Son grupos de personas que suelen darse a
provocaciones, desmanes y abusos en lugares públicos, como locales o calles de
uso común, o difusoras de radio y televisión, diarios e Internet.
Provocaciones, desmanes y abusos: hacer que unas cosas produzcan otras como
reacción o respuestas a ellas, excesos, desordenes y usar mal, excesiva,
injusta, impropia o indebidamente de algo o de alguien.
Las patotas, entre otras cosas, también,
arrojan piedras. En la tradición cristiana se cuenta la parábola aquella de la
mujer adúltera, y que consultado respecto de ello Jesús indico que los que
estuvieran libres de pecado la apedrearan. Aquella patota, frente a esa
respuesta, sin más se retiró.
En los últimos días en Argentina, un país
que se dice cristiano, ha estado en diarios, noticieros y en otros eventos
luego informados, profusamente referido el amedrentamiento, vapuleo y golpiza
que un grupo de personas al servicio político de un intendente del conurbano
bonaerense –partidario de una fracción peronista opuesta a la de la
Presidenta– infligió a trabajadores de
medios periodísticos.
Los hechos sucedieron en la explanada de
acceso a un gran hospital pediátrico que, con su nombre, homenajea en vida al homónimo ex
ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires que, durante su gestión,
facilitó el exponencial crecimiento de la infraestructura sanitaria del
municipio del intendente aludido.
Al ex ministro, se dijo en su momento, lo
alejó de su gabinete el Gobernador en febrero de 2011, cuando resulto rozado
por un escándalo con medicamentos falsificados que involucró directamente a un
conocido dirigente gremial y mutualista, entonces, de los trabajadores
bancarios.
En diciembre del mismo año se inauguró el
monumental y vistoso edificio hospitalario, y se le impuso el nombre del ex
jerarca de quien se dice, además, que es amigo de un reconocido empresario de
medios de comunicación, y que no ha fallecido sino vive y se presume goza de
buena salud. El mismo, en la oportunidad, agradeció la especial deferencia.
Muchísimas palabras se escriben y dicen
sobre las patotas –éstas, ahora, son solamente una pequeña muestra–, patotas que
sí, existen, y no son pocas. Por ejemplo están, en esta convulsionada y tan
previsible actualidad, además, y en todo el mundo, las GCPI (grandes
corporaciones patoteras internacionales), los PP (países patoteros) y el PI
(patoterismo intrínseco, o capitalismo). Más cercanas están las ciber-patotas
que funcionan en las llamadas redes sociales, y las radio y TV patotas,
etcétera, que aunque en diferentes escalas igualmente producen provocaciones,
desmanes y abusos.
Abusos
En este caso el abuso esencial, fundador,
y que por ahora al menos ha quedado oculto detrás del palabrerío (y de las
“patoteadas”, claro que sí), es el que se hace sobre una pequeña niña que ya
sólo y especialmente es recuerdo de atribulados progenitores y familia, que,
luego de una aparente intervención quirúrgica menor, en el hospital pediátrico
de marras murió de manera todavía no explicada fehaciente, pública y científicamente.
Los niños, dolorosamente hay que decirlo,
también se mueren. Muchísimos, muchísimos, también abusados, mueren de hambre.
Y todas las muertes, todas, y todos los abusos, nos los debemos explicar, para cambiar.... Eso
es lo principal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario