Emir Sader
|
Los prostíbulos del capitalismo
Agencia
Latinoamericana de Información (ALAI AMLATINA), Quito, 13.11.2017
URL
original de este artículo: https://www.alainet.org/es/articulo/189199
El autor, Emir Sader
(1943), es sociólogo
y científico político brasileño coordinador del Laboratorio de Políticas
Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).
Los mal llamados paraísos fiscales funcionan como prostíbulos del capitalismo. Se hacen allí los negocios turbios, que no pueden ser confesados públicamente, pero que son indispensables para el funcionamiento del sistema. Como los prostíbulos en la sociedad tradicional.
A medida
se acumulan las denuncias y las listas de los personajes y empresas que tienen
cuentas en esos lugares, nos damos cuenta del papel central y no solo marginal
que ellos tienen en la economía mundial. “No se trata de ‘islas’ en el sentido
económico, sino de una red sistémica de territorios que escapan a las
jurisdicciones nacionales, permitiendo que el conjunto de los grandes flujos
financieros mundiales rehúya de sus obligaciones fiscales, escondiendo los
orígenes de los recursos o enmascarando su destino.” (A era do capital
improdutivo, Ladislau Dowbor, Ed. Autonomia Literaria, San Pablo, 2017, p.
83)
Todos los
grandes grupos financieros mundiales y los más grandes grupos económicos en
general tienen hoy filiales o incluso matrices en paraísos fiscales. Esa
extraterritorialidad (offshore) cubre prácticamente todas las actividades
económicas de los gigantes corporativos, constituyendo una amplia cámara
mundial de compensaciones, donde los distintos flujos financieros ingresan a la
zona del secreto, del impuesto cero o algo equivalente, y de libertad
relativamente a cualquier control efectivo.
En los paraísos
fiscales, los recursos son reconvertidos en usos diversos, repasados a empresas
con nombres y nacionalidades distintas, lavadas y formalmente limpias. No es
que todo se vuelva secreto, sino que con la fragmentación del flujo financiero
el conjunto del sistema lo vuelve opaco.
Hay
iniciativas para controlar relativamente a ese flujo monstruoso de recursos,
pero el sistema financiero es global, mientras las leyes son nacionales y no
hay un sistema de gobierno mundial. Asimismo, se puede ganar más aplicando en
productos financieros y, encima, sin pagar impuestos, es un negocio redondo.
El
sistema offshore creció con metástasis en todo el globo, y surgió un poderoso
ejército de abogados, contadores y banqueros para hacer funcionar el sistema…
En realidad, el sistema raramente agrega algún valor. Al contrario, está
redistribuyendo la riqueza hacia arriba y los riesgos hacia abajo y generando
una nueva estufa global para el crimen. (Treasured
Islands: Uncovering the Damage of Offshore Banking and Tax Havens. Shaxon, Nicholas. St. Martin’s Press,
Nueva York, 2011).
El tema de los impuestos es
central. Las ganancias son offshore para escapar de los tributos donde
aquellas son generadas, pero los costos, el pago de intereses y los tributos
aplicados a ello son offshore de los paraísos fiscales. [Ver al pie Nota del Editor.]
La mayor
parte de las actividades es legal. No es ilegal tener una cuenta en las Islas
Caimán. “La gran corrupción genera su propia legalidad que pasa por la
apropiación de la política, proceso que Shaxson llama de ‘captura del Estado’”
(Dowbor, p. 86).
Se trata
de una corrupción sistémica. La corrupción involucra a especialistas que abusan
del bien común, en secreto y con impunidad, minando las reglas y los sistemas
que promueven el interés público, en secreto y con impunidad, y minando nuestra
confianza en las reglas y sistemas existentes, intensificando la pobreza y la
desigualdad.
“La base
de la ley de las corporaciones y de las sociedades anónimas, es que el
anonimato de la propiedad y el derecho a ser tratadas como personas jurídicas,
pudiendo declarar su sede legal donde quieran e independiente del lugar
efectivo de sus actividades, tendría como contrapeso la trasparencia de las
cuentas” (Dowbor, p. 86) Las propinas contaminan y corrompen a los gobiernos, y
los paraísos fiscales corrompen al sistema financiero global. Se ha creado un
sistema que vuelve inviable cualquier control jurídico y penal de la
criminalidad bancaria. Las corporaciones constituyen un sistema judicial
paralelo que les permite incluso procesar a los Estados, a partir de su propio
aparato jurídico.
