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viernes, 27 de noviembre de 2015

Situación que subvertiría la institucionalidad

Ilustración tomada de la versión digital del diario La Nación del día  25 de noviembre de 2015, cuyo epígrafe dice “Ruiz Guiñazú, Lorenzetti, Canaletti, Fontevecchia y Morales Solá, ayer, en el brindis de fin de año de la Corte. Foto: DyN”




Si nos lo permiten los lectores interesados en las cuestiones latinoamericanas y caribeñas, pienso que todos quienes incursionan en Ansina es… –más allá de que muchos ingresos desde EE. UU. pueden ser sospechados de espionaje, burdo, pero espionaje al fin–, lectores todos interesados en las encrucijadas políticas, riesgos y tristezas del mundo, recomiendo sigan atentamente las designaciones anunciadas para la composición del gabinete de ministros y otros jerarcas gubernamentales argentinos. Una fuente seria es el diario Página/12: http://www.pagina12.com.ar/

Sigan atentamente los antecedentes (son estos más confiables que los currículos que ellos mismos o sus amigos publican) de las personas elegidas, y sus manifestaciones de ahora y de antes de ahora. Presten atención también a que en los últimos años hubo un notable protagonismo de ciertos medios de comunicación y construcción de consensos sociales que por lo menos son co-autores del acotado triunfo electoral de los próximos gobernantes, como también lo han tenido organismos y personas integrantes del aparato judicial.

Por caso la llamada corte suprema –que sobre sus históricas espaldas carga la mácula de nunca (nunca) haber declarado inconstitucional a ninguna de las tantas dictaduras empresario-cívico-militares sucedidas en Argentina–, corte que no (no) funcionaría legalmente desde enero de 2015. Perfeccionamos lo dicho: funcionaría no conforme a la ley, es decir, sus resoluciones no serían legalmente válidas.

Los hechos concretos

La Ley 26.183 del año 2006 (aprobada por ambas cámaras del Congreso Nacional) fijó en cinco el número de jueces que debían componer al que se conoce como máximo tribunal. Por aquel entonces la corte tenía siete miembros (los datos que se dan a continuación, de supervivencia y edad, corresponden a finales de 2014): Ricardo Lorenzetti (presidente, 60 años de edad), Elena Highton de Nolasco (73), Carlos S. Fayt (97), Enrique Petracchi (fallecido), Carmen María Argibay (fallecida), Juan Carlos Maqueda (65) y Eugenio Zaffaroni (renunciado). Argibay fallece el 10 de mayo de 2014, y Petracchi el 12 de octubre de ese mismo año; es decir que desde ese mes y año la corte estaba compuesta por el número mínimo de miembros: funcionaba legalmente. Eugenio Zaffaroni, con anterioridad a esos decesos, había ya anunciado que no ejercería la magistratura en ese ámbito cumplidos los setenta y cinco años de edad, y como los cumplía el 7 de enero de 2015 renunció en diciembre de 2014.

Recientemente, por ejemplo cuando se declaró la “inconstitucionalidad” de la ley que habilitaba la retención de 15 % a favor de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES, el organismo que paga jubilaciones, pensiones y otros beneficios sociales) de la coparticipación dineraria federal a las provincias, votaron de consuno Lorenzetti, Maqueda y el nonagenario Fayt, con la solitaria abstención de Highton de Nolasco.

Desde el mismo inicio de 2015, dado que legisladores que conforman las coaliciones autodenominadas de oposición (y de las cuales una ahora resultó gobernante electa de Argentina) durante todo el año se opusieron  a completar el número de miembros que exige la ley pese a las propuestas hechas por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y que el nombramiento de tales altos jueces requiere la aprobación del Senado de la Nación con el voto de dos tercios de sus integrantes presentes, este grupo que en la actualidad dice tener atribuciones constitucionales estaría actuando ilegalmente. Tal situación, de ser así, cosa sobre la que es necesario se manifiesten juristas de probada idoneidad, subvertiría la institucionalidad tanto como lo hicieron aquellas dictaduras que atropellaron contra la Constitución Nacional en 1930, 1944, 1955, 1966 y 1976.

Y esto sucedería no solamente subvirtiéndola en el propio país sino de manera continental, esencialmente como lo hizo en la década de 1970 aquel fatídico Plan Cóndor de coordinación antidemocrática.



“Macri y su mano invisible”, por Alfredo Serrano Mancilla*




El presente artículo de análisis de Serrano Mancilla y la ilustración que lo acompaña fueron distribuidos y publicados por el Centro Latinoamericano de Estudios Geopolíticos (CELAG) http://www.celag.org/macri-y-su-mano-invisible-por-alfredo-serrano-mancilla/, y publicado también por el diario digital español Público, http://blogs.publico.es/dominiopublico/15158/macri-y-su-mano-invisible/ La edición que publicamos ha sido realizada por nosotros. G.E.


El neoliberalismo del siglo XXI ha aprendido de sus propios errores en el pasado. Aquello que se decía con descaro en la década de los ochenta y noventa, hoy se esconde, se disimula. Las propuestas se envuelven de otro lenguaje económico. No tan directo. Menos diáfano. Se abusa de los eufemismos. Si antes se anunciaba sin complejos que el Estado debía achicarse, ahora es completamente inimaginable afirmarlo tal cual. La privatización de los sectores estratégicos es otro mandamiento desaparecido de los libretos económicos actuales de la derecha regional. No se atreven ni con esto ni con un sinfín de medidas económicas que provocaron demasiado malestar en las mayorías. La versión moderna del neoliberalismo juega a cuidar lo que propone, a disfrazarse, a hacer invisible aquello que realmente sabe que no gusta a la ciudadanía.

En esta faena, Macri, es el rey de la mano invisible. Es la versión más mejorada de la nueva etapa neoliberal para afrontar la disputa de los próximos años en América latina. En Argentina, lo han conseguido. Con un Macri de plastilina han sabido ganar las elecciones. Apenas ha hablado de economía. Ha rehuido cualquier debate acerca de cuáles eran las directrices económicas de su propuesta de cambio. Supo regatear cada pregunta que implicase descubrir su modelo económico. Es mas, hubo meses en que se dedicó a realizar un copiar-pegar de todo aquello que el kirchnerismo había hecho en materia económica con un impacto muy favorable para el pueblo argentino. Nada que decir sobre privatizaciones (ni de Aerolíneas Argentinas, ni YPF, ni las jubilaciones); nada acerca de la posibilidad de eliminar las políticas de asignación universal por hijos ni todas las políticas económicas y sociales que se han implementado en la última década. Absolutamente nada de esto apareció en el discurso económico electoral de Macri. Siguiendo los consejos de su asesor, Durán Barba, ha preferido esquivar el debate contra las políticas sociales y económicas que trajeron consigo efectos positivos, directos y visibles para la ciudadanía. El neoliberalismo se viene reinventando al mismo tiempo que se reinventa la derecha política del siglo XXI. Y no hay duda que esto le ha dado sus resultados.

