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viernes, 6 de abril de 2018

Suramericanos en sus laberintos de tragedia, y de farsa…


Pocos días atrás, en tanto lector de la revista digital La tecl@ Eñe, sumé un comentario al artículo “Democracia de mentiras”, del mendocino Mario de Casas.1 En el sexto párrafo el autor adelanta un concepto que luego desarrolla:



Aunque podría parecer que estoy yendo muy lejos, no está de más recordar que la acción de sustraer la soberanía de los ciudadanos se llama, técnicamente, golpe de Estado. He aquí un indicio de la gravedad política de cada mentira del gobierno pues implica usurpar el poder de los ciudadanos y tratarlos como enemigos, no como soberanos.



Mi comentario, publicado por La tecl@ Eñe:



La apropiación de la soberanía de los ciudadanos transformándolos en súbditos, cabe destacar, es una observación profunda que hace De Casas. Tal apropiación no fue fortuita sino programada cuidadosamente para resolver la deriva de uno de los “populismos” suramericanos más destacados y recomponer el poderío del capitalismo financiero concentrado y en crisis. La dirección del proceso en Argentina se instrumentó en ámbitos “offshore”, fuera de las playas propias del país, y jugando en las operaciones concretas un equipo de gerentes de negocios, no de titulares del gran capital. Habiendo sido programada e instrumentada así esa apropiación de soberanía ciudadana y conversión de sus ex protagonistas (con sus limitaciones de conciencia) en súbditos desde antes de su instalación el 10 de diciembre de 2015 da fundamento a una caracterización precisa y necesaria para la resolución del conflicto: en aquella fecha se instaló no un Gobierno ciudadano soberano sino un virreinato, Mauricio Macri no es presidente sino virrey (véase del 31 de diciembre de 2015, “Atilio Boron y Frank Underwood: un rey de virreyes…”2 (Hoy hubiera escrito, desde la línea dos: “Tales apropiaciones, primero en Argentina e inmediatamente luego en Brasil, no fueron fortuitas sino programadas cuidadosamente para resolver las derivas de los dos “populismos” suramericanos más destacados y recomponer el poderío del capitalismo financiero y en crisis”.)



La velocidad de los tiempos políticos



Otro virrey desnudo, ahora, en –como dicen los uruguayos–, “el país del norte”, Temer, en corrupta coalición con un  aparato que se dice judicial pero que no es científicamente jurídico sino un mamarracho de pastores y fieles de las iglesias USA-on line y parientes de “patrones de los pastores”, muy ricos gerentes de la calaña capitalista, han pretendido dar el golpe de furca a Lula, el candidato señalado por la voluntad popular para ser reelegido presidente en octubre próximo.



Los tiempos corren veloces, y así deben correr nuestros análisis, nuestra visión crítica e inteligente de las circunstancias, no “congelando” nada y menos desconfiando de lo nuevo que puedan construir los pueblos en pos de su autodefensa y liberación.



El cuadro “institucional” rioplatense del oeste (sobre el oriental convendría indagar que tan cerca anda del precipicio…)



Tres destacados juristas rioplatenses de distintas corrientes y compromisos ideológicos y políticos, Julio Maier, penalista como también lo es Eugenio Raúl Zaffaroni, y Eduardo Barcesat, constitucionalista y defensor de derechos humanos, se han manifestado con severidad sobre el cuadro “institucional” argentino.



Maier, de antigua adscripción radical según José “Pepe” Eliaschev en Los hombres del juicio (Sudamericana), pero él mismo no explícito en identificaciones políticas o ideológicas, expresó el 22 de noviembre de 2017 en una entrevista con los periodistas Daniel Tognetti y Roberto Caballero en la emisora de Buenos Aires, Radio del Plata:



Lo que busca este gobierno es una Justicia totalmente adicta, ya se ha salido de los márgenes del Estado de derecho […] La Argentina desde hace mucho tiempo no es un Estado de derecho, quiso serlo en algún momento de su historia reciente y a lo mejor lo alcanzó muy brevemente, pero ahora lo es mucho menos que nunca. Un Estado de derecho es un Estado que cumple las leyes que el Parlamento dicta, que son precisamente la descripción de la política oficial. Este Gobierno no las cumple.3



Eugenio Raúl Zaffaroni, miembro hasta diciembre de 2014 de la Corte Suprema de Justicia cuando renunció sujetándose a la prescripción constitucional de no continuar tras cumplir setenta y cinco años de edad, y miembro actual de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha realizado muchísimas declaraciones y definiciones con correspondencia a su perfil personal peronista progresista y de elogio, no sin crítica, hacia el gobierno de Cristina Kirchner. Entre sus declaraciones destacamos repuestas a una entrevista que le hiciera Martín Granovsky en el temprano inicio del gobierno PRO, en la primera semana de enero de 2016:



Granovsky: ¿A qué objetivo apunta la presencia masiva en el Estado de cuadros que fueron gerentes generales o vicepresidentes ejecutivos de transnacionales?



Zaffaroni: Sinceramente creo que no es un plan. Es más simple: se trata de una forma que adquiere la etapa superior del colonialismo que vivimos. Hoy se acabó el neocolonialismo. En el mundo mandan y compiten las corporaciones […]. Ni Mr. Obama ni Frau Merkel están haciendo lo que quieren, sino que el poder político en todo el planeta está sitiado por corporaciones transnacionales a cargo de burócratas que son los CEO. No son los dueños del capital. No son Henry Ford ni el gordo con cadena de oro y habano de las caricaturas de La Vanguardia de hace cien años. Son gerentes, burócratas que tienen por misión obtener la mejor renta en el menor tiempo para su corporación. Si no lo hacen serán desplazados y sustituidos por otros que esperan su turno. Por eso digo que no es un plan sino una nueva forma de virreinato.4



De Eduardo Barcesat, abogado constitucionalista e intelectual marxista defensor de derechos humanos, citamos fragmentos de una entrevista que le fuera realizada en el pasado enero por la radio FM 89.1 de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM), Provincia de Buenos Aires, interviú en la que centró su atención en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por Mauricio Macri a distancia mediante procedimiento “electrónico”, se dijo, durante sus vacaciones familiares de diciembre de 2017 en Villa La Angustura –enclave andino en la Provincia de Neuquén cercano a Bariloche– y publicado en los primeros días de 2018 en el Boletín Oficial con el número 27.5 La “norma”, sin duda calificable como bando virreinal colonial, deroga nada menos que diecinueve leyes de la Nación y modifica otras ciento cuarenta alterando, entre otros, el objetivo del Fondo de Garantía de la Administración Nacional de la Seguridad Social6 creado para el sostenimiento de jubilaciones y pensiones y habilitando ahora su uso en acciones de especulación financiera.



Señaló Barcesat que tal Decreto constituye:



[U]n golpe de Estado institucional porque quebranta el deber de obediencia a la supremacía de la Constitucional Nacional. […] El tema es la institucionalidad. La Constitución dice que el Poder Ejecutivo sólo podrá asumir funciones legislativas cuando medien razones de necesidad y urgencia [… Afirmó entonces que] el Congreso está funcionando y está en sesiones extraordinarias y no hay ninguna de las ciento noventa y dos medidas que cambiaría la historia [por lo cual consideró que la intención es] evitar el debate y no querer pagar el costo político.

Si esto lo vamos a convertir en que vale todo y hay un unicato en Argentina, con un solo poder que usurpa las potestades del Congreso y, también, dice qué deben hacer los jueces, entonces que Macri se declare cacique supremo de la Nación.


[Barcesat fue categórico al calificar que lo sucedido] no es compatible con el sistema institucional argentino. Este decreto [al que calificó] inmundo deroga diecinueve leyes e introduce veinticinco modificaciones, al menos en la contabilidad primaria. Esto no se puede hacer por la vía de un decreto. Esto es suprimir la división de poderes y el Estado de derecho. Es un hecho gravísimo porque, si eso se cae, ya no estamos viviendo en democracia.


[Asimismo, denunció que la intención de fondo de esta iniciativa –destaca la publicación de la entrevista–] es achicar el Estado para agrandar el negocio. Hay una pretensión de apropiarse y convertir en negocio privado el llamado Campo los Andes, un territorio del ejército ubicado en la zona fronteriza con Chile. Rifamos la propiedad pública para un emprendimiento privado.

[Estos decretos] son para […] entregar más rápido y más fácilmente los recursos y riquezas naturales de la Argentina. Se necesita una respuesta inmediata y categórica del Congreso respecto de este malhadado decreto.


[También, concluyendo su exposición, sostuvo que la Justicia debería avanzar] en la rama penal, por la violación de deberes de funcionario público y malversación de caudales públicos. Y el juez contencioso administrativo debería dictar, por lo menos, una medida suspensiva para que el Gobierno explique por qué no envía el proyecto al Congreso”.7


Dos artículos, uno de Jorge Beinstein y otro de Manuel Gaggero



La Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) publicó recientemente de Jorge Beinstein “Las nuevas dictaduras latinoamericanas”, y en Resumen Latinoamericano Manuel Justo Gaggero firma “La historia se repite… como tragedia” (memoria descriptiva del lapso que va de 1975 a 2018 que concluye con un llamamiento del autor: «No permitamos la instalación de un “Estado Policial” y sigamos luchando por una Patria para todos y una verdadera democracia participativa que termine con la exclusión»).



Cuando hace unos meses se cumplió el cuadragésimo primer aniversario de la desaparición forzada de Alicia Eguren en 1977 volvimos a ver el documental Alicia y John, el peronismo olvidado (Carlos Castro, 2008). Respecto de la insistencia de Cooke en la correspondencia mantenida con Perón y el ofrecimiento entonces de Fidel Castro, ya triunfante la Revolución Cubana, para que el exilio del derrocado presidente en lugar de transcurrir en la España franquista fuera en La Habana –que se refieren en el filme–, Manuel Gaggero da en el mismo un testimonio categórico no sin cierta ironía afirmando que «el viejo» nunca hubiera aceptado instalarse en la isla socialista, Manuel sabía muy bien lo que decía. Hacia fines de los años 1960, desde cuando tengo un especial recuerdo de él, ejercía como abogado del gremio de los choferes del transporte público y de la CGT de los Argentinos en la capital entrerriana, Paraná, su ciudad natal.



Gaggero, que entonces comenzó a formar parte, y él mismo lo ha manifestado, «en el Frente Revolucionario Peronista, junto a Armando Jaime y Juan Carlos Arroyo, entre otros compañeros», fue director de El Mundo en aquella experiencia periodística peronista y marxista-guevarista que documenta con detalle el comunicador social Marcelo Maggio en Diario El Mundo. PRT-ERP: prensa masiva para una política de masas (2012). En testimonio al autor del libro –antes una tesis de licenciatura en Ciencias de la Comunicación (UBA)–, Manuel Gaggero relató el proceso fundacional de aquel proyecto:



A la primera reunión asistimos Benito Urteaga, por el PRT; Luis Alberto Cerruti Costa, que había radicalizado sus posiciones acercándose al PRT; el padre [Miguel] Ramondetti, de los sacerdotes por el Tercer Mundo; Alicia Eguren, viuda de John William Cooke; Félix Granovsky, del Partido Comunista, y yo, que militaba en el Frente Revolucionario Peronista –cuenta el abogado Manuel Gaggero desde las sierras de Córdoba, donde reside en la actualidad–. Urteaga propuso la compra de El Mundo para sacar un diario que reflejara el movimiento político que se estaba desarrollando, que fuera amplio y pluralista y que no se superpusiera ni con Estrella Roja, que era el órgano del PRT, ni con El combatiente, del Ejército Revolucionario del Pueblo. (En la cita se dan recíprocamente equivocadas las referencias a esos dos órganos de prensa: El Combatiente lo era del PRT,  y Estrella Roja del ERP. G.E.)  



El vespertino, con una tirada de más de entre cien mil y ciento cincuenta mil ejemplares diarios se publicó entre agosto de 1973 y marzo de 1974 siendo ya Juan Perón nuevamente presidente tras la renuncia de Héctor Cámpora para ese preciso cometido y el interinato de Raúl Lastiri, diputado y yerno de López Rega. En agosto de ese mismo año muere Perón y María Estela “Isabel” Martínez, su esposa del exilio, compañera de fórmula electoral y ya vicepresidenta asume la titularidad del Poder Ejecutivo hasta el 24 de marzo de 1976, cuando irrumpe la feroz dictadura a la que con toda precisión sus creadores y ejecutores llamaron “Proceso de Reorganización Nacional” encabezada por el comandante del Ejército, Rafael Videla, y el empresario Alfredo Martínez de Hoz, nieto del fundador de la Sociedad Rural Argentina y organizador financiero del exterminio aborigen pampeano y patagónico dirigido por Julio A. Roca para fundar el capitalismo agropecuario. Una introducción a ese “Proceso”, sin duda no la principal, fue la creación y puesta en acción de la “Alianza Anticomunista Argentina” en octubre de 1973, un año antes de la muerte de Perón, según escribe Gaggero en “El general en su laberinto” (Página|12 del 19 de febrero de 2007)8:



El acta fundacional, según algunos investigadores, se firma el 1º de octubre de 1973 en una reunión en la que se encuentran presentes el presidente en ejercicio Raúl Lastiri; los ministros del Interior, Benito Llambí, y de Bienestar Social, José López Rega; el secretario general de la Presidencia, José Humberto Martiarena, y varios gobernadores. En la misma se reitera que la función de esta organización era combatir a los enemigos del gobierno, reprimiendo el “entrismo de izquierda” y a los marxistas que “pretendían convertir a la Argentina en una nueva Cuba”.



En ese artículo Gaggero se explaya en los acontecimientos de la breve y última presidencia de Perón, crónica que vale reproducir en su integridad:


El 29 de septiembre, dos días antes de la reunión que comentamos, en la residencia de Olivos, un grupo que luego se integraría a la Triple A colocó e hizo detonar un artefacto explosivo de alto poder en mi domicilio en Paraná, destruyendo el dormitorio en el que presumían los agresores que nos encontrábamos junto a mi compañera y a mis tres hijos. La vivienda quedó seriamente afectada, debiendo ser apuntalada por los bomberos. Gobernaba la provincia Tomás Cresto, quien se negó a recibirnos cuando solicitamos una audiencia para exigirle que se investigara el atentado.

Dos meses más tarde me hice cargo de la dirección del diario, en razón de que viajó al extranjero Luis Cerruti. Recibí todo tipo de amenazas firmadas por la Triple A. El accionar de esta banda en los barrios se había incrementado notablemente. Activistas sindicales combativos eran amenazados.

Se empieza a generar un clima de terror. El diario sufre varios atentados con explosivos y un intento de copamiento por parte de una columna de la Juventud Peronista de la República Argentina, que tenía el apoyo del Ministerio de Bienestar Social, de donde salieron las armas con las que tirotearon la redacción.

En esos días se produce la primera conferencia de prensa del general Perón en Casa de Gobierno. La periodista acreditada por El Mundo –Ana Guzetti–, cuando comienza la ronda de preguntas, le inquiere al presidente “qué medidas adoptaría el gobierno para detener la ola de atentados fascistas perpetrados contra militantes populares”, responsabilizando de los mismos a “grupos parapoliciales y paramilitares de derecha”. Perón reaccionó airado y le dijo a la reportera: “¿Usted se hace responsable de lo que dice? Eso de parapoliciales lo tendrá que probar”. La periodista le contestó “de acuerdo”. El presidente, dirigiéndose al edecán aeronáutico ordenó: “Tomen los datos de esta señorita para que el ministro de Justicia le inicie la causa correspondiente”.

Días más tarde se radicó la querella, de la que fuimos notificados al producirse un allanamiento a la redacción y la detención de 17 periodistas. Entre ellos Ana Guzetti. Fueron innumerables las agresiones hasta la clausura definitiva el 14 de marzo de 1974.

Quince días antes, el secretario de Prensa de la Presidencia Emilio Abras nos había planteado la posibilidad de hacer un reportaje televisado al general juntamente con el director de La Opinión, Jacobo Timerman. Nos pareció interesante, ya que de esta forma se frenaría la ya anunciada clausura. Esta no se concretó; luego Abras nos explicó que Lorenzo Miguel le exigió a Perón que clausurara el diario, ya que alentaba la resistencia sindical en Villa Constitución y en Zárate. No cabe duda de que el anciano y enfermo general, que regresa por tercera vez en junio de 1973 y que asume como presidente el 12 de octubre de ese año, no era el mismo que había encabezado un movimiento de renovación social, económica y cultural en la década del ’40, devolviéndoles la dignidad a los trabajadores y defendiendo nuestra soberanía nacional. Este tenía en su laberinto en los ’70 a personajes tenebrosos como Isabel Martínez, López Rega, Lastiri, Villone, Osinde y otros. La historia y ahora la Justicia tendrán que establecer y deslindar responsabilidades, sin dejarse amilanar por quienes intentan encubrir la verdad. Cerca de 1500 asesinados y secuestrados durante este período reclaman justicia. En el devenir histórico siempre existen personajes que muestran dos facetas. El Napoleón que intenta llevar a toda Europa las ideas de la Revolución Francesa es el mismo que, convertido en Emperador, ocupa pueblos y naciones, sometiéndolas a su poder.

