La situación en Venezuela es grave, muy grave, y
necesariamente importa a nosotros los latinoamericanos y a todos los pueblos
del mundo: pone en evidencia el agravamiento de la crisis del capitalismo con
sede principal en Estados Unidos de Norteamérica. De esa crisis sin retorno sus
reyes y virreyes pretenden salir (o morir matando) profundizando la expoliación
de las naciones con reservas reales y potenciales de energías y de alimentos. No
han sido fenómenos fortuitos primero la muerte de Hugo Chávez por un cáncer que
se sospecha fue provocado, luego la de Néstor Kirchner que tampoco deja de
estar rodeada de dudas, las intrigas y los golpes palaciegos en Paraguay, Honduras y
Brasil, en México su interna guerra mafiosa y Estado fallido, la continuidad
del acoso a Cuba, desde hace algunos años la crisis con los precios del petróleo
y tras cartón la manipulación informativa y generación de caos está marcando a
gran parte de Nuestramérica y del mundo. La época es difícil de analizar, pero
no imposible. El autor del presente artículo, Eduardo Tamayo, es periodista
ecuatoriano y colaborador de la agencia latinoamericana de noticias ALAI, con
sede en Quito. (G.E.)
ALAI
AMLATINA, 16.5.2017
Los
grandes medios privados están construyendo un relato perverso de la violencia
en Venezuela que ha penetrado en amplios sectores incluso en algunos
intelectuales progresistas. Según este relato, todas las muertes (42 desde el 3
de abril de este año) y los heridos (que alcanzan a setecientos) son atribuidos
al gobierno de Maduro, que es presentado “como una dictadura o régimen que
reprime salvajemente al pueblo”.
Víctimas
inocentes
Un
primer recuento realizado por las autoridades venezolanas de las circunstancias
en que murieron desde comienzos de abril 39 personas indica que 18 de ellas no
participaban en las protestas, 7 si lo hacían y 9 murieron electrocutadas en un
local comercial durante los disturbios nocturnos en el sector del Valle, Caracas, en los que grupos
de ultraderecha acosaron a una maternidad y se produjeron saqueos.1
Cinco casos aún permanecen en investigación. De estos datos llama la atención
que la mayoría (46%)
eran personas inocentes que se encontraban cerca de los lugares de las
protestas, como es el caso de Almelina Carrillo, quien fue impactada por una botella de agua congelada lanzada
desde un edificio, en La Candelaria (Caracas) a un grupo de simpatizantes
chavistas.
Cuatro
personas (Jairo Ortiz Bustamante, Daniel Queliz Araca, Christian H. Ochoa
Soriano y Gruseny Antonio Canelón) fueron muertos presuntamente por agentes
policiales. También perdieron la vida el sargento de la Guardia Nacional
Bolivariana, Neumar Sanclemente Barrios, y el policía Gerardo Barrera. De estos casos, por lo menos
dos corresponden a “falsos positivos”, es decir ejecutados por los mismos
grupos violentos para atribuírselos al gobierno de Nicolás Maduro.
Doble
discurso
Frecuentemente
en la televisión se presentan una y otra vez noticias e imágenes (sobre todo
cuando actúa la Guardia Nacional Bolivariana contra los manifestantes), se
ocultan otras (por ejemplo el ataque de grupos de derecha a hospitales,
escuelas y edificios públicos) y se manipulan unas terceras. Ya no importa
investigar, detenerse a indagar quiénes son las víctimas, en qué circunstancias
perdieron la vida, quiénes son los presuntos responsables, qué armas
utilizaron, quién financia la violencia, ni mucho menos cuáles son sus
objetivos y qué métodos se están utilizando.
El
periodismo de investigación está en deuda en el caso de Venezuela y por
supuesto esto jamás será practicado por muchos medios corporativos que desde
hace muchos años forman parte de una campaña internacional en la que no sólo
han satanizado a Hugo Chávez (prácticamente desde que asumió el poder en 1999)
y ahora con más fuerza a Maduro, sino que han difundido una imagen
distorsionada de Venezuela. Ahora apoyan abiertamente a la oposición derechista
en sus intentos de desestabilizar y derrocar a la revolución bolivariana.