Sin embargo, a partir de ahora, a Macri le toca gobernar, esto es, tomar medidas, llevar a cabo políticas económicas que serán objeto del debate, de la crítica. Por ello, Macri se ha apresurado a afirmar que se tratará de un proceso gradual en lo económico. Nada de cambios bruscos. Nada de virajes que incendien el país. Seguramente no tocará nada, al menos en los primeros años, de aquello que afecte cotidianamente a la población. Ni eliminación de subsidios ni de otros derechos sociales. Es más, seguro que no hará ninguna devaluación violenta que impacte inmediatamente en el poder adquisitivo de los argentinos. Todo lo que sea económica y socialmente visible estará fuera de las acciones que se tomarán en el corto plazo.

La estrategia económica estará más basada en la idea acuñada por Adam Smith en su Teoría de los sentimientos morales: la mano invisible. Este es el dogma neoliberal por excelencia. Se trata de una suerte de capacidad autorreguladora del libre mercado como fórmula para determinar el equilibrio en las diferentes variables económicas (precios, tipo de cambio, tasa de interés, salarios). Los poderes económicos, que sostienen al nuevo Presidente argentino, creen en ese dogma por encima de todas las cosas, y Macri y Durán Barba, no serán quienes les lleven la contraria.

¿Y cuáles son las próximas medidas económicas fabricadas por Macri y su mano invisible? La primera regla es centrarse en aquellas políticas económicas menos palpable directamente para la gente de a pie. Tal es así que Macri ha iniciado por un cambio de la arquitectura institucional: en lugar de un ministerio de economía, ha preferido un gabinete amplio, de seis ministerios diferentes, porque de esta manera es más fácil diluir responsabilidades directas, hacer todo más invisible. En lo que sí ha tomado partida inmediatamente ha sido en la eliminación de las retenciones para los exportadores de soja. ¿Por qué esto? Porque aparentemente esto no afecta directamente a la mayoría ciudadana. Eso se hará ipso facto porque así marca la cancha desde el principio favoreciendo al gran poder económico nacional. Así los dólares estarán en manos de unos pocos privilegiados sin apenas control del Estado. Eso implica que serán ellos los que puedan determinar la política cambiaria a su antojo, según su propia tasa de ganancia. A eso, los defensores de la mano invisible, le llaman independencia del Banco Central, esto es, un Banco Central que no se mete en lo que manipula una docena de grandes empresarios del campo con sus dólares. Al sector financiero también hay que dejarlo que haga lo que le de la gana. Esto es, más independencia del Banco Central o libre mercado, según los cánones de la economía hegemónica neoliberal.

Esta misma lógica también será aplicada para eliminar el “cepo” cambiario: todo el mundo libre para tener los dólares que desee. Este será el eslogan. Detrás de ello, lo que sucederá es que serán muy pocos los que concentren la mayoría de dólares del país; de facto se bimonetizará la economía (en pesos y en dólares), y habrá ciudadanos de primera o de segunda, según tengan capacidad real de adquirir dólares o no. Además, esto limitará la posibilidad de que el Estado continúe dándole al dólar un uso productivo. Aunque esto es lo que menos preocupa a Macri porque nunca creyó en una verdadera política económica de industrialización. Así, perezosamente, el nuevo gobierno hará la vista gorda a una devaluación progresiva, siempre bajo la tutela del “libre mercado”, esto es, bajo la dirección de muy pocos poderes económicos. En consecuencia, la dependencia importadora se irá imponiendo a fuego lento (de nuevo, como a fines del siglo XX) en el metabolismo económico. Así, como buen mago, sin que nadie se haya dado cuenta, luego de un tiempo prudente, el modelo económico irá tomando forma por sí mismo: Argentina insertada en el mundo desigualmente, bajo el modelo primario exportador concentrando la riqueza en pocas manos, con un patrón de crecimiento empobrecedor de mayorías (desempleo, bajos salarios). Es decir, el ajuste no será como el que se aplica en Europa; lo que vendrá será un desajuste en el medio plazo.

En definitiva, Macri apuesta por contorsiones inviables: el modelo social que promete es incompatible e insostenible con el modelo económico invisible que trae bajo el brazo. Es el momento, por tanto, de desenmascarar los trucos económicos que esta nueva derecha procura hacer invisible a los ojos de la mayoría, pero cuyos efectos irán siendo visibles lentamente, y sin anestesia.

Nota:
* Alfredo Serrano Mansilla es español, doctor en Economía y director del Centro Latinoamericano de Estudios Geopolíticos (CELAG) con sede en Quito, Ecuador, y mantiene relaciones con organizaciones similares de Bolivia, Venezuela y Argentina.  


“La declaración del Presidente Macri es efectista, electoralista y una injerencia en los asuntos internos de Venezuela”, por PSUV



La decisión tomada por el pueblo argentino, al elegir al que será su Presidente para el nuevo período constitucional, la asumimos como un acto soberano que sólo involucra democráticamente a los ciudadanos y ciudadanas de esa nación hermana y, por tanto, debe ser respetada.



La declaración del Presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, refiriéndose a la República Bolivariana de Venezuela, a su Estado y a sus Autoridades legales y legítimas, son reprochables y lamentables, ya que significan un acto de injerencia interna en las elecciones parlamentarias de Venezuela, al amenazar con apelar a la aplicación de la Carta Democrática para expulsar a Venezuela del Mercosur, en conocimiento de que esta propuesta es inaplicable por carecer de veracidad y consenso, veracidad porque en Venezuela existe una clara democracia participativa, protagónica y garante de los Derechos Humanos y carece de consenso porque el Presidente Macri sabe que esa propuesta no lo tiene en el seno del Mercosur. Por lo que su postura se convierte de esta manera en una declaración efectista y electorarera que pretende beneficiar a la oposición venezolana.



Es lastimoso que un Presidente Latinoamericano inicie un periodo gubernamental en franca oposición con el espíritu de unidad e integración que ha alcanzado nuestra América Latina y El Caribe en el siglo XXI. Instituciones como la CELAC, UNASUR, ALBA y MERCOSUR son espacios para el encuentro político, solución de controversias pacíficamente y la cooperación complementaria y solidaria para alcanzar el desarrollo con un esfuerzo mancomunado; no le auguramos éxito en su plan divisionista.



Confiamos en que el pueblo de Argentina sabrá, con sentido histórico de la Patria Grande, preservar a esa gran nación en el concierto de la Unión Latinoamericana y Caribeña.



Deseamos para el hermano pueblo argentino el  mejor porvenir, independientemente de quien los gobierne.



¡Unidad, lucha, batalla y victoria!



Econ. Rodrigo Cabeza Morales
Vicepresidente del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV)

Solidaridad con Carlos Aznárez. Carta de Vicente Zito Lema



Hemos recibido esta carta de Zito Lema, y la reproducimos:

A mis colegas, amigas, amigos y compañeros:

En mi carácter de Co-Director del periódico Resumen Latinoamericano hago un NUEVO llamado a que nos solidaricemos activamente con mi compañero, el periodista Carlos Aznárez y repudiemos esta nueva maniobra para acotar la libertad de expresión en nuestro país. A Carlos ya le han puesto fecha de indagatoria para este lunes, pero por la prontitud de la cita, sus abogados han pedido postergación y suponemos que se la estirarán una semana más, pero evidentemente están “apurados” por llevar adelante este procedimiento.

Queremos pedirles a todos las y los compañeros trabajadores de prensa y demás gente solidaria con nuestra protesta por el cercenamiento a la libertad de expresión, que envíen por correo electrónico a la Fiscalía (cuanto antes) este texto de protesta:

Señores Fiscalía Nº 25
por Causa N. 7271/15

Protesto por intento de criminalizar al periodista argentino Carlos Aznárez y coartar su libertad de expresión 

El abajo firmante quiere elevar su protesta frente a la apertura por parte de la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina (DAIA) de una causa penal contra el periodista y director de “Resumen Latinoamericano”, Carlos Aznárez, a quien se trata de hostigar en su derecho a informar y expresar públicamente su solidaridad con el pueblo palestino.

El atropello adquiere más gravedad y significación cuando en función del procedimiento judicial se obliga a entregar -a través de una intimación a Google-  de todos los correos del periodista y del medio al que representa desde julio de 2014 hasta la fecha.  Esta medida de por sí vulnera el derecho a la privacidad y protección de las fuentes de información que posee cualquier profesional de la comunicación en nuestro país y en el mundo.

Es por ello que solicito que termine esta actitud persecutoria que embiste explícitamente contra derechos constitucionales en cuanto a libertad de expresión y opinión, y expreso mi total SOLIDARIDAD con el periodista y público militante de los Derechos Humanos, Carlos Aznárez, esperando que cesen las medidas judiciales que hoy lo afectan. Deseo también que hechos como este no se repitan contra ningún otro trabajador o trabajadora de prensa cuya función inherente es informar, expresando libremente sus ideas.

FIRMA o nombre, DNI, PROFESIÓN, PAÍS


Enviar el correo electrónico a:
Dirección de la Fiscalía: 


CON COPIA OCULTA A

Dirección de la Gremial de Abogados
Resumen Latinoamericano
Solidaridad Carlos Aznárez

domingo, 22 de noviembre de 2015

Balotaje. Silencio atronador… Ganó y perdió



Un análisis inicial, somero y tentativo de lo que pasó en el balotaje presidencial argentino  no puede perder de vista que desde fines de 2014 se hizo patente que la política fue descarrilada de aquel perfil de auto-conducción social de la que tanto se ha hablado. Sucede que esa misma acción publicitaria a la que en nombre de aquella se recurre sin análisis crítico convirtió a la misma en mera mercancía. Los “proyectos de gestión” se ofrecieron en el mercado y los consumidores compraron.

Lo dijimos en un artículo anterior, no hubo debate y construcción colectiva de política por parte del pueblo, hubo confusión y opción. Otra cosa hubiera sido un estado de asamblea generalizado. El consumo como panacea de felicidad genera ideología de derecha.

Para empezar a reflexionar recurrimos a un oxímoron, la combinación de dos expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido. Los diccionarios dan este ejemplo: silencio atronador. Planteamos que ganó y perdió el peronismo: un silencio atronador pergeñando el nuevo sentido.

Dice en Diarios de Urgencia de hoy (Resumen Latinoamericano) que Mauricio Macri, ya como Presidente en ejercicio y en el plenario del MERCOSUR del 21 de diciembre planteará el caso venezolano desde la perspectiva de la derecha de aquel país. Una delegación de ésta acompaña ahora los festejos del PRO. Brasil y Ecuador habrán de estar atentos. Bolivia y Cuba fortalecerse.

Como nos escribió un amigo refiriéndose a la “Necesaria cuota de buen humor” que publicamos más temprano: la vida continúa. Sigamos viviendo y combatiendo, pero combatiendo mejor…

Necesaria cuota de buen humor*



Con Beticita nos levantamos temprano, desayunamos y provistos de lo necesario salimos a cumplir. En un primer momento ya presentimos que no sucedía lo habitual... Algo raro, íbamos solos por la calle, parecía un domingo común, de remoloneos y bostezos, de asomarse alguna u otro a mirar el cielo con el mate en una mano y con la otra restregándose los párpados... —Negra, ¿qué día es hoy?— pregunté, —veintidós de noviembre—. Cruzamos la carretera y circunvalamos la tan imponente como desagradable devastación de la estribación sudoeste del cerro hecha por unos turbios negociantes, llegamos a la escuela. No había nadie, ni afuera ni dentro... No había local comicial... Aquella primera percepción de rareza se convirtió en desconcierto, nos miramos. Pronto descubrimos un momento nuevo, inesperado aunque sin duda posible, un portentoso salto de calidad en la historia: ¡había estallado la abstención revolucionaria!


Nota:
* Para los que superamos los setenta años de edad en Argentina el voto ciudadanos no es obligatorio. Votamos en la primera vuelta pero luego de un año difícil por cuestiones de salud decidimos con mi gran compañera de medio siglo tomarnos un mes largo de actividad cuasi campestre en un pueblito uruguayo de serranías bajas y costa frente al gran estuario sureño. Este texto que hacemos público fue, con el mismo título y mediante correos electrónicos, enviado hoy –día del balotaje presidencial– a parientes y amigos. G. E.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Pachamama o mercado (Macri buscando disfraz en Humahuaca), por Gustavo Cruz*




19 de noviembre de 2015



Hay una larga persistencia del poder de las oligarquías por exaltar a los de abajo con el objetivo de que los de abajo sostengan a los de arriba. A veces adquiere la forma de estrategia publicitaria de la emotividad. Hoy, tal vez cualquiera nacida-o y amante de su pueblo, como es el caso de Humahuaca u Omaguaca puede tener una alegría (cruel). La razón: Macri, el candidato presidencial del poder financiero eligió a nuestro pueblo para “folklorizar” su imagen, para “pachamamisarse”. Los suyos, el poder financiero y oligárquico, pretenden retomar sin límites el gobierno del país, por eso Macri busca ponerse el mejor traje de humilde (cheto) porteño para corregir errores de sus pares y parecer popular. Uno de los suyos, “culto economista”, expresó su temor porque un santiagueño llegue algún día a presidente sin un curriculum tan “lustroso” como el de su jefe. Como no dijo jujeño, entonces su próxima ida a Humahuaca se le hizo menos complicada. Pero un jujeño es un santiagueño y viceversa, si se mira desde el puerto.


Algunos lobos suelen tener excelentes medios (televisivos, radiales, etcétera) para parecer ovejas. Macri se pondrá el disfraz de oveja, ¿dispondrá de la lana hilada por manos kollas en la quebrada y puna jujeña para vestir su teatro político? ¿Habrá kollas vestidos de kollas ante sus cámaras que expandirán las imágenes por todo el país? ¿Habrá rituales ancestrales al servicio de su estrategia electoral? ¿Habrá niñas y niños morochos, ojos indios, sonrientes como ante cualquier turista, abrazados al famoso de la tele que quiere ser presidente? ¿Habrá Wiphalas? ¿Harán el ritual a la Pachamama para quien reprimió a hermanos-hermanas en el parque Indoamericano en la capital federal? El político de la clase media alta argentina viene por una foto con los humahuaqueños. ¿El pueblo aceptará este uso? Sé que son indefendibles los modos de construcción política de Milagro Sala, pero Milagro Sala en boca de Macri significa también otra cosa: es una mujer-negra, o medio india, que aun con su “buena onda” la blancura urbana de Macri no soporta. Quizá porque él es de los que piensan que Milagro Sala, como todas las mujeres morochas de nuestro pueblo, deberían ser las empleadas de las casas ricas de Buenos Aires. ¿El macrismo es el viejo racismo, ahora con buena onda?


No hay dudas: habrá tecnología visual muy costosa, habrá una escenografía folklórica que apelará a la sensibilidad de la buena onda, que hasta se ocupará de los “pobres del norte”. ¿Cómo?, abriendo la “inversión” de capitales extranjeros. Pero eso no es nuevo en Jujuy: ¿qué fue St. Joseph Lead Co., empresa de capitales estadounidenses, que invirtió en la Mina El Aguilar resguardada por la dictadura militar? Avelino Bazán y tantos otros mineros sabían qué significa “inversión extranjera”.


Humahuaca, que se precia de haber resistido al incario; que tuvo entre sus cerros combates fragorosos contra el español colonial como los realizados por el glorioso Viltipoco, voz de la rebeldía indígena contra el colonialismo español que traía “inversiones”. Siglos después, entre sus quebradas y cerros se dieron los combates liderados por Belgrano contra el mismo imperio colonial, ese Belgrano que buscaba en el Incario, y no en Europa, una solución para gobernar. Humahuaca, que acogió el paso inicial del “Malón de la Paz” de kollas puneños, vallistos, quebradeños en los años cuarenta contra Patrón Costa (otro “inversor” de capitales). Humahuaca, que dio mano de obra a los ingenios de azúcar y de represión (no olvidamos el apellido Blaquier) en los que se gestó la lucha minera de los años sesenta del siglo pasado contra las mineras transnacionales que invierten capitales (como quiere Macri) y explotan a nuestra gente. Humahuaca, que en la última dictadura se transformó en campo de entrenamiento militar; que en los noventa recogió las hieles del neoliberalismo con tanto desocupado; que en los últimos años se enfrentó a una organización diz que social que vino a ocupar tierras y asesinó a un hijo humahuaqueño; que resiste al turismo empresarial que invadió Purmamarca y Tilcara; que vio nacer entre sus comunidades y calles a los primeros partidos políticos indígenas de la Argentina; que ahora incluso dio la espalda con su voto al peronismo local, ese peronismo atravesado de colonialismo (lo mismo que los del otro bando, el radical). Omaguaca, pueblo nación autónomo. Esa Humahuaca –mi pueblo– será el lugar del espectáculo político de Macri, un representante de la burguesía antindígena y antipopular.


Humahuaqueños, mis hermanos y hermanas, si alguien tiene alguna alegría por el anuncio de la fiesta amarilla de Macri en el Pueblo, sepan que hay indicios crueles de que nuestro pueblo será el lugar folklórico de la postal, la escenografía del pachamamismo de los ricos que desean ser más ricos. Uno de los de arriba quiere exaltar a quienes seguirán siendo los de abajo, pues el poder financiero sabe hacer dinero, hasta con el paisaje, hasta con la “luz de la cultura” (al decir de Churqui Choquevilca, a quién Macri nunca leerá) atravesada de pobreza. Pobreza algo distinta al de las villas miserias de la ciudad de Macri. Por eso, aquí va mi silbido: Macri no nos engañarás con tu disfraz. ¿La Pachamama dará permiso a Macri y los suyos, que entienden que la Tierra es capital para explotar? 



nota:
* Este artículo fue publicado originalmente por Indymedia de Argentina y circuló por la red informática con el título de “Macri buscando disfraz en Humahuaca: Pachamama o mercado”. El autor, Gustavo Roberto Cruz, quebradeño, nació y vivió en Humahuaca, Provincia de Jujuy, Argentina, hasta concluir su formación escolar secundaria. Luego estudió la licenciatura en Filosofía en la Universidad Católica de Córdoba –en la que es profesor-investigador de su Facultad de Filosofía y Humanidades–, y maestría (2009) y doctorado (2012) en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en ambos casos becado por esa casa de estudios y premiado con medallas Alfonso Caso. Es miembro del Centro de Estudios Indígenas y Coloniales (CEIC), e Investigador Adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y tiene varias obras publicadas en su especialidad. Ver más información en http://www.ceicargentina.com.ar/Gustavo-Cruz.html.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Anticipo político PRO. Municipio de los Gatica



La electa Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Eugenia “Sonrisa” Vidal podría, entre las primeras medidas de gobierno, elevar un proyecto de ley a la legislatura  para reemplazar el “viejo” nombre del Partido de Bragado, en el noroeste del territorio provincial, por el de Municipio de los Gatica: hay que mirar para adelante y acabar con las leyendas folklóricas (ver http://www.bragado.gov.ar/secciones/historiayleyenda.html)...



