Hace unos pocos días en un supermercado Devoto, en Piriápolis,
Uruguay, percibí claramente como se desarrolla una campaña político-electoral a
punta de pistola (aunque ésta se mantuviera enfundada y sujeta a la cintura de
quien la portaba). Las principales cadenas de grandes supermercados uruguayos,
como los Devoto, Geant y Disco están vinculadas entre sí en su pirámide
propietaria con medios masivos de propaganda ideológica, tal el canal de TV Teledoce y el semanario Búsqueda, ambos de Montevideo.1
Poco antes, y en el mismo local, esperaba ser atendido en la
sucursal de la agencia de pagos de una empresa financiera y de quinielas
privada, y observando la cantidad de cámaras de vídeo de diversos tamaños y enfocadas
en distintas direcciones comenté a una señora que me seguía en la “fila detrás
de la línea amarilla”: «Esta proliferación de cámaras y camaritas de vídeo generan
sensación de inseguridad». La señora me advirtió, entonces, fiel al mensaje
dirigido al desarrollo de un determinado “tipo” de sentido común que irradian
los medios masivos de comunicación asociados a las supertiendas y emprendimientos
financieros e inmobiliarios, que «con las videocámaras habían disminuido las
rapiñas».
Interesado en su afirmación le pregunté si ello había
ocurrido en Piriápolis. «¡No! – explicó–, en Montevideo. Acá es muy tranquilo».
Las camaritas, sin embargo, estaban profusamente exhibidas en esa ciudad “muy
tranquila”.
La única razón que tenía para ingresar al salón de ventas
del gran supermercado del que es habitué un sector destacado de la clase media
fue comprar un paquete de yerba mate Canarias, la común, de envase amarillo, de
la que es consumidor el amigo que me la había encargado, y que yo no había
conseguido en otro autoservicio. En la caja, otra mujer, de entre cuarenta y
cincuenta años, detrás de la que operaba la facturación y el cobro, le alcanzó
a ésta la bolsita de polietileno. Pensé que podía tratarse de una supervisora o
incluso de una instructora adiestrando a la cajera, hasta que divisé la lustrosa
culata del Smith & Wesson
calibre 38 que probablemente en algún momento fue parte del equipamiento de la Policía Nacional
uruguaya, la cual desde hace más o menos una década porta las más modernas
pistolas automáticas nueve milímetros.
El revolver se veía lustroso, con sus peculiares cachas
marrones, hasta que la mujer se dio vuelta para mirar hacía el lado opuesto de
la línea de cajas y dejar visible el letrero en su espalda: “seguridad”. Se veía
impecable el revólver porque era evidente que poco en su larga historia había
sido efectivamente empleado para disparar balas, no había hecho falta antes
como tampoco ahora, cuando principalmente sirve como signo, como mensaje: si está
presente “por algo lo está”. En los próximos días el electorado de la República Oriental
deberá decidir si opta o no por una reforma para bajar dos años la edad de
imputabilidad penal de los jóvenes, de los dieciocho a los dieciséis.
A esas edades es dificilísimo que las personas manejen poderes
e influencias dinerarias, mafiosas o políticas para dirigir acciones que pongan
en serio peligro a toda una sociedad nacional. Pero hacer campaña exponiendo
una presunta “peligrosidad potencial” de los jóvenes, especialmente cuando
pertenecen a las capas más pobres, precisamente, es funcional a los intereses
de aquellos poderes e influencias.
En el norte del
continente y al oeste del “río de los pájaros” y el estuario
Lo comentamos en la columna anterior ayer, domingo 28, el
sábado el ya encanecido y probablemente con la salud resentida Barack Obama
hizo explícito un discurso lindante con los estereotipos hitlerianos. Eso pone
de manifiesto que la situación es cada vez más peligrosa, también se hizo
evidente en el estilo de su reciente discurso en la ONU: frases de poquísimas
palabras, silencios y miradas en semicírculo que retrotraían el estilo de
antiguos y autoritarios maestros de los primeros grados. Su campaña es “a punta
de bombazo”, al parecer convencido (es ciertamente una expresión de locura) de
que el famoso “destino manifiesto”, el señalamiento de un magistral dedo
celestial, puso a su país adoptivo y a él mismo al frente de un combate
universal para salvar a la humanidad de morir por mano de ignotos otros: “si
han de morir, si ese es el designio divino, los mataremos nosotros”, pareciera querer
decir…
Dos días después de la iluminación de Obama se precipitó un
ya conocido juez del distrito de Nueva York, nonagenario y con serios problemas
cervicales, declarando a Argentina “en desacato”. El diario de Buenos Aires La Nación, al que en tanto “repetidor”
emula El País del lado oriental del
estuario del Plata –obviando que los fundadores del primero fueron defensores
de los más rancios “intereses porteños opuestos a los de Montevideo”–, una vez
más mintió en sus textos sobre el contenido de las notas de protesta del
Gobierno argentino.2 Vázquez, lamentablemente, a la vez y en su
fuero personalísimo se habrá una vez más solidarizado con su colega rosarino
Binner, quien declaró que si él fuera presidente “respetaría” a Estados Unidos
de América del norte.3
Ya con el paquete amarillo de yerba mate y luego de cruzar
nuevamente la frontera formal (habiendo pagado a un ente binacional e
interestatal4 un peaje de
ocho “dólares” convertidos a un precio “ilegal” de casi doce pesos argentinos
por dólar), tras cuatro horas más llegamos al pueblo provinciano donde
residimos la mayor parte del tiempo. Vimos y casi tropezamos con automóviles
por todas partes, andando y también depositados bajo precarias coberturas o
directamente en terrenos al aire libre, todavía de ellos dueños sus fabricantes.