Los
líderes derechistas más visibles de la oposición (Henry Ramos Allup y Julio
Borges) manejan un doble discurso en relación al conflicto venezolano, dicen
que las manifestaciones son pacíficas, que se deben al descontento de la
población frente a la difícil situación que vive Venezuela. Sin embargo, miran
a otro lado y nunca condenan los actos violentos de sus partidarios.
Otros,
en cambio, son más frontales: Freddy Guevara, dirigente de Voluntad Popular y
vicepresidente de la Asamblea Nacional, dice: “Me eligieron para derrocar a
este maldito Gobierno”, y en este propósito, se lo ve en YouTube felicitar a
los encapuchados que siembran el terror en Caracas y el resto del país.2
Por su lado, Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, quien está
encarcelado tras los hechos violentos ocurridos en 2014 en el que murieron 43
personas y setecientas fueron heridas, dice: “Los muertos no pueden ser en
vano”. Desde comienzos de abril van 42, ¿serán ya suficientes?
Volver
ingobernable a Venezuela
El
objetivo de la violencia es claro: crear el caos y volver ingobernable el país
con el fin de derrocar a Maduro. Luego de que ganaron la Asamblea Nacional en
diciembre de 2015, el presidente de la misma, Henry Ramos Allup, declaró sin
inmutarse que su objetivo era derrocar al gobierno en seis meses. Luego, sin
tener atribuciones, destituyeron tres veces al presidente Maduro. También han
descartado el diálogo propuesto por Maduro y apoyado por el papa Francisco y la
Unasur para encontrar salidas
pacíficas al conflicto. Ahora reclaman la convocatoria inmediata a elecciones,
la “liberación de los presos políticos” y la apertura de “un canal humanitario
para abastecer de medicinas y alimentos al país”.
Pero la
estrategia violenta se complementa con otras como la desestabilización
económica (manipulación de la tasa de fijación del dólar, desabastecimiento de
productos vitales y de medicinas), el llamado a la intervención extranjera en
el país, los intentos de aislar a Venezuela del concierto internacional, la
ofensiva de la OEA dirigida por Luis Almagro y la intervención y hostilidad de
Estados Unidos, entre otros.
Luz
verde para el terror
Desde
que la OEA adoptó, el 3 de abril, la resolución de aplicar la Carta Democrática
a Venezuela, se le dio luz verde a la oposición para concretar sus propósitos
desestabilizadores, señala la canciller venezolana Delcy Rodríguez. La ofensiva
de la extrema derecha, aupada internacionalmente por políticos como Luis
Almagro, Pedro Pablo Kuczynski, Trump, Temer, Macri, Peña Nieto, Rajoy, Santos
y Uribe, y por la cúpula de la Iglesia de Venezuela, entró en una nueva fase:
más violenta, más agresiva, continuada en el tiempo y recurriendo a
métodos hasta ahora desconocidos, como el asedio a las embajadas de Venezuela
en el mundo, el empleo de armas de fuego, el colocar a niños al frente de las
manifestaciones. El guion ya conocido en Ucrania, Siria y otros países
pretende ser reeditado en Venezuela.
A lo que
aspiran, según autoridades venezolanas, es derrocar a Maduro para tomar
el poder de forma inmediata, y ser proclamados como los salvadores del pueblo
de una supuesta dictadura.
La
deriva violenta de la extrema derecha venezolana no mide costos (vidas
humanas), recursos (está muy bien financiada), ni consecuencias: el nulo
compromiso con las reglas del juego democrático (por ejemplo, el respeto del
período para el que fue electo Maduro y que termina en 2018) puede llevar a un
callejón sin salida, a un enfrentamiento fratricida del que se sabe cómo
comienza pero nunca como termina. El pequeño –y a la vez gran detalle– es el apoyo de un sector duro de la población
(la alianza cívico militar chavista) al gobierno de Maduro y su
determinación, pese a las dificultades económicas que vive el país, de mantener
la revolución, profundizarla a través de la convocatoria de una Asamblea
Nacional Constituyente y evitar que se repita un golpe como los que ocurrieron
en Honduras, Paraguay y Brasil. De hecho, el pueblo chavista se ha mantenido
permanentemente movilizado para defender la revolución, destacándose las
multitudinarias manifestaciones del 19 de abril y del 1° de Mayo. En esta
última, el presidente Maduro anunció la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente para profundizar el proceso y tratar de superar por medio del
diálogo la difícil situación económica, política y social por la que atraviesa
el país.