María Eugenia Vidal es todavía Vicejefa de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires –urbe a la que la presunta modernidad del liderazgo de Mauricio Macri y Jaime Durán Barba facilitó renombrar con el desagradable acrónimo de “Caba”–, y en esa función Vidal dio días pasados una clase de civismo y derechos humanos ocultando un fusilamiento perpetrado por personal policial de ella dependiente (en este mismo blog: “Instigación al homicidio y pocas ideas: lo que viene si no se lo para…”). Vidal asumirá la Gobernación el próximo 10 de diciembre.



Muchos medios de prensa, sino todos, jueces y hasta los miembros de la Academia Argentina de Letras, insisten en escribir “provincia de Buenos Aires” sin prestar atención a que el nombre propio de ésta –así lo refiere su Constitución– es Provincia de Buenos Aires, con iniciales todas mayúsculas. Sostengo que escribir con minúscula el primer sustantivo del nombre completo es una rémora colonial y centro-portuaria: refiere, en relación con la original acepción latina, a la extensión geográfica rural “conquistada” por la metrópoli (originalmente, Roma).



Hasta septiembre de 1880 la ciudad llamada Buenos Aires era capital de la provincia del mismo nombre. En la fecha aludida la ciudad fue federalizada, es decir se convirtió en Capital Federal de la República Argentina. Inauguró esa condición el flamante presidente Julio Argentino Roca, el que como general del Ejército poco antes había asesinado, expulsado y esclavizado a los hijos sobrevivientes de los diezmados pueblos originarios para fundar el capitalismo agropecuario. Ciento catorce años después de aquella federalización “fundacional”, en 1994, la ciudad fue convertida en “autónoma” con rango similar al de las demás provincias argentinas. El Gobierno Federal sólo se reservó derechos sobre la infraestructura y la estructura específica para su funcionamiento.



Ahora, hasta este viernes 20 de noviembre, Macri ya ha logrado que “la provincia conquistada por Roca” sea suya. Casi la mitad del electorado de la misma actuó en consecuencia, servilmente. Mayordoma de la estancia será María Eugenia. En la fotografía se la ve con el electo intendente Vicente Gatica, del todavía Municipio de Bragado.



Informa el portal Info-News (http://www.infonews.com/nota/265179/un-intendente-ya-puso-a-toda-su-familia) que Gatica, un radical adscripto al PRO de Macri y Durán Barba que hizo su campaña electoral denunciando al intendente saliente Aldo San Pedro de haber nombrado hace dos años a un hijo suyo en un cargo político ejecutivo, ahora manifestó su voluntad de instalar en tareas principalísimas de su gabinete y administración a sus hijas Natalia y Gimena, a sus sobrinos Federico y Soledad, y al marido de ésta, Mauricio, además de estar pensando en su propia esposa Laura.



En total siete cargos para los Gatica, incluido el bueno de don Vicente…


lunes, 16 de noviembre de 2015

“Debe haber rendición de cuentas”, por Santiago O’Donnell



La presente nota fue publicada por Santiago O’Donnell en su blog personal (santiagoodonnell.blogspot.com.ar), también lo fue con fecha de hoy, 16 de noviembre, por el diario de Buenos Aires Página/12, del cual el autor es periodista.


Vinculado a los recientes sucesos de París se encuentra en el aludido blog el artículo “Terrorismo contra el terrorismo”. Escribe Santiago O’Donnell en el primer párrafo: «No es fácil escribir sobre derechos y garantías individuales y responsabilidad estatal el día después de Paris, el día después de que el presidente francés declarase “no tendremos piedad”. No es fácil pero se hace urgente y necesario porque cuanto más grande el dolor, más fácil se confunde justicia con venganza.» O’Donnell refiere como antecedente el terror y las torturas como política de Estado del entonces presidente estadounidense George Bush tras el 11 de septiembre de 2001, prácticas en las que, precisamente, tomaron parte trascendente los psicólogos James Mitchell y Bruce Jessen. G. E.




Steven Watt, abogado de derechos humanos estadounidense, demandó hace pocos días en una Corte Federal de Washington a los dos psicólogos que manejaron el programa de torturas de la CIA. Los psicólogos se llaman James Mitchell y Bruce Jessen.



Se trata de una llamativa novedad, porque hasta ahora sólo un puñado de soldados y un contratista de la CIA han sido procesados por abusos cometidos en las cárceles de Irak y Afganistán. Cada vez que se intentó llevar a juicio a los verdaderos responsables del programa de torturas, los abogados del gobierno, tanto el de George W. Bush como el de Barack Obama, invocaron “secretos de Estado” para frenar los juicios.



“Esta vez es diferente” dice Watt, abogado de la ACLU (organización pro libertades civiles) al teléfono desde Nueva York el martes pasado. “Esta vez no pueden decir que lo que salga del juicio puede dañar el interés nacional porque la información ya no es secreta: tanto el programa de Mitchell y Jessen como las torturas que recibieron mis defendidos están detallados en un informe del Senado sobre tortura que se publicó en diciembre del año pasado. Ya le hemos escrito a la fiscal general Loretta Lynch para pedirle que se abstenga de intervenir.”



Antes del 11-9, los psicólogos Mitchell y Jessen trabajaban para el Ejército estadounidense en programas de resistencia a los interrogatorios de fuerzas enemigas. Según el informe del Senado, Mitchell y Jessen convirtieron el programa de supervivencia en un programa de torturas y se lo vendieron llave en mano a la CIA. Pero, claro, entre lo que hicieron en el Ejército y lo que harían en la CIA había una enorme diferencia. En el programa de supervivencia los soldados sabían perfectamente cuánto iba a durar cada ejercicio y tenían “palabras seguras” que podían invocar cuando sentían que no podían resistirlo. En cambio los prisioneros de la CIA eran torturados sin parar durante días enteros.



Peor aún, Mitchell y Jessen inventaron una teoría pseudocientífica para justificar la tortura, basándose en los experimentos en perros que un psicólogo llamado Martin Seligman había conducido en los años 1960 desde la Universidad de Pennsylvania. Picaneando perros amarrados y registrando los resultados, Seligman había desarrollado el término de “desesperanza aprendida” (learned helplessness, en inglés). Esto es, en largas sesiones de picaneo en los tobillos del animal, cuando finalmente se resigna a que no va a poder zafar de sus amarras y por más que ladre y se queje no van a dejar de picanearlo, el perro deja de resistir los shocks eléctricos y se queda quieto y agachado, en completo estado de sumisión, por más que sigue padeciendo un dolor inaguantable.



Esto es “desesperanza aprendida” y es lo que, según numerosas evidencias, Mitchell y Jessen le vendieron a la CIA. Y al menos entre el 2002 y el 2005 la aplicaron en cárceles de Irak y Afganistán, junto a torturadores entrenados por ellos, registrando resultados y sacando conclusiones bajo el disfraz del guardapolvo blanco, en al menos 119 víctimas.



Desde el gobierno nadie opuso reparos. Al contrario. Sobre los escombros humeantes de las Torres Gemelas el entonces presidente estadounidense George W. Bush había prometido: “Vamos a quemar sus madrigueras, los vamos a hacerlos correr, y después los traeremos a enfrentar la Justicia” y al poco tiempo autorizaba y ponía en funcionamiento un programa de torturas, secuestros, traslados secretos a terceros países y detenciones prolongadas sin derecho a la defensa que se aplicó a ¿decenas?, ¿cientos?, de sospechosos de ser terroristas. Algunos de esos sospechosos serían eventualmente liberados tras demostrar que no tenían nada que ver, otros terminarían muertos en la sala de tormentos sin haber podido defenderse y todos, terroristas o no, sufrirían de por vida los efectos de pasarse semanas enteras atados, desnudos y muertos de frío, en celdas oscuras y vacías, sin poder dormir por la música a todo volumen, con golpizas y submarinos y manguerazos y asfixias con bolsas de plástico durante horas sin parar y humillaciones diarias con perros y excrementos y páginas del Corán. Todo bajo la atenta supervisión, a veces en persona, de los dos psicólogos, que por entonces se habían retirado del Ejército para abrir la consultora Mitchell, Jessen & Associates, una academia de tortura que lleva facturados al menos 8,1 millones de dólares del gobierno estadounidense.



Sin embargo, más allá del palabrerío pseudocientífico con el que Mitchell y Jessen llenaban su informes, el informe de Senado concluyó lo ya se sabía en cualquier ámbito científico y académico medianamente serio. Esto es, que la tortura no sirve para obtener información porque el torturado va a decir cualquier cosa con tal de que dejen de torturarlo. En el caso puntual de los psicólogos Mitchell y Jessen, el informe afirma que no aportaron ninguna información valiosa.



Claro que Mitchell y Jessen no son los únicos responsables de haber degradado la condición humana y averiado la autoridad moral de Estados Unidos. Numerosos documentos muestran que la CIA quería torturar y por eso aceptó rápidamente la propuesta de los psicólogos. Y que el entonces presidente Bush autorizó el programa, que el vice Dick Cheney y la asesora de Seguridad Nacional Condoleeza Rice, entre otros, alentaron y apoyaron. Albert Gonzalez, John Yoo y Jay Bybee, entre otros, defendieron la legalidad del programa desde el Departamento de Justicia, llegando a redefinir el concepto de “tortura”, muy cerca de la idea de “daño permanente”, de manera tal de que prácticamente haría falta mutilar o enloquecer a una persona para que se la considere torturada.



Sin embargo, aunque el actual presidente estadounidense Barack Obama ordenó el cese del programa de torturas ni bien asumió, en el 2008, y reconoció que “torturamos a algunas personas” cuando se conoció el informe del Senado, su gobierno ha protegido a los torturadores materiales e intelectuales, a tal punto que al conocerse el informe Obama acompañó su reconocimiento de la tortura con una peligrosa justificación: “Entiendo por qué sucedió. Es importante que miremos atrás y recordemos lo asustada que estaba la gente. No se sabía si más ataques eran inminentes. Y había una enorme presión sobre nuestras fuerzas de seguridad y sistema judicial para enfrentar la amenaza”.



Watt, el abogado, y equipo, representan a tres víctimas: el keniata Suleimán Abdullah Salim, que hoy vive en Tanzania; el libio Mohamed Ahmed Ben Soud, que hoy vive en su país, y la familia del afgano Gul Rahman, muerto por hipotermia en una cárcel de su país mientras era torturado. Acusaron a los psiquiatras no sólo de torturas sino también de experimentación humana sin la autorización de las personas utilizadas en el experimento.



“Nunca le pidieron perdón. Nunca ofrecieron una reparación. A la familia de Rahman ni siquiera le dieron la confirmación oficial de su muerte. Hago esto porque llegué a conocerlos y hablé mucho con ellos y pude ver lo que sufrieron y cómo no pueden avanzar con sus vidas si no pueden darle un cierre a su terrible experiencia –dice Watt–. Pero también lo hago por nosotros, por nuestro país. Como sociedad no podemos avanzar si no asumimos la responsabilidad de nuestros actos.”



Para Watt, la postura de Obama de reconocer los crímenes mientras protege a sus autores raya en la hipocresía. “Me parece absurdo lo que hace Obama. Con la transparencia no alcanza. Si hay reconocimiento debe haber rendición de cuentas.”



¿Y cómo se puede saber si la CIA dejó de torturar, como le ordenó Obama, cuando todavía no reconoció que al menos lo venía haciendo hasta hace poco? se le pregunta. “Precisamente, no podemos estar seguros. De hecho la cárcel de Guantánamo sigue abierta y la encarcelación ilegal es una forma de tortura.”



Watt dice que es importante la atención internacional al tema, sobre todo de países latinoamericanos que han sufrido el terrorismo de Estado. “Quisiera que aprendamos la lección de Chile y Argentina. Ningún país donde hubo secuestro, torturas y desapariciones forzadas puede avanzar sin no se hace una verdadera rendición de cuentas.”



Reconoce que los psicólogos son peces relativamente pequeños en el estanque de los culpables de torturar, pero dice que hay otras acciones legales en marcha y que todo forma parte de una estrategia legal, y por qué no, mediática, para alcanzar una rendición de cuentas exhaustiva.


“Esta vez es diferente”, se esperanza Watt, nuevamente, antes de colgar el teléfono.

“El nacimiento de Scioli”, por Esteban De Gori*



16.11.2015

Ayer se realizó el debate entre Mauricio Macri y Daniel Scioli. Desde las elecciones generales (25/10) ambos candidatos han realizado un importante esfuerzo para consolidar los votos obtenidos y ampliar su margen con respecto al otro. Macri se encuentra en todas las encuestas por encima de Scioli. Ha logrado instalarse como el “cambio” –frente a la reivindicación de continuidad del oficialismo– y ha aprovechado algunas políticas –sobre todo, económicas– que han impactado en diversos estratos sociales (inflación, regulación de la compra de dólares, recorte de importaciones). Pero fundamentalmente, ha representado ciertas demandas vinculadas a la erosión de expectativas de ciertos sectores de las clases medias y bajas que ven que su ascenso inicial se ha detenido o puesto en duda. La explosión de consumo promovida por el kirchnerismo posee una cara dilemática y de época: se asienta sobre una visión de progreso indefinido que no puede ser garantizada en última instancia ni por el Estado ni por el mercado. La posmodernidad aspira a realizaciones ilimitadas que se enfrentan a estructuras asimétricas y más cuando hablamos de países periféricos sujetos a las oscilaciones del mercado internacional. Las condiciones mundiales actuales (baja de precio de commodities, restricción de los mercados centrales, bajo crecimiento en US, UE y China) impactaron en las rentas estatales y por ende en el sostenimiento de las políticas públicas que apuntan a recrear la economía. Macri comienza a consolidarse progresivamente –con otro sector de la oposición– a partir de 2008. Año de gran impacto de la crisis mundial, baja de precio de los commodities y del conflicto entre el gobierno y los empresarios del campo. A su vez, existe otra cuestión no menor. El gobierno nacional –principalmente Cristina Fernández de Kirchner– desarrolló un relato híper-ideologizado que, en lugar de resignificar sus políticas y los diversos malestares ciudadanos, terminó “desenganchándose” de los efectos reales de sus políticas públicas. Construyó “registros paralelos” alejándose de la interpretación de la dinámica más cotidiana y medular de diversos sectores sociales. La creencia que desde el “Estado” podía expandirse la adhesión electoral no solo soslaya la capacidad de ciertos actores sino las dinámicas sociales (des)articuladas por el mercado. Éste posee una fuerza inédita en la construcción de subjetividades, valores, demandas y gustos. No existe ninguna apelación considerada como válida ni trascendente para que alguien ponga en entredicho su consumo personal. No existe registro humanista o republicano del bien común que contenga el deseo individual. Macri, de alguna manera, representa esto. Es su signo de época.

Scioli llegó de otra manera al debate. Rompió el “maleficio” militante que ante el inicio de cada párrafo debería nombrarse a Cristina Fernández de Kirchner, Néstor Kirchner o el “Proyecto”. En estos últimos días, y se vio en el debate, rompió simbólicamente con la presidenta y “jubiló” a muchos funcionarios con una frase lacónica: “este gobierno termina el 10 de diciembre”. Al mismo tiempo, puso fin a un conjunto de “operaciones” del mismo oficialismo contra su candidatura (que daban por perdida la elección y por lo tanto debían posicionarse post balotaje) y se deslizo a un territorio discursivo que reconoce la necesidad de cambios. Esta modificación obedece a una lectura de los resultados electorales y de las encuestas; pero fundamentalmente a un cambio de ánimo. Una efervescencia ciudadana y social ha desbordado los pronósticos oficiales y se ha movilizado. Inclusive, retomaron el “timbreo” (práctica que consolidó el macrismo como diálogo intimista y privado), relegaron referencias partidarias dando lugar a expresiones ciudadanas y se lanzaron en varios espacios para conquistar votos. La “plaza” se ha impuesto a las intrigas de “palacio”. Las referencias a Cristina y al FPV desaparecieron y el nombre Scioli fue ganando el espectro comunicacional. Esto, de alguna manera, marca el fin de ciclo del oficialismo y un reposicionamiento del gobernador bonaerense.

Ayer se realizó el debate. La televisión impuso sus reglas y su “tic tac epocal”. Macri desplegó una estrategia intimista, agresiva y de proximidad personal. El “hombre que recoge el deseo de otros hombres” y buscó relacionar a Scioli con las referencias más cuestionadas del oficialismo. Scioli se defendió. Intentó colocar a Macri en las definiciones económicas. Por momentos, logró salir de ese lugar estoico y “salió a la cancha”. Por momentos, quedó sujeto al discurso “desacartonado” del dirigente que quiere llevar adelante la “revolución de la alegría”.

nota:
* Esteban De Gori es argentino, sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Dicta clases en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Es Investigador Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. El presente artículo de opinión ha sido publicado originalmente por el Centro de Estudios Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), con sede en Quito, Ecuador. Véase http://www.celag.org/el-nacimiento-de-scioli-por-esteban-de-gori/

domingo, 15 de noviembre de 2015

¿A quiénes beneficia y a quiénes perjudica que hayan sido asesinadas 132 personas en París, y noventa estén heridas de gravedad?



Cuando los atentados contra la embajada de Israel y la mutual AMIA de la comunidad judía argentina, en Buenos Aires, en 1992 y 1994, una sospecha “políticamente incorrecta” se instaló en no pocos, y me incluyo, a partir de preguntarnos a quiénes beneficiaba y a quienes no, a quienes dañaba. La misma sospecha produjo el famosísimo 11 de septiembre en Nueva York, más tarde el marzo de Madrid y antes del de ahora otras muertes en París también, como en 2013 en Volvogrado o Moscú y, quizá también el estallido del avión que volaba desde Egipto a Rusia en el que murieron más de doscientas personas.



¿La reiteración continuada, una y otra vez, de una relación indirecta de causa y efecto no supone un cambio de calidad en esa relación, que de indirecta pasa a ser directa, es decir, responsable de tales efectos? Así lo deduce Liliya Khusainova en el portal y la TV de Rusia Today (https://actualidad.rt.com/opinion/liliya_khusainova/191470-atentados-paris-malabarismo-eeuu-culpa).



No hay tiempo para subterfugios. Hay que señalar a los gobiernos de Estados Unidos de América del Norte y a los aliados de él, al complejo industrial militar mundial, al financiero capitalista y a los soportes ideológicos de toda esa trama para determinar si se está frente a una responsabilidad conscientemente urdida y predispuesta (dado sus por sí mismos presumido “destino manifiesto”), o de la consecuencia de la miserable agonía histórica del conjunto. La supervivencia de los pueblos requiere ya mandar parar. A continuación el artículo editorial de Carlos Aznáres para Resumen Latinoamericano.  G. E.




"¿El horror en París es diferente al de Siria, Iraq, Palestina y El Libano?", por Carlos Aznárez*


Editorial de Diarios de Urgencia / Resumen Latinoamericano, del sábado 14 de noviembre de 2015






Otra vez París se convirtió en un campo de batalla. Decenas de muertos, cientos de heridos y las mismas consignas de respuesta del gobierno francés frente al ataque yihadista que ya se han escuchado en Estados Unidos y España cuando acciones similares generaron idénticas masacres. Frente al horror se quiere responder con más horror, se habla en los titulares de los principales medios con total ligereza, de que “ahora sí empezó la guerra”, o se alimenta la idea (en forma directa o solapada) de que el mundo árabe y musulmán atenta contra la sacrosanta democracia francesa. A sabiendas que la casi totalidad de esa colectividad repudia al ISIS y sus protectores.



Tiene muchísima razón el presidente sirio Bachar Al Assad cuando, después de condolerse por las víctimas de los atentados, recuerda que “Francia conoció ayer lo que vivimos en Siria desde hace cinco años”. Y lo dice precisamente quien en innumerables ocasiones ha intentado –como antes lo había hecho el líder libio Gadaffi– convencer a los gobernantes franceses que no armaran, equiparan logísticamente y costearan con millones de dólares a los ejércitos mercenarios que han sembrado el terror, la muerte y el desesperado destierro de cientos de miles de sirios e iraquíes. En cada ocasión que este mensaje resonaba en los foros internacionales, la posición francesa siempre fue la misma: ratificar su creencia de que exportando la guerra, alineándose con la OTAN y subordinándose ante el mandato imperial monitoreado desde Washington, “el problema sirio”, es decir el tan buscado derrocamiento de Al Assad, iba a ser resuelto.

Está claro que como le ocurriera a los gobernantes derechistas españoles el 11M del 2004, el tiro les salió por la culata. En esa ocasión, el yihadismo, al que España y su alianza con la OTAN habían querido combatir mediante su presencia en Iraq y Afganistán, decidió responder con la misma medicina, y como en París ahora, los que pagan los errores de los poderosos siempre son los ciudadanos de a pie, cuya única culpabilidad, si es que la tuvieran, quizás sea votar y catapultar a la presidencia, a esos asesinos seriales que luego los condenan a la muerte.



Ahora, como ocurriera en el mismo escenario con la masacre de Charlie Hebdo, vuelven a sentirse las tan repetidas consideraciones hipócritas. Todos a la vez, los mandamases europeos  prometen más medidas represivas, más censura, más fabricación de armamento para alimentar intervenciones bélicas. Juran que “hoy somos Francia”, en vez de prometer ante las víctimas: “Nos iremos de la OTAN”.  Con esas y otras actitudes similares dejan al descubierto que junto con los asesinos de un yihadismo que no representa de ninguna manera al Islam, ellos –los Hollande, Sarkozy, Rajoy, Merkel– y quienes los auspician desde el Pentágono, son los principales responsables de estas acciones bárbaras. Las han alimentado persiguiendo hasta el cansancio a los musulmanes de la periferia de Paris y las diversas ciudades francesas, negándole el uso de recintos para hacer sus oraciones o generando allanamientos en las mezquitas donde era común practicar pacíficamente su derecho al rezo. Allí están como ejemplo esas leyes que prohíben desde 2011 el uso del velo y también la pollera islámica y la burka en los espacios públicos, no obligando de la misma manera a ciudadanos franceses que comulgan con el judaísmo. Segregando al mundo islámico y exhibiéndolo ante la sociedad francesa como “el enemigo”, de la misma manera que Israel hace con los palestinos desde hace más de seis décadas.



No es misterio para nadie y menos para los devaluados Servicios de Inteligencia francesa, que muchos de los humillados, desempleados y perseguidos por leyes draconianas y racistas que habitaban en la “Banlieue” parisina, fueron cooptados primero por el Frente Al Nusra y luego directamente por el ISIS para que sean parte de la experiencia de sembrar el terror en Siria e Iraq y lo más paradójico es que salieron desde el territorio francés en numerosas ocasiones con el visto bueno de un gobierno que los sintió como sus “soldados de avanzada”. En ese momento, las masacres que esos mercenarios producían en Mossul, Raqqa, Aleppo, Homs o en Palmira no preocupaban a Sarkozy ni tampoco a Hollande. Eran “daños colaterales” lejos de la comodidad parisina que hasta ese momento parecía blindada, inviolable. Tampoco dijeron nada importante del atentado sangriento cometido esta semana en El Líbano y seguramente muy festejado en Tel Aviv o en la Casa Blanca, ya que en esa ocasión la matanza ocurría en un barrio controlado por Hezbolah. En este caso, los muertos eran tan árabes como los palestinos asesinados en estos días en Cisjordania o en Gaza, cuyos nombres no cuentan para los grandes medios, como tampoco el dolor de sus familiares o las imágenes dantescas de sus viviendas arrasadas. 

Eso no tiene más que un nombre: doble rasero, praxis mentirosa, odio al diferente.



Lo que ahora ha ocurrido en París tiene también otra explicación no menos importante. En los últimos meses en el escenario sirio ha ocurrido un hecho que cambió la relación de fuerzas. Rusia decidió intervenir, al rescate de un gobierno y un pueblo asediados por el terror, y lo hizo a su manera, logrando éxitos inmediatos en la lucha contra el ISIS y demostrando que todas las acciones anteriores, propagandizadas por la OTAN y Estados Unidos, habían sido una farsa gigantesca. 



Golpeado en sus bases principales, destruidos muchos de sus almacenes de armamento y sintiéndose traicionados por quienes los arroparon desde Arabia Saudí, Turquía y los países occidentales, muchos de los mercenarios optaron por retornar a sus sitios de origen, entre ellos los europeos. Tanto es así, que ese “retorno” fue anticipado por algunos analistas franceses, quienes aseguraban que “ahora el peligro puede estallar a nuestros propios pies”. De eso se trata precisamente esta repudiable venganza yihadista, que más allá del falso llanto de quienes los gobiernan, debería ser un llamado urgente para que la sociedad francesa, como otras del continente europeo, se decidan a interpelarlos y exigirles que abandonen sus ideas expansionistas, injerencistas y autoritarias. Que cesen los comportamientos xenófobos, como los que a pocas horas de ocurrir estos atentados, ya han generado el incendio de un campo de inmigrantes refugiados en Calais. Que miren a quienes huyen de las guerras provocadas por la OTAN, como hermanos y no como enemigos. Que se vuelquen a comportamientos humanitarios y no busquen excusas donde sólo hay hombres y mujeres que quieren ser tratados como tales y no como ciudadanos de segunda clase.



Quizás, estas circunstancias marcadas por el dolor, puedan servir de punto de inflexión para buscar un punto de inicio diferente. Si esto no ocurriera, como parece probable visto lo visto, nadie, absolutamente nadie tendrá derecho a preguntarse “¿por qué a nosotros?” cuando el horror se repita…



nota:

* Carlos Aznárez es argentino, periodista, fundador y director del portal Resumen Latinoamericano.