que se
presentaron como tomadas en Caracas. No podemos asegurar que fueran tomas de
vídeo objetivas y reflejo de la realidad, si lo fueran habrían mostrado un
grave grado de complejidad en la situación social gestada en Venezuela como
también se lo hizo primero en Argentina y luego en Brasil. También podría tratarse
de un montaje escénico ex profeso, como las imágenes de aquel hipermercado
presuntamente caraqueño vacío de mercancías que se mostró el año pasado o, más
cerca en el tiempo y en Rosario, Argentina, cuando sonrientes “obreros” de la
fábrica General Motors en esa ciudad rodeaban festivamente a Mauricio Macri, “nuestro”
virrey. Denunciaron trabajadores de la automotriz que se trató de extras
contratados por la oficina de prensa gubernamental para representar ese papel,
porque a ellos se les impidió acercarse al visitante (http://www.infogremiales.com.ar/denuncian-que-extras-hicieron-de-trabajadores-para-una-foto-con-macri/).
Invitamos también a leer otro artículo en referida
publicación La pupila insomne, o en
el portal cubadebate: “‘La guerra no convencional’, la más convencional de
las guerras”, artículo del jurista Hugo Morales Karell, cubano como Guerra
Cabrera e Iroel Sánchez. (https://lapupilainsomne.wordpress.com/2016/05/19/la-guerra-no-convencional-la-mas-convencional-de-las-guerras-por-hugo-morales-karell/#more-54514;
o http://www.cubadebate.cu/autor/hugo-morales-karell/).
Cordialmente, Gervasio Espinosa
El guión de la intervención militar de Estados
Unidos en Venezuela ha sido escrito en el Comando Sur de sus Fuerzas Armadas y
se aplica al detalle por sus aliados de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La sigla cobija a la contrarrevolución, o sea, el instrumento imperial para
estimular el desabastecimiento creado por las grandes empresas y las acciones
de calle y violencia armada dosificada que favorezcan las condiciones idóneas
para justificar la intervención militar directa en el país con las mayores reservas
de petróleo en el mundo. Lo dice todo la afirmación del almirante Kurt W.
Tidd, jefe del Comando Sur: «Nuestra intervención oportuna ha permitido
delinear un camino para una salida rápida del régimen».
Algún amigo facilitó a Caracas los doce puntos de
la “fase 2” del plan del Comando Sur. El documento sentencia «la derrota en las
elecciones y la descomposición interna del régimen populista y
antinorteamericano, recoge el impacto exitoso de nuestras políticas
impulsadas con fuerzas aliadas en la región en la “fase 1” de esta
operación».
Entre sus éxitos, dicho Comando destaca: 1- Poner
en evidencia el carácter autoritario y violador de los derechos humanos del
gobierno de Maduro (el burro hablando de orejas); 2- Destaca el «mecanismo de
la Orden Ejecutiva» (de Tidd) para justificar el desarrollo de «nuestra
política», que tiene «justificativo
legal en la Constitución y las leyes de Estados Unidos de América»;
3- Presume del «aislamiento internacional» de Venezuela; 4- «Generación de un
clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA” (más
adelante el documento menciona “tal y como lo hemos convenido con Luis
Almagro Lemes» –el mismísimo secretario general de la OEA, tránsfuga, a
quien el ex presidente uruguayo Pepe Mujica, al comprobar la puñalada por la
espalda que preparaba contra Caracas su ex canciller, fulminó: «Lamento el
rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te
digo adiós y me despido»); y 5- «Colocar en la agenda la premisa de la
crisis humanitaria que permita una intervención con apoyo de
organismos multilaterales, incluyendo la ONU» (las cursivas son mías).
Cuando uno lee el documento confirma que todo
lo que dice se está cumpliendo al pie de la letra y, a la vez, no puede sino
recordar otras intervenciones como la de la CIA que derrocó al presidente Árbenz
en Guatemala (1954), o la de los marines y la 82° División Aerotransportada que
impidió el regreso del presidente Juan Bosch a la República Dominicana (1965),
previamente derrocado por un golpe de Estado teledirigido desde Washington
–ambas acciones amparadas por la OEA–, o el falaz argumento de las armas
de destrucción masiva para invadir Iraq (2003) por solo mencionar tres casos. Washington
ha desarrollado una panoplia de instrumentos de control de las conciencias y
replanteado el concepto mismo de guerra, apoyándose en las investigaciones de
los académicos a su servicio y en las nuevas tecnologías, pero hay contenidos
fundamentales del libreto desestabilizador e intervencionista que se remontan
al siglo XIX, como la campaña mediática desenfrenada.
Desde febrero de 2014 la oposición –pese a sus
trifulcas internas– viene cumpliendo con este plan que incluye a las llamadas guarimbas y la utilización de
paramilitares colombianos en todo el territorio venezolano, quienes se han
apoderado del mando de las redes delictivas y ejercen la violencia con
propósitos que sirven al plan del Comando Sur.
También está la vertiente de las protestas de calle
conjugadas con violencia. Esta semana, la segunda de dos marchas al centro de
Caracas organizadas por la oposición, según ella para presionar la convocatoria
el referendo revocatorio, terminó con estudiantes y policías bolivarianos
heridos y actos vandálicos. Como explica el plan del Comando estadounidense el
referendo es sólo un pretexto, y lo confirma que la MUD no ha cumplido con los
requisitos para convocarlo. Como para recordar quien manda el Comando Sur hizo
penetrar un avión militar en Venezuela dos veces en días pasados.
Venezuela se acerca como nunca a un punto de
definición después del golpe en Brasil. El presidente Maduro ha prorrogado el
estado de emergencia económica y firmado decretos que confieren facultades
excepcionales a las comunas, los Consejos de Producción y Distribución y a la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ha ordenado un ejercicio conjunto de éstas
y las milicias y orientado a ocupar las fábricas que cierre la burguesía.
Radicalizar a fondo la revolución es el único camino para aplastar a la
contrarrevolución.
Nota:
* Ángel
Guerra Cabrera es periodista cubano radicado en México y columnista del diario
de ese país, La Jornada. También es profesor de Historia Universal (siglos XIX y XX) en la Facultad de Arte del Centro
Cultural Casa Lamm en la ciudad de México. Es habitual conferencista en
universidades de América Latina y Estados Unidos, ha trabajado como periodista
en países de Asia, África, Europa, América Latina y en Estados Unidos.
Artículos y reportajes suyos han aparecido en publicaciones cubanas. Twitter: @aguerraguerra. Para
esta publicación el artículo de Guerra Cabrera fue editado adecuándolo al
estilo de este blog. G.E.
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