Vistas de página en total

miércoles, 28 de enero de 2015

Nisman: Asociación Argentina de Juristas





Declaración de la AAJ sobre la muerte del fiscal Nisman y la situación argentina

La Asociación Argentina de Juristas -Rama Nacional de la Asociación Americana de Juristas, organización no gubernamental con estatuto consultivo en la ONU- entre cuyos objetivos se encuentran la lucha por la autodeterminación de los pueblos, la promoción de los derechos humanos y su efectiva vigencia, y la defensa del estado democrático y social de derecho; expresa su profunda preocupación por la súbita aparición en nuestro país, de un conjunto de hechos típicos de los procesos de desestabilización institucional. Su característica enmarca a la perfección en la nueva metodología de los llamados "golpes blandos", contra los gobiernos que no se someten al dominio imperial y promueven la integración regional de América Latina y el Caribe, a través del Mercosur, la Unasur, la Celac y el Alba, para enfrentarlo. Se trata de construir en el imaginario social la imputación de responsabilidad en hechos repudiables, de la Presidenta de la República, sus funcionarios de mayor jerarquía, y de los sectores del partido de gobierno más avanzados en su discurso. Los encargados de ejecutar el plan son los medios de comunicación hegemónicos, un sector predominante del aparato de la administración de justicia y políticos de oposición ávidos de sacar ventaja para la próxima contienda electoral.
Todos esos elementos se verifican en este momento, con el agregado de la inescrupulosa intención -expuesta abierta o sibilinamente- de responsabilizar al gobierno de la lamentable muerte del Fiscal Nisman. La imputación a la Presidenta y al canciller Timerman del propósito de levantar el alerta roja de Interpol sobre los acusados iraníes está desmentida abrumadoramente con las declaraciones del Secretario Ejecutivo de Interpol, y, sobre todo, con el propio memorándum firmado con Irán y los hechos posteriores al mismo. No hay delito de encubrimiento, ni siquiera en grado de tentativa. Nisman no podía ignorarlo. Ello explica que se fuera de vacaciones a Europa, teniendo en su poder las escuchas telefónicas, la única base de su denuncia. Su precipitado regreso debe responder a alguna convocatoria, que no pudiese desobedecer. No cabe duda alguna que su muerte, sea suicidio o asesinato, está entrelazada con su “denuncia”, y le otorga el dramatismo necesario para diluir la falta de sustento fáctico y jurídico de esa presentación -que incluso genera dudas sobre su autoría- y en cualquier caso no ameritaba ninguna urgencia. Probablemente determinó su propio destino, porque si la denuncia se desinflaba, la existencia de Nisman resultaba un estorbo para los planes de sus “amigos” desplazados de la Secretaria de Inteligencia, y sus conexiones con otros servicios extranjeros, con los cuales está plenamente acreditado tenía una estrecha relación de años, y consideraron que el clima internacional generado por el atentado terrorista de París, era el momento adecuado para esa denuncia.
Para comprender más cabalmente la situación es preciso señalar otros elementos producidos en los días previos a la denuncia de Nisman:
1. la actuación de la cúpula de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, como punta de lanza de la campaña desestabilizante, que interpuso un amparo para invalidar la correcta designación efectuada por la Procuradora General de la Nación, de 16 fiscales, para cumplir con la ley que modificó el Código Procesal Penal.
2. la denuncia penal infundada, de dos ignotas ONGs contra la Presidenta de la Nación por los acuerdos firmados con China, cuyo único propósito es generar una efímera publicidad, contributiva a la generación del clima antigubernamental. Y en los días posteriores aparece una denuncia del Fiscal Germán Moldes, en la que involucra en encubrimiento de un presunto delito de lavado, a la Presidenta y al Director de la AFIP, y un comunicado firmado por el Presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, Ricardo Recondo, afirmando que "el contexto de extrema tensión y hostilidad que algunos legisladores oficialistas y funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional han generado en derredor de la investigación del fiscal, resulta repugnante al respeto y sometimiento a la labor de la justicia que debe observar cualquier persona y, más aun, los funcionarios públicos" … “la muerte del fiscal Nisman resulta en sí un hecho portador de extrema gravedad institucional, cuyas implicancias -que se proyectan en el ámbito internacional- requieren el pronto y eficiente esclarecimiento de su desaparición física".
La “proyección internacional”, o más bien, la conjura internacional, y desde donde se dirige, se expresa claramente a través de editoriales de los medios de prensa de EEUU. El más medido New York Times, hace un llamado para que se instituya una "investigación internacional" a cargo de juristas sobre el atentado de la AMIA, a la vez que llama la atención sobre la "sospechosa muerte" del fiscal Alberto Nisman”. El conservador  The Washington Times  dice que EE.UU. y Europa deben sancionar al país por el "asesinato de Alberto Nisman", "La Argentina ha sufrido un proceso de chavización bajo la presidencia de Kirchner y se está convirtiendo en un régimen autoritario” , afirma que “Nisman tenía fuertes conexiones en los Estados Unidos… fue un héroe, un hombre de gran valor en un país donde reina la impunidad" , y reclama que “las naciones occidentales deben sancionar y aislar a los líderes argentinos" … “Los Estados Unidos deben suspender las visas a los miembros del gobierno argentino (así como otros gobiernos de América Latina, principalmente de países del ALBA y Brasil) y sus instituciones de seguridad como un medio para ejercer presión sobre el gobierno argentino" .
Una lectura sistemática de los grandes medios de prensa no deja dudas sobre el riesgo para la democracia y sus instituciones que afrontamos. A mero título ejemplificativo veamos la nota de Rogelio Alaniz, del día de la fecha en la pág. 33 del diario “La Nación”, bajo el título “Del crimen político al Estado mafioso” , en tipo de letra del mayor tamaño de ese medio, con subtítulos del tipo “Este  gobierno no sólo no ha controlado a sus perros, sino que les ha enseñado a morder”, y en un texto que imputa directamente al gobierno del asesinato de Nisman, comparando a la Presidenta argentina, con Anastasio Somoza y Benito Musolini. Y termina con un llamado:
“Algo debemos hacer como ciudadanos, antes que a la indignación que hoy nos domina le suceda el miedo paralizante y antes que la hora de la democracia sea desplazada por el tiempo de los gangsters”.
Por tanto, la Asociación Argentina de Juristas, reclama:
1. una profunda investigación de la muerte del fiscal Nisman, y agotar los esfuerzos para encauzar la investigación del atentado a la AMIA, y el juicio y castigo para los responsables materiales y/o intelectuales del atentado a la AMIA, de su encubrimiento y del desvío de la causa.
2. terminar con el manejo y condicionamiento de jueces y fiscales por el Servicio de Inteligencia, eliminar los reductos y las prácticas mafiosas, determinar  y denunciarse de cara a la sociedad a qué intereses responden esos "grupos” y quienes lo integran, y sobre todo, esencialmente, impedir que en el desempeño de sus funcionarios, la Secretaria de Inteligencia del Estado se encuentre subordinada a servicios de inteligencia de otros países, convirtiendo el terreno de nuestra seguridad interior, en el campo de batalla de los intereses de potencias extranjeras, poniendo en zozobra la vida y la tranquilidad de todos quienes habitamos el suelo argentino, y violando el principio de soberanía, base sobre la cual se sustentan los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos los pueblos. Debe investigarse, apartarse y juzgarse hasta el último eslabón de estos enclaves mercenarios al servicio de oscuros intereses extranjeros.
En esta tarea deben estar comprometidos los tres poderes del Estado, conjuntamente con todos los actores políticos, institucionales y sociales, que deben definirse, anteponiendo los intereses nacionales a cualquier rédito partidario; para que nunca más pretenda definirse los destinos de nuestro país mediante asesinatos y operaciones que alteran la convivencia de nuestro pueblo, y su aspiración del respeto pleno de su voluntad popular, expresada a través de elecciones libres y democráticas.
Eugenio Raul Zaffaroni - Presidente AAJ, Rama Argentina de la Asociación Americana de Juristas
Claudia V. Rocca -Vicepresidenta AAJ,  Rama Argentina de la Asociación Americana de Juristas
Maria G. de Diaz De Guijarro - Secretaria General AAJ, Rama Argentina de la Asociación Americana de Juristas
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 24 de enero de 2015

domingo, 25 de enero de 2015

Nisman, el caso. Mediocre, grosera y cruel operación con muchos actores



Alrededor de la violencia sin escrúpulos y de la lamentable pérdida de vidas, como lo haría un vulgar matarife y negociante de reses que sin pudor las contara para mejor apreciar la utilidad de sus operaciones, se ha montado una suerte  de “Truman show” antes, durante y después de la muerte en situación dudosa del fiscal Natalio Alberto Nisman.



Antes, porque en la formación y selección del mismo en 1997 puede suponerse que se consideraron como convenientes váyase a saber que peculiaridades de su personalidad (mucho antes que en 2004 la Fiscalía General de la Nación, un ente autónomo de los poderes constitucionales, lo pusiera en 2004 al frente de la entonces recién creada UFI especializada en la investigación del atentado terrorista en la AMIA). Durante, porque todo está indicando que el hombre y hasta su entorno fue cada vez más cautivo de aparatos de manipulación y corrupción política. Después de su muerte porque se lo “reconstruye” en cuanto persona humana –reconstrucción que implica una previa destrucción–, haciéndose lo mismo también con su familia, con las víctimas en 1994 de la AMIA y con la sociedad argentina actual.



Algunos políticos suramericanos, como por caso Pepe Mujica, Presidente de Uruguay hasta el próximo 1º de marzo, han dicho que el cuadro argentino les provoca dolor (“Me duele Argentina”, dijo Pepe). Mejor sería que se sinceraran y dijeran que les duele la política en la que están ensimismados apenas sostenidos por un difuso nosotros: los “sumergidos”, los de abajo, los pueblos. Ruego al lector que no obvie la lectura de las notas referidas en el texto principal, y que se encuentran al pie del mismo. Se han incorporado en ellas referencias e información primordiales.



“Tenía admiración por Jaime Stiuso”1



En un artículo del diario Perfil de hoy, 25 de enero de 20152, diez días después del deceso del fiscal, se entrevista a quien se caracteriza como amigo de suma confianza del fallecido Nisman: Gustavo Perednik3. Según la publicación Perednik afirmó que aquél «tenía admiración por Jaime Stiuso»: «Alberto le tenía admiración y lo describía como el típico espía de las películas, y siempre decía que es uno de los tipos más inteligentes de Argentina, con capacidad para entrar a un lugar y darse cuenta de todo. Nisman se mostraba sorprendido ante la rapidez y certeza con la que Stiuso conseguía la información que él mismo le requería. Se tenían un gran respeto». Según otras publicaciones la ex esposa del fallecido y madre de sus dos hijas de quince y siete años de edad, la jueza federal de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, Sandra Arroyo Salgado, compartía amistad con el ex SIDE Antonio Horacio Stiles, de 61 años, ingeniero, alias “Jaime Stiuso”, echado por el Gobierno argentino en diciembre del año pasado por actividades que ahora descubrió eran desestabilizadoras del Estado. Este ex Director General de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI) desde hace muchísimos años (cuarenta y dos de antigüedad en ese aparato) tenía, se afirma, estrechas relaciones con servicios de inteligencia de EE. UU. y de Israel: CIA y Mossad.