De los ciento ochenta mil vehículos de las marcas mundiales
fabricados y vendidos en Argentina en 2003, año en el que asumieron la
conducción política del país Néstor Kirchner y Cristina Fernández, se pasó a poco
menos de un millón en cada uno de los años 2011, 2012. Las cantidades
comenzaron a declinar en 2013.
No es que las cifras aludidas están en relación directa con
la indudable mejora, aunque insuficiente, en la satisfacción de necesidades
básicas de los sectores históricamente más castigados por las vigentes
relaciones sociales de producción (el capitalismo real). Sí exponen, esas
cifras, que las franjas de asalariados con mayores ingresos –las comprendidas
en las “clases medias emergentes” así catalogadas por los analistas de la
escuelas económicas del “sistema de mercado”– han aumentado considerablemente
sus posibilidades de obtención de créditos para el consumo, y consecuentemente la de adquirir autos nuevos
y televisores extra anchos.
La alegría-angustia de esta capa social está en permanente
variación ciclotímica y por sus hábitos culturales (consumo y reproducción de
desordenada información basura) multiplica el grado de inestabilidad social al
compás de las campañas desestabilizadoras. Esto lo saben los intelectuales y
militantes populares, y se pone de manifiesto en los análisis y acciones de una
auténtica izquierda que nutre, por ejemplo, entre otras, a organizaciones como
La Cámpora y Agrupación Evita (peronistas), el Movimiento Territorial de
Liberación (comunista), la
clasista Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) o al
movimiento de derechos humanos, en el que juegan papeles destacados la Liga por
los Derechos del Hombre y también el Serpaj de Pérez Esquivel.
En audiciones de Radio Nacional de Argentina –“La radio
pública”– se entrevistó recientemente a varios especialistas que advirtieron
sobre la necesidad de correcciones en la programación de la acción estatal.
En conversación con Eduardo Aliverti el recién pasado
domingo 28, en su audición “Decime quien sos vos”5, Enrique Mario
Martínez (70), ingeniero químico, docente y economista, fue muy explícito y
categórico en cuanto a que el modelo industrial argentino es desde hace ya
varias décadas dependiente y está dirigido por los capitales concentrados
multinacionales, y así funciona en contra de cualquier proyecto autónomo y de
progreso popular. Respecto de la minería, por ejemplo, dice que hay que basarla
en la extracción de mediana y pequeña escala estrechamente vinculada con un
desarrollo industrial que posibilite el agregado de valor y el aprovechamiento
del producto final en el propio mercado interno, suplantando a la importación. La
minería multinacional de gran porte se lleva fuera del país la materia prima
para su procesado e industrialización. Afirma, también, que Argentina tiene
capacidad para producir automotores de diseño exclusivamente nacional. En los
países limítrofes todavía ruedan, por ejemplo, vale agregar, las camionetas
“Rastrojero” que Industrias Mecánicas del Estado fabricaba en Córdoba en la
década de 1970.
Enrique Martínez, quien fue presidente del Instituto
Nacional de Tecnología Industrial entre 1986 y 1988 y entre 2002 y 2011, en el
último de estos periodos trabajó intensamente en transferencia de tecnología a
Venezuela en relación directa con su
entonces presidente Hugo Chávez. En la actualidad es coordinador del Instituto
para la Producción
Popular del Movimiento Evita, el que entre sus miembros
destacados tiene al ex canciller Jorge Taiana. En su página de Twiter Martínez alertó
ahora: «Para [los] buitres, [el] desacato no busca otra cosa q[ue] apurar leyes
de hidrocarburos y de semillas [que les sean favorables]. Cuanto [más] claro lo
tengamos [a eso,] mejor. Todo se vincula».
Coincidentemente, el semanario Nuestra Propuesta, vocero del Partido Comunista argentino, en su
artículo editorial de hace apenas una semana puso énfasis en que «son dos las
debilidades principales que los procesos latinoamericanos deben enfrentar. Por
un lado, las dificultades en la construcción de las fuerzas políticas que puedan
asumir la defensa de los mismos. Por otro lado, la ausencia de verdaderos
cambios estructurales que hayan logrado modificar la matriz de las estructuras
económico-sociales de nuestros países».6
Notas:
1 “Los 120 más ricos de Uruguay”, Caras y Caretas, Montevideo, 21 de enero de 2014, en http://www.carasycaretas.com.uy/los-120-mas-ricos-de-uruguay/
2 Véanse El País,
http://www.elpais.com.uy/mundo/argentina-dice-que-declaracion-desacato.html,
y Télam, http://www.telam.com.ar/notas/201409/79878-cancilleria-afirma-que-decision-del-juez-griesa-es-violatoria-del-derecho-internacional.html.
3 Aclaro que considero necesario que en Uruguay el
Frente Amplio obtenga mayoría parlamentaria y renueve mandato gubernamental.
Confío en muchos de sus militantes y candidatos, especialmente en Constanza
Moreira y Raúl Sendic, y no dejo de sostener que Tabaré Vázquez es una figura
nefasta para el desarrollo popular de su país.
4 Comisión Administradora del río Uruguay (CARU).
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