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martes, 19 de junio de 2018

Sobre "El gobierno del FMI y el ajuste", de Artemio López, en La Tecl@ Eñe









La disección que hace Artemio López del caso argentino y su desenlace (des-enlace) con la propia formalidad constitucional democrático-burguesa es muy acertada. Así, según el análisis aludido: en Argentina, en Brasil, Paraguay y demás países de Suramérica, con la honrosísima excepción de las prácticas de gobierno social soberano no desprovistas de errores y limitaciones que se ejercitan tanto en el Estado Plurinacional de Bolivia, en Cuba Socialista y con serias dificultades se procuran, por ejemplo, en Venezuela, no existen otras experiencias tan genuinamente democráticas.



En abril de este año, en otro excelente artículo publicado por la Tecl@ Eñe, “Democracia de mentiras”, Mario De Casas, su autor, escribió:



Aunque podría parecer que estoy yendo muy lejos, no está de más recordar que la acción de sustraer la soberanía de los ciudadanos se llama, técnicamente, golpe de Estado. He aquí un indicio de la gravedad política de cada mentira del gobierno pues implica usurpar el poder de los ciudadanos y tratarlos como enemigos, no como soberanos.1



En aquella oportunidad La Tecl@ agregó este comentario que envié y parcialmente reproduzco y que, además, disparó la publicación en Ansina es… de “Suramericanos en sus laberintos de tragedia, y de farsa…2:



La apropiación de la soberanía de los ciudadanos transformándolos en súbditos, cabe destacar es –escribí entonces–, una observación profunda que hace De Casas. Tal apropiación no fue fortuita sino programada cuidadosamente para resolver la deriva de uno de los “populismos” suramericanos más destacados y recomponer el poderío del capitalismo financiero concentrado y en crisis. La dirección del proceso en Argentina se instrumentó en ámbitos “offshore”, fuera de las playas propias del país, y jugando en las operaciones concretas un equipo de gerentes de negocios, no de titulares del gran capital. Habiendo sido programada e instrumentada así esa apropiación de soberanía ciudadana y conversión de sus ex protagonistas (con sus limitaciones de conciencia) en súbditos desde antes de su instalación el 10 de diciembre de 2015 da fundamento a una caracterización precisa y necesaria para la resolución del conflicto: en aquella fecha se instaló no un Gobierno ciudadano soberano sino un virreinato, Mauricio Macri no es presidente sino virrey (véase del 31 de diciembre de 2015, “Atilio Boron y Frank Underwood: un rey de virreyes…”2



Insisto en la importancia del aporte que hace Artemio López en La Tecl@ Eñe para la comprensión precisa de los hechos y las circunstancias ya históricas del momento, como también del que hiciera en abril Mario De Casas. Una cuestión que todavía me agobia es la dificultad generalizada de intelectuales y políticos para la intuición filosófica3: hace ya tres años que lo que está instalado es lo mismo.



Notas:

1 http://lateclaenerevista.com/2018/03/25/democracia-mentira-mario-casas/ Mario de Casas es ingeniero civil diplomado en Economía Política con mención en Economía Regional por la Facultad Latino Americana de Ciencias Sociales (FLACSO), Argentina. Es docente en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza (UNCuyo) y hasta enero de 2014 se desempeñó como director del Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE). De Casas es colaborador de la revista citada y también de El Cohete a la Luna, publicación digital conducida por Horacio Verbitsky, en la que De Casas también firma “¿Existe la ‘derecha democrática moderna’ o no es más que humo y espejos?” | http://www.elcohetealaluna.com/los-peligros-la-fiebre-amarilla/


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