En este punto, y antes de aportar a una más precisa caracterización de “farsa” en el aquí y ahora argentino y suramericano, veamos que en “El 18 de brumario de Luis Bonaparte” Marx  se refiere al “golpe de Estado” de diciembre de 1851 como «una miserable farsa», en contraposición al de su hermano mayor, Napoleón, derrocando al Directorio Revolucionario y proclamándose como Primer cónsul el 9 de noviembre de 1799, también brumario en el calendario republicano francés y finalmente Emperador (en 1804). Napoleón Bonaparte, un general republicano durante la Revolución Francesa, reorganizó al Estado y la estrategia de su política exterior. Luis, con el “golpe” da por terminada aquella “exportación” democrática media centuria después del ungimiento de Napoleón y cumplidas tres décadas de su prematura muerte en 1821 pero, detalle importante, tras la Comuna de París de 1848. Manuel Gaggero, al referir al texto marxiano expone en el párrafo final de su artículo que un Bonaparte primero «intenta llevar a toda Europa las ideas de la Revolución Francesa» y que luego «ocupa pueblos y naciones, sometiéndolas a su poder». Es por eso que, si bien hay en esos procesos líneas de necesaria conexión, completando la sentencia de Friedrich Hegel («La historia ocurre dos veces»), Marx escribió: «La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa». A Gaggero (como también se podría hacerse con Martín Granovsky por su artículo en Página|12 del recién pasado 5 de abril, “Lula es el Espartaco de Brasil. El desafío de los esclavos”9, que cierra con la frase «El desafío de Brasil es tan inmenso como su tragedia»), habría que preguntarle por qué plantea que ahora hay una repetición de la tragedia10 y, es más, si a esa dada por repetida tragedia está vinculada la famosa sentencia de William Cooke, aunque con texto visiblemente distinto, más elocuente y menos hermético, de «El peronismo sigue siendo el hecho maldito de la política argentina». El contexto de esa afirmación es un párrafo mucho más extenso:



Coque, en Peronismo y revolución. El peronismo y el golpe de estado. Informe a las bases (1971 [1973]), Buenos Aires: Granica (pp. 103-104), dice explícitamente (el subrayado es nuestro):



Durante bastante tiempo, el prestigio de Perón evitó las colisiones, pero aunque podía absorber estas contradicciones, no las suprimía; algunas aparecieron a la luz en los momentos finales del régimen, otras después de la caída. El equilibrio era ya insostenible, y el frente estaba desarticulado. Eso explica por qué el peronismo sigue siendo el hecho maldito de la política argentina: su cohesión y empuje es el de las clases que tienden a la destrucción del statu quo.



En Wikiquote (https://es.wikiquote.org/wiki/John_William_Cooke) se afirma que la frase “El peronismo es el hecho maldito del país burgués” no aparece en textos de Cooke publicados, como sí la dada y referida de Peronismo y revolución…, y se abunda en citas de sostén conceptual:


Si bien debe existir una coordinación entre la lucha armada y las diversas formas de lucha política, la planificación global y la conducción estratégica de todas las formas de lucha deben estar en manos de la dirección combatiente. Peronismo y revolución…


Cuando culmine el proceso revolucionario argentino, se iluminará el aporte de cada episodio y ningún esfuerzo será en vano, ningún sacrificio estéril, y el éxito final redimirá de todas las frustraciones. Peronismo y revolución…


Una revolución requiere partido revolucionario, jefes revolucionarios y mito revolucionario, por un lado, y la ocasión, por el otro.  Miguel Mazzeo, Cooke, de vuelta: el gran descartado de la historia argentina. Ediciones La Rosa Blindada, 1999, pág. 44


El nacionalismo sólo es posible como una política antiimperialista consecuente. Peronismo y revolución…


¿Tragedia o farsa?



Cuando en Argentina y Brasil contemporáneos observamos la repetición de formas, contenidos y aplicaciones políticas que exceden las del neoliberalismo ya clásico y conectan  con un colonialismo explícito vemos tragedia, pero más vemos farsa: farsantes del capitalismo senil en crisis final: vemos el “copy and paste” de viejos textos de dictaduras criminales y de recetas para restauraciones coloniales. Sobre esta cuestión planteada volveremos.



En su artículo “Las nuevas dictaduras latinoamericanas”, Jorge Beinstein11, a quien como a Gaggero también respeto y estimo, escribe en el inicio: «La radicalización reaccionaria de los gobiernos de países como Paraguay, Argentina, Brasil, México u Honduras comienza a generar la polémica en torno de su caracterización». Oportuna e imprescindible reflexión interrogativa cuando refiere que:



Un caso por demás curioso es el de Argentina donde se realizaron en 2015 elecciones presidenciales en medio de una avalancha mediática, económica y judicial sin precedentes contra el gobierno [de Cristina Fernández de Kirchner todavía en funciones] y favorable al candidato derechista Mauricio Macri. El resultado fue la victoria de Macri por escaso margen [2,68 % más votos en una suma total de veinticinco millones de electores] quien apenas asumió la presidencia avanzó sobre los otros poderes del Estado logrando al poco tiempo de hecho la suma del poder público. Si a esa concentración de poder le agregamos el control de los medios de comunicación y del poder económico nos encontramos ante una pequeña camarilla con una capacidad de control propia de una dictadura. Completa el panorama el comportamiento cada vez más represivo del gobierno que por primera vez desde el fin de la dictadura militar en 1983 ha decidido la intervención de las Fuerzas Armadas en conflictos internos mediante la constitución de una “fuerza militar de despliegue rápido” integrada por efectivos del Ejército, la Marina y la Aeronáutica y la conformación de una fuerza operativa conjunta con la DEA utilizando la excusa de la “lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”. De ese modo Argentina se incorpora a una tendencia regional impuesta por los Estados Unidos de reconversión convergente de las Fuerzas Armadas convencionales, las policías y otras estructuras de seguridad en policías-militares capaces de “controlar” a las poblaciones de esos países. No siguiendo el viejo estilo conservador-cuartelario inspirado en la “doctrina de seguridad nacional” sino estableciendo espacios sociales caóticos inmersos en el desastre, precisamente atravesados por el narcotráfico (promovido, manipulado desde arriba) y otras formas de criminalidad disociadora siguiendo la doctrina de la Guerra de Cuarta Generación. [Los agregados entre corchetes son nuestros, G.E.] 



Sobre la misma temática, también de Beinstein pero de 2016, es el artículo “Ilusiones progresistas devoradas por la crisis. América Latina a la hora del lumpencapitalismo”, y que publicamos en Ansina es… http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2016/03/ilusiones-progresistas-devoradas-por-la.html



En esta contribución del autor a la agencia ALAI, analizando la deconstrucción imperial de los progresismos, Beinstein se aproxima a nuestra tesis de que en Argentina el gobierno tiene esencia y conformación virreinal, siendo Mauricio Macri no un “presidente” según los preceptos constitucionales nacionales sino en realidad virrey, no presidente según las definiciones siquiera de una democracia dependiente. Se pregunta y pregunta Jorge Beinstein: «¿Restauraciones conservadoras o instauración de neofascismos coloniales?».



En “Argentina oscilando entre la crisis de gobernabilidad y la dictadura mafiosa”, otro artículo de Beinstein distribuido por ALAI el 22 de diciembre de 2015, doce días después de las “pompas de bastón de mando” que Macri festejó dando pasitos de baile en el balcón de la Casa Rosada, y que también publicamos en Ansina es…, se lee:



En primer lugar resulta evidente que no se trató de “elecciones limpias” sino de un proceso asimétrico, completamente distorsionado por una manipulación mediática sin precedentes en Argentina activada desde hace varios años pero que finalmente derivó en un operativo muy sofisticado y abrumador. Consumada la operación electoral la presidenta saliente fue destituida unas pocas horas antes de la transmisión del mando presidencial mediante un golpe de Estado “judicial”, demostración de fuerza del poder real que establecía de ese modo un precedente importante, en realidad el primer paso del nuevo régimen.



Nosotros coincidimos en la observación de la infundada y oportunista destitución de la presidenta saliente, es decir la “ausencia” de uno de los tres poderes del Estado en la transición a un nuevo Poder Ejecutivo de lo que dimos cuenta en “Atilio Boron y Frank Underwood, un rey de virreyes…”12, y agregamos también la situación ilegal de la llamada máxima instancia judicial, un segundo poder ausente, y la complacencia ante todo ello de ambas cámaras legislativas nacionales funcionando conjuntamente como asamblea para presumidamente avalar la asunción de Mauricio Macri como hipotético Presidente de la Nación. 



Ahora, siendo así todavía con más avales nuestras tesis, están siendo ventiladas las operaciones de una empresa con sede en Gran Bretaña y conexiones por lo menos en EE.UU., Argentina, Brasil, Colombia y México –Cambridge Analytica– proveedora de pautas para campañas publicitarias sucias que aprovechó información recopilada por el sitio Facebook, y que operó en el caso estadounidense sirviendo para promover el voto a Trump. En Argentina habría operado en favor del “trunfo” de la alianza macrista. En nuestras publicaciones de noviembre y diciembre de 2015, y a la luz de las operaciones de los medios de prensa concentrados para descrédito del gobierno de Cristina Kirchner dimos elementos objetivos para sostener la caracterización planteada ahora como segunda opción por Beinstein: “neofascismos coloniales” o, en nuestras palabras, de “restablecimiento de los virreinatos subamericanos”, de virreinatos “patio trasero” del imperio “norteamericano”, sede continental del capitalismo concentrado y financiero, por eso “sub-americanos”:



“Situación que subvertiría la institucionalidad” | http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2015/11/situacion-que-subvertiria-la.html;












“Por decreto pretende nombrar jueces de la Corte Suprema, miente cuando reprime y pretende avasallar un organismo autárquico creado por ley vigente que tiene como función garantizar la libertad de información” | http://gervasioespinosanotas.blogspot.com.ar/2015/12/por-decreto-pretende-nombrar-jueces-de.html






Así, nuestra caracterización de “virreinato” que va siendo crecientemente expresada en declaraciones y charlas políticas y expuesta incluso por el jurista Eugenio Raúl Zaffaroni nos parece más adecuada para su comprensión popular. No hay acción política de rechazo a un gobierno colonial que pueda ser considerada desestabilizadora de la democracia, del Estado de derecho y, además, punible según la Constitución Nacional.



El “mejor equipo de los últimos cincuenta años”, como calificó Macri a quienes conforman su Gobierno, parece más propenso al ya referido “copy” acrítico que a un auténtico despliegue de racionalidad intelectual y estrategia operativa para operar vaciando la riqueza creada por el trabajo de las y los trabajadores argentinos y cobrándose pingües comisiones por el afanoso cometido. El juez federal quizá más dispuesto a socorrer a Macri en sus necesidades de “lawfare” es Claudio Bonadío quien para fundar el procesamiento del ex ministro de Obras Públicas, Julio De Vido, recurrió a copiar un infundado informe en Internet sobre precios de commodities gasíferos. Bonadío también conduce la imputación de traición a la patria contra Cristina Fernández de Kirchner, el ex canciller Timerman, el dirigente social y político Luis Delía y otros presumiendo la existencia de pactos secretos con el Gobierno de Irán en torno al atentado en 1994 contra la mutual judía AMIA, en Buenos Aires, causa que se vincula con la de la muerte del fiscal Nisman que para ello se arguye no fue suicidio sino asesinato.



Marcos Peña Braun, titular de la Jefatura del Gabinete, dice que el ministro de Finanzas, Luis Caputo, es uno de los no más de docena y media de analistas financieros más destacados del mundo, y que por amor a la Patria abandonó sus quehaceres internacionales para integrarse al equipo de Macri. La realidad parece ser otra, pues después de haber generosamente resuelto el conflicto con los llamados “fondos buitre”, pagando obviamente con fondos tomados en préstamo, renunció a su “trabajo” en una offshore del ramo la que, dado los éxitos más propios que del Gobierno “compró” ahora los bonos a cien años librados por el Estado argentino… Una eminencia, sin duda… (En la declaración informativa, días pasados, en sede de una Comisión Bicameral de diputados y senadores, “Toto” Caputo no informó nada pero –“chochamu bacán y canchero”–, mandó un papelito provocador a la diputada Grabiela Cerruti para generar protestas, y aprovechar para irse.)13



La nueva tragedia suramericana, no repetición ni operación “virreinato, una farsa”, sería, sí, la de “otros” farsantes…



Definen así los diccionarios al adjetivo coloquial “farsante”: “que finge lo que no es o no siente”. Por qué finge, porque no entiende o no quiere entender, porque teme un desenlace cruel del engaño, del engaño padecido, de sus propios engaños cometidos. Tema complejo, materia es de la sociología y la psicología de las multitudes. Lo visible es que la sociedad de nuestros  países suramericanos está marcada por estamentos de una división profunda: a un lado los paisanos y al otro lado otros “que no son la Patria”, y que son tan farsantes declarándose gobernados como los que fungen de gobernantes.



