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jueves, 27 de junio de 2013

Santiago de Chile: violinistas causan caos (1)



Así lo afirmó Andrés Chadwick (se ignora el significado que al apellido podría darse en mapudungun, la lengua de los pueblos originarios mapuches), el ministro de Interior y Seguridad del Gobierno que en Chile encabeza Sebastián Piñera.

Según la información hallada en Internet, los nombres de pila y apellidos del ministro de Interior y Seguridad son Andrés Pío Bernardino Chadwick Piñera, abogado y político militante del partido Unión Demócrata Independiente, quien fue electo diputado en 1989 y reelecto en 1993. Chadwick Piñera, probablemente pariente del Presidente, nació el 2 de enero de 1956 en una familia católica que como segundo nombre le puso Pío, cuyo significado es “devoto, inclinado a la piedad, dado al culto de la religión y a las cosas pertenecientes al servicio de Dios y de los santos”. Esta vocación lo habría llevado a formarse en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Según difundieron agencias de noticias y recogieron y publicaron diarios, en relación con los sucesos vividos recientemente en la capital chilena donde desde hace tiempo se vienen reprimiendo protestas contra la política social y en educación, Chadwick manifestó: “No son estudiantes, son delincuentes, extremistas y violentistas y en esta oportunidad han actuado de forma simultánea, coordinada y preparada”.

Nota:
1- Con la certeza de que Andrés Pío Chadwick se expresa correctamente en el “idioma de Cervantes”, hábito perfeccionado en la Pontificia Universidad donde transcurrió su juventud, hemos entendido que la expresión “violentistas” –que se mantuvo en la cita del párrafo final– ha sido un error de la transcripción periodística, y que el ministro en realidad aludió a ejecutantes de un clásico instrumento de cuerdas al que, al mismo Chadwick habría llegado la información, eran aficionados Marx, Lenin, Rosa de Luxemburgo, Trotsky y Mao Zedong, como ya el cine ilustró en 1955 con el film británico El quinteto de la muerte (The Ladykillers), protagonizado por Alec Guinness.

miércoles, 26 de junio de 2013

FIAT lux sobre la concatenación de adulaciones, servilismo e ignorancia en los llamados “comunicadores”



Es sumamente lamentable. Para ingresar a un medio periodístico una condición inevitable a esta altura del “progreso” es haber terminado o estar cursando de manera avanzada estudios superiores en la especialidad. A nosotros nos ha tocado en oportunidades más o menos recientes cuidar el estilo editorial y la revisión erudita de textos académicos de la especialidad. Sabemos sobre qué opinamos.

Vamos a solamente dos ejemplos, casos originales que se multiplicaron dado que Télam es la agencia oficial de noticias de Argentina. 

Funcionarios destacaron la importancia de los 400 años de la Universidad Nacional de Córdoba. Funcionarios nacionales destacaron hoy el valor que para el sistema educativo argentino tiene que la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) cumpla 400 años.


Cristina: “Ser legislador no es integrar un rejunte para ganar una elección”. Así se manifestó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al participar del acto central por el bicentenario de la fundación de la capital de Entre Ríos, y agregó que los comicios “son un día, pero hay que gestionar los 365 días del año”.


Si algún lector pretende argüir que mis observaciones demuestran el servilismo en los ámbitos del Estado argentino, se queda corto: el servilismo, la adulación y la ignorancia se dan más, mucho más, en los ámbitos de las derechas económico-financieras e ideológicas opuestas a los gobiernos que aplican, o al menos perfilan, políticas populares. Pero hay un problema más: estas derechas colonizan el conocimiento general, y sus discursos (¿pseudo?) académicos imprimen los errores de esos gobiernos. Por caso, Presidenta: “gestionar” no es equivalente a “gobernar”.

Si cada vez más la cartelería urbana, suburbana y rural emplea y difunde barbaridades como solicitar que se “preanuncien” las maniobras de los automovilistas en las autopistas y carreteras (siendo más breve y conciso pedir que esas maniobras se “anuncien”, ya que “prenunciar” –sin la “a” intermedia, como correctamente se escribe– suena más a la inexistente en el diccionario voz “prenupcial” cuyo uso en ciertos estudios médicos se vincula con la sí registrada “prepucial”), y  los spots publicitarios en TV, mensajes de texto y otros medios mezclan primeras, segundas y terceras personas cosa de ponernos en la situación de que sí y de que no nos conocemos, dormimos juntos o eres mi abuela o mi nieto… mal estamos.

Para mí la argucia fue desarrollada (lo que no quiere decir “establecida” o “fundada”) por los escribas del poder capitalista en bancarrota. Días pasados en FIAT Argentina (Balcarce 548, Ciudad de Buenos Aires) me hicieron firmar un “formulario” –como condición sine qua non para “autorizar” me devuelvan un documento que deberían haber puesto a nuestra disposición hace casi un año y de esa manera liberarnos de nuestra cautividad en tanto “clientes” (ya han pasado ocho meses desde que concluyéramos en absolutamente correctos tiempo y forma el pago de nuestra deuda)–, repito, me hicieron firmar un “formulario”, una nota impresa por la propia empresa FIAT, redactada no en modo condicional sino en otro que no sería difícil calificar. Dice en el encabezamiento:

Nº de Grupo y Orden: […]
Señores1
Fiat Plan de Ahorro para fines determinados
Departamento de Servicios al Cliente
De mi consideración:
Por medio de la presente autorizo a FIAT PLAN DE AHORRO […] a hacerme entrega de la prenda inscripta correspondiente al Grupo y Orden de referencia […].

(Véase que “autorizo” a que me la entreguen, no exijo ni por lo menos requiero que cumplan una obligación legal…)

Más adelante dice y debí firmar:

Así mismo tenga a bien saber que el plazo para la liberación de dicha prenda es de aproximadamente de 40 a 45 días. De todas formas se puede solicitar el levantamiento de dicha prenda en el Registro del automotor donde se encuentra inscripta la unidad por Art. 25.

Parece risueño, pero no lo es. Se repite innecesariamente el adjetivo “dicha” quizá porque, repetido, para redactores y sus jefes suena como el sustantivo que tiene de sinónimo a “felicidad”.  En fin… Véanse las bastardillas negritas con que he destacado algunas palabras y frases. El redactor “Dígame Doctor” –por darle un nombre– me hizo firmar como propio un turbio error de concordancia (se le dice que “tenga a bien”, en singular, a una persona plural: Señores Fiat Plan de Ahorro…), y a la vez que los “autorizo” a cumplir con sus obligaciones para conmigo mismo pongo en el “saber” de ellos que pueden tomarse un considerable tiempo más para seguir explotándome en tanto potencial cliente cautivo… Luego el “Dígame Doctor” incurre en más barbaridades: dice que el vehículo se encuentra registrado “por Art. 25”, y ese artículo corresponde no a norma alguna de registro de automotores sino de registro de prendas.

Fundaciones inexistentes e infundios

La Universidad Nacional de Córdoba nunca fue fundada sino instituida, y ello ocurrió recién en 1856. Como origen de esta Universidad está el Colegio Máximo que en Córdoba efectivamente estableció la orden religiosa católica Compañía de Jesús, hace, sí, cuatrocientos años. Investíguese si se quiere lo dicho y lo que se dice en el párrafo que sigue.

La Ciudad de Paraná, donde nacieron mi compañera de la vida y una hija nuestra, tiene una cuadrícula central que bien observada en los mapas muestra como ésta interrumpió la traza original de un camino real que, partiendo de Bajada Grande, se internaba hacia las cuchillas del oeste. Ese camino real fue relevado por las hoy avenidas José Manuel Estrada, Alameda de la Federación, Pedro Echagüe y Almafuerte. Siendo aún muy jóvenes nosotros, sin hijos, concurríamos a bañarnos en el río en playas de Bajada. Con algunos amigos solíamos hacer chanzas con que a la ciudad cercana le habían dado su nombre los colonos andaluces que traían desde Santa Fe sus vacas a pastar: “para ná”.

Lo que es bien cierto es que Paraná nunca fue fundada. Surgió por necesidad, se afincaron gentes en el lugar más alto de la hermosa barranca, y hace doscientos años se le asignó la jerarquía de “villa”. En la reciente fiesta conmemorativa de aquel galardón sin duda justificado (pero no una “fundación”, sumado tanto despropósito alrededor la presidenta Fernández de Kirchner cometió otro error de interpretación histórica que el conservador diario de Montevideo El País y otra prensa no dejó de percibir con intención aviesa, destacando sólo un presunto “exabrupto” (salida de tono, como dicho o ademán inconveniente e inesperado, manifestado con viveza) que no existió en boca de la Presidenta.

“Carajo” alude al puesto de vigía en los viejos barcos de vela, como las actuales fragatas-escuela, ubicado en lo alto de alguno de los palos que sostienen el velamen. Imagínese con mar agitada de qué manera violenta se manifestarían y hasta todavía se manifiestan los vaivenes en los veleros de ahora, en ese alto lugar. Enviar a alguien al carajo, o expresar la palabra en tanto interjección, no es un exabrupto. Lamentablemente la Real Academia Española y la tan moralistamente bancaria Fundéu, la Fundación del Español Urgente, se han olvidado de esta expresión tradicionalmente popular.

El diario La Capital, de Rosario, publicó la noticia2 así:

La presidenta de la Nación, Cristina Kirchner protagonizó un exabrupto en Entre Ríos al enfatizar que el prócer uruguayo José Gervasio Artigas “quería ser argentino” y los gobernantes de esa época no lo permitieron. Inmediatamente se disculpó y continuó para cerrar el concepto.

“Uno recuerda la historia de esta Argentina, esta franja roja que cruza la bandera de la provincia de Entre Ríos, ese símbolo vivo en la tierra entrerriana. Ese Artigas que quería ser argentino y no lo dejamos. ¡Carajo!, ¿cómo habrá sido posible?”, señaló Cristina, fervorosa, en el marco del 200º aniversario de Paraná.

“Ay, se me fue”, repuso, raudamente. Y explicó: “Disculpen, pero me da bronca porque cuando uno lee la historia y ve que desde Buenos Aires rechazaron los delegados a la Banda Oriental. Por eso hoy no somos una sola Nación, como tantas otras cosas que nos pasaron”.

Un lector del diario rosarino, quien se identificó como Gaucho Ware (¿inmaterial, quizá?), se puede consultar en el sitio en Internet de la publicación, hace algunas aclaraciones pertinentes sobre el momento histórico al que quiso aludir Cristina Fernández de Kirchner. Confirmando lo que manifiesta el lector, en otras fuentes se alude a que en su testamento ológrafo fechado en Asunción, Paraguay, donde murió exiliado y negándose a cruzar de retorno el río de los pájaros, el propio José G. Artigas se manifestó “argentino oriental”.

Argentino, antes de la emancipación suramericana de España y hasta bastante tiempo después, fue el gentilicio común de los rioplatenses, obviamente por alusión al argento metal que se traficaba hacia Europa surcando el ancho estuario Del Plata.

La Presidenta se equivocó, es cierto. Artigas no quería ser argentino, lo era de pleno derecho: argentino oriental. El avieso centralismo porteño de entonces radicado en Buenos Aires (y también en Montevideo), en parte fundamento de las respectivas y también bicentenarias oligarquías actuales, puso enconos, intrigas y hasta la sangrienta marcha de la muerte para impedir el desarrollo de las ideas libertarias, democráticas y justicieras de Artigas.

Así es…


Notas:

1 El presidente de FIAT Argentina es Cristiano Ratazzi. Su sonrisa ilustra la presente entrada en el blog. (Reproducimos la fotografía puesta en Internet por el diario Clarín sin ningún otro fin que el informativo.)

2 http://www.lacapital.com.ar/politica/Cristina-Artigas-queria-ser-argentino-y-no-lo-dejamos-carajo-20130625-0072.html


martes, 25 de junio de 2013

Brutes and Mafioso’s & Co.



Los capitalistas son así, sin contradicciones, lineales, predecibles, seguros de sí mismos y de todos nosotros. Así, John Kerry –bonito nombre para un rufián–, secretario de Estado de EE. UU., ha advertido a China y Rusia de las posibles consecuencias negativas por la actitud de ambos países de no entregarles preso a Edward Snowden, quien reveló los atropellos “secretos” del Gobierno de ese país contra sus propios ciudadanos. ¡¿Qué advertirán a Ecuador?!

Acusa Kerry de Obama a Snowden, lo acusa de traidor a los intereses que el Gobierno de ellos encarna y defiende; es decir lo acusa de solidaridad con las personas dignas y de buena voluntad. A los rufianes, todavía más a los que tienen bonitos nombres, hay que recordarlo, no les gustan esas personas (las dignas y de buena voluntad).

Hoy tuve que explicarle durante media hora a través del teléfono a un trabajador del servicio de conexión a Internet, que cuando van a realizar tareas de mantenimiento sean estas programadas o no pero que interrumpirán el servicio deben previamente avisar a los usuarios. Le expliqué que no todos los que usan la Internet miran páginas porno, compran entradas para los cinematógrafos o más sencillo “bajan” películas . Que muchos, como yo, trabajamos. Que yo lo hago con textos (soy, le expliqué, corrector de estilo editorial) y recurrimos constantemente a consultas en diccionarios y otras fuentes bibliográficas, y que ese aviso no nos dejaría inútiles durante dos o tres horas, como una vez más ha pasado hoy. Le expliqué que hubiera podido, en vez de esperar y desesperar, resolver lavar algún piso, pintar una puerta o pasear a nuestra perra. Le expliqué que para ellos sería fácil porque utilizarían las propias redes de la empresa para avisar de esos cortes de servicio mediante correos electrónicos a todos sus usuarios, que no deben ser más de una decena de miles. Le sugerí que de todo esto hablara con su jefe. Le dije que yo era consciente de que él era solamente un trabajador, a quien le agradaba que lo tratásemos bien, con respeto, y que por eso a la vez él nos debía tratar así, aunque a los “dueños” del negocio sabiéndose monopólicos en esta área geográfica les importara un rábano de todos nosotros, los “clientes”, mientras paguemos, mientras paguemos, mientras paguemos…

Es lamentable, estos “dueños” se han “adueñado” de una “cooperativa telefónica” y no les importa enseñar buenas maneras a sus “dependientes”, como algunos patrones llaman a los empleados, porque ellos las buenas maneras las emplean solamente con los que en la escala jerárquica están sobre sus cabezas. Cooperativa telefónica: bonito nombre para disimular… Los capitalistas son así.

lunes, 24 de junio de 2013

Por Marta Dillon: “La Madre que seguirá alumbrando”









Murió Laura Bonaparte. Fue una Madre de Plaza de Mayo con voz singular y también pionera con su conciencia feminista en la atención mental de las mujeres. Pero, sobre todo, encarnó la alegría para los que la conocieron.


Por Marta Dillon


(Texto publicado hoy, 24 de junio, por el diario Página/12. Se reproduce dado el carácter de todos los valores que expone su autora, la periodista y escritora Marta Dillon, y en coincidencia con el rechazo de la sociedad uruguaya a la anulación de la ley que en ese país despenaliza el aborto y protege la salud integral de las mujeres. Original en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-222952-2013-06-24.html G. E.)




Sería un consuelo creer que ese inmenso recorte de su familia que extrañó por tantos años está afinando sus instrumentos para tocar la canción de la alegría por el próximo abrazo tan deseado. Sería un consuelo pensar que hay cielo donde Noni –Aída Leonor– acaricie el piano, “Irenita” rasgue el arpa y Víctor el violoncello; un cielo donde esos tres hijos que le hicieron cuestionarse su condición de madre cuando ya no estaban, cada uno y cada una con sus parejas y su padre, Santiago Bruschtein, estén tendiendo la mesa para recibirla con un buen vino y buena comida, esta vez no hecha por Laura Bonaparte, esa mujer alta y hermosa como una Venus cuya sonrisa su nieta Victoria dice que va a llevar como bandera. Sería un consuelo creer, pero ella misma lo echaría por tierra. No hay cielos en los que refugiarse de su ausencia, ahora que su cuerpo dijo basta, 88 años después de su nacimiento en la entrerriana Paraná. Ahora que ya no va a estar para llenar de vida incluso los momentos más trágicos. Hay, en cambio, el deber de memoria. Hay, en cambio, la memoria como un fulgor, como una antorcha, como el alivio de una carcajada como las que ella sabía regalar a pesar de su pecho siempre cargado con las imágenes de sus ausentes, y en ellos y en su pañuelo de Madre de Plaza de Mayo la imagen y la memoria de todas las injusticias que supo denunciar.

Laura Bonaparte, la Madre de la voz singular y paradigmática, la mujer que en su historia personal cargaba la historia de un país, murió ayer y en los ritos de su despedida los pañuelos que enjugan las lágrimas no dejan de ser estandartes de una lucha que continúa. Hija de un juez socialista que le abrió la puerta a su primera militancia alfabetizando a personas detenidas en la cárcel de Paraná cuando era adolescente, esposa y madre de cinco hijos –uno de ellos fallecido a poco de nacer–, psicóloga recibida mientras ponía a sus chiquitos a amasar escones en la mesa de la cocina, a Laura Bonaparte no la parieron sus hijos como se suele decir de la génesis política de las Madres de Plaza de Mayo. Ella los parió, a todos y a cada uno. Ella, siempre dueña de su voz y su pensamiento sin atarse nunca a lo que imponía ningún sentido común, fue capaz de divorciarse cuando todavía parecía un pecado vergonzante y de continuar aquello que había aprendido casi al mismo tiempo en que sumergirse y desafiar a nado las aguas del río Paraná le entregaba la conciencia de su cuerpo, de lo que el cuerpo tiene para decir y que ella nunca iba a callar.

En los años setenta [de la década pasada], cuando su familia era una fiesta, cuando en su living podía armarse una orquesta propia y los registros de tenores y sopranos se superponían para presumir que la fiesta podía empujar las paredes de la propia casa, Laura formó parte de una experiencia pionera en la atención y el fortalecimiento de la salud mental de las mujeres de clases populares que asistían al Hospital Evita, el Policlínico de Lanús, ahí donde ella empezó a bajar al territorio su conciencia feminista para favorecer la autonomía sobre el propio cuerpo, para hablar de lo que parecía impensado o todavía postergado porque había ideales revolucionarios más urgentes: el derecho a regular la fertilidad, a elegir cuándo y cuántos hijos tener o no tener.

De los cinco que ella eligió tener, sólo uno de ellos acompañará su cuerpo esta mañana. Luis, el mayor, el que de alguna manera le salvó la vida cuando le pidió que viajara a México cuando ya habían matado a Noni, dos meses después de haber parido a su nieto Hugo, y antes de que secuestraran a su primer marido, a “Irenita” como llamó siempre a su hija menor, al marido de ésta, antes también de que acribillaran a la pareja de Noni. Todos esos nombres y sus fotos se colgaba del pecho en su exilio mexicano, cuando supo entablar relaciones solidarias y de trabajo conjunto con el feminismo para pedir no sólo por las crueldades de la dictadura argentina sino también por los torturados en Filipinas o en América Central porque ella siempre supo que su lucha no era una lucha de entre casa, aunque esa casa fuera un país entero sino una lucha por todos los oprimidos y contra todas las opresiones.

“La inteligencia, la apertura, la militancia, la locura”, dijo Lita Boitano, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas, anoche para describir a su amiga y en esas palabras que se atropellan caben desde el recuerdo del primer congreso feminista que se celebró en el país [tras la “dictadura cívica, militar y eclesiástica”, al decir de otra Madre, Nora Cortiñas]1, en los ochenta, adonde viajaron juntas para maravillarse del encuentro con tantas y diversas mujeres, esos días en los que Laura se metió al mar levantándose las polleras hasta la cintura “porque total no usaba bombacha”, hasta la descripción cruda de la lucha de las Madres que hizo enmudecer a más de uno cuando planteó diferencias que todavía se decían en voz baja, cuando alertó a sus compañeras recordándoles que las víctimas eran sus hijos y no ellas mismas.

La socióloga María Pía López recordaba anoche también su sorpresa cuando la entrevistó un día y escuchó de su boca la persistencia en el deseo de felicidad aun en la noche oscura de la dictadura cuando se iba a dormir sola con su nieto Hugo, al que crió, permitiéndose llorar solamente cuando los domingos volvía de la ópera, tal vez porque en esos momentos las voces de los hijos que le faltaban le resonaban en el cuerpo, ese territorio soberano que siempre juega sus propias pasadas.

Fue joven a los 40 y a los 50 y a los 60 y siguió siendo joven hasta pasados los 80 cuando llegó por fin el momento en que alguien –una periodista francesa, Claude Mary– escuchó su relato y lo transformó en un libro que, aunque se lea con un dolor que pone el corazón en puño, no deja de iluminar con su ejemplo. “¿Soy madre de mis hijos ahora que ellos no están? ¿Sigo siendo madre porque Luis sobrevivió?”, es capaz de preguntarse sin santificar ningún rol, ninguna experiencia. “Sé que cuesta escucharlo, pero no hay madre si no vive más el hijo o la hija (...) Se la nombra ‘madre de desaparecido’ en un lenguaje que la nombra al mismo tiempo que la despoja.” Ella, despojada, nunca se ancló en lo que le quitaron, nunca lograron encerrarla en ese “espacio donde la muerte ronda la derrota”. Por eso siguió atendiendo pacientes, bailando con cualquier música para apropiarse de su alegría, festejando la aparición de una agrupación como Hijos al punto de desvalijar su propia casa para que éstos pudieran montar su propia sede. Fue capaz, como recordó Lohana Berkins anoche, de encadenarse junto a un centenar de travestis que pedían el fin de la represión que en los noventa les causaba cárcel y tortura cotidiana aun cuando en ese gesto de valentía casi la aplastan las militantes con sus movimientos exaltados y supo reírse con ellas de cómo fraguaban la huelga de hambre que proclamaban comiendo a escondidas unos sanguchitos que habían comprado poniendo cada una dos pesos de su bolsillo.

Laura nunca fue víctima para sí misma aunque quisieron convertirla en eso. Aunque el dolor la hubiera golpeado sin pausa y sin clemencia. Sabía que en la lucha había una alegría que podía compartir, que ponerse a disposición de otros era algo que la dejaba seguir moldeando ese cuerpo ágil y esbelto, esa sonrisa a prueba de todo, esa valentía que le permitió una vez, en un escrache de la agrupación Hijos, cuando terminaban los años noventa, partirle una pancarta en la cabeza a un esbirro de la represión para defender a los jóvenes que la rodeaban. Terminaron quebrándole un brazo, pero no la voluntad. Y después de eso siguió participando de escraches y supo salir de la represión que se ensañó contra la facultad de Sociales, después de haber denunciado dónde vivía gozando de la impunidad de esos años, Miguel Etchecolatz, el genocida de la Policía Bonaerense. De allí la sacaron dos travestis de tacos y labios rojos que se limpiaron la boca mientras ella se sacaba el pañuelo, porque ambas cosas eran signos de luchas hermanas.

Laura Bonaparte fue la primera en reivindicar al predio de la ESMA para el pueblo cuando el gobierno de Carlos Menem intentó privatizar ese inmenso terreno. Junto a Graciela Lois, de Familiares de Detenidos-desaparecidos por razones políticas, puso un recurso de amparo que impidió esa maniobra y además la llevó de paseo a un programa de televisión donde se enfrentó con una abogada a la que le tiró del pelo mientras le decía a Lois por lo bajo: “¡Mirá vos, yo creí que tenía peluca!”. Lois lo cuenta y se ríe, como se ríen y lloran sin dejar que la tristeza sea vencedora, cada una de las personas que acercan una anécdota. Porque si su familia era una fiesta, ella supo convertir en fiesta cada espacio de militancia, de reflexión, de lucha, sea por el juicio y castigo o por el derecho al aborto.

“No somos madres míticas, solamente mujeres desesperadas que llegamos a la defensa de los derechos humanos por sufrir un dolor sin nombre”, decía Laura para humanizar todavía más ese pañuelo blanco que seguía reivindicando y que anoche la seguía acompañando, aunque sólo los restos de su cuerpo estuvieran ahí, hablando de todos modos, dejándose acompañar por las fotos que fueron poniendo en la pared, ahí donde no había cruces ni signos religiosos, sino testimonio de una vida que se agradece y que aun cuando se haya apagado en sus signos más terrenos, seguirá alumbrando, seguirá alumbrando.



Nota:
1 Los textos entre corchetes son míos. G. E.
 

domingo, 23 de junio de 2013

Julio Guillot: La Suprema Corte tiene quien la defienda


Un valioso apoyo ha recibido el máximo organismo de nuestro sistema judicial [uruguayo]1




Y, por provenir de quienes proviene, se puede suponer que no se trata de una mera expresión de solidaridad sino que ese apoyo puede materializarse incluso mediante el uso de las armas. Así es, amigo lector: el nuevo apoyo viene de los militares retirados, quienes han asumido la defensa de la institucionalidad y la independencia de los poderes. Ahora, los ministros de la SCJ podrán dormir tranquilos, a salvo de eventuales asonadas protagonizadas por grupos radicales e hinchas de Peñarol. Pero también se sentirán protegidos de las presiones intolerables que se ejercen desde el Poder Ejecutivo, a cuyo frente se hallan tenebrosos gobernantes totalitarios.



Me entero, por una nota breve aparecida en El Observador del pasado martes 18, de que cuarenta militares retirados se concentraron a las puertas del Palacio Piria para manifestar su apoyo a la corporación; durante 20 minutos, los militares retirados expresaron su solidaridad pacíficamente y en silencio. Uno de los participantes en la demostración, organizada por el Círculo Militar, dijo que el objeto de la manifestación fue “apoyar la separación de poderes”. Luego, reflexionó en voz alta: “En una república democrática, quizás, no fuera necesario hacer un acto de esta naturaleza, pero dadas las particularidades circunstanciales en las cuales un grupo de integrantes del Poder Ejecutivo realizó una presión injustificada al venir acá a la SCJ, a hablar con los ministros, eso es intolerable”.



Confieso que jamás imaginé que un militar pudiera tener tanto sentido del humor. Porque mire que hay que tener tupé para presentarse como abanderado de la institucionalidad, hablando de república, de democracia, de separación de poderes y de presiones intolerables del poder político, siendo que bajo el régimen de facto las autoridades –los camaradas de los militares retirados y sus cómplices civiles– se encargaron concienzudamente de violar la Constitución, de pisotear las instituciones, de cercenar la libertad y de eliminar la democracia. El principio de separación de los poderes fue olímpicamente ignorado: el Consejo de Estado (parodia de parlamento cuyos integrantes eran nombrados por el Ejecutivo) tenía la función de cumplir al pie de la letra los dictados del Cosena, de la Junta de Generales en Jefe o del títere civil de turno.



El Poder Judicial, por su parte, quedó sometido a la tutela administrativa del Ministerio de Justicia. Y no solo eso, sino que la dictadura sustrajo de la órbita de la Justicia ordinaria todas las causas penales contra guerrilleros o simples opositores; y fueron los coroneles metidos a magistrados de la “Justicia” militar los encargados de encausar a los disidentes, en simulacros de juicio, sin las mínimas garantías del proceso, dictando condenas draconianas y tolerando sin inmutarse el horror de las condiciones de reclusión y las torturas físicas y psicológicas a que eran sometidas las víctimas de la sevicia de sus conmilitones. Para los opositores a la dictadura, el Código Penal no existía, y las sentencias dictadas por los jueces militares se sustentaban en las disposiciones del Código Militar, cuya aplicación –según la Constitución– se reserva a los delitos militares y al caso de estado de guerra.



En fin, estos hoy celosos defensores de la institucionalidad son los mismos que defienden el accionar de quienes otrora la avasallaron; vaya voltereta.

No sé qué pensarán los ministros de la SCJ de este inesperado apoyo de los militares retirados, ni cómo responderán a ese gesto solidario. ¿No les habrá dado un cierto escozor?



A mí, confieso que me daría como una cierta vergüencilla recibir muestras de solidaridad provenientes de uno de los clubes militares que con mayor ahínco ha defendido las acciones de los terroristas de Estado.



Pero bueno, cada cual tiene la sensibilidad que Dios le dio, y lo que para unos es un quemo, para otros resulta halagador. Sobre gustos no hay nada escrito; o, como dicen los franceses, todos los gustos están en la naturaleza.



Nota:



1 Julio Guillot es periodista uruguayo y trabaja en el diario La República, de Montevideo. Este domingo 23 de junio el diario publica su columna de opinión con el título que, como el propio texto de Guillot, aquí reproducimos. Las cortes a la cabeza de los aparatos judiciales, que en las dictaduras de la segunda mitad del siglo XX, alabaron sin disimulos a éstas y sus propósitos, ahora tanto en Argentina como en Uruguay coincidentemente con sus historias “los supremos” se alinean con lo peor de nuestras sociedades. En Uruguay oponiéndose a que accedan a la verdad y la justicia las víctimas del Plan Cóndor (confabulación de las dictaduras de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay), y en Argentina “declarando inconstitucional” la participación ciudadana en el control de las prácticas judiciales mediante la elección cívica de una parte de los miembros del Consejo de la Magistratura, que por ley habilitó el Congreso Nacional.



http://www.republica.com.uy/la-suprema-corte-tiene-quien-la-defienda/

sábado, 15 de junio de 2013

Choque tren Castelar Randazzo Florencio DNI xenón CD Cristina






El título parece un intríngulis pero solamente es una secuencia de palabras clave. Quizá tengamos suerte y además de encontrar esta nota lectores de (en riguroso orden alfabético) Alemania, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, EE. UU., España, Estonia, Federación Rusa, Gran Bretaña, Hungría, Indonesia, México, Perú y Venezuela, en Argentina también contactemos con búsquedas en los ámbitos de la Presidencia y del Ministerio del Interior del Gobierno. Si se lograse solicitamos darnos aviso (gervasioespinosa@hotmail.com).



Brevemente, para los no al día con las noticias, circunstancias y sucesos suramericanos, afirmamos: 1- no somos opositores al Gobierno que encabeza Cristina Fernández; 2- Florencio Randazzo es su ministro de Interior y Transportes; 3- DNI son las iniciales del Documento Nacional de Identidad argentino, en cuyo frente aparece la firma digitalizada del referido Randazzo;  4- CD, para el caso, son las iniciales de “carta documento”, una comunicación postal que con carácter de formal notificación se emplea en Argentina como requisito de algunas acciones judiciales; 5- gas xenón contienen las ampolletas de unas lámparas de gran luminosidad que suelen emplearse mal en los automóviles, motocicletas y otros vehículos y producen grave encandilamiento nocturno en otros conductores; y 6- el nuevo choque en Castelar, días pasados, con centenares de damnificados directos e indirectos, ha sido noticia en distintos periódicos del mundo.



Randazzo y la CD (la carta documento que yo le envié…)



Ya hace quizá dos años, luego de infructuosos intentos de contactarlo a través del sitio en Internet del Ministerio del Interior del cual es titular, le envié una carta documento que nunca fue respondida. Recibir se recibió, porque el Correo Argentino me remitió constancia de ello. En la órbita ministerial se había creado hacía ya un tiempo la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), y procuraba yo interesar a sus funcionarios en el problema del mal uso de las lámparas de gas xenón en vehículos con faros y reflectores de características no adecuadas.



La cuestión central que se planteaba no era tecnológica sino cultural. Los conductores de vehículos en calles, avenidas, autopistas o simples carreteras rurales, en los tiempos que corren, corren ellos acuciados por la impronta individualista y el enajenamiento tecnológico: si el GPS funciona y hay señal para el teléfono inteligente nada interesa más que continuar así, “xenones” al frente y “sin registrar” seres vivientes con los que interactuar.



Nuestra preocupación, habrán considerado, no era relevante. Los autos que manejan los jerarcas ministeriales son de los llamados de “alta gama”, novísimos, con dispositivos computarizados y airbags. Además, también habrán considerado, ya está funcionando un sistema nacional de licencias para conducir… (lo que no saben los jerarcas aludidos es que quienes otorgan esas licencias en los municipios son a veces tan autómatas que, por ejemplo a mí, septuagenario y desde hace más de dos décadas astigmático, que vengo renovando el “carné de conducir” desde medio siglo atrás, hace apenas quince días y sin cirugía ni otra terapia me exoneraron por un año del uso permanente de lentes correctores.



¡Che, flaco, pará que nos rompes!



Florencio Randazzo y Alejandro Ramos, ministro y secretario de Transportes, respectivamente, son delgados. Pero el subtítulo alude a otra cosa, alude a la necesidad de poner atención en la intercomunicación de los agentes personales, humanos, de las personas que interactúan en sus quehaceres sociales. La despersonalización y “tecnologización” de las acciones de los operadores de sistemas complejos, como en el caso un servicio de transporte ferroviario, produce huecos, agujeros negros y situaciones caóticas.



El ministro dijo que el GPS registró que el convoy siguió andando pese a las señales de alerta de tres semáforos al costado de los rieles. Otro jerarca, que tales semáforos son viejos y no accionan cortes de energía eléctrica para detener al tren si éste sigue marchando. Y alguien más dijo que cada seis segundos el conductor tiene que oprimir un botón para “probar” que no está dormido: una acción monótona y reiterativa que con probabilidad tiene efectos hipnóticos…



“Los frenos son nuevos, de tecnología alemana, fabricados en Brasil”, se dijo también. Una maravilla como el plástico y la confección digital de mi “carné” de conducir… “¿Sabés por qué pasó lo que pasó, abuelo?”, me gritó tan liberado de frenos como ese azul convoy un veinteañero agitado por la música tecno que vibraba en su motito de 110 centímetros cúbicos, “¡porque el de atrás no tenía reflectores xenón!, ¡el de adelante no lo vio venir y no se pudo correr…!”.

jueves, 6 de junio de 2013

FECUNDIDAD, ésta es la cuestión



La foto, que un diario de Buenos Aires empleó en su tapa de hoy jueves para anunciar la aprobación de la Ley “que garantiza [en todo el territorio de Argentina] el acceso [sin restricciones económicas] a los métodos de fertilización asistida, tanto en el sistema público como en las obras sociales y prepagas”, personalmente –tanto la foto como la ley– me inspiran una profunda ternura y alegría, y lo digo con total convicción en mi condición de varón de setenta y un años.

¿A usted, a ti, a vos, siendo mujer o varón y estando medianamente en tus cabales, qué otra inspiración que no fuera de alegría y ternura puede sugerirte la foto (y la ley) si estás consciente de ti, y sabes que solamente la extensión en número y calidad de la sociedad popular puede vencer a la guerra, a la insidia y a la explotación del hombre por el hombre con que una aparente mitad del mundo amenaza al mundo entero?

Ayer, miércoles 5 de junio de 2013, casi por unanimidad se aprobó en el Congreso Nacional esta ley. Hubo un único voto en contra y diez abstenciones del Bloque PRO, sector del peronismo de derecha y reaccionario que lideran el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y el "humorista" santafecino Miguel del Sel (aquel que menoscabó la Asignación Universal por Hijo diciendo que muchachas adoslescentes se embarazaban sólo para obtener el derecho a percibirla...).

miércoles, 5 de junio de 2013

Los K terminarán exterminando hasta los osos polares de Uruguay… podría afirmar Madariaga desde Punta del Este



Al pie de la recomendable nota principal “Los usos de la pobreza”, de Horacio Verbitsky, en la edición del domingo 2 de junio de Página/12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-221368-2013-06-02.html), en un recuadro el autor publica el siguiente texto que dice es de autor no identificado, así que lo podemos repetir;

“En Australia no se consigue”


Un juez de la Provincia de Buenos Aires hizo circular este análisis político de actualidad, cuyo autor no ha sido identificado, por lo cual sólo es posible alabarlo a distancia:

Un domingo Joaquín Morales Solá editorializa en La Nación, afirmando que el gobierno tendría listo un plan para eliminar a todos los ornitorrincos del territorio nacional.

A la noche, Lanata, luego de hacer su monólogo disfrazado de ornitorrinco, se despide con un primerísimo plano rogándoles a los televidentes que hagan algo para parar el exterminio.

Al día siguiente Clarín titula: Feroz embestida del gobierno contra los ornitorrincos. Amenaza de extinción.

El martes Bonelli se pregunta en TodoNoticias [TV]: ¿Van a desapadezed los odnitodincos? ¿Cómo afecta ézto al bodzillo de loz adgentinos?

Y Laje en C5N [TV] dice: Ante la incertidumbre por la escasez de ornitorrincos, la gente va a refugiarse en el dólar blue1, que va a volver a cotizar a más de diez pesos.

El miércoles Macri saca un DNU2 prohibiendo la cacería de ornitorrincos en todo el territorio de la CABA3.

El jueves un notero de Canal 13 intercepta al ministro de Agricultura Ganadería y Pesca a la salida de su domicilio, y le pregunta cuál es el motivo por el cual el Gobierno decidió terminar con los ornitorrincos, a lo que el ministro, tras mirar el logo del micrófono del periodista para ver si no es una joda de CQC, le contesta: ¡Pero si acá no hay ornitorrincos! El notero se da vuelta hacia la cámara, y dice: En el Gobierno no quieren admitir la existencia del plan de exterminio de ornitorrincos.