Métodos
más sofisticados
Como
señalamos, la extrema derecha, en los últimos cuarenta días ha recurrido a
nuevos métodos como la desestabilización permanente: actúa todos los días,
durante todo el día y la noche, no descansa los fines de semana ni los días
festivos (Semana Santa, Día de la Madre). Las protestas, generalmente
pacíficas, comienzan en la mañana y duran hasta las doce o una de la tarde.
Luego por la tarde (entre las horas 15 y las16) entran los grupos violentos
que actúan hasta altas horas de la noche.
Entre
las acciones más comunes de la oposición violenta está la interrupción de
calles y avenidas, el hostigamiento a funcionarios y simpatizantes del
chavismo, ataque a edificios públicos, centros de salud, cuarteles y planteles
educativos, incendio de unidades de transporte público, saqueo de comercios
privados, asesinatos selectivos de chavistas , entre otros.
El
objetivo es desmoralizar, desgastar a las fuerzas militares y policiales,
obstaculizar la movilidad de la gente, interrumpir las actividades laborales,
comerciales y educativas, no permitir, en suma, que las y los venezolanos
lleven una vida normal. Pretenden obtener réditos políticos con las
acciones violentas, pero la mayoría de la población (incluyendo al chavismo y a
la propia base social de la MUD), según varias encuestas, está cansada y las
rechaza frontalmente.
La
Guardia Nacional Bolivariana, encargada de controlar el orden público, y otros
cuerpos de seguridad han sido el blanco de ataques de los grupos violentos.
Como ya señalamos, dos guardias han sido asesinados al mediodía del 15 de abril
y tres funcionarios (Jorge Escandón, Reinaldo Alvarado y Andrés Ospina)
resultaron heridos durante una protesta opositora en la autopista del Este,
municipio Naguanagua, Estado de Carabobo.3 Frecuentemente reciben
insultos y son atacados con bombas molotov, fuegos artificiales, pintura y
piedras. En los últimos días, los manifestantes opositores lanzaron frascos con
heces y orina –bautizados como “puputov”– contra efectivos de seguridad
bolivarianos,4 algo que retrata muy bien a quienes promueven estos
actos.
Según
Antonio González Plessmann, activista en defensa de los derechos humanos, estas
acciones «tienen un sentido muy claro: provocar la reacción violenta de los
cuerpos de seguridad para generar indignación y movilización en la población
opositora y sostener el discurso de la existencia de un Estado represivo, que
sólo se sostiene por la fuerza que ejerce contra un sector pacífico de la
sociedad».5
La
oposición y algunas ONG manifiestan que la Guardia Nacional Bolivariana y los
agentes estatales han cometido violaciones de los derechos humanos como malos
tratos en el momento de la detención, uso de balines, etc. El presidente Maduro
señala que las fuerzas de seguridad, respetando el derecho constitucional a la
manifestación pacífica, salen a contener las protestas sin armas, utilizando
gases lacrimógenos y vehículos antimotines y haciendo el uso progresivo de la
fuerza. Agrega que los agentes de los cuerpos involucrados en acciones
represivas han sido puestos a disposición de la justicia, pero asegura que
tampoco quedarán en la impunidad los autores de las llamadas “guarimbas” que
están enlutando Venezuela.
Más que
el manejo de la gestión gubernamental en Venezuela, lo que está en juego en
este momento es la paz ya no sólo de este país sino de todo el continente, una
paz que se quebraría con una intervención extranjera ejecutada a nombre de la
“crisis humanitaria”, como ya ha sucedido en otros rincones del globo.
Notas:
1 Datos presentados en las Jornadas de Discusión sobre la Asamblea
Nacional Constituyente, realizado en Caracas, el 12 de mayo de 2017 organizado
por el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela.
3 Telesur, MP
venezolano investiga heridas a tres policías en protestas: http://www.telesurtv.net/news/MP-venezolano-investiga-heridas-a-tres-policias-en-protestas--20170515-0049.html
4 Álvaro Verzi
Rangel, “La batalla de las ideas, según la pupucracia venezolana”, en http://www.alainet.org/es/articulo/185439
5 Douglas Bolívar, “Es muy evidente
que hay una orientación de no matar”, entrevista con Antonio González Plessmann
http://www.alainet.org/es/articulo/185443
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