¿Cuánto es de urgente un “nuevo qué hacer”, cómo y cuándo?…









Notas:

1Ver http://lateclaenerevista.com/2018/03/25/democracia-mentira-mario-casas/ Mario de Casas es ingeniero civil diplomado en Economía Política con mención en Economía Regional por la Facultad Latino Americana de Ciencias Sociales (FLACSO), Argentina. Es docente en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza (UNCuyo) y hasta enero de 2014 se desempeñó como director del Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE). De Casas es colaborador de la revista citada y también de El Cohete a la Luna, publicación digital conducida por Horacio Verbitsky,  en la que De Casas también firma “¿Existe la ‘derecha democrática moderna’ o no es más que humo y espejos?” | http://www.elcohetealaluna.com/los-peligros-la-fiebre-amarilla/




5 Diario Tiempo Argentino, Buenos Aires, “Se ‘perdió’ el expediente en el que se investiga a Macri por falsificación de documento público”. La denuncia fue realizada en General Roca, Río Negro, por la diputada Silvia Horne, aludiendo a la firma del DNU cuando el presidente estaba de vacaciones y sin el acompañamiento de su Gabinete de Ministros, como exige la ley del caso. El expediente fue girado a Comodoro Py [en Buenos Aires, sede de los Tribunales Federales competentes para el caso] pero nunca llegó. Ver en: https://www.tiempoar.com.ar/articulo/view/75214/se-perdia-el-expediente-en-el-que-se-investiga-a-macri-por-falsificacia-n-de-documento-pa-blico

6 El 4 de diciembre de 2008 se promulgó la Ley 26.425 que en su artículo primero dispone la unificación del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones en un único régimen previsional público denominado Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Las disposiciones reglamentarias terminaron de configurar el nuevo sistema y el total de los fondos administrados por las AFJP [las privadas Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión creadas por Carlos Saúl Menem y Domingo Cavallo] se traspasaron en especie al FGS, el cual redefine su denominación: Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Integrado Previsional Argentino. El FGS está compuesto por diversos tipos de activos financieros. En el momento del traspaso, 5 de diciembre de 2008, estaba valuado en 98.224 millones de pesos; a diciembre de 2012, su valuación asciende a 244.700 millones de pesos. Según diversos estudios la nacionalización del sistema previsional y la estatización de los fondos de las AFJP permitieron una administración de los recursos más transparente generando resultados positivos, incrementando los recursos e incluyendo más personas al sistema previsional. Desde su estatización se dio un crecimiento de las inversiones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que pasó de $ 98.083 millones en 2008 (último año privado) a $ 482.660 millones en 31 de octubre de 2014, significando un crecimiento del 392,1%., ​asimismo el capital del Fondo de Garantía de Sustentabilidad se había duplicado desde la estatización de las AFJP.​ Véase en https://es.wikipedia.org/wiki/Fondo_de_Garantía_de_Sustentabilidad




10 En Manuel Justo Gaggero, “La historia se repite… como tragedia”, en Resumen Latinoamericano: http://www.resumenlatinoamericano.org/2018/02/11/argentina-la-historia-se-repitecomo-tragedia/

11 Jorge Beinstein, nacido en el porteño barrio de Boedo en 1946 –y entre los años 1976 y 1983 exiliado en Francia–, graduado como Doctor de Estado en Economía por la Université de Franche-Comté Besançon especializado en prospectiva, en enero de 1999 presentó su ponencia “La declinación de la economía global. De la postergación global de la crisis a la crisis general de la globalización” en el Encuentro Internacional sobre “Globalización y problemas del desarrollo” realizado en La Habana, Cuba, convocado por la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe y por la Asociación Nacional de Economistas de Cuba. Ese trabajo está publicado en internet en http://www.andes.missouri.edu/andes/Especiales/JBGlobal/JB_Global1.html y lo fue en papel por una revista que a fines de 1999 circuló en la periferia suburbana noroeste de la Provincia de Buenos Aires, Blanco y Negro, antecedente de este blog, siendo esa edición en Argentina simultánea con la publicación que hiciera en la nación caribeña, también sobre papel, El economista de Cuba.

12 Véase la precedente nota 2.

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