The
Economist calcula que
en los paraísos fiscales se encuentran 20 trillones de dólares, ubicando a las
principales plazas financieras que dirigen estos recursos en el estado
norteamericano de Delaware y en Londres. Las islas sirven así como localización
legal y de protección en términos de jurisdicción, fiscalidad e información,
pero la gestión es realizada por los grandes bancos. Se trata de un gigantesco
drenaje que permite que los ciclos financieros queden resguardados de las informaciones.
Nota del Editor:
En algunas otras publicaciones del artículo de Sader este párrafo puede aparecer con una redacción algo confusa. En contacto nosotros con los editores de ALAI se ha resuelto la dificultad. La redacción que presentamos es la definitiva. G.E.
Jorge
Beinstein |
La instalación de la dictadura
mafiosa
Agencia
Paco Urondo, Buenos Aires, 8.11.2017
URL original
de este artículo: http://www.agenciapacourondo.com.ar/internacionales/la-instalacion-de-la-dictadura-mafiosa
Jorge Beinstein (1946), economista
y analista social marxista argentino, es Doctor de Estado en Ciencias
Económicas por la Universidad de Franche Comté–Besançon (París). Especialista
en pronósticos económicos y economía mundial ha sido durante estos últimos
treinta años consultor de organismos internacionales además de dirigir
numerosos programas de investigación. Ejerció cátedras de economía internacional
y prospectiva tanto en Europa como en América Latina, entre otras en las
universidades de La Habana, de Buenos Aires (Cátedra "Globalización y
Crisis") y de La Plata. En sus libros La
larga crisis del capitalismo global (Ediciones Corregidor, Buenos Aires,
1999) y Capitalismo senil (Ediciones
Record, Río de Janeiro, 2001) y Crónica
de la decadencia. Capitalismo global 1999-2009, Editorial Cartago, Buenos
Aires, 2009, anticipó la actual crisis mundial. Es publicado por numerosas
revistas en papel y digitales.
En 1999 la revista en papel Blanco y Negro, de Los Polvorines,
Provincia de Buenos Aires, publicó de su autoría “La declinación de la
economía global. De la postergación global de la crisis a la crisis general de
la globalización”, ponencia de Beinstein en el Primer Encuentro Internacional
sobre Globalización y Problemas del Desarrollo realizado en enero de 1999 en La
Habana, Cuba, convocado por la Asociación Nacional de Economistas de Cuba
conjuntamente con la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe.
Habiendo
sido nosotros quienes en las postrimerías del siglo pasado editamos aquel único
número de Blanco y Negro (agotado y
conservados algunos pocos ejemplares en la biblioteca de la Universidad Nacional de
General Sarmiento), vamos a reeditar ese artículo en el presente blog una vez concluido
el rescate de un viejo archivo digital. G.E.
Solo faltan algunos pequeños ajustes para que el motor dictatorial funcione a pleno. Una reducida camarilla mafiosa a cuya cabeza se encuentra Maurizio Macrì*, dispone de la suma del poder público a lo que se agregan los poderes mediático y económico.
Quedan
unos pocos residuos fácilmente controlables que tal vez sobrevivan algo más y
que servirán mientras existan para que el súper poder muestre la existencia de
pluralismo. Algunos y algunas legisladores de ambas cámaras exhibirán sus
figuras opositoras aunque ambas cámaras ya estaban bajo control en los temas
fundamentales y lo estarán mucho más en el futuro.
Podemos
distinguir una suerte de “primera etapa” de la tragedia donde la manipulación
mediática-judicial ocupa todavía el centro de la escena, fue la que impuso una
original forma de golpe blando en 2015 permitiendo el encumbramiento de la
mafia bajo un disfraz democrático, apabullando a dirigentes sindicales y
políticos opositores y opoficialistas
y encandilando a un amplio espectro social cuyo núcleo duro neofascista fue
mantenido en permanente estado de excitación reaccionaria.
Pero esa
etapa, con sus duranbarbas y lanatas, sus globos amarillos y sus caras
sonrientes irá perdiendo eficacia en el futuro a medida que la concentración de
ingresos avance un poco más y que los saqueos tarifarios y otros resulten
insoportables para grandes masas de la población. Es por eso que antes de que
dicha etapa cumpla su ciclo va despuntando la segunda fase con gendarmes y voto
electrónico. Dentro de no mucho tiempo presenciaremos el despliegue total:
mediático, represivo e institucional de un régimen novedoso para los argentinos
en cuya memoria se encuentra una siniestra serie de dictaduras militares sin la
presencia de dictadura civiles y mucho menos de despotismos mafiosos.
Para
entender lo que está pasando tendríamos que observar en primer lugar la
mutación (degradación profunda) de nuestra élite convertida en lumpenburguesía.
No se trata de un fenómeno reciente, local e inesperado. El mismo se viene
desarrollando de manera visible desde la última dictadura militar, cuando los
Macri, por ejemplo (y no solo ellos), dieron un enorme salto en sus negocios y
se convirtieron en un clan miembro del reducido club de los súper-ricos. Siguió
avanzando durante la posdictadura aprovechando las limitaciones, debilidades y
corrupciones de una democracia funcional a sus intereses.
En segundo
término es necesario constatar que no se trata de una excepción en el panorama
global sino de la expresión argentina, subdesarrollada, de un proceso de
financierización generalizada del sistema mundial, forma dominante de un
espacio donde pululan políticos y tecnócratas corruptos y elitistas, militares
y mercenarios nihilistas y demás protagonistas de una civilización
decadente.
Menem
representó la adaptación de Argentina a la victoria de los Estados Unidos
contra la URSS, entonces emergía una superpotencia que prometía un dominio
total y prolongado del planeta y cuyo discurso neoliberal aseguraba prosperidad
para todos gracias al libre mercado. Como sabemos eso no fue más que una
ilusión que poco tiempo después demostró su falsedad, las emergencias de China
y Rusia señalaron la irrupción de la multipolaridad y en América Latina quienes
no se doblegaban ante el Imperio sobrevivieron (como Cuba) y generaron un ciclo
progresista. La apuesta menemista era infame y cipaya pero expresaba un cierto
realismo oportunista por supuesto muy primitivo.
La
aventura macrista no se apoya en un mito global medianamente creíble, tampoco
promete prosperidad ni libertad. Su ascenso reúne odios clasistas combinados
con brotes de racismo y empecinamiento conservador, sus referentes
globales-occidentales, los Estados Unidos y la Unión Europea, muestran
cotidianamente su declinación económica y sus deterioros institucionales. Pero
al igual que en el caso del menemismo exhibe la extrema fragilidad de su
trayectoria económica, el festival de deudas con Lebacs y deuda externa
directa, el agigantamiento del déficit comercial y la reducción del mercado
interno (golpeado por ajustes, sobreprecios internos, despidos y retrasos
salariales) señalan la ruta hacia una segura crisis mucho más demoledora que la
de 2001.
Pero lo
peor que podríamos hacer sería caer en el reduccionismo económico y creer que
el desastre financiero futuro marcará el fin de la dictadura. Sus jefes en los
dos últimos años sin dejar de hacer muy buenos negocios manejaron las cosas
priorizando sus objetivos políticos más allá de una que otra desprolijidad,
avanzando paso a paso en la instalación política del régimen dictatorial. Ahora
ya asegurados del control completo del Estado apretarán el acelerador económico,
introducirán formas de superexplotación laboral, desatarán saqueos y ajustes desplegando
junto a sus aparatos mediático y judicial una densa estructura represiva
buscando así aplastar protestas en curso y potenciales puebladas cuando la
crisis económica se haga presente. Esta nueva Alianza macrista ha aprendido la
lección de la vieja Alianza delaruista.
Claro que
la crisis económica y social golpeará a la mafia, la desestabilizará, y que las
bases populares serán impulsadas hacia la protesta a gran escala (incluidos los
sectores clasemedieros y bajos actualmente drogados por el chupete electrónico)
y que ello debería colocarlas frente a frente. Pero ya estamos ingresando en el
mundo de los escenarios futuros posibles, para poder construirlos deberíamos
prepararnos desde ahora.
Es lo que
ya están haciendo Macrì y su banda, saben que su éxito se apoya en la
degradación integral de la sociedad argentina, en su fragmentación económica
extrema asociada a la extinción de identidades nacionales y solidarias, al
predominio de la estupidez mediática, proceso de embrutecimiento que
bloquearía toda posibilidad de insubordinación masiva. Tal vez eso no sea
más que una utopía fascista, el abuelo de Maurizio: Giorgio Macrì, fue un
notorio mafioso calabrés beneficiario y colaborador del régimen de Benito
Mussolini, su carrera italiana concluyó mal y terminada la Segunda Guerra
Mundial tuvo que emigrar, desgraciadamente hacia la Argentina. Su nieto ahora
embarcado en una aventura tanática puede llegar a tener (si el pueblo argentino
lo decide) un destino parecido, aunque no similar, desembarcando en algún
paraíso fiscal.
Nota
del editor:
*
El periodista Horacio Verbitsky viene empleando la escritura así caracterizada,
“Maurizio Macrì”, con zeta en el nombre y acento grave en el apellido, fundado
en una investigación del filósofo, docente e investigador social calabrés-argentino
Rocco Carbone, profesor de la Universidad Nacional de General Sarmiento. G.E.
Ver en: https://www.pagina12.com.ar/30709-de-calabria-al-plata
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