La Red de
Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad
condena la reutilización de la OEA como agente interventor y pide la remoción
de su Secretario General
“En
la elaboración de la estrategia de los Estados Unidos, se supone que debemos
mantener nuestro papel preestablecido de liderazgo imparcial en la OEA. Esto
significa limitar la visibilidad de los EEUU en la OEA, jugar nuestro rol
detrás de las escenas en la medida en que sea posible. Alentar a los
latinoamericanos para que tomen la iniciativa pero, si es necesario, hacerles
sugerencias, tomando nuestras propias iniciativas en función de todos los
problemas de importancia para nosotros”.
(Del informe confidencial
elaborado por el Grupo de Trabajo Inter Agencias sobre Chile conformado en la
década de 1970 por orden de Richard Nixon para elaborar propuestas de sanciones
y presiones dirigidas a derrocar al Gobierno del presidente Salvador Allende,
en Chile.)
De todos y todas
es conocido, y ha sido históricamente comprobado, que desde que Estados Unidos
se conformó como nación independiente se propuso ejercer un dominio total sobre
el resto del territorio americano, al que unilateralmente consideró como vital
para la salvaguardia de sus intereses.
No siempre lo ha
logrado. El espíritu de rebeldía incoado en el alma de los habitantes de estas
tierras desde que nos enfrentamos al primer invasor español, al primer violador
de mujeres aborígenes, al primer saqueador de nuestras riquezas, al primer
esclavista, al primer cura doctrinero que intentó someter nuestras conciencias,
a la primera Cédula de un rey desconocido y, más tarde, a los sucesivos grupos
oligárquicos que luego de la muerte de Bolívar se enseñorearon del poder, ha
logrado de tanto en tanto imponerse y hacer triunfar la voluntad y la dignidad
de los pueblos sobre las fuerzas que intentan someterlo.
Sin embargo,
cada vez que las oligarquías se han impuesto, Estados Unidos ha actuado siempre
como el amo titiritero. Ninguno de esos grupos de poder ha obrado sin su
voluntad, sin su respaldo o sin su intervención militar, política y/o
económica. Intervenciones para las que además se han creado mamparas legales
muy convenientes, desde la Unión Panamericana hasta la OEA que han combatido
ferozmente y hecho fracasar cualquier otro intento de ordenar nuestro mundo de
acuerdo a las esperanzas de los pueblos.
Hoy la Venezuela
Bolivariana está siendo objeto de un nuevo intento de derrocamiento del
gobierno legítimo que desde hace 18 años y tras sucesivos triunfos electorales, conduce nuestro país hacia destinos de
soberanía y justicia. Este nuevo intento representa un paso más en el plan de
restauración del control del continente que Estados Unidos requiere hoy para el
mantenimiento de su supremacía global. Esta vez se vale de su ministerio de
colonias, la OEA, como una vez lo hizo contra la Cuba revolucionaria, y lo hace
a través del más descarado de los sirvientes que pudo encontrar: el uruguayo
Luis Almagro, quien comprobadamente está bajo su “cálido” servicio desde que
dirigía la política exterior en su país.
La iniciativa
adoptada por Almagro ya había sido develada por el propio Plan del Comando Sur
“Freedom 2” y constituye un paso adelante de la Orden Ejecutiva de Obama. En
las actuales circunstancias en las que el orden mundial se le escapa de las
manos al imperio del norte, a Washington no le importa mucho sacrificar
invisibilidad a cambio de celeridad. Necesita con urgencia acabar con los
“malos ejemplos” que enseñan que hay un camino alternativo a su plan de dominio
total, y llega al extremo de exhibir sus métodos mafiosos amenazando con cortar
ayudas financieras a aquellos países que en el seno de la OEA se pronuncien en
defensa de Venezuela.
Desgraciadamente
le están facilitando esta tarea un grupo de venezolanos y venezolanas que
desdiciendo y traicionando nuestra historia de resistencia y de luchas heroicas
por la libertad, van por el mundo vendiendo la patria y su alma al que primero
se atreva a ordenar la intervención del país, sin que les importe cargar con la
responsabilidad histórica de la destrucción de su propio pueblo a cambio de las
migajas que les dejen los conglomerados financieros y militares que sirven al
imperio.
Como Miranda
estamos convencidos y convencidas de que no puede construirse nada sólido ni
estable en un país, si no se alcanza antes la independencia absoluta, y para
ello es hoy más urgente que nunca consolidar la unión de nuestros pueblos.
¿Hasta cuándo seguiremos manteniendo la mampara imperial de la OEA, existiendo
como existen organizaciones propias como la CELAC, UNASUR y el ALBA? ¿Hasta
cuándo seguiremos permitiendo que traidores como Almagro se entronen en cargos
desde los cuales, al igual que su homónimo conquistador, intentan arrodillar a
los pueblos libres y ponerlos al servicio de los nuevos emperadores? Creemos estar
plenamente justificados en pedir la remoción inmediata del señor
Luis Almagro como Secretario General de
la OEA y que ésta reduzca su accionar a un papel de intermediadora entre las dos Américas. En su defecto, los gobiernos de Nuestra
América deberán dar por concluido el ciclo vital de esa institución.
Es hora de hacer
respetar la dignidad de los pueblos y de mantener erguidas las cabezas. Es hora
de no volver a permitir que se enloden los avances de los pueblos bajo
toneladas de calumnias mediáticas y campañas de desprestigio. Es la hora de la
unidad, de la lucha, de la batalla y de la victoria definitiva sobre los siniestros
designios del imperialismo.
Caracas, 28 de
marzo de 2017
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