Comienzan a circular cadenas de mails que dicen: “Hoy somos todos ornitorrincos” y “Si tocan a un ornitorrinco nos tocan a todos”.

Carrió declara que lo de los ornitorrincos es sólo el principio, y que el Gobierno va por todo, incluidos los koalas y los osos panda.

Una ONG con sede en Washington lanza una campaña con la consigna: “Fight against argentinian dictatorship!! Save the platypus!!”

El viernes De la Sota saca un DNU prohibiendo la cacería de ornitorrincos en todo el territorio de la provincia de Córdoba.

El sábado Clarín y La Nación titulan: Sugestivo silencio de la Presidenta sobre el escándalo de los ornitorrincos.

El domingo siguiente al inicial Morales Solá dice entonces que un funcionario del Gobierno (al que no identifica) le confesó que decidieron dar marcha atrás con la matanza de los ornitorrincos, porque se dieron cuenta de que la medida les iba a restar votantes en las próximas elecciones.

Y concluye: los ornitorrincos de la Argentina están a salvo gracias al coraje y la determinación del periodismo independiente.



NOTAS

1 En Argentina llaman “dólar azul” a la divisa estadounidense cotizada en el mercado negro manejado por especuladores. Mientras que en el cambio oficial cada dólar es equivalente a 5,25 pesos nacionales, en aquel mercado negro cotiza a algo más de 9 pesos. En base a esa equivalencia especulativa los cambistas uruguayos y hasta el propio y gubernamental Banco de la República “compran” billetes de moneda argentina a 2,2 uruguayos por cada unidad (si en Montevideo un dólar cuesta 20 uruguayos, y un argentino 2, es porque cada argentino “vale” 10 dólares: clarito ¿no?). Los cambistas, luego, se los venden a los pequeños burgueses orientales a poco más de 3 pesos, y estos salen disparados vía BuqueBus a comprar en Buenos Aires pilchas, telefonitos, tablets, televisores y otras tonterías. Días pasados le dijo una vecina universitaria a mi compañera: “qué mal están las cosas en tu país, ¿no?”.

2 DNU son las iniciales de “Decreto de necesidad y urgencia”.

3 CABA iniciales de Ciudad Autónoma de Buenos Aires que tal acrónimo de pésimo gusto se han puesto de moda para con brevedad nombrar a esta ciudad.

martes, 4 de junio de 2013

¡A ver, chicas! ¡Digan a sus cumpas…!



Se lo debe afirmar con claridad: a nosotros, a mi compañera y a mí, como también a un montón de montones de argentinos amigos, nos cae muy bien y fraternal el pueblo uruguayo. Es decir, sentimos y pensamos que efectivamente somos dos pueblos hermanos. En pocas palabras: tenemos muchísimo afecto por los vecinos orientales.



Y por eso hay situaciones que nos preocupan (y nos molestan). Una es la desinformación política rioplatense y suramericana que difunden grandes, medianos y hasta pequeños medios de comunicación de Montevideo y otras ciudades: en este último caso, por ejemplo, la radio RBC de Piriápolis, que se esfuerza por repetir la vocinglería mediocre de sus “mayores” y la de la “feligresía-accionista” de esas catedrales mediática de papel, radio y TV.



Y todo eso enreda las ideas, el sentir y el pensamiento de las gentes del pueblo, hasta de los más humildes (vemos todavía en las carreteras, entre ciudades distantes cien o doscientos kilómetros, pedalear sus bicicletas a los trabajadores golondrina o de ocasión llamados “estacionales” por los tilingos que en esos mismos pavimentos exhiben sus lujos y “afanes”). Aprovechen, compañeros, las “ceibalitas” de sus gurisas y gurises y pispeen otras noticias. Adquieran conciencia de sí mismos, conciencia de clase para sí.



Días pasados pudimos ver en vivo y en directo a un reverendo perverso hacer comentarios “políticos” en la televisión privada con sede en Maldonado: Enrique Llamas de Madariaga, “inmigrante” occidental que cruzó el gran estuario dice que “perseguido”, y reparte imbecilidades envenenando a sus “nuevos vecinos”. ¿Saben ustedes, queridos hermanos, quién es este “diz” de sí que periodista pero en la realidad profesional insultador en pequeñas manifestaciones chetas de Punta del Este? Busquen en Google: un vulgar vocero de las dictaduras y sus mandamases.



Algunos enjopados, permítaseme llamarlos así, me entenderán ustedes, y que deberían no andar siempre goleando en contra del equipo al que dicen pertenecer (¿quinta columnas?), miran con cariño una presunta alianza “del pacífico” que de pacífica no tendría nada: uno de sus “aliados” quiere también “aliarse” a la OTAN: al brazo armado del capitalismo concentrado. Estos enjopados prefieren esa “alianza” y menoscaban las auténticas opciones populares. Ojo Pepe, son muchachos peligrosos dentro de la barra.



¿Y el popolo? ¿Dónde está cuando lo que hay que hacer es invitar a estos fulanos a definitivamente retirarse de escena, lo que en teatro se dice “hacer mutis”?



¡A ver! Chicas de cascos amarillos, fuertes, lindas y laburadoras levantando sus casas de dignas obreras en solares frente a la avenida Misiones camino a la terminal de ómnibus (¡un ejemplo, estas muchachas, de dignidad y hermosura!): digan a sus cumpas del SUNCA y el PIT-CNT que hagan eso, lo que hay que hacer.



¡Abrazos!