En una entrevista que en Santiago de Chile le hiciera un periodista de la agencia NOVOSTI para el sitio moscovita RT, el presidente José Pepe Mujica dijo el domingo pasado, entre muchas otras cosas:
"Hay una izquierda que se olvidó de discutir en la lucha por el poder y se entretiene discutiendo el matrimonio igualitario."
Notas y comentarios de actualidad política y social rioplatense y latinoamericana, por Gervasio Espinosa (contactos y correspondencia, exclusivamente: blogansinaes@gmail.com).
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martes, 29 de enero de 2013
jueves, 10 de enero de 2013
El senador uruguayo SERGIO ABREU del Partido Nacional, o un intruso en su cuenta de Twitter, habría puesto explícitamente de manifiesto un pensamiento IRRESPETUOSO DE LA INSTITUCIONALIDAD DEMOCRÁTICA y PELIGROSAMENTE DESESTABILIZADOR
Para ver su fotografía, que no queremos reproducir aquí,
entrar en http://www.espectador.com/noticias/256144/abreu-condena-que-mujica-avale-golpe-en-venezuela
En el sitio en Internet de Radio El Espectador, de Montevideo, Uruguay, el título dice: “Abreu
condena que Mujica avale «golpe» en Venezuela”. El artículo fue puesto en la
red hoy, 10 de enero de 2013,
a la hora 17:42. Textualmente, dice:
“El senador Sergio Abreu propuso al Partido Nacional emitir
una declaración de rechazo a que el presidente José Mujica respalde un
«golpe» en Venezuela. El senador no descarta citar al Parlamento al titular del
Ministerio de Relaciones Exteriores, Luis Almagro.”
“A través de su cuenta de Twitter Abreu señaló: «Hoy propongo declaración del Partido contra respaldo de Mujica al Golpe en Venezuela. Herrera manda: no intervención! Es Dignidad Nacional!».
“«Una cosa es viajar autorizado; otra es avalar esta ruptura institucional. El Pte. abusa de su cargo; qué cinismo! Y hablan de Paraguay!», agregó.”
“A través de su cuenta de Twitter Abreu señaló: «Hoy propongo declaración del Partido contra respaldo de Mujica al Golpe en Venezuela. Herrera manda: no intervención! Es Dignidad Nacional!».
“«Una cosa es viajar autorizado; otra es avalar esta ruptura institucional. El Pte. abusa de su cargo; qué cinismo! Y hablan de Paraguay!», agregó.”
Podría pensarse que la cuenta en Twitter del legislador, lo
advertimos en el título en tanto mera sospecha, ha sido violada por un intruso
probablemente loco de remate. No de otra manera pueden interpretarse
inofensivos, no desestabilizadores ni peligrosos, antidemocráticos y,
precisamente, golpistas, los dichos, o escritos, reproducidos por Radio El
Espectador.
El presidente Mujica, como otros presidentes y
representantes de una veintena de gobiernos de América, lo que ha hecho en
Caracas, Venezuela, es participar de un acto de afirmación de la soberanía
democrática de un pueblo.
El propio Estado de la República Oriental
del Uruguay, sus poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo, con el respaldo de
la veintena de Estados americanos partícipes del apoyo fraternal a las
instituciones y el pueblo venezolanos, deben con urgencia investigar los dichos
referidos y su difusión acrítica.
Si se trató de una impropia intrusión violando la cuenta en
Twitter del senador ello debe ser probado. Si el propio Sergio Abreu fue autor
de tales afirmaciones debe ser enjuiciado.
miércoles, 9 de enero de 2013
LA REPÚBLICA y la cosa o res púbica
El teléfono suena a llamada:
— Hola…
— ¿Beto?
— No… ¿Con qué número…?
— ¡CLAC!
El tipo maneja su vehículo y aparece a nuestra izquierda por
la calle que cruza. No se percibe que vaya a disminuir la velocidad para, como
corresponde, darnos paso según las normas de prioridades en encrucijadas. De
repente gira hacia su derecha e ingresa a la misma vía en la que esperábamos su
audaz paso transversal… Pensamos que, obviamente, la o el fulana o fulano (no
puede distinguirse dados los vidrios oscurecidos) no anunció previamente la
maniobra porque no le resultaba necesaria: si sabía que iba a doblar.
Las conductas en la vida social reflejan cabalmente los
grados de adscripción a ésta de cada una y cada uno. “¡Ah! Disculpa, quizá me
equivoqué al marcar. Disculpa, ¡gracias!”, es, sin duda, más afable y
respetuoso que el CLAC intempestivo.
Ya llegados a la vuelta de casa, en la localidad de Pablo
Nogués, Provincia de Buenos Aires, regresamos de un paseo nocturno con Lola.
Llevo en la mano la correa más como símbolo urbano de vínculo entre los dos que
como elemento de sujeción porque, salvo contadísimas oportunidades que no
revisten peligro para nadie, nuestro diálogo con Lola es certero y apacible.
Frente a una casa y sobre la vereda angosta conversan dos
varones treintañeros. Mirándose entre sí lo hacen en voz alta, y es así como me
entero del objeto de charla: el vehículo nuevo, mediano, de marca popular, que se
halla estacionado contra el cordón de la acera.
— Lola, acá, cuidado… —y Lola se detiene para avanzar detrás
de mí—. Disculpen, gracias —digo a los muchachos mientras avanzo entre ellos—.
Ni mu. Nada. Hemos pasado entre ellos como una leve brisa
apenas, invisibles, inodoros, intangibles. Ni un “por nada” o “chau”.
De estos pequeños y tan trascendentes dramas de la vida
contemporánea ya he dado constancia en otras oportunidades. Por la parte
morfológica y funcional donde más molestan puede decirse que son dramas púbicos…
pendejadas. Pero pendejadas de gente que, en muchos casos, inclusive llegar a
tener cierto mando sobre grupos humanos o el conjunto la sociedad.
Entre la semana pasada y la que ahora cursa en toda la
cuadra de nuestra calle nos quedamos sin señal de vídeo por cable durante cinco
días corridos. Los vecinos no sabíamos si eran registrados o no nuestros
reiterados reclamos telefónicos al conmutador computadorizado de la
distribuidora local de una de las empresas oligopólicas del ramo: Multicanal
(diario Clarín). Hartos, decidimos
presentar denuncia ante la Administración Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual (Afsca) http://www.afsca.gob.ar/.
Ya hemos dicho en “Confusiones persistentes” los errores de
concordancia gramatical que muestran tanto la redacción de este sitio en Internet
como los que se exponen en algunos artículos periodísticos: por caso “el Afsca”.
Pero, cuando exigidos por el formulario y las opciones para
asentar el reclamo ante el organismo estatal debíamos elegir radicación
geográfica y jurisdiccional, nos encontramos con que la nomenclatura
obligatoria había caducado en 1995, hace casi trece años…
“Estimado Gervasio, el sistema indica que es así”, me
respondió cordial y tajantemente por correo electrónico un “oficial” de
contacto de una importante empresa aseguradora privada argentina que en su
momento adquirió cuando la intermediación de los entonces célebres José Roberto
Dromi y María Julia Alsogaray el otrora fondo público del famoso logo del niño
y la alcancía. La
afirmación se refería a mi reclamo de que no correspondía catalogar como “Libreta
de Enrolamiento” al Documento Nacional de Identidad argentino cuando su
numeración fuera menor de diez millones, como lo exige un formulario de la
empresa a la que él pertenece quizá todavía hoy. No solamente es un despropósito
webmático este asunto sino que
transita la frontera entre un tipo de locura y su correlativo tipo de
subversión (no confundir esta subversión con revolución).
Show politics (es
lo que hay)
En los últimos días las empresas telefónicas y de servicios
de Internet en las ciudades de la cuenca rioplatense han aumentado su
facturación de bites con la polémica
Ricardo Darín (La Nación) frente a la presidenta Cristina
Fernández (Twiter). Coincido con el también actor Alfredo
Luppi cuando dice que “más que ingenuo Darín es un pelotudo”. La calificación
refiere a un tipo que ante la requisitoria de una revista del grupo del diario La Nación desliza dichos que conforman a
la derecha más recalcitrante y sus clientes plebeyos de barrios y andurriales.
“Los Kirchner” son propietarios de inmuebles e inversiones
por varios cientos de millones de pesos simplemente porque son capitalistas
exitosos. Y no son los únicos capitalistas exitosos. Quizá Darín, puesto en un
lugar como el de su colega Gérard Depardieu, también revolearía el viejo
pasaporte para refugiarse en la Moscú de hoy.
A ver si alguien se acuerda. En 2001, cuando el “corralito
bancario”, señoras y señores que ahora sin duda suscribirían la pregunta que
deslizó el actor de Un cuento chino,
enfervorizadamente golpeaban con martillitos y cucharones las persianas de las
empresas financieras instaladas en la conocida como city porteña. Una cámara de informativo de TV registraba la
protesta cuando frente al objetivo pasó un viandante muy tranquilo y sonriente.
El periodista le preguntó por qué no demostraba enojo o aflicción, y aquél
respondió: “Ah… porque soy pobre… yo no tengo ahorros”.
La República
Muchachos santiagueños propietarios de diario montevideano
así llamado: no sean amarretes y contraten un equipo de correctores orto-tipográficos
y de estilo. La lectura de vuestras notas suele ser penosa aunque no tanto como
la los textos de lectores y opinólogos on
line. Las barrabasadas idiomáticas también coadyuvan a todo lo que
comentamos antes.
Deseo
Que continúe y triunfe la revolución bolivariana venezolana.
Salud por siempre, compañero Chávez.
martes, 8 de enero de 2013
miércoles, 2 de enero de 2013
Confusiones persistentes
La
actriz China Zorrilla sufrió recientemente en Montevideo un
trastorno de salud que las crónicas identificaron como respiratorio, pero luego
ubicaron en el sistema digestivo y más tarde fue confirmada en el aparato
respiratorio. La atención médica de Zorrilla fue en un reconocido establecimiento
privado, el cual promediando la difusión periodística la desmintió. ¿En qué
quedamos? ¿Cómo se lee y entiende?
La argentina Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), que preside el diputado nacional (en uso de licencia) Martín Sabbatella, en su sitio en Internet http://www.afsca.gob.ar/ antepone el artículo masculino el a su sigla. Escribe “el Afsca”, o “del Afsca”. La nota en el diario Página/12 de hoy, 2 de enero de 2013, “Sabbatella: «El Grupo Clarín sabe que la ley es constitucional»”, persiste en el error: escribe “el Afsca”, es decir, ¡“el Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual”!
La argentina Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), que preside el diputado nacional (en uso de licencia) Martín Sabbatella, en su sitio en Internet http://www.afsca.gob.ar/ antepone el artículo masculino el a su sigla. Escribe “el Afsca”, o “del Afsca”. La nota en el diario Página/12 de hoy, 2 de enero de 2013, “Sabbatella: «El Grupo Clarín sabe que la ley es constitucional»”, persiste en el error: escribe “el Afsca”, es decir, ¡“el Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual”!
En 1976, en Argentina, pocos días después del 24 de marzo de aquel año, personal militar secuestró, se presume que torturó y luego desapareció a los investigadores científicos Marta Sierra, Carlos Costa Rodríguez, Gustavo Giombini Moser y María José Rapela de Magnone que se desempeñaban en la estación experimental de Castelar, localidad de la Provincia de Buenos Aires cercana a la ciudad homónima, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El informativo central de Canal 7, “la televisión pública”,
también hoy 2 de enero de 2013, se refirió a aquellos hechos y entrevistó a un
hijo de Marta Sierra, Nicolás Prividera, quien aludió a que empresarios y
terratenientes vinculados a la Sociedad Rural Argentina
(SRA), como Jorge Zorreguieta (padre de Máxima Zorreguieta, probablemente
próxima reina consorte de Holanda), quien había integrado la dirección de la
referida sociedad antes de ser designado en la Secretaría de Agricultura,
organismo superior del que dependía el INTA, por Alfredo Martínez de Hoz, hoy
preso, socio de la
Sociedad Rural y presidente de la acería ACINDAR con
antelación a su desempeño como Ministro de Economía del bien autodenominado
“Proceso de Reorganización Nacional”, habrían tenido injerencia en aquellos
secuestros y desapariciones.
El entrevistador de Canal 7, tras las afirmaciones de
Prividera en torno a la investigación judicial que dirige el juez federal
Daniel Rafecas como consecuencia de la presentación de familiares de los
científicos desaparecidos y que cuentan con el patrocinio del abogado Rodolfo
Yanzón, preguntó si ya se sospechaba la complicidad de civiles en los
secuestros de 1976, y si esa complicidad podría haberse debido a que las
investigaciones técnológicas del INTA molestaban a los terratenientes y
capitostes del negocio agropecuario.
Sin ninguna duda estamos en este caso también frente a la
persistencia de confusiones.
La dictadura que pretendió y parcialmente logró la
“reorganización nacional” no fue un fenómeno principalmente “militar” que
necesariamente tuvo el concurso de complicidades civiles, sino que como en el
resto del subcontinente fue un fenómeno económico-político global con dirección
de la “inteligentzia” del capitalismo concentrado. Los militares, con supina y
brutal obsecuencia, fueron sicarios subordinados a aquellos autores
intelectuales.
El mini-vocabulario SMS (Short Message
System) y las torpezas de escritura y discurso, no ajenos a la que ahora
puede parecer lejana o aun ignorada “reorganización” mencionada, perturban la
cabal comprensión de la realidad.
Así las cosas toca informar por qué he estado ausente y no
actualicé, hasta hoy, esta libreta de apuntes: ha sido principalmente por el
cada vez más recurrente aburrimiento producido por las confusiones
persistentes. Además, luego de concentrarme durante dos meses en un texto con
el que procuré concursar en el certamen “Nueva novela 2012” del diario Página/12, necesariamente debí atender
mi oficio de corrector editorial, alternando éste con tareas de carpintería y
mecánica. Quizá, pero ya pasó la oportunidad, debería haber reclamado al jurado
literario del caso una mención por aproximación: el título de mi relato es No se vieron volver…, y la obra
premiada, del bonaerense Omar Lunghi, lleva el de Me verás volver, nombre que, también, en
2008, tuvo una gira musical del grupo de rock Soda Stereo. A Lunghi lo saludo,
espero pronto poder leer su texto.
A ustedes, amigos de los más dispares lugares
del mundo, también los saludo. Allí donde estén sean siempre intransigentes, y
por favor: hablen y canten claro, como José Ramón Cantaliso.
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