“Brote sicótico, disparatado”



Quien aporta información importante es un académico especializado en cuestiones de seguridad, Marcelo Saín, actualmente diputado en la Provincia de Buenos Aires por el Frente Nuevo Encuentro. Ya veremos qué dice. Antes referimos a una breve exposición de Celia Nilda Garré –actual embajadora argentina ante la OEA, en Washington, y ex ministra tanto primero de Defensa como después de Seguridad (interior) de Argentina entre 2005 y 2013: «Coincido con [León] Arslanián [ex ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Felipe Solá, 2004-2007] en que lo de Nisman fue un brote sicótico, disparatado, que le hace mucho daño a la Justicia y al Ministerio Público» (en Twitter, 19 de enero de 2015). Volveremos luego sobre el tema.



En el blog Crudos. Ensayos, tribulaciones y bocetos (http://rodriguezesteban.blogspot.com.ar/2010/05/entrevista-marcelo-f-sain.html), dos docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes, de Argentina –Daniel Badenes y Esteban Rodríguez– presentan así a Marcelo Saín:



[Es] un personaje raro. Académico destacado en lo suyo, se animó a la gestión del Estado en contextos incendiados. Doctorado en Ciencias Sociales en Brasil, estudioso de las fuerzas armadas y de seguridad, fue convocado por León Arslanián en su primer arribo al Ministerio de Seguridad bonaerense. Más tarde volvió a la misma área, en el equipo de Juan Pablo Cafiero. Y en 2005, nombrado por el presidente Kirchner, se hizo cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que se creó en reemplazo de una fuerza corrompida dependiente de los militares. De cada experiencia se fue para volver a su lugar como profesor e investigador en la Universidad Nacional de Quilmes. Tras su paso por el Estado provincial publicó “El Leviatán azul” [sic], un libro donde quiso mostrar que “esta policía es una obra de ingeniería de sucesivos gobiernos” y que “con esta función, estos roles, este tipo de trabajo y de organización, es muy funcional a un tipo de estructuración política. Los gobiernos administrativos y ejecutivos, y también parlamentos y la justicia criminal entienden que la policía es el gran instrumento de disciplinamiento [sic, en rigor debería haberse escrito “para disciplinar a”] de aquellos sectores que sobran”. Saín sabe de qué habla por la teoría y por la práctica, por la investigación y por la gestión. Pero es un personaje raro, sobre todo, porque habla de seguridad y no es de derecha.



Las respuestas de Saín en el reportaje –que recomiendo leer íntegro– no lo muestran precisamente como un ingenuo oficialista “kirchnerista”. Su paso en tanto académico por funciones políticas en aparatos policiales le han permitido tener un conocimiento acabado de esas instituciones y sus miembros.



El recién pasado viernes 23 de enero, consultado por periodistas de Radio Del Plata, quien fuera viceministro de Seguridad provincial en La Plata, Saín, según refiere Página/12, «advirtió que el [automóvil] Audi que utilizaba el fiscal fallecido “pertenece a una empresa cuyo titular es el jefe de Seguridad del Grupo Exxel, Eduardo Ecke, quien además es el hombre de Frank Holder, titular del grupo privado con el que opera la agencia norteamericana en nuestro país”»4. El diario de Buenos Aires también refiere, en torno a las declaraciones de Marcelo Saín a la mencionada radioemisora:



Saín agregó que Nisman “nunca ha avanzado más que aquello que le dictaron sus patrones, que han sido miembros de la SI [Secretaria de Inteligencia, de Argentina,] y la CIA”, y relacionó los últimos movimientos de la causa con la “crisis en el sistema de inteligencia que se desató cuando el Poder Ejecutivo inició un proceso de depuración del grupo que se había autonomizado [sic, en rigor debería decirse: convertido en autonómo] del propio gobierno, con la figura de Jaime Stiuso a la cabeza”.

“Esta debería ser una oportunidad inmejorable para generar una reforma en el sistema de inteligencia integralmente”, ya que funciona “desde la época dictatorial y la democracia no tocó”, sostuvo Saín.

Saín consideró, finalmente, que en la investigación de la muerte del fiscal “pondría mucho el ojo en quien dejó el arma”, Diego Lagomarsino, el empleado de la fiscalía que vio por última vez a Nisman, y recordó que su nombre le “suena” de Inteligencia: “Me parece haberlo conocido hace algunos años en la Policía Aeroportuaria, quizás me confundo pero se quiso vender como informante”.5


Argenleaks y Politileaks, dos libros de Santiago O’Donnell



Santiago y María O’Donnell tienen formación académica y son periodistas, junto con Julia, Ignacio y Matías son hijos del fallecido en 2011 politólogo Guillermo O’Donnell, que ya jubilado en la academia estadounidense, y enfermo, había regresado a Argentina y se desempeñaba en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)6. Santiago, quien entre 1987 y 1994 residió en Estados Unidos y trabajó en Los Angeles Times y The Washington Post, tiene un perfil profesional de apariencia ecléctica y, además de ser editor de noticias internacionales de Página/12, es Director de la Maestría que en la especialidad dicta la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y escribe en un blog personal (http://santiagoodonnell.blogspot.com.ar/).



Cuando el equipo de WikiLeaks dirigido por Julian Assange hizo públicos los cables y comunicaciones electrónicas entre la Embajada de EE. UU. en Buenos Aires y sus jefes en Washington, Santiago O’Donnell publicó ArgenLeaks (Sudamericana, 2011) y PolitiLeaks (2014). En las obras se publican y comentan documentos filtrados por Assange que aluden tanto a los ex presidentes Menem, Duhalde y Néstor Kirchner como a la actual Cristina Fernández de Kirchner, el caso AMIA, el de la valija de Antonini Wilson, sobre las empresas Clarín y Monsanto, etc.



O’Donnell, ayer sábado 24 de enero, en la entrada “WikiStiusso” de su blog, escribe:



Todos […], funcionarios, dirigentes comunitarios y periodistas que se ocupaban del tema sabían que la fiscalía de Nisman se nutría básicamente de una fuente. Nisman nunca lo ocultó. Sabían que el peso de la investigación lo llevaba el director de Contrainteligencia de la Secretaría de Inteligencia, alias Jaime Stiusso, y a través de él,  los servicios de inteligencia extranjeros, especialmente de Estados Unidos e Israel. ¿Y cómo es que Stiusso se había ganado la confianza de los americanos y los israelíes? Más allá de su cargo y permanencia, la verdad es que ni idea, no lo conozco, ni siquiera sé si habla ingles, aunque muchos que escribieron sobre él lo describen como una especie de genio de la tecnología especializado en pinchadura. Si conociera a los manejadores extranjeros de Stiusso me encantaría preguntarles. La cosa es que  todos sabían: Néstor, Cristina, Canicoba, los presidentes de la AMIA y la DAIA, los tres periodistas de La Nación, Clarín y Página 12 que llevan el tema por lo menos desde el 2005, sus editores responsables y unas cuantas personas más. Yo me enteré en el 2011 cuando Nisman me citó para hablar de los cables de la embajada estadounidense que acababa de publicar en mi libro Argenleaks.

Había descubierto que los cables decían que Nisman recibía ordenes directas de la embajada estadounidense de no investigar la pista siria y la conexión local y de dar por cierta la culpabilidad de los iraníes, aunque ningún juicio se había realizado. Que Nisman le anticipaba sus dictámenes y los fallos del juez Canicoba Corral a la embajada con varios días de anticipación. Que una vez Nisman llevó a la embajada un dictamen de dos carillas y que la embajada lo mando a corregirlo, entonces Nisman volvió unos días después con un dictamen de nueve carillas que sí fue aprobado por la embajada y recién entonces presentado en la causa. Y que otra vez Nisman pidió perdón tantas veces por no avisar que pediría la captura de Menem, que los diplomáticos tuvieron que escribir tres cables distintos para dar cuenta de sus sucesivas ampliaciones de sus pedidos de perdón y de sus promesas de que no volvería a suceder. Todo eso reflejaba una falta de independencia del fiscal nada menos que ante una potencia extranjera, por muy amiga que fuera, y enseguida me pareció que la información era de indudable interés general. Pero mi diario no quiso publicarla y a medida que los WikiLeaks iban pasando de manos, me di cuenta que los demás medios tampoco publicaban ni ponían al aire nada. Así conocí la pata mediática de la política de Estado con respecto al atentado a la AMIA, una de las razones que me impulsó a escribir los capítulos “AMIA” en Argenleaks y “Nisman” en Politileaks, mis dos libros.

 «¿Cómo? ¿No lo conocés a Jaime?», me preguntó Nisman entre extrañado y sorprendido en aquel encuentro de 2011. Acababa de decirme que en una causa tan compleja, en la que uno básicamente depende de lo que puedan averiguar los servicios de inteligencia extranjeros, su información provenía de Stiusso, ya que Stiusso era el que manejaba la relación con los servicios israelíes y estadounidenses. Me dijo que su tarea consistía en chequear la inteligencia en bruto que le mandaba el agente, y tratar de confirmar datos para que se puedan judicializar, ya que no todo lo que le mandaba servía. Fue la única vez que lo vi y me lo dijo sin conocerme. O sea, no era ningún  secreto: Stiusso manejaba la investigación.

Y yo no conocía a Stiusso, pero por supuesto que sabía quién era. Un espía legendario de los tiempos de la dictadura, que había trabajado con Nisman en la bochornosa primera investigación de la AMIA, él como informante, Nisman como fiscal auxiliar. Un personaje oscuro al que por entonces se le atribuían todo tipo de “carpetazos” (operaciones de prensa) contra distintos personajes del Gobierno y de la oposición: desde Boudou y De Narvaez hasta Enrique Olivera y el jefe de la [policía provincial] bonaerense. Y sabía, sabíamos quién era, porque Stiusso se había hecho famoso, y lo peor que le puede pasar a un espía es hacerse famoso. Fue en julio del 2004 cuando el entonces renunciante ministro de Justicia, Gustavo Béliz, mostró una foto del agente en el programa de Mariano Grondona y denunció que Stiusso había montado «un ministerio de seguridad paralelo», al que describió como «una especie de Gestapo».

La denuncia y la exhibición de la foto le costaron años de exilio y una batalla judicial a Béliz y su familia, pero a Nisman ni siquiera lo despeinó. La fiscalía siguió su trabajo como siempre.



Algunas afirmaciones y reflexiones



Sin ninguna duda que si los gobiernos desde después de la Dictadura de entre 1976 y 1983 no pudieron, no supieron o no quisieron cambiar los aparatos reales de poder económico y político, es porque lo que pretendieron fue solamente contenerlos sin poner en crisis su hegemonía. El progresismo contemporáneo es sumamente limitado, tiene impedimentos intrínsecos. Así todo por ahora hay que sostenerlo frente al embate interno y externo, embates intestinos de conducción y externos muy extremos.



La manera de operar de la política dominante es decadente, torpe, inexperta, traumatizada y cobarde. Los teléfonos, vehículos y edificios “inteligentes”, meramente automatismos condicionados, han colonizado el pensamiento y las conductas presumidas de humanas.



Personas eventualmente intoxicadas o ya enfermas crónicas conducen automóviles, camiones u ómnibus por carreteras atestadas de gente (sino también aviones). Mentecatos dictan clases haciendo proliferar la estupidez. Agentes del aparato fiscal y quizá también judicial subsumidos por traumas psíquicos u operaciones de inteligencia y corrupción dineraria7 sufren profundas desequilibrios, crisis morales y “brotes sicóticos”.



Nada de todo esto es nuevo ni sorprendente. Quino –Joaquín Lavado–, creador de Mafalda, lo fue advirtiendo durante décadas.



Al fiscal Nisman lo formó, alimentó y mató el sistema capitalista. Lo mismo puede hacer con otras y otros si no rompen con su dictadura. Pero para eso…







Notas:

1 Stiuso o Stiusso, con una única ese o con dos, aparece en distintos escritos el apellido de guerre de Antonio Horacio Stiles.


3 Según se refiere en Wikipedia, Gustavo Daniel Perednik (Buenos Aires, 1956), es «Graduado de las universidades de Buenos Aires y Jerusalén […] completó en Nueva York sus estudios de doctorado en filosofía y cursó humanidades en La Sorbona (Francia), [y en] San Marcos (Perú) y Upsala (Suecia). Fue distinguido como profesor sobresaliente por la Universidad Hebrea de Jerusalén, en la que dirigió los programas Cuatrienal y Preparatorio y creó el programa Sheli de estudios en castellano. En dicha ciudad dirigió por una década el Instituto para Líderes del Exterior. Fundó el Centro Hebreo Ioná de Argentina (que dirigió por dos décadas), el Programa Ai Tian de Esclarecimiento Judaico, en China, y el Programa de Educación y Esclarecimiento acerca del Rol del Judío en el Mundo de la Fundación Hadar, dedicado a “visualizar la civilización judaica de modo global, sus orígenes, fuentes y mensajes; tomar conciencia de la hostilidad de la que los judíos han sido objeto por milenios y valorar el aporte de los judíos a la civilización, y la validez de la cultura judía en nuestros días”».


Véase también en http://www.perfil.com/politica/Dudas-sobre-el-origen-del-auto-que-manejaba-AlbertoNisman-20150124-0035.html que el automóvil de alta gama Audi Q5 modelo 2013 patente o dominio MPC641, estaría registrado a nombre de una empresa con vínculos con personas y personajes como otro célebre fallecido: Alfredo Yabrán.

5 Ibídem.

6 Fue por entonces (2008) que colaboré con Guillermo O’Donnell en el cuidado de la edición de su penúltimo libro, Catacumbas (Prometeo Libros).

7 En la UFI AMIA se desempeñan unas treinta personas, a razón de algo más de un millón de pesos por cabeza y por año. Según informa el diario Perfil el presupuesto anual para 2015 es de 31.636.473 pesos. El experto informático Diego Lagomarsino que facilitó el arma con la que Nisman se habría suicidado tenía un importante contrato por 41.000 pesos mensuales, una cifra irrisoria (solamente medio millón anual). Véase http://www.perfil.com/politica/La-fiscalia-se-movia-entre-renuncias-internas-y-temor-20150125-0022.html.

lunes, 19 de enero de 2015

La “pax americana”, por Emir Sader*



ALAI AMLATINA, 19.1.2015

La revista The Economist anuncia que el próximo “Estado fallido” seria Libia. ¿Próximo? Si ellos mismos confiesan que no hay Estado en el país: hay dos Gobiernos, dos Parlamentos, disputa para ver quien dirige el Banco Central o la compañía de petróleo, no hay policía, ni ejército nacional, varios grupos de milicias disputan el territorio, la infraestructura del país está en ruinas, los pozos de petróleo disputados por distintas milicias están siempre en riesgo inminente de explotar, las torturas y ejecuciones proliferan  por todo lo cual ya fue llamado el país con el nombre de Licia: Turquía, Catar (Qatar) y Sudán apoyan a un bando, mientras Emiratos Árabes Unidos y Egipto apoyan al otro. Si esto no es un Estado fallido, ¿que más es necesario para que lo sea?

¿Quién es responsable por la destrucción de un país más en la región? ¿Ya no basta lo que pasa en Afganistán, en Irak, en Siria o en Yemen?

Hay que recordar que los bombardeos que tuvieron como resultado la destrucción de Libia fueron autorizados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para “proteger a la población civil” cuando ya se habían desatados combates generalizados por el poder en el país. Valiéndose de esa decisión e interpretándola a su manera la OTAN bombardeó sistemáticamente al país, no para dar algún tipo de protección a la población civil –¿quién puede estar protegido de los bombardeos de la OTAN?–, sino para derrumbar al gobierno de Gadafi. Tanto es así que tan pronto como cayó el régimen y fue asesinado de forma vergonzosa el hasta entonces Jefe del Estado, masacrado públicamente en manos de milicias, la OTAN dio por cumplida su misión de “protección de la población civil”, suspendió los bombardeos y, al parecer, Naciones Unidas pensó lo mismo y Libia fue entregada a una brutal guerra civil entre milicias armadas. A la vez que otros bandos se valían de los armamentos en manos de esas milicias para perpetrar atentados en otros países –como los realizados en Argelia y en Yemen– y organizar nuevos grupos fundamentalistas en toda la región. Libia no sólo no se ha estabilizado sino que se ha vuelo un foco activo de desestabilización de varios países de la región.

En el periodo de guerra fría había zonas de influencia de las dos superpotencias y aun cuando había conflictos graves –como la sangrienta guerra entre Irak e Irán–, el conflicto no se generalizaba al conjunto de la región, como es el caso de hoy en día, aun si hubiera ocurrido un enfrentamiento entre dos potencias entonces fortísimas en la región. Terminada esa guerra fría con la victoria del campo occidental bajo el liderazgo de los Estados Unidos, se dieron las condiciones para que se impusiera la “pax americana”, ya sin límites. Pasábamos de un mundo bipolar a un mundo unipolar, bajo hegemonía imperial norteamericana.

Desde entonces pasó a existir una modalidad de invasión y destrucción de países de la que Afganistán e Irak son casos iniciales, pero cuyo efecto destructor se ha diseminado a países como Libia, Siria y Yemen con la posibilidad potencial de extenderse hacia el conjunto de la región. Nunca el panorama fue tan desalentador y sin control, con perspectivas de empeoramiento conforme la acción militar y política de EE. UU. se intensifica arrastrando a sus aliados –europeos, de América del Norte, de Oceanía– hacia nuevas aventuras militares.

Como consecuencia de las desastrosas y belicistas intervenciones lideradas por EE. UU., el Talibán se ha fortalecido como nunca en Afganistán, Al Qaeda retorna con fuerza, el Estado Islámico avanza en Irak y en Siria. Como respuesta, EE. UU. lleva a sus aliados a comprometerse con una nueva ofensiva militar, que tiene como uno de sus efectos atentados terroristas en Canadá, en Australia y ahora en Francia, haciendo que se extienda como reguero de pólvora los riesgos por todo el mundo.

Esta es la “pax americana”, el mundo prometido por EE. UU. victorioso en la guerra fría, a su imagen y semejanza. Un mundo, como nunca antes, tan víctima de los tentáculos imperialistas y tan en riesgo por la multiplicación de los epicentros de guerra.
 

* Emir Sader, sociólogo y cientista político brasileño, y es coordinador del Laboratório de Políticas Públicas de la Universidade Estadual do Rio de Janeiro (UERJ). El cuidado de estilo del texto es nuestro, G.E.

URL de este artículo: http://alainet.org/active/80171

“Nunca fuimos latinoamericanos”: hueca pedantería de la derecha oligárquica en un editorial del diario de los porteños de la Banda Oriental del Río de La Plata, El País





Recién fallecido el fiscal del caso AMIA el diario de la oligarquía uruguaya que nuevamente nos ocupa publicó con el título “En Uruguay ven preocupante muerte de Nisman”: «Distintas personalidades del ámbito político y social del país se expresaron sobre la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman quien la semana pasada presentó una denuncia y un pedido de indagatoria de la presidenta Cristina Fernández […] La muerte del fiscal argentino […], quien la semana pasada presentó una denuncia y un pedido de indagatoria sobre la presidenta Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés “Cuervo” Larroque, el dirigente kirchnerista Luis D'Elía y el jefe de Quebracho, Fernando Esteche, generó indignación en Uruguay. Varios legisladores calificaron el hecho como “impactante”, “incalificable” y “preocupante”. También hay quienes dudan de que se trate de un suicidio».

El diario, pretendiendo dar fundamento al título de la nota, reproduce triviales opiniones de oportunidad de menos de una decena de políticos uruguayos, de ellos dos del Partido Nacional (Jorge Larrañaga y Javier García), cuatro del Colorado (Pedro Bordaberri, Max Sapolinski, José Amorín Batlle y Juan Manuel Guarino) y un sociólogo, Gustavo Leal, asesor del ministro de Interior del Gobierno del Frente Amplio, quien dijo que «Ni el más osado guionista hubiera escrito ésta (sic) página de sangre y estupor». Parece que el hombre ni en la ilustrada y humanista Europa actual pone la vista.

Vamos ahora a reproducir de manera íntegra el artículo editorial del diario de Montevideo del lunes 19 de enero de 2015, el que no llevando firma alguna hace explícito que es la opinión del conjunto de sus directores, de sus jefes y de la empresa editora:


Nunca fuimos latinoamericanos

El espejo de predilección que hemos tomado para compararnos en estos últimos años es la región latinoamericana. En educación, cobertura de salud, eficiencia de servicios estatales, riqueza per cápita, institucionalidad democrática, desarrollo humano y tantos otros índices y resultados de gestión, se ha ido tomando como natural esa comparación con nuestros vecinos. 

La consecuencia es fácil de percibir: casi siempre presentamos mejores guarismos que la región, y eso nos devuelve un sentimiento de satisfacción colectiva extendida. El problema es que se trata de una comparación para nada pertinente.

No lo es en lo que refiere a nuestro itinerario histórico como nación. A lo largo del siglo XX, Uruguay siempre presentó guarismos mucho mejores que los de los demás países del continente. Ya no solo, por supuesto, si se tiene en cuenta las realidades tan complejas de Centroamérica, de las que siempre estuvimos muy alejados. Sino que, sobre todo, nuestro país presentó siempre mejores resultados en desarrollo, en general, que los demás países sudamericanos cuyos itinerarios históricos eran más parecidos al nuestro. Solo cabía en algunas dimensiones la comparación de resultados relativamente similares con Argentina, y en particular con la ciudad de Buenos Aires (y en todo caso, para algo más amplio, provincia de Buenos Aires). Dos dimensiones en este sentido parecen como las más importantes y notorias.

Primero, con respecto a la calidad institucional democrática. No hubo en el continente entero, antes de la debacle de finales de los sesenta, país más democrático que el nuestro. Descubrir ahora, como si fuera una novedad de la que sentirse orgulloso, que somos el país con mejor calidad institucional en dimensiones elementales de esa lógica democrática, es ceder sin ningún sentido crítico al afán refundacional izquierdista que nos gobierna. La libertad de prensa, de reunión, de asociación; la pluralidad de partidos, la justeza de las elecciones y el respeto de sus resultados; la inclusión social de partidos atrápalo-todo, y tantas otras dimensiones fundamentales que hacen a una buena democracia estuvieron diseminados en el Uruguay desde muy tempranamente en el siglo XX. Cuando arreciaba el peronismo dogmático a mediados del siglo pasado en Argentina, por ejemplo, entre nosotros convivíamos con un talante democrático ejemplar.

Segundo, con respecto a nuestro temprano nivel de desarrollo social. No solamente en lo más importante y elemental que refiere a la alfabetización popular: mientras que en 1963 menos del 9% de los uruguayos mayores de 10 años era analfabeto, en Brasil en los años treinta, por ejemplo, el 65% de los brasileños era analfabeto; y en los años noventa, uno de cada cuatro niños negros no iba a la escuela en ese país. Sino también en lo que refiere a la temprana prioridad asignada al gasto público social, o a los excelentes guarismos –hasta hoy no alcanzados– de igualdad en el reparto de la riqueza –un Gini de 0.33 en Montevideo en 1968–, o a la enorme y temprana cobertura en seguridad social para los más desamparados. Finalmente, el prudente comportamiento demográfico de nuestras nutridas clases medias no tenía comparación con el que por esas décadas vivían, por ejemplo, los países andinos. Búsquese el guarismo que se busque en toda esta materia social: en la comparación regional siempre fuimos los más sobresalientes a lo largo del siglo XX.

Así las cosas, la clave es entender que ese país excepcional en el continente no se comparaba con los peores de la clase. No miraba a Latinoamérica para batirse el parche de su superioridad regional. Miraba, por el contrario, a los países más avanzados del mundo y con ellos se comparaba para alcanzar la excelencia.

Algo cambió a partir de los años sesenta. Fue en ese tiempo que nuestra academia, volcada a la izquierda, centró su mirada en el continente y latinoamericanizó su discurso. Los que hoy gustan compararse con nuestros vecinos asumieron esta referencia como propia. Hoy por ejemplo, representan la gran mayoría en ciencias sociales, y no ven más allá del horizonte regional para darse por satisfechos con nuestros resultados. Si los demás países avanzan más rápido que nosotros –en niveles educativos, por ejemplo–, el paraguas de la identidad latinoamericana les permite guarecer al gobierno, al que adhieren, de cualquier crítica que pueda importunarlo.

Nunca fuimos latinoamericanos. Pretender otra cosa es mentirnos a nosotros mismos.
 

http://www.elpais.com.uy/opinion/editorial/nunca-latinoamericanos.html


I) Muerte del fiscal Alberto Nisman

Este lunes en las márgenes y la extensa multiplicidad de cuencas tributarias del gran estuario Río de la Plata amaneció tormentoso, casi otoñal y con una noticia conmovedora: la muerte en su domicilio particular, ayer, por un disparo de arma de fuego, de Alberto Nisman, el controvertido fiscal desde hace un decenio en la causa que se dice investiga la voladura con explosivos de la mutual judía AMIA en Buenos Aires (1994), durante el gobierno de Carlos Saúl Menem. El fiscal tenía prevista para hoy a la tarde una suerte de comparecencia ante diputados de la oposición y también oficialistas para argumentar las razones de su denuncia contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros miembros del Gobierno.

Antes de opinar esperaremos el informe de los médicos forenses. Vamos también a incorporar textos previos al suceso mortal y que analizan aspectos de la denuncia de Nisman, por caso los publicados en la edición de hoy del diario Página/12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-264241-2015-01-19.html), uno de Franco Catalani (Derechos Humanos y Nuevo Encuentro de La Pampa, provincia argentina) y otro de Oscar González (Socialismo por la Victoria en el FPV, sector liderado por el diputado nacional socialista Jorge Rivas). González, entre otras reflexiones, afirma: «Hoy la historia se repite, aunque, parafraseando a Marx, si la farsa impusiera sus reglas, sobrevendría la tragedia».

Todo, todo es muy complejo...

sábado, 17 de enero de 2015

Pulpitos a la suiza made in Argentina


Mientras esperaba que fraguara la soldadura plástica con la que había reparado una pieza de una segadora de pasto para jardín, veo que en la cajita dice “industria uruguaya”. ¡Qué bien!, pienso inmediatamente. También dice que el producto es fabricado por Fenedur S. A. En los textos de letra chiquita se refiere a las empresas importadoras en diferentes países, figuran las de Bolivia, Chile, Costa Rica, Paraguay y… ¡Uruguay!: Adesur Ltda., en avenida Millán 2629 –no dice la ciudad pero debe suponerse que es Montevideo–, y da dos números telefónicos… ¿Cómo, me pregunto, siendo un producto de industria uruguaya tiene importador en su país de origen?



Según afirma en su página de internet la empresa Adesur, ésta “nace con el cometido de encargarse del negocio de POXIPOL en el Uruguay en setiembre de 1978 […] inspirada en la filosofía de trabajo de Akapol S.A.”, operando no solamente en Uruguay sino principalmente, donde también tiene sede, el litoral marítimo de Brasil: Santa Catarina, Paraná, San Pablo, Minas Gerais, Río de Janeiro, y Bahía. Procuramos confirmar los números telefónicos referidos en el envase que nos llamó la atención pero en la guía telefónica de ANTEL no aparecen. Probablemente la empresa progresó y se mudó.



Una empresa uruguaya de capitales suizos



Con el título “Planta de Poxipol se muda para triplicarse”1, la versión digital del 8 de agosto de 2008 del montevideano diario El País refiere que la «empresa local de capitales suizos que [en Uruguay] produce las marcas Poxipol, La Gotita y Poxilina, realizará una inversión de US$ 3 millones para mudar su fábrica de adhesivos desde la zona franca de Colonia a un predio cercano a la ciudad de Las Piedras, [en] Canelones», y que:



Gracias a las mejores condiciones de la planta se triplicará la producción que el último año fue cercana a los 9,9 millones de unidades y el personal pasará de 30 a 60 trabajadores […]. La nueva fábrica comenzará a operar a comienzos del próximo año [2009] y a partir de ese momento aumentará la colocación en los mercados a los que ya llega: Europa, Medio Oriente, Centro América y América Latina.



El sitio en internet de Fenedur S.A. (http://www.fenedur.com/#), y coincidentemente con la información dada por El País, muestra los envases de cinco productos muy reconocidos: Poxipol, Poxilina, La Gotita, Fastix y… OŚMIORNICZKA, sus propiedades y usos. En las tres primeras marcas los envases indican, puede verse en las ilustraciones, que son de producción uruguaya. En el envase de Fastix –también según las ilustraciones– no se indica origen de fabricación, pero en el último con marca en idioma polaco que alude a un ejemplar pequeño de octópodo, molusco en castellano comúnmente llamado pulpo, se refiere claramente que es “made in Argentina”.



Capitales argentinos



Ingresando al sitio de Akapol S. A. (http://www.akapol.com/) es posible informarse que se trata de «una empresa argentina formada por capitales nacionales» cuyos «inicios se remontan al año 1962, época en la cual la empresa operaba a través de su establecimiento industrial, ubicado en Villa Ballester, provincia (sic) de Buenos Aires. En la actualidad Akapol cuenta con una planta industrial ubicada en Zelaya, [Partido Del Pilar,] provincia (sic) de Buenos Aires, y su sede administrativa [la mantiene] en Villa Ballester».



Por último, la empresa destaca que continúa investigando las necesidades de los usuarios para seguir desarrollando productos prestigiosos como Poxipol, Poxirrán, Poxilina, Fastix, La Gotita, Poximix, El Pulpito, Poxitas, Unipox, Voligoma y Volibarra.



Metidos a buscar conexiones encontramos que en todas las apariciones de marcas de Akapol S. A. los logotipos, colores y marcos publicitarios son iguales, y que en el caso de Poxipol, por ejemplo, el del fabricado en Uruguay por Fenedur S. A. figura una dirección web con sufijo de la República de El Salvador, “sv”, cuyo registro está a nombre de un ciudadano de ese país: César Ulises Trujillo. Es una cosa por lo menos curiosa porque podría haber tenido el sufijo “uy”, de Uruguay, o, incluso el que correspondería a los capitales suizos, “ch”. ¿O es que “sv” suena a suizo?



Además, según ComUnica2, una publicación de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA)3, César Ulises Trujillo es «asistente de tecnología de información del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), y secretario técnico de SVNet4, entidad encargada del registro de nombres de dominios para Internet […] en El Salvador», organización dependiente de la referida Universidad “José Simeón Cañas”. Trujillo aparece a la vez en tanto secretario técnico de SVNet y como titular del registro extendido por SVNet http://www.poxipol.com.sv/



La Suiza de América



El que pega y no despega es Gardel. El morocho del Abasto nunca podría haber sido suizo. Algo más de quince días antes de que El País de Montevideo anunciara la mudanza de la fábrica de soldaduras plásticas de Colonia a Canelones –lo vimos en el ya pasado tercer párrafo–, el 16 de julio del mismo año 2008, el diario de Buenos Aires El Cronista, publicó: «Con la vista puesta en el Mercosur y los países de América latina, los accionistas de Akapol, la firma que elabora Poxipol, Poxilina, La Gotita y Boligoma (sic) entre otras marcas, realizó una inversión inicial de u$s 5 millones5 y comenzó a levantar una planta en Canelones, Uruguay. […]Los empresarios argentinos explicaron a las autoridades comunales uruguayas, (sic) que la producción de la planta se destinará, principalmente, a los mercados extra Mercosur. # La firma que produce pegamentos aprovecharía los acuerdos comerciales que el vecino país tiene, como por ejemplo con México, para poder colocar sus productos en terceros mercados. # Creada en 1962, Akapol es una empresa de capitales argentinos. Desde la compañía aseguraron a El Cronista, que la planta en Uruguay fabricará las marcas La Gotita, Poxipol y Poxilina. »6.



Pulpos y pulpitos



Sabido es que estos animalitos son pura cabeza más un pie multiplicado en ocho brazos o tentáculos, cada uno con un cerebrito secundario ligado al cerebro central, y tres corazones además de ojos de excelente visión. Consecuentemente no liberan fácilmente a sus presas y son sumamente voraces. Al final, ¿de cuántos billetes verdes fue la inversión y por qué apareció lo de “capitales suizos”? ¿Y César Ulises Trujillo qué tiene que ver con Gardel?







Notas:



3 La UCA se define así misma de esta manera, las bastardillas son nuestras: «La Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, conocida como UCA, fue fundada en septiembre de 1965, en el contexto del optimismo de la década del desarrollo. # Un grupo de ciudadanos católicos se acercó al Gobierno y a la Compañía de Jesús para promover el establecimiento de una segunda universidad. Querían crear una alternativa a la Universidad de El Salvador [UES] para formar profesionalmente a los egresados de los colegios católicos.# La universidad concebida por este grupo de personas era privada, con capital y acciones, y orientada a satisfacer las demandas de una educación profesionalizante de una elite. Consideraban que una universidad católica concebida en estos términos contribuiría en gran medida al avance cultural del pueblo salvadoreño. Para matizar el elitismo, proponían ofrecer algunas becas.# Además de estas consideraciones generales sobre lo que debía ser la nueva institución, es importante subrayar la percepción que predominaba sobre la Universidad de El Salvador. Excepto por la Facultad de Medicina, generalmente considerada como de alta calidad, la docencia en las demás facultades era vista por los grupos poderosos como mediocre o deficiente. Pero lo que más preocupaba a estas clases sociales era la orientación ideológica de la UES, considerada como abiertamente comunista. La dimensión anticomunista en la idea de los promotores de la nueva universidad no fue explicitada públicamente, pero estaba sobreentendida entre la clase dominante, sin cuyo apoyo no hubiera sido posible fundarla.# La idea original no progresó, pero la Compañía de Jesús, que desde hacía varios años contemplaba la posibilidad de establecer una universidad, impulsó una alternativa diferente, al menos en dos puntos importantes. La primera es que sería una corporación de utilidad pública, cuya administración se encargaría a una junta de directores. La segunda es que se orientaría hacia el desarrollo económico y social de la región. En esta visión había una percepción, no muy clara del todo, de las grandes injusticias sociales. Los fundadores eligieron para la institución el nombre y símbolo libertario de José Simeón Cañas. […]».


5 En julio de 2008 se El Cronista se refiere a una inversión de cinco millones de dólares y en agosto, algo más de medio mes después, El País afirma que la suma que se invertirá será de solamente